A veces pensaba en como me hab�a cambiado la vida desde que
mi hermanita entr� aquel d�a en el cuarto junto con Sonia y como el odio que
sent�a hac�a ellas se hab�a convertido en un agradecimiento sin limites.
�ltimamente a mi hermana la ve�a muy poco. Bel�n hab�a comenzado a salir con un
chico que conoci� en alguna fiesta dance a las que sol�amos ir de vez en cuando
y se pasaba la vida con aquel chico. As� que Sonia y yo fuimos siendo cada vez
mas amigas.
Tania se hab�a echado un novio extranjero y casi no nos
ve�amos tampoco, aunque de vez en cuando habl�bamos por el m�vil. Ella lo tenia
mucho mas claro que yo, y su novio, Juli�n, le iba a pagar la operaci�n. Miguel
ya seria Tania para siempre. Yo sonre�a al verla tan decidida, y entonces me
preguntaba como hab�a podido aguantar tanto tiempo siendo Miguel. Hab�an pasado
ocho meses desde que le traje a casa para compartir nuestro secreto, y desde el
primer momento Miguel se hab�a desbocado. La ultima vez que la vi estaba
maravillosa, con un cuerpo muy escultural de gimnasio y el tratamiento con
hormonas femeninas la estaba dejando mas mujer que muchas que ve�a por la calle.
Aunque ten�a la sensaci�n de que su novio la estaba comiendo demasiado la cabeza
y a veces Tania me parec�a que se comportaba como una puta, d�ndole gusto en
todo. Pero la vida era as�, si Tania quer�a dejarse llevar... pues adelante, que
fuera la puta de su novio si eso la hac�a feliz.
Yo segu�a como siempre, debati�ndome entre operarme o seguir
siendo Yolanda de jueves a domingo. Me daba miedo que el resto de la gente no lo
entendiera por mucho que mi hermana y Sonia me animaran, pese a todo a veces se
me hacia muy dif�cil seguir aparentando que era un chico. El caso era que no
quer�a desprenderme de mi polla, porque aquel �rgano me daba bastante placer.
Me levante de la silla del ordenador y pase� por la
habitaci�n. Hab�a quedado con Sonia para ir al cine las dos solas, sin chicos ni
nada, solo dos amigas para hablar. Todav�a quedaban m�s de tres horas y media
para que llegara y mis padres por fin hab�an salido de casa para regresar como
siempre el domingo por la noche.
En la cama ten�a un top corto y vaquero azul oscuro y un
pantal�n a juego muy ajustado que mi hermanita me hab�a regalado por mi
cumplea�os y unas botas marrones muy aparatosas regalo de Sonia. Las dos me
hab�an hecho a su imagen y semejanza y no me importaba nada. Mir� la ropa y
decid� que era hora de dejar de aparentar. Necesitaba sentirme Yolanda.
Como siempre, fui dejando que Yolanda fuera saliendo poco a
poco seg�n el ritual tan excitante que desde hac�a casi un a�o hac�a por las
noches. Me mir� al espejo sintiendo las costuras del pantal�n en la entrepierna
y me toqu� el vientre plano que se introduc�a en el, pasando la mano por el
piercing dorado que me hab�a puesto en el ombligo. Del bolso saqu� un mechero y
me encend� un cigarrillo mientras esperaba a Sonia a la par que eleg�a unas u�as
solo pintadas de blanco en las puntas y me las pegaba con mucho cuidado. Me
calc� las botas con un poco m�s de dificultad y volv� otra vez al espejo. Me
pase ambas manos por el culo que me hac�a el pantal�n sin bolsillos sosteniendo
el cigarrillo entre los labios de un rojo muy oscuro. Mi pelo era ya muy largo y
rizado, as� que me quit� la coleta y dej� que el pelo cayera por mis hombros.
Como siempre, mi polla comenz� a intentar salir de las
profundidades, as� que busqu� el consolador para rebajar el hinchaz�n. No era lo
mismo que sentir como me llenaba una polla real pero aquella verga de pl�stico
ni ten�a prejuicios ni me causaba tantos problemas como los chicos con los que
sol�a enrollarme. Puse un CD de m�sica disco de mi hermana con el bombo pegando
muy grave para ambientar. Me encantaba o�r aquella m�sica machacona mientras me
masturbaba. Era como recordar la primera vez que acompa�e a mi hermana a la
discoteca vestido de t�a. Apure el cigarrillo y lo apagu� moviendo mis caderas
al ritmo de la m�sica. Era curioso, pero siempre hab�a odiado aquella m�sica.
Estaba cambiando por dentro m�s que por fuera, me dije.
Me sent� en la cama alargando las piernas para subirme bien
las botas y comenc� a tocarme la entrepierna lentamente, sintiendo la tela
vaquera y el�stica. Me met� el dedo en la boca como si estuviera chupando la
verga de alguno de mis ligues y poco a poco me fui introduciendo la otra mano
hasta mi polla desabroch�ndome los primeros botones del pantal�n. Saque la verga
y comenc� a pajearme lentamente. Despu�s de un rato me llene las manos de una
vaselina incolora y me frot� la raja del culo con ella. Me puse a cuatro patas y
fui introduciendo el consolador hasta el fondo de mi culo/co�o.
Cerr� los ojos al sentir el primer escalofr�o, y cule� como
una posesa sintiendo que me atravesaba yo misma. Varias veces saqu� el
consolador para meterme dos dedos y sentir el dolor que las u�as me produc�an al
entrar hasta el fondo de mi culo. Comenc� a gemir. Me volv�a loco saber que me
estaba penetrando yo mismo como una viciosa.
Estaba sudando. Hab�a colocado el consolador en el suelo como
un cohete y hac�a varias sentadillas para que los bordes de mi agujerito rozaran
mas fuerte contra el pl�stico. Gritaba de placer cuando la puerta de mi cuarto
se abri�. Me quede mirando a mi hermana.
- Joder, herma... es que siempre te pillo... tendr�as que
haberme avisado, ya sabes lo que me gusta ver a mi hermanita disfrutando de ser
mujer...
Se acerc� a mi. Yo mire por la puerta pero no hab�a nadie m�s
con ella. Sent� que ella me tocaba mi pelo largo te�ido de un rubio muy dorado.
Despu�s ella cogi� el consolador con sus manos finas y largas.
- Venga, puta, a cuatro patas.
A mi hermanita le volv�a loca llamarme aquellas cosas. Yo me
puse a cuatro patas ense��ndole mi agujero bien abierto. Tambi�n a mi me pon�a a
mil sentir que era su puta.
- Joder... ah� ya te caben dos por lo menos...
Yo estaba en las nubes. Me apasionaba que mi hermana me
masturbara. Mientras me pon�a a cuatro patas abr� la boca para chuparme el dedo
�ndice.
- Bel�n... �has... has probado tu a metertelo por atr�s?
Mi hermana puso cara de sorpresa.
- �A qu� viene eso?
- Na.. nada... es solo una pregunta...
Gem� al notar que los dedos de mi hermana se introduc�an en
mi culo.
- �Quieres que lo pruebe, putita?
Yo asent� cerrando los ojos. Mi hermana sab�a como utilizar
sus deditos en mi agujero. Cuando abr� los ojos ella se estaba bajando su falda
negra corta hasta el comienzo de sus botas negras. Cogi� la vaselina y comenz� a
untarse el culo. Mi polla se volvi� de piedra. Ella a veces me masturbaba porque
hacerlo yo mismo era un poco incomodo, pero nunca se hab�a atrevido a participar
salvo aquella primera vez. Bel�n se sent� junto a m� abriendo las piernas
much�simo. Su co�o era peque�o, pero lo ten�a tan rasurado que el cl�toris se le
ve�a a simple vista. Comenz� a tocarse con sus u�as negras el borde de su culo.
Yo la miraba mientras sub�a el ritmo de mi mano cogida a mi polla. Mi hermana
tenia la cara roja.
- Mira que eres zorra, Yolanda... me has puesto s�per
caliente...
Mi hermana se introdujo el dedo en el culo y solt� un gemido
muy bajo, por lo que supuse que nunca lo hab�a hecho antes. Yo me acerqu� a
ella.
- �Que... que haces...?
Me dijo. Alargu� el brazo y comenc� a tocarla los labios del
co�o con suavidad. Hab�a so�ado muchas veces con tocarle esa parte del cuerpo a
mi hermana pero nunca me hab�a atrevido... �ramos hermanos. Mis u�as largas
comenzaron a jugar con su cl�toris del tama�o de una aceituna peque�a y rosada.
- Mmmmm... Yolanda.... que puta que eres... �que me estas
haciendo?...
Mi hermana bajo la cabeza permitiendo que su pelo moreno
largo cayera por su cara. Le toqu� dentro de su co�o, muy h�medo y baje con
paciencia hasta su culo.
- Hermanita... deja que te ense�e como lo hago yo...
Mi boca fue directamente a su co�o mientras mi dedo le
atravesaba el culo. No lo ten�a lo suficientemente dilatado para jugar con el
consolador, as� que cog� el rotulador con el que ella me corrompi� meses atr�s.
Comenc� a introducirlo muy despacio dentro de su culo y ella agarr� la manta con
los pu�o rojos de la fuerza.
- Ohhh, dios... joder...
Mi hermana gem�a como una loca. Nunca la hab�a visto as�, y
me casi me corro al o�r como me ped�a m�s.
- Si... Joder...
Sin poder reprimirme, y sacando mi lado masculino, le
introduje mi polla por el culo. Ella abri� los ojos con miedo al sentir aquel
pedazo de carne caliente entrando por donde nunca nadie hab�a entrado, pero
despu�s cerr� los p�rpados ara��ndome la espalda.
- Ya... ya... da�o...
La coloqu� a cuatro patas y la cog� de la coleta tirando de
su cabeza hac�a atr�s sin dejar de bombear su culo. Notaba que todo su agujero
opon�a resistencia a mi polla, pero sab�a hasta donde llegar, solo la puntita...
yo ten�a mucha experiencia en ser enculada.
Mi hermana solt� un grito tremendo al correrse, y de nuevo
tuve que concentrarme para no correrme dentro de ella. Bel�n estaba con la cara
hinchada de placer, se dio la vuelta y no reconoc� sus ojos. Parec�a una loba en
celo. Mi hermanita deb�a ser la hostia en la cama, pens�. Me peg� un empuj�n en
el brazo para que me pusiera sentando de cara a ella. Llev� sus labios pintados
de negro hasta mi polla y se la introdujo entera en la boca. Aquello era
demasiado para mi. Le agarr� de la cabeza y comenc� a llevar el ritmo de menos a
m�s. Notaba su lengua jugar con mi fres�n dentro de su boca caliente. Entonces
era yo el que gem�a.
El reflejo del espejo mostraba dos t�as buen�simas y
sugerentes muy juntas unas de la otra. La morena ten�a la polla de la rubia en
la boca y chupaba con frenes�. Yo ya notaba que el orgasmo me venia muy r�pido.
- Me voy... Bel�n... voy...
Sin darla tiempo a nada, me corr� dentro de su garganta. Ella
se sac� mi polla de la boca con toda la lengua manchada de semen y recibi� un
par de disparos blancos en la cara. Hab�a sido un orgasmo como nunca lo hab�a
tenido. Me sent� hac�a atr�s viendo como mi hermana se secaba la boca con la
manta.
- Eres... eres una zorra, herma... te has corrido en la boca
de tu hermana...
Yo sonre�. Estaba s�per cansada. Me levant� cerrando los
botones del pantal�n y me coloqu� el top para que mis tetas parecieran de nuevo
reales. Ella se levant� tambi�n tirando de su falda negra hac�a abajo y
subi�ndose las botas negras. Sac� un cigarrillo y me ofreci� uno. Aspir� el humo
lo mas lentamente que pude.
- Joder...
Dijo ella expulsando el humo. Se toc� el culo.
- Oye... esto duele una barbaridad... �Te duele tanto a ti?
Yo sonre�.
- Al principio... dime... �Te ha gustado?
Era la primera vez que ve�a a mi hermana tan sonrojada. Eso
era que la hab�a encantado.
- No... no lo s�... a sido diferente... pero duele...
Se sent� cruzando las piernas y moviendo su pelo con la mano.
- Joder... estoy s�per cansada...
Yo me sent� muy cerca de ella doblando las piernas de igual
forma. Me sub� un poco las botas para que la cremallera no me molestase. Nos
fumamos el cigarro juntas lentamente sin cruzarnos ni siquiera una leve mirada.
Aquello no entraba en el plan, pens�. Pero hab�a sido tan excitante...
- �Que ha pasado con Luis?
Mi hermana solt� una carcajada.
- Que le den... es un hijo de puta. Paso de �l.
Mi hermana cambiaba de t�o como de cazadora, as� que no la
pregunt� mas.
- Hemos quedado Sonia y yo para ir al cine... �te vienes?
- �Que vais a ver?
- Da igual... el tema es salir de casa. Adem�s, quiero lucir
vuestro regalitos...
Sonre� toc�ndome el cuerpo de arriba a abajo. Ella me dio un
beso en la mejilla.
- Oye... esto que hemos hecho hoy... no...
Mi hermana buscaba las palabras.
- Lo s�. Una y no m�s. Ha surgido y ya esta. Olvid�moslo.
Ella se levanto toc�ndose el culo. La primera vez duele una
barbaridad, pero cuando te acostumbras... mejor pens� en no dec�rselo para no
calentarme de nuevo.
- Creo que no voy a ir con vosotros... voy a ver que ponen en
la tele.
Todav�a quedaba media hora para que Sonia llegara, as� que
decid� bajar a que me diera el aire y comprar tabaco.
- Bajo a darme una vuelta, si llama Sonia dila que la espero
abajo, en la esquina del videoclub.
Me encantaba quedarme sentada en aquella esquina por la
cantidad de chicos que pasaban camino de la discoteca. Era como un pase de
modelos y quien sab�a, quiz�s alguno cayera mas tarde.
Baje a la calle y despu�s de salir del bar de comprar tabaco
me dirig� dando grandes pasos con las botas a la esquina. El invierno acababa de
pasar y la temperatura permit�a que pudiera ir ense�ando el top y el piercing de
mi ombligo. Algunos chicos me silbaron desde el otro lado de la calle. Entonces
un coche se paro cerca pitando.
- Yolanda... Yolanda...
Mire para atr�s. Era el coche del novio de Tania. Sonre� y
fui hasta ellos. Tania estaba plet�rica, quiz�s demasiado pechugona y los labios
los tenia un poco mas gordos que la ultima vez. Decididamente Tania tenia una
pinta de puta que no pod�a con ella.
Nos dimos dos besos casi sin rozarnos la mejilla y su novio
me pego un besazo. Era un t�o guap�simo, aunque bastante chulo. No le importaba
que Tania tuviera todav�a su polla funcionando porque dec�a que as� tenia el
pack completo. Tania se hab�a ido de su casa y hab�a dejado de estudiar seducido
por los encantos de aquel broker de la bolsa que ganaba un mont�n de pasta.
- �Que haces, Yoli?
- He quedado para ir al cine con Sonia... �y vosotros?
Juli�n, el novio de Tania, miro su reloj de oro de forma
nerviosa.
- Hemos quedado con unos amigos de Juli�n.
Bajo la voz como si fuera un secreto.
- Vamos a ir a una casa de intercambios...
Solt� una risa nerviosa mezcla de excitaci�n y miedo. Tania
se estaba metiendo en un mundo muy peligroso, pensaba. Pero tambi�n excitante...
- �Por que no te vienes con nosotros?
Me dijo Juli�n sacando el m�vil para llamar a alguien.
- No... gracias... he... he quedado con Sonia...
- Como quieras... pero tienes que ir alg�n d�a...
Nos dimos otro par de besos y salieron haciendo mucho ruido
con el coche. Me quede pensativa... quiz�s era una idea divertida el ir a un
sitio de esos...
Sonia llego corriendo por la salida del metro. Estaba
magnifica tambi�n. Su pelo tan liso y suave lo tenia recogido en una coleta muy
apretada, y la falda ajustad�sima le quedaba de muerte. Llevaba un jersey de
color rojo con unas tiras blancas en los brazos tambi�n muy apretado y las gafas
de sol de peineta.
- Me he encontrado con Tania.
- �A si?
- Iban a un sitio de esos de intercambio de parejas...
Lo dije muy excitada, haciendo fuerza para que ella se diera
cuenta.
- Me dijo que si �bamos con ella...
Sonia se lo pens� mientras guardaba la cartera en su bolso.
- �A ti te apetece ir?
- Siiii
La dije por lo bajo.
Ella movi� los hombros y sac� el m�vil.
- Tania... �Como estas?... oye, que si, que vamos, dinos
donde es.
Cogimos un taxi las dos y cuando le dijimos la calle al
taxista se nos quedo mirando mucho mas soezmente que cuando todav�a no hab�amos
abierto la boca. A veces me daban tanto asco los t�os... Llegamos en diez
minutos, pagamos despu�s de o�r los t�picos comentarios de: "Me lo pod�is pagar
como quer�is..."
El sitio por fuera era negro y no pon�a nada. Parec�a que
estaba cerrado. Sonia llamo a la puerta dos veces. Como un castillo encantado la
puerta se abri� lentamente y detr�s apareci� un t�o muy cachas y bastante guapo,
con el pelo engominado. Nos sonri�.
- Pasen, por favor... �han venido solas?
Nosotras nos re�mos y entonces se me ocurri� algo.
- Si... somos pareja.
Sonia me pego en el hombro.
- �Pareja?... �pero tu estas loca?
Yo la mire divertida y le pegu� un beso en la boca. Sonia se
qued� mir�ndome perpleja. La cog� del brazo y atravesamos la entrada sinti�ndome
tan excitada...
Sexta entrega de las aventuras de Yolanda. Espero no os haya
decepcionado y tambi�n espero que sig�is contactando conmigo para decirme lo que
pens�is...
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