Relato: La primera vez es dolorosa
Hab�a oido que la primera vez es dolorosa, pero nunca pens� que tanto.
Yo ten�a 16 a�os cuando empec� a salir con Hassam, un chico �rabe 5 a�os mayor que yo. Era alto, moreno, de ojos marrones claros y con un acento que me atra�a profundamente.
Mis amigas dec�an que tuviera cuidado, que era muy guapo pero que era bastante mayor que yo, pero yo no las hice mucho caso. Despu�s me arrepent� de no haberlas escuchado.
Llev�bamos poco m�s de un mes saliendo cuando Hassam quiso llevarme en su coche a una zona un poco alejada de la ciudad.
Eran las 8 de la tarde y quer�a llevarme all� para ver atardecer, ya que la puesta de sol desde ese lugar era muy bonita, con toda la ciudad a nuestros pies.
Inocentemente acced�, pero no tard� en darme cuenta de que las intenciones de Hassam no eran buenas.
Llegamos al lugar en cuesti�n. Salimos del coche y nos sentamos en el cap�. Cierto es que las vistas eran muy bonitas y yo, como una tonta enamorada no pod�a dejar de sonreir y mirarle.
�l me bes� apasionadamente y llev� su mano a uno de mis pechos. Este no tard� en responder, endureci�ndose el pez�n. Yo me sonroj�, siempre ocurr�a cuando Hassam me tocaba de aquella manera. Seguimos bes�ndonos y con su otra mano empez� a tocar mis nalgas bajo la falda, me apret� contra �l y pude sentir su entrepierna dura contra mi p�bis.
Yo trat� de desabrochar su pantal�n y una vez que lo hube logrado acarici� su miembro por encima del calzoncillo. �l a su vez, acarici� mi sexo con suavidad mientras me susurraba que por qu� no �bamos un poco m�s lejos, que ambos lo est�bamos deseando.
Yo no me hab�a acostado con nadie, y era algo que me daba un poco de miedo, por lo que me apart� de Hassam y le dije que hab�a sido mala idea ir hasta all�, que por favor volviesemos.
�l ri�, pero no con esa sonrisa que me deshac�a, si no con maldad en sus ojos:
- No vamos a volver. Aqu� estamos bien.
Fuertemente me agarr� del brazo para volver a atraerme hacia �l:
- Los novios follan peque�a, eso es as�, y si tu y yo somos novios, tenemos que follar. Lo estas deseando, si no por qu� me tocas as�?
Yo no sab�a qu� contestar, tan solo pod�a mirarle, con una mirada temblorosa mientras notaba que los ojos se me inundaban de l�grimas.
Bruscamente Hassam me quit� la camiseta y la falda, dej�ndome tan solo con unas min�sculas bragas y el sujetador. No tard� en arrancarme este �ltimo.
Me llev� con �l hasta el maletero del coche, de donde sac� una cuerda con la que at� mis manos y volvimos donde est�bamos.
All� me oblig� a arrodillarme y pronto v� su dura polla delante de mi cara.
- Abre la boca.- Yo contest� que no con la cabeza- He dicho que abras la boca- Volv� a hacer el mismo gesto y Hassam me propin� un bofet�n en la cara.
Se me saltaron las l�grimas y �l meti� su pene en mi boca sin ninguna dificultad. Me agarr� del pelo, no se conformaba con que se la chupara un poquito, quer�a que entrase entera y empujaba mi cara de una forma brutal contra su miembro. Me dol�a la mand�bula de tener la boca abierta y la mayor�a de las veces notaba c�mo su glande golpeaba contra mi garganta, llegando a provocarme incluso arcadas. Esto parec�a ponerle m�s cachondo a Hassam.
No tard� mucho en correrse en mi boca. Lo ech� casi todo dentro y me oblig� a tragarlo y a limpiar con la lengua los restos que hab�an quedado en su pene.
Me volvi� a colocar de pie diciendo:
- Vaya, parece que con tu boquita no te manejas tan mal...ya veremos a ver que pasa con el resto de tus agujeritos.
Aquello no presagiaba nada bueno y no tard� en agarrarme de la cabeza para colocarme sobre el cap� del coche. All�, de pie, con el torso y la cara apoyados sobre el coche, notando el fr�o metal en mis pechos, Hassam procedi� a quitarme de un tir�n las bragas.
Apoy� su mano izquierda en mi cabeza, aprent�ndola contra el coche para que no pudiera levantarme. Chup� los dedos de su otra mano y toc� la entrada de mi vagina, meti� un dedo, luego dos, volvi� a chuparlos y repiti� la misma operaci�n tres o cuatro veces.
Mientras, entre l�grimas le suplicaba:
- Por favor Hassam, dejalo...no lo hagas...ya he hecho algo que t� quer�as...dejame...
- No has hecho todo lo que yo quer�a- respondi� friamente.
Sin mediar una sola palabra m�s me meti� su polla hasta el fondo. Le o� gemir mientras sent�a c�mo su dura y caliente polla desgarraba mi vagina de una forma brutal. Profer� un enorme alarido ante la primera embestida. No pod�a hacer otra cosa m�s que pedir que me dejase, entre sollozos. Aquello parec�a excitarle m�s y cada vez bombeaba m�s en�rgicamente.
Notaba c�mo mi vagina se contra�a cada vez que sacaba su polla, lo que hac�a que la siguiente embestida fuese m�s dolorosa, su pene me quemaba y de mi rajita chorreaba una mezcla de flujo y sangre.
Finalmente Hassam sac� su polla y comenz� a acariciar mi otro agujerito con ella.
- Nooooooooooo!!! Eso no por favor!!!- Grit� y llor� desconsolada.
Le o� reirse mientras segu�a acarici�ndomelo con el pene.
Esta vez no hubo introducci�n de dedos y fue directamente su enorme falo lo que me revent� el culo.
El dolor fu� indescriptible y el grito a�n lo fu� m�s. Las l�grimas ca�an por mi cara y Hassam no dejaba de empujar jadeando constantemente como si fuera un animal. Lo que m�s le excitaba era verme all� indefensa, a su merced, sin que nadie pudiera ayudarme, desvirg�ndome de una forma brutal.
Fren� un poco el ritmo y a continuaci�n me propin� un par de azotes en el culo. Ante los golpes yo contra� mis m�sculos y me mov� levemente, cosa que a �l le agrad� a juzgar por sus jadeos. Volv�o a azotarme y yo volv� a moverme levemente.
- Yo voy a dejar de moverme, ser�s tu la que empuje ahora. Si no lo haces tendr� que recurrir a los azotes peque�a.
En ese caso pens� que lo m�s apropiado era hacerle caso para que aquello acabase cuanto antes. Empec� a moverme levemente hacia delante y detr�s, sintiendo c�mo su polla entraba y sal�a de mi culo.
Pronto �l empuj� de golpe:
- Si lo vas a hacer lo haces bien!!! Quiero que entre entera!!! As�!!!
Dijo bombeando tan bruscamente como lo hab�a hecho al principio. Continu� penetr�ndome furiosamente.
Finalmente se corri�, y lo hizo dentro de mi culo. Se apart�. Yo permanec� en la misma posici�n, de mi vagina y de mi culo chorreaban hilos de flujo, sangre y semen a partes iguales.
Me dio una toalla:
- Toma, limpiate y vistete, nos vamos.
Me limpi� la cara, la vagina y el culo. Me volv� a vestir. Entr� en el coche. A duras penas pude sentarme. Durante el camino de vuelta nadie dijo nada.