Relato: ORGASMOS INFANTILES
ORGASMOS INFANTILES
La historia que os voy a narrar es completamente ver�dica, solo he cambiado los nombres y los lugares por cuesti�n de privacidad.
Soy de profesi�n arquitecto y tengo 41 a�os, mi esposa administradora de empresas y 39 a�os de edad, 2 preciosos hijos:
Una ni�a que tiene 16 a�os y un chaval adolescente de 14 a�os actualmente.
Tenemos un buen vivir econ�mico y social.
Los hechos comenzaron a suceder hace 11 a�os cuando mi hija Elena contaba 5 a�os y la observe en actos que me sorprendieron y marcaron mi libido para siempre.
En aquel entonces le regalamos a Rafael mi ni�o de 3 a�os un caballito hinchable de hule para que saltara en �l y desarrollara fuerza en las piernas, pero resulta que a quien mas le gusto el juguete fue a mi hija.
Un d�a estaba en mi estudio dibujando unos planos y vi a Elena montada en el caballito, solo ten�a unas braguitas puestas, me puse a observar su juego porque me causo curiosidad su carita sonrosada y su mirada perdida, sobaba su rajita contra el lomo del caballito, atr�s adelante, atr�s adelante varias veces, los puntitos de sus pechos se ve�an duros, luego se inclino para abrazarlo del cuello y levanto las piernitas hacia atr�s para que su cl�toris quedara mas pegado al lomo del juguete.
Comprend� que se estaba pajeando, sent� como un corrientazo en mi pene que empez� a ponerse tieso, mientras tanto mi ni�a apret� sus piernitas y lanzo un gemido que me llego hasta el alma, la vi como desmayada por un momento, luego se paro como si nada hubiese pasado y se fue a su alcoba a ver televisi�n.
Yo quede asombrado y sin poder quitarme la escena de la cabeza no pude trabajar mas, en la noche haciendo el amor con mi esposa volvieron los recuerdos y tuve un orgasmo como hacia mucho no sent�a.
La segunda vez que la vi, paso m�s o menos lo mismo, solo que Elena ten�a puesto un shorcito corto, cuando comenz� a cabalgar en el caballito, se dio cuenta que la estaba observando y me dijo:
- No me mire papito.
- �Por qu� mi amor? Si t� sabes cabalgar muy bien.
- Es que me da verg�enza.
- No pasa nada tesorito, como ya va a ser hora de ducharte qu�tate la ropa y cabalgas un ratito antes del ba�o y tranquila que no te miro, le dije con el morbo metido en mi cuerpo.
Se quito la ropa y se subi� al caballito, yo hice como si estuviera concentrado en el trabajo, el escritorio me cubr�a para que ella no me viera y me saque el pene, paulatinamente se fue emocionando y yo tambi�n, su carita enrojecida, sus ojitos entrecerrados y su vaginita frot�ndose en el hule me ten�an a punto de eyacular y por un instante vi su rajita colorada y h�meda y me vine con tres o cuatro chorros de semen en mi mano.
- Haaaaaa, gimi� ella inocentemente y se quedo desmayada.
Cuando se paro le dije:
- �Que bonito montas al caballito! ve a ducharte para que nos vamos al parque con tu hermanito Rafael.
Pasaba el tiempo, yo no perd�a oportunidad de mirar a mi hija en diferentes situaciones, (en el ba�o, en la piscina. Cuando dorm�a le bajaba las braguitas, etc., etc., pero nunca la manosee.
Yo tuve que ausentarme de casa durante 8 meses por una obra en otra ciudad, solo iba los fines de semana cuando el trabajo me lo permit�a.
Elenita ya ten�a 7 a�os y medio cuando regrese, un d�a escuche unos gemidos en su alcoba, me acerque sigilosamente y mi ni�a se estaba pajeando con su manita, adem�s se met�a 2 deditos en la vagina lo m�s profundo que pod�a, la mire hasta que entre gemidos y convulsiones termino, con mi pene a punto de explotar me fui a mi alcoba y folle a mi mujer de una manera que ella misma quedo admirada.
- Amor esta semana tengo que visitar una empresa en la costa sur y regreso hasta el martes, me comento mi esposa.
- Muy bien, yo aprovecho y me llevo los ni�os a la finca para que respiren aire puro.
Ese jueves nos fuimos, al llegar en la tarde Elenita saludo muy efusivamente a Moises, un chaval de 12 a�os hijo de un primo de mi esposa que hacia los oficios de jardiner�a celadur�a y mantenimiento de la piscina en la finca, viv�a con su esposa y el muchacho en las dependencias del �rea de servicio.
Le encargue a Moises que cuidara a los ni�os y yo me puse a trabajar en el ordenador, el estudio tiene vistas a la piscina y desde ah� observaba a mis hijos jugando en el jard�n, vi cuando Moises llevo a Rafael donde la empleada de servicio y le dijo que lo cuidara un ratito porque iba a coger unas frutas con Elena, al rato me dio una corazonada y sin hacer ruido sal� a buscarlos, cual ser�a mi sorpresa cuando por una ventana del cuarto donde se guardan las herramientas vi que Moises ten�a a mi ni�a recostada en un mueble, sin bragas y la estaba penetrando.
Miles de cosas pasaron por mi cabeza, quise acabar con ese chaval, quise rega�ar a mi hija, pero al escuchar los gemidos de mi hijita el morbo se apodero de mi cuerpo y la curiosidad de enterarme cuando la hab�a desvirgado, con una erecci�n tremenda decid� no dejarlo eyacular dentro de Elenita, me retire un poco.
- Elenaaaaaa �D�nde est�aaaas?
Al llamarla me los imagine con el susto en el cuerpo, luego escuche la puerta de atr�s abri�ndose y unos pasos corriendo y despu�s mi hija apareciendo toda agitadita con sus mejillas enrojecidas.
- �D�nde estabas?
- Dando un paseo papito.
No quise refutarle la mentira y le dije:
- Ven vamos a cenar que ya casi es hora de acostarnos.
Cenamos, vimos televisi�n un rato, acost� a Rafael en su cuarto y a Elena le dije:
- T� duermes conmigo.
Al acostarnos, sin decirle nada la desnude y yo tambi�n, al ver mi pene se sonrojo, le mande la mano a su vagina y empec� a acariciarla, ella callada se dejo hacer, le met� un dedo luego dos a pesar de estar tan dilatada se quej�, le mam� su rajita y con mi lengua juguetee con su cl�toris mientras con los dedos apret� sus duros pezoncitos, todo esto lo hac�amos en silencio, acostada boca arriba abr� sus piernitas, encog� sus rodillas, ella sumisa ya sabia que la iba a penetrar, me arrodille colocando mi pene frente a su rajita h�meda por mi saliva y sus fluidos, la tome con mis grandes manos de su cintura para atraerla y comenzar a penetrarla, sent� su coraz�n latiendo con fuerza aceleradamente, su respiraci�n agitada, sus hermosos ojos adormecidos.
- Mi amor con tu manito p�ntelo donde es, le dije en un susurro.
Elenita me lo cogi� y lo coloco en su casi virgen entradita y la atraje hacia m�, ya no hab�a tiempo de arrepentimientos, le met� la cabeza en el primer empuj�n, en el segundo entro m�s.
- Ay, ay, ay papito me duele, grito con su vocecita de ni�a con 7 a�os y medio.
- C�llate mi amor que nos pueden o�r, como con Rafael no gritas.
- Porque �l lo tiene m�s peque�ito.
- Bueno tesorito, te lo voy a meter m�s despacio para que puedas gozar.
La segu� clavando cent�metro a cent�metro, sent� las paredes de su vagina separ�ndose al paso de mi pene, en mis pensamientos agradec� a Rafael que hubiese penetrado a mi ni�a hasta cierta parte, facilitando mi follada, en la posici�n que la ten�a cogida ve�a como le iba entrando mi miembro y los gestos de su hermosa carita, note en su interior que la cabeza de mi pene estaba pasando por territorio aun virgen porque ten�a que hacer mas fuerza al penetrarla.
Gimi� largamente y unos peque�os espasmos de ella apretaban y soltaban mi pene y pens�: �mi ni�a tiene una vaginita mamadora�, sus palpitaciones iban en aumento al sentirlo m�s profundo dentro de su ser, y cuando le entro todo mis cojones chocaron con sus nalguitas lanzo un largo gemido y sent� su caliente flujo mojando mi virilidad.
- HAAAAAAAAAA Pap� me est�s haciendo sentir dichosaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa.
- Yo tambi�n mi amor. Le contest�.
Con todo metido cambie de posici�n, estire mis piernas, apoy� mis manos en la cama delante de sus hombros para sostenerla cuando inicie un mete y saca delicioso que duro como 10 minutos en los cuales le provoque otro orgasmo y me corr� con cuatro espasmos en lo m�s profundo de su vaginita.
No me quise perder el maravilloso espect�culo de ver brotando de su vagina mi semen revuelto con sus flujos y sin la culpabilidad al no salir con sangre.
Cuando volvi� de su �xtasis y yo del m�o me dijo:
- Pap� h�gamelo otra vez.
Admirado de la calentura de m� hija de apenas 7 a�os y medio le dije:
- Si mi amor, pero m�memelo para que se me pare otra ves.
Acto seguido me la chupo como los �ngeles y luego la folle pero en la posici�n de perrito lo cual hizo que se le fuera mas profundo y disfrutara con otros dos orgasmos.
Al otro d�a para despertar mas mi morbo le d� permiso para que fuera a follar con Moises, pero al regreso me dijo que no quer�a volver a hacerlo con �l porque le gustaba m�s conmigo.
Desde entonces mi hija se convirti� en mi amante permanente, y disfrute de todo el proceso natural de verle crecer sus pechos y el nacimiento de sus primeros vellos en su abultadita vagina.
Espero hayan disfrutado de esta narraci�n y os agradezco los votos que me brinden para motivarme a contaros una segunda parte con las experiencias de mi viciosilla hija.