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Nota: Para las personas leen por primera vez este relato, les
recomiendo leer la
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El Chico del Chat

(V)

En medio de bromas y risas, Casillas y Morientes salieron del
restaurante para abordar el auto de Morientes y dirigirse al departamento de
Casillas.

Cuando llegaron al departamento, Casillas inmediatamente fue
a buscar una botella de vino y se la dio a Morientes para que la pudiera abrir
mientras buscaba dos copas.

Ambos se sentaron en el sof� m�s grande y brindaron por el
momento tan agradable que estaba los dos disfrutando, ya que a pesar de llevar
varios a�os juntos en el equipo, no hab�an tenido oportunidad de convivir tan de
cerca.

Mientras charlaban pudieron escuchar los fuertes rel�mpagos
del cielo que anunciaban una fuerte tormenta, Casillas no pudo esconder la
expresi�n de su rostro: le asustaban mucho ese tipo de rel�mpagos y Morientes
tuvo mucha atenci�n con el para hacerle saber que no le pasar�a nada mientras
estuviera a su lado.

Entonces Casillas entrelazo su mano con la de Morientes y
este correspondi� con tiernas caricias sobre ella. Siguieron tomando de sus
copas y charlando sobre sus gustos y cuando se dieron cuenta ya se hab�an tomado
casi toda la botella.

Justo cuando intentaba ponerse de pie sufri� un fuerte mareo,
ya que no esta acostumbrado a beber tanto y sin poderlo evitar cayo al sof� y
una gran parte de su cuerpo cayo sobre Morientes, lo que provoco que las dos
copas que ten�a en las manos se vaciaran sobre su ropa, mojando la parte baja de
su abdomen y gran parte de su vientre.

En este momento Iker Casillas sentado pudo apreciar como la
camisa de Morientes se pegaba a su cuerpo (debido a que esta mojada) haciendo
lucir su espectacular estomago de lavadero y siguiendo ese camino tambi�n pudo
apreciar como su bulto se marcaba totalmente haciendo lucir su preciosa verga
semierecta (que pr�cticamente as� la tuvo toda la noche por la excitaci�n que le
provocaba estar cerca de Iker Casillas) y sin poder evitarlo Casillas se quedo
con la boca semiabierta admirando la belleza f�sica de Morientes y cuando pudo
reaccionar lanzo un peque�o suspiro, Morientes pudo percatar perfectamente el
asombro de Casillas ante su fuerte y escultural cuerpo por dem�s masculino.

Iker Casillas no estaba borracho, solo estaba mareado y es
que nunca se hab�a acostumbrado a beber licor y hoy lo hac�a porque se dejo
llevar por el momento tan agradable que estaba viviendo. Mientras caminaban no
pudieron evitar hacer bromas y continuar divirti�ndose.

Sin poder evitarlo, Casillas no dejaba de mirar como el bulto
de Morientes se marcaba cuando daba un paso y como poco a poco iba creciendo
debido a la cercan�a de sus cuerpos. Morientes tambi�n hacia lo suyo, porque
mientras iban abrazados su brazo fue bajando poco a poco por su espalda hasta
que llego a la parte baja de esta y sin poderlo evitar bajo por completo su mano
sobre el perfecto trasero y comenz� a dar peque�o masajes sin ser muy obvio y su
verga reaccionaba bajo su pantal�n.

Llegaron a la puerta del ba�o y Morientes solt� a Iker para
que pudiera entrar solo, quien al dejar caer el brazo que ten�a en su hombro y
con la punta de sus dedos recorri� el fuerte pecho de Morientes hasta que llego
a su vientre y suavemente acaricio el bulto marcado e inmediatamente se meti� al
ba�o mientras Morientes esperaba sentado en su cama encendiendo la televisi�n y
con una toalla intentaba limpiar su ropa mojada, le preocupaba un poco que su
esposa pudiera observar el aspecto de su ropa.

Justo cuando Casillas estaba a punto de salir del ba�o, la
luz se fue repentinamente debido a la fuerte lluvia:

Entonces ambos chocaron cuando se encontraron e
inmediatamente Casillas abrazo fuertemente a Morientes y comenzaron a caminar en
medio de la obscuridad, Casillas recargaba su rostro en el abdomen de Morientes
y este le pasaba sus brazos por la espalda.

Estuvieron varios minutos en silencio abrazados y aunque la
lluvia no hab�a cesado, los rayos ya hab�an pasado pero a�n continuaban sin
energ�a el�ctrica. Casillas un poco mas relajado se sent� al borde de la cama.

Morientes sinti� como su cuerpo se estremeci� por completo e
inmediatamente se dio cuenta que efectivamente la noche aun era larga. Casillas
tomo su cara y lo beso, fue un beso largo en el cual sus lenguas se entrelazaron
intercambiando su saliva y conociendo la manera en que cada uno besaba, cuando
termino Morientes no pudo evitar lanzar un peque�o gemido de placer y llego a la
conclusi�n de que Casillas es un chico s�per especial lleno de sorpresas que lo
pod�an acabar enloqueciendo.

Casillas se levanto de la cama, pidiendo a Morientes que
permaneciera a su lado (recuerden que aun estan sin energ�a el�ctrica y que
Casillas le teme a la obscuridad), para encender algunas velas que tiene
distribuidas por toda su habitaci�n, localiza un encendedor guardado en el bur�
de la cabecera de su cama y Casillas comienza a caminar hacia uno de los muebles
seguido de Morientes que coloca sus manos en la cintura de Casillas.

Cuando Casillas se detiene frente a un mueble, Morientes
choca contra el, recargando su miembro sobre el espectacular trasero de Casillas
y ah� permanecen en esa posici�n mientras Iker Casillas encend�a cada una de las
tres velas que estaban en ese mueble, Morientes, que continua con las manos en
su cintura, comienza a darle peque�os y suaves besos al cuello de Casillas,
quien responde emitiendo peque�os gemidos de placer. Cuando Casillas termina de
encender las velas, Morientes las apaga soplando sobre ellas con el �nico
prop�sito de tener a Casillas en esa posici�n.

Cuando Casillas volvi� a encender la primera vela, sin decir
ninguna palabra se despojo de su playera negra ajustada y la dejo caer al suelo,
Morientes se quedo admirado del cuerpo fuerte que Casillas estaba formando (por
su mente desfilaron im�genes de Casillas cuando lo conoci� por primera vez y
llego a la conclusi�n de que estaba dejando de ser un ni�o y que ahora ya era
todo un hombre y que su cuerpo hab�a sufrido grandes cambios significativos
durante los �ltimos dos a�os) y nuevamente se pego a su espalda para mantener la
temperatura de Casillas y no tuviera fr�o, ya que debido a la fuerte lluvia la
temperatura ambiental hab�a bajo un poco.

Mientras Casillas encend�a la tercera vela, Morientes no
dejaba de acariciar suavemente y sin prisa alguna la espalda y el torso desnudo
de Casillas, de vez en cuando sus manos bajaban por su espectacular trasero
hasta tocar sus fuertes piernas. Ahora era el turno de Casillas y consciente del
poder sexual que transmit�a y de las ansias que ten�a Morientes por contemplar
su espectacular trasero, �nicamente se desprendi� de un reloj, un anillo, una
esclava y una cadena y los dos emitieron peque�as risas.

Como ya no hab�a velas en ese mueble, Casillas camino hacia
el otro extremo de la recamara donde hab�a otro mueble con dos velas, Morientes
segu�a caminando a sus espaldas pegando su miembro sobre las nalgas de Casillas,
quien de vez en cuando paraba m�s su trasero para sentir el miembro erecto de
Morientes. Casillas encendi� la cuarta vela y era el turno de Morientes
entonces, m�s decidido y sobretodo excitado, se despojo de su pantal�n quedando
solo con un b�xer que marcaba notablemente el estado de erecci�n que guardaba su
verga, que estaba totalmente apuntando hacia el techo: erecta, dura y brotando
liquido seminal; entonces Morientes volvi� a pegar su verga sobre Casillas y
este pudo sentirla a�n m�s, Morientes durante breves segundos simulo una
penetraci�n, moviendo constantemente su caderas sobre la de Casillas, quien no
pudo evitar lanzar algunos gemidos de placer, Morientes subi� sus manos hacia el
pecho de Casillas y este pudo sentirlo completamente. (Casillas sigue con
pantal�n y sus huaraches, Morientes se quedo con su camisa y su b�xer)

Entonces Casillas volviendo en s�, encendi� la quinta vela y
como era su turno, se deshizo solo de su calzado, que eran unos huaraches. Ahora
la habitaci�n estaba un poco m�s alumbrada y Morientes pod�a admirar de manera
mas clara la espalda desnuda y el abultado trasero de Casillas. Los ojos de
Casillas desprend�an fuego y Morientes as� lo sent�a, estaba como hipnotizado
admirando la belleza f�sica de Casillas

Iker Casillas ahora se dirigi� hacia su closet y saco de una
de las puertas las �nicas dos velas que quedaban, Morientes permanec�a parado
contemplando la belleza de su amado Casillas y sin necesidad de tocar su verga,
esta continuaba completamente erecta, Morientes se mor�a por hacer suyo a ese
hombre que le parec�a s�per cachondo y lo estaba demostrando con el juego de las
vela encendidas inventado por Casillas.

Casillas se fue con las dos velas al lado izquierdo de su
cama y ah� dejo una, despu�s de dirigi� al lado derecho y ah� coloco la �ltima.
Entonces Casillas se quedo sentado en este lado y comenzaba a encenderla, cuando
Morientes se acerco y se sent� a su lado.

Iker Casillas encendi� la sexta vela y era el turno de
Morientes, entonces decidi� jugar su mejor carta y se puso de pie frente a
Casillas y bajo su b�xer hasta sus pies inclin�ndose por completo para lograr
desprenderse de esa prenda y al momento de levantarse dejo al descubierto su
verga completamente erecta, apuntando hac�a el techo y golpeando su estomago y
la tercera parte de su verga era cubierta por la camisa pero era notablemente
visible debido a los movimientos que hac�a, Casillas se quedo completamente
mudo, sin ninguna expresi�n que no fuera de asombro y con la boca abierta
contemplando ese pedazo de carne que ten�a vida propia y que quer�a tener en
estos momentos entre sus labios.

Iker Casillas tardo varios segundos sin decir nada y fue
Morientes quien rompi� el silencio al mencionarle que faltaba la �ltima vela por
encender.

Entonces Casillas reacciono y se acost� sobre la cama boca
abajo y se dirigi� hacia el otro extremo de la cama sin levantarse y
arrastr�ndose sobre la cama boca abajo hasta que logro llegar, entonces se
volteo hacia Morientes y le dijo: "�Te vas a quedar ah� parado?" y Morientes
inmediatamente entendi� el mensaje de su peque�o y se subi� a la cama y entonces
se acost� completamente sobre Casillas, acomodando su erecta verga sobre el
trasero parado de Casillas.

Casillas encendi� la ultima vela y permaneci� algunos minutos
sin moverse sintiendo la verga de Morientes que a pesar de tener aun su
pantal�n, pod�a sentir lo caliente y dura que estaba, Fernando Morientes se
mov�a lentamente disfrutando del momento besando el cuello y la espalda de
Casillas.

Sin decir palabra alguna, Morientes se levanto y quedo
hincado en los pies de Casillas, que permanec�a acostado boca abajo, se quito su
playera y se agacho para comenzar a bajar el pantal�n de Casillas, quien
previamente lo hab�a desabrochado.

Morientes coloca sus manos sobre la cintura de Casillas a la
altura del pantal�n y comienza a bajar el pantal�n, mientras que Casillas tiene
que levantar un poco su cadera para que el pantal�n pudiera salir sin ning�n
problema y quedo completamente desnudo a su disposici�n.

Y justo en el momento que Morientes saca el pantal�n de los
pies de Casillas y cuando su mirada se enfocaba en el espectacular trasero de
Casillas, regresa al energ�a el�ctrica al departamento, iluminando por completo
toda la habitaci�n. Entonces Morientes puede contemplar en todo su esplendor el
fuerte y esbelto cuerpo de Casillas, sus ancha espalda y su peque�a cintura, sus
fuertes brazos y piernas bien formadas, pero su mirada se perdi� por completo
admirando ese par de nalgas redondas y bien paradas, era una vista realmente
cachonda, sus nalgas lampi�as y duras las hab�a visto varias veces en el
vestidor, pero ahora era diferente.

Casillas volteo su cabeza y pudo admirar el fuerte cuerpo de
Morientes y como pudo ver como su verga apuntaba hac�a el techo totalmente dura
y brillante por las continuas gotas que de liquido seminal brotaban de ese
enorme pedazo de carne palpitante. Morientes aun permanec�a como hipnotizado
ante la hermosura y excitante trasero de Casillas.

Morientes se baja de la cama, donde estaba de rodillas, y se
dirige hacia el apagador sin que Casillas perdiera de vista como su verga, a
cada paso de Morientes, golpea su estomago y sin poder evitarlo recuerda que las
vergas de Fernando Hierro y Figo eran parecidas a la de Morientes llegando a la
conclusi�n de su gusto por las enormes vergas.

Antes de apagar la luz, Morientes contempla una vez m�s ese
trasero que esta a punto de disfrutar y que tanto hab�a deseado en las �ltima
semanas. Morientes apago la luz y en pocos pasos llego a la cama, donde lo
esperaba Casillas boca bajo.

Morientes se puso de rodillas sobre la cama en los pies de
Casillas e inmediatamente se agacho para besar su cuerpo, comenz� a besar su
pie, pasando sus labios suavemente por cada uno de los dedos de los dos pies,
despu�s poco a poco comenz� a subir con la punta de su lengua hasta llegar a uno
de los tobillos, ah� permaneci� algunos segundos besando y mordiendo suavemente
los dos tobillos. Casillas solo se dedicaba a disfrutar de las caricias y de los
labios ardientes de Morientes.

Mientras Morientes recorr�a con la punta de su lengua y sus
labios las pantorrillas, sus manos comenzaban acariciaban las nalgas de
Casillas.

La lengua de Morientes se detuvo un momento cuando se dio
cuenta de que su cara estaba totalmente a la altura de ese tan anhelado y
espectacular trasero, sus ojos se perd�an en medio de sus nalgas y haciendo un
gran esfuerzo, su lengua se brinco esa �rea y nuevamente comenz� a recorrer la
piel de Casillas a partir de la espalada baja (donde comienza el trasero) y
pens� que aun ten�a tiempo por delante para disfrutar de sus nalgas.

Morientes besaba su espalda y sus manos ahora las pasaba por
debajo, acariciando sus pezones, Casillas no pod�a creer como Morientes lo iba
poniendo cada vez mas caliente y deseoso. Morientes llego a su cuello y comenz�
a darle peque�os besos y su cuerpo cayo nuevamente sobre Casillas, quien no pudo
evitar escapar de su boca peque�os gemidos al sentir nuevamente la verga
caliente y palpitante de Morientes sobre su trasero.

La cara de Morientes nuevamente quedo a la altura del gran y
caliente trasero de Casillas y sin lugar a dudas pens� que ahora si era le
momento que tanto hab�a anhelado, probar, chupar, morder, besar, lamer, en fin
hacer suyo ese par de nalgas que parecer�a que ped�an ser utilizadas.

Morientes puso sus manos en cada nalga y sus labios
comenzaron a besar primero uno y cuando termino de recorrerla por completo se
paso a la otra, no quer�a dejar un pedazo de piel sin probar, cuando termino de
besarlas por completo, con la punta de su lengua recorri� la parte de en medio
sin abrirlas, solo por encima, Casillas solo gem�a de placer y de vez en cuando
levanta a un m�s su trasero.

Morientes tomo una de las almohadas y la coloco debajo del
vientre de Casillas y as� pudo tener mas levantado el gran trasero de Casillas.
Despu�s con sus manos abri� las nalgas y por fin pudo por completo el culo de su
amado Casillas y su excitaci�n creci� aun m�s cuando pudo apreciarlo en su total
plenitud: lampi�o, rosado, caliente y un poco dilatado.

Sin pensarlo m�s, paso su lengua por el culo y pudo sentir su
sabor, Casillas dejo escapar un peque�o grito de placer, Morientes paso varias
veces su lengua por ese culo, recorri�ndolo por completo.

Morientes continuaba disfrutando de ese culo y poco despu�s
comenz� con la punta de la lengua a saborear ese maravilloso y rico culo,
recorr�a una y otras vez todo su contorno metiendo poco a poco su lengua y
llen�ndolo de saliva para dilatarlo, Casillas solo gem�a y disfrutaba, nadie le
hab�a hecho sexo oral en su ano como ahora y lo estaba disfrutando, la lengua de
Morientes continuaba chupando.

Morientes continuaba con su lengua recorriendo todo el
contorno del culo de Casillas, met�a su lengua lo m�s profundo que pod�a y la
sacaba, continuamente simulaba una penetraci�n y Casillas fuera de s�, mov�a su
cuerpo levantando su trasero.

La verga de Casillas comenzaba a sentir los efectos de las
mamadas, que Morientes le daba a su culo, ya que debido a la fricci�n que se
hab�a la almohada y su vientre, estaba a punto de tener un orgasmo.

Morientes se incorporo y se acost� completamente sobre
Casillas acomodando su verga en la entrada de ese culo que segundo antes hab�a
disfrutado con su lengua, cuando la cabeza de su verga toco la entrada de su
ano, Casillas lanzo un fuerte gemido.

Casillas se corr�a mientras sent�a por su culo que se
deslizaba la verga de Morientes, sintiendo dolor por el grosor, pero tambi�n lo
estaba disfrutando, la verga deslizaba cada uno de sus 20 cms. mientras su
propia verga lanzaba chorros y chorros de abundante semen caliente que iban a
parar a la almohada. Casillas no paraba de convulsionar todo su cuerpo y de
emitir peque�os gritos y gemidos de dolor mezclados con placer.

Tambi�n Morientes estaba disfrutando de la corrida de
Casillas, su verga pod�a sentir como el caliente y jugoso ano de Casillas la
apretaba cada cent�metro y era realmente un deleite sentir su verga dentro del
culo apretado de Casillas, quien no dejaba de mover sus caderas para sentir en
lo m�s profundo de su ser este orgasmo. El culo de Casillas no dejaba de apretar
la enorme verga de Morientes y ambos lo estaban disfrutando al m�ximo.

Cuando Casillas dejo de vaciarse, quedo completamente sin
fuerzas debajo del cuerpo de Morientes, quien continuaba con su verga dentro de
su culo movi�ndola suavemente hasta que Casillas se recupero por completo.

Entonces Morientes, que continuaba sin correrse, comenz� a
sacar su verga lentamente y cuando la cabeza estaba a punto de salir:

Morientes comenz� con su verga a desplazarse dentro del culo
dilatado y caliente de Casillas, movi� su verga hacia fuera poco a poco y cuando
la cabeza tocaba los pliegues del lampi�o culo de Casillas, nuevamente la volv�a
a meter hacia el fondo y estuvo as� hasta que poco a poco iba incrementando la
velocidad.

Casillas no supo que decir cuando escucho la declaraci�n de
Morientes, ya sab�a que Morientes sent�a algo por el, pero nunca se imagino que
existiera alg�n sentimiento m�s serio, por el momento quiso olvidarlo y se
dedico a disfrutar el momento.

Casillas comenz� a mover fuertemente sus caderas, apretando
su culo mientras que Morientes dejaba hasta el fondo su verga, gozando de los
movimientos de su peque�o y amado Iker Casillas, quien continuaba
sorprendi�ndolo con la manera que disfrutaba y manejaba el sexo.

De la habitaci�n solo se escuchaban gemidos de placer y a
pesar de que afuera la tormenta segu�a y de que los rel�mpagos volv�an a
escucharse, ahora a ninguno de los dos les importaba, solo gozaban del cuerpo
del otro como si la vida se les fuera en ello.

Durante algunos minutos, Morientes met�a y sacaba por
completo su verga por el culo de Casillas fuertemente haciendo que este lanzara
fuertes gemidos de dolor; despu�s la saco por completo y se levanto de la cama
coloc�ndose en una de las orillas, mientras que una de sus manos recorr�an todo
su grosor y su tama�o, para evitar que perdiera su dureza.

Casillas inmediatamente entendi� el mensaje y sin decir
palabra alguna se fue acercando a la orilla de la cama de espaldas hasta que
quedo en la posici�n de perrito (o a cuatro patas).

Morientes tomo su verga con una mano y la acomodo de manera
horizontal (recuerden que su verga se acomoda de manera vertical) y la otra mano
la coloco en la cadera de Casillas y poco a poco lo fue acercando hacia el,
hasta que su verga toco la entrada de su culo abierto y caliente.

Entonces Morientes soltando la base de su verga, toma
fuertemente de las caderas a Casillas y sin previo aviso meti� toda su verga
hasta el fondo del culo:

Entonces Morientes empujo fuertemente su verga hasta que su
vientre choco con las nalgas bien abiertas de Casillas y comenz� a follarlo sin
cesar.

Morientes detr�s de Casillas se aferraba de las amplias
caderas y le enterraba una y otra vez su potente verga; �l tambi�n estaba
extasiado por los movimientos de Casillas, por su culo ahora abierto y caliente,
por el placer que le daba la entrega de su cuerpo, ese cuerpo por el cual hab�a
estado so�ando en las ultimas semanas y que ahora se le entregaba sin ning�n
pudor.

Cualquier persona que hubiese visto esa escena se hubiera
quedado totalmente paralizado, Casillas estaba en cuatro patas sobre la cama,
sacudiendo su cabeza arriba � debajo de manera incesante, los dedos de sus manos
se cerraban convertidos en pu�os sobre las sabanas revueltas casi arrancadas del
colch�n. Sus piernas bien abiertas y su cadera hamac�ndose fren�ticamente hacia
adelante y hacia atr�s sin ning�n respiro, gozando, gimiendo, suplicando por mas
verga dentro de su culo:

La lengua de Morientes sal�a para lubricar sus carnosos
labios saboreando del momento y aumentando a�n m�s su apetito sexual; mirando la
reacci�n casi esquizofrenica de Casillas, su deseo aumentaba m�s poniendo su
verga m�s dura y moviendo sin cesar su vientre para enterrar su miembro hasta lo
m�s profundo posible.

Parec�a que era una batalla en la cual ninguno de los dos
quer�a ceder, Casillas no paraba de moverse pidiendo a�n m�s y Morientes no
debaja de meter y sacar su verga, haciendo sus movimientos energ�ticos cada vez
m�s fuertes, empujando para recorrer con su largo y grueso trozo ardiente todo
el interior del culo de Casillas, tal pareciera que ten�a deseos de que su verga
saliera por la boca de Casillas.

Morientes sudoroso y preso de una calentura evidente no
dejaba de hundir su potente verga, ten�a los ojos entrecerrados , se mord�a sus
carnosos labios y solo se limitaba a murmurar cosas que no se entend�an, pero
que Casillas respond�a con gemidos y gritos de placer mezclados con el dolor que
le causaba que lo estuvieran partiendo en dos.

Casillas, en medio del trance en que se encontraba, pudo
percatarse que su verga nuevamente estaba totalmente erecta. Mientras que
Morientes pod�a sentir como sus huevos poco a poco se iban contrayendo y se
pon�an cada vez m�s calientes anunciando una pr�xima venida.

El cuerpo de Morientes no dejaba de convulsionarse hasta que
se vac�o por completo, sus m�sculos se marcaban y sus piernas estaban
completamente tensas y su culo apretaba para que su verga pudiera seguir dura y
vaciando su leche espesa y ardiente como lava de volc�n.

A pesar de que Morientes se acababa de vaciar por completo,
su verga no hab�a perdido nada de su dureza y permanec�a completamente erecta y
dentro de Casillas.

Casillas agotado por la fuerzas que hab�a hecho sobre sus
brazos y sus piernas, se dejo caer sobre el colch�n y Morientes cayo a su lado.
Entonces Casillas pudo ver que la verga de Morientes no hab�a perdido su dureza
y como el quer�a seguir disfrutando de esa maravillosa verga, Casillas acostado
boca arriba se puso m�s a la orilla de la cama y elevando sus piernas al aire,
las abri� completamente coloc�ndose debajo de su espalda baja dos almohadas para
que su vientre estuviera m�s elevado, Morientes sin decir ninguna palabra se
puso de pie nuevamente y se coloco en medio de las piernas de Casillas e
inclin�ndose pudo apreciar con cara de admiraci�n como el culo de Casillas
estaba totalmente abierto, rosado y liberando poco a poco el semen que segundo
antes hab�a depositado hasta el fondo.

Entonces se agacho completamente y con mucho cuidado paso
suavemente su verga por los pliegues del ano de Casillas, saboreando su propio
semen mezclado con el sudor y jugos de Casillas, pero eso era algo que no le
importaba. Casillas disfrutaba de la lengua de Morientes, que aliviaba un poco
el ardor que sent�a.

Morientes dejo de chupar el culo de Casillas y coloco su
todav�a erecta verga en la entrada del culo y suavemente comenz� a introducirla,
cuidando de no lastimar a Casillas.

Entonces Morientes introdujo totalmente su verga hasta el
fondo, las piernas de Casillas estan totalmente abiertas hacia los lados.
Morientes se inclino por completo sobre Casillas para poder besar sus labios,
apretando con sus est�magos la verga erecta de Casillas.

Claramente se pod�a o�r como chocaba el cuerpo de Morientes
cuando dejaba ir por completo su verga dentro de Casillas, sus huevos se
agitaban rozando el colch�n de la cama. Morientes besaba el cuello y el pecho de
Casillas, poco despu�s de levant� para disfrutar por completo del caliente y
abierto culo.

Morientes tomo con las manos cada una de las piernas de
Casillas de los tobillos abri�ndolas lo m�s posible para poder entrar y salir
libremente de su culo. En esta posici�n Casillas pod�a masturbarse libremente y
mientras que con un mano recorr�a sus 18 cms. de verga totalmente erecta y dura,
con la otra acariciaba su pecho; mojaba sus labios con la punta de su lengua,
disfrutando, gozando y gimiendo.

Morientes segu�a movi�ndose fuertemente, cuando sinti� que
estaba a punto de correrse nuevamente, Casillas tambi�n sent�a que estaba a
punto de correrse.

Casillas comenz� a lanzar peque�os chorros de semen sobre su
pecho apretando fuertemente su culo, mientras que Morientes sent�a como su verga
era nuevamente exprimida y despu�s de lanzar un chorro de semen dentro del culo,
saco su verga y con su mano comenz� a mene�rsela para terminar de correrse sobre
el pecho de Casillas.

Morientes totalmente vencido cayo aun lado de Casillas y
ambos de perfil pudieron abrazarse y llenarse de besos mientras sus vergas
chocaban entre s�. Se acomodaron el cama para quedarse dormidos y poder
descansar de la fuerte cogida que se hab�an dado, entonces Casillas apoyo su
cara sobre el fuerte pecho de Morientes y quedaron completamente dormidos en
cuesti�n de minutos.