El segundo d�a de estancia en el pueblo decid� salir a dar una vuelta por los
alrededores. Visita obligada al r�o en el que tantos peces hab�a pescado.
Incluso la gran piedra plana que desafiaba las leyes de la gravedad, dada su
posici�n, segu�a en el mismo lugar. Segu� andando r�o abajo hasta llegar a un
peque�o paso natural a base de piedras, que cruzaba el r�o. Cruc� con bastante
temor ya que el caudal de agua era abundante pues el invierno hab�a sido
generoso y la gran cantidad de nieve acumulada y derretida, permit�a que los
r�os fuesen eso, r�os.

Empec� a caminar sendero arriba hasta intuir entre la maleza y los arboles la
casa de los granjeros. Era una familia de las de anta�o con nueve hijos, tres de
ellos ni�as. No eran gente demasiado sociable ya que viv�an encerrados en su
peque�o mundo y no se les ve�a demasiado por el pueblo. Una de las ni�as era muy
distinta del resto de la familia, era muy agradable y siempre tenia ganas de
jugar. Siempre te la encontrabas dando de comer a los animales o sac�ndolos a
pasear. Lo que la hacia distinta del resto de su familia era que cuando se
encontraba con alguien le saludaba. Sol�a acudir al r�o con los animales para
que comieran pasto fresco y bebieran agua. Fue all� donde la conoc�. Su nombre
era Sonia y era una chiquilla no demasiado alta, tenia el pelo pelirrojo y
largo, el cuerpo delgado pero proporcionado. Cuando la conoc� tenia 13 a�os y
ahora tenia 21. Me acerqu� un poco a la casa i pude observar que el tractor de
su padre no estaba, aparentemente no hab�a nadie en la casa ya que la vi como
muy cerrada. Al andar un poco mas pude o�r un ruido que proven�a de las cuadras
donde ten�an vacas y caballos. Me acerqu� para observar y pude ver a Sonia dando
de comer a los caballos, entre ellos, Zafiro. Un precioso equino de unos quince
a�os de edad. Era un animal precioso y el preferido de ella ya que lo hab�a
visto nacer.

Cuando la pude ver con mas claridad y de mas cerca me qued� boquiabierto. Se
hab�a convertido en una chica incre�blemente guapa, con un cuerpo alto, esbelto
y muy bien formado. Iba vestida con los cl�sicos pantalones de montar de color
beige y una camiseta de manga corta de color blanco. Esos pantalones tan
ajustados permit�an imaginar un culito redondo y de carnes muy apretadas. Unas
piernas largas y bien torneadas. La camiseta blanca dibujaba unos pechos no
demasiado grandes pero si bien formados y un vientre completamente liso. Solo el
impacto de esa visi�n hizo que se me pusiese dura sin casi darme cuenta. Apoyado
en la ventana de la cuadra la observaba como iba i venia con el forraje para los
animales. En alg�n momento pas� a no m�s de dos metros de mi sin percatarse de
mi presencia. La segunda vez que pas� a esa distancia estuve apunto de llamarla
pero no lo hice. Cuando acab� con los animales se acerc� a Zafiro y empez� a
peinarle su preciosa cabellera. Pasado un rato pude o�r como le hablaba a su
caballo y le acariciaba el hocico. Cual fue mi sorpresa cuando de pronto empez�
a desnudarse. Empez� por sacarse la camiseta y dejar al descubierto los pechos
que yo antes hab�a imaginado. Le siguieron las botas y los pantalones. Al
bajarse los pantalones casi grit� al descubrir que tampoco llevaba braguitas y
se quedaba completamente desnuda. En efecto tenia un cuerpo precioso y yo mor�a
de ganas de descubrirme para que me viese, pero pense que si lo hacia la
asustar�a y empezar�a a gritar. La vi como se pon�a de rodillas frente al animal
y mientras se acariciaba los pechos cog�a con la otra mano el miembro del
animal. Este no tard� en quedarse empalmado y mostrar el pedazo de tranca con la
que la madre naturaleza le hab�a dotado. Una vez en esas condiciones Sonia
agarr� la berga de ese animal y la empez� a chupar. Pude ver como aquel bicho se
excitaba y daba peque�isimos pasos hacia delante y hacia detr�s y mov�a la
cabeza en sentido vertical de arriba hacia abajo. Pasado un ratito se puso de
pi� sin soltar la berga de Zafiro y se dio la vuelta dando la espalda al costado
del animal. Se abri� un poco de piernas y me qued� tieso al ver como se
introduc�a aquella enorme polla completamente erecta en su precioso conejo. La
acompa�aba con unos movimientos que eran los mismos que si se tratara de un
consolador. Empez� a jadear. Era impresionante la visi�n de aquella polla
entrando y saliendo no menos de 20 cent�metros de la vagina de Sonia... Ella con
la cara ya pagaba, de vez en cuando su ce�o se frunc�a, imagino que por el
tama�o de tan magno aparato. Se iba parando y mov�a sus caderas dando peque�os
circulos y apretando sus preciosos muslos contra la polla del caballo. El
espect�culo dur� unos diez minutos. Sonia estaba con la espalda arqueada y por
la expresi�n de su cara adivin� que estaba estallando de placer. La imagen del
miembro del caballo entre sus preciosas piernas era sobresaliente. Ella retir�
el miembro del animal de su vagina i lo solt�. Se qued� mirando al animal unos
segundos y de pronto se puso a cuatro patas debajo de el. Empez� a masajearse el
conejo que imagino estaba completamente empapado y otra vez cogi� el miembro
todav�a erecto de Zafiro. Empez� a restreg�rselo por la vagina y a lo largo del
culo y al poco rato empez� a met�rsela muy muy despacio por el ano. Yo no daba
cr�dito a ese espect�culo, era algo incre�ble. La belleza del cuerpo de Sonia y
la majestuosa silueta de aquel animal en un acople dif�cil de describir. El culo
de Sonia aceptaba sin pausa que aquel salvaje miembro lo penetrase. Sus
preciosas nalgas estaban separadas por lo grueso que era el miembro de
zafiro.Ver como aquella polla entraba y sal�a de su culo hizo que me corriera
sin casi darme cuenta. Al ocurrir eso, hice un poco de ruido y ella lo lleg� a
o�r. Se sac� la verga del animal de su precioso culo y r�pidamente se volvi� a
vestir. Yo desaparec� de inmediato medio atontado y alucinado. Mientras bajaba
por el sendero no pod�a dejar de ver aquella imagen. Una imagen que todav�a hoy
recuerdo como si de ayer se tratase. Hoy tengo 41 a�os estoy casado y con dos
hijos. Mi mujer es Sonia. Nunca le he contado lo que vi aquel verano del 81.