Me llamo Juan. Soy un hombre de mediana edad que se conserva en muy buen estado f�sico y seg�n mi mujer soy muy atractivo. Pero a m� eso no es cosa que me preocupe. Llevo una vida sencilla y me gano la vida haciendo movilidad escolar con una camioneta que es mi engre�da. Aparte tengo otros negocios que me permiten vivir sin apuros econ�micos. En cuanto a mi vida familiar, estoy casado y tengo un hijo de 10 a�os de edad. Mi esposa guarda cama desde hac�a dos mese pues se hab�a ca�do por las escaleras y estuvo a punto de quedar paral�tica. Le tuvieron que enyesar toda la cadera y la pobre ten�a que estar asistida permanentemente por una enfermera .Aquel d�a estaba muy molesto. Ten�a un partido de fulbito para las tres de la tarde y a mi mujer se le ocurr�a que pasara por la casa de su amiga Susy para pedirle un trabajo que mi hijo no hab�a copiado y Estefan�a, hija de Susy y compa�era de colegio de mi hijo s�.
La casa de Susy quedaba en un barrio tranquilo pero que parec�a sin vida pues la gente paraba encerrada en sus casas. Era una tarde un poco calurosa y al salir del carro sent� la diferencia pues en el interior estaba con aire acondicionado.
Llegu� como a las dos y media de la tarde a la casa de Susy. Si me atend�a r�pido todav�a pod�a alcanzar a mis amigos.
Sin embargo la suerte estaba en mi contra. Susy viv�a en un segundo piso y desde la ventana Estefan�a me dijo que sus papas no estaban y que no sab�a a qu� hora regresar�an.
Menos mal que en mi celular ten�a el n�mero del m�vil de Susy y me comuniqu� con ella. Me pidi� que la disculpe por no haberme esperado pero el pap� de Ra�l �su esposo-se hab�a puesto mal y tuvieron que salir rumbo al hospital. �Pero no te preocupes ahorita llamo a Estefan�a para que te haga subir y te deje copiar la tarea.�
Le di las gracias y esper� un tiempo que me pareci� una eternidad. Por fin la puerta se abri� pero la ni�a se encontraba en lo alto de la escalera y desde all� hab�a accionado el mando el�ctrico para que lo haga. Estefan�a era un a�o mayor que mi hijo pero estaba m�s desarrollada que �l. Su rostro era perfecto. Nariz peque�a, labios rojos y ligeramente gruesos. Dos ojitos de color caramelo le daban una mirada ex�tica. Su cuerpo era de una mu�equita. Piernas largas de muslos blancos y bien formados. En su pecho dos tetitas peque�as le daban el aspecto de una mujercita. Para sus escasos diez a�os era una ni�a muy sexi.
Vest�a una minifalda de jean y un polito amarillo. Su larga cabellera casta�a estaba amarrada en una cola. Desde lo alto me invit� a subir. Su peque�a faldita me permit�a verle los muslos hasta el calz�n. Hac�a rato que ten�a ganas de orinar y sent�a el pene hinchado. Pero lo peor era que formaba un enorme bulto pues estaba con un pantal�n deportivo y no ayudaba a disimularlo.
Ya en otras oportunidades hab�a visitado la casa de Susy pues ella y mi mujer eran muy amigas por lo que Estefan�a ya ten�a cierta confianza conmigo y se portaba de lo m�s normal.
Pero creo que muy pocas visitas llegar�an con un enorme bulto en el pantal�n y obviamente la ni�a no pudo evitar mirarlo.
-Hola Juan-se acerc� para darme un beso en la mejilla y su barriguita choc� con mi hinchada verga.
Tratando de quitarle importancia le expliqu� que no se asustara pues solo era mi pene y que ten�a muchas ganas de orinar.
Demostrando madurez solo se limit� a sonre�r y me gui� al ba�o y gentilmente me abri� la puerta pero no se retir�.
Sin percatarme de su presencia liber� mi miembro y de inmediato un potente chorro de orina sali� golpeando con fuerza la taza del ba�o. Aliviado cerr� mis ojos y un suspiro escap� de mis labios.
-�Vaya que ten�as ganas de orinar!
Sorprendido voltee y vi a Estefan�a mir�ndome la verga fijamente.
-Tienes un pene enorme- me dijo sin asomo de malicia.
No pude evitar sonre�r ante su comentario. �Ya, y de seguro habr�s visto muchos penes como para que puedas comparar-le dije con iron�a.
Pero sin amilanarse por mi sarcasmo me contest� que solo hab�a visto el de su pap� pero que no llegaba ni a la mitad de tama�o que el m�o. De golpe reaccion� y le ped� que no vaya a contar a sus papas que me hab�a visto orinando.
�No soy tonta Juan y tampoco chismosa!- Su lindo rostro hizo un puchero gracioso.
Normalmente despu�s de orinar la verga se relaja y la guardo sin problemas. Pero la presencia de la ni�a, su inocencia y el hecho que no ten�a sexo desde hac�a ya varias semanas, me hab�an excitado, y la ten�a m�s hinchada que cuando la hab�a sacado.
Tratando de mantener la cordura intent� guardarla sin desabrocharme el pantal�n a fin de no exhibirme totalmente ante ella. Pero era in�til. Se me hab�a puesto como fierro y no pod�a doblarla.
-Parece que no puede entrar �Quieres que te ayude?- Su solicitud me cogi� de sorpresa y antes que pudiera responder ya se hab�a acercado. Se sent� en cuclillas delante de mi verga y su faldita se le remang� mostr�ndome sus braguitas blancas de ni�a.
-A ver deja que yo lo intente- me orden� decidida a someter a la rebelde verga- La agarr� con sus dos manitas y trat� de doblarla para que entre.
Sus esfuerzos fueron vanos. El contacto con sus manos fue peor y ante sus narices, pues mi verga estaba a pocos cent�metros de su carita, est� creci� y se hinch� m�s.
La situaci�n era de locos �Que hacia esa ni�a de diez a�os con mi pene en sus manos? No se me ocurr�a ninguna respuesta y la larga abstinencia me jug� una mala pasada y en vez de detenerla solo me qued� mir�ndola. Ajena a mis pensamientos la nena segu�a cogida fuertemente perseverando en sus intentos de guardar mi pene.
�No me vas a vencer pene!- le dijo a mi verga- redoblando sus esfuerzos por guardarla.
En su lucha la cabezota lleg� a sobarle la boquita moj�ndosela de l�quido pre seminal.
�Sigue orinando!-dijo ri�ndose sin mostrar asco-pero al pasar la leng�ita por sus labios se dio cuenta que no sab�a a orines y curiosa se qued� mirando la cabezota por donde goteaba el l�quido.
Yo me encontraba terriblemente excitado y si la peque�a segu�a manipul�ndome la verga no tardar�a en llenarle la carita de semen.
Acerc� la cabeza de mi pene a su nariz y el olor que emite el macho excitado llen� su olfato y activ� sus hormonas. Aspir� con fuerza y restreg� la verga por su carita, olvid�ndose por el momento que ten�a que guardarla.
�Est� bien caliente y tiene un olor rico!-exclam� inocentemente.
Todo esto hab�a pasado en menos de dos minutos. La chiquilla segu�a mostr�ndome despreocupadamente su calzoncito y eso aumentaba mi calentura.
-Eres un pene malo porque est�s tan rebelde-le dijo rega�ando chistosamente a mi verga. Y ante mi asombro le dio dos besos en la cabeza. Ante mi pasividad le sigui� hablando como si yo no existiera:-�Si te portas bien te voy a dar m�s besitos� - Al aumentar mi excitaci�n mi pene empez� a expeler m�s l�quido pre seminal- �U y m�ralo est� llorando porque le rega��! � �Te voy a secar las l�grimas ya y despu�s te vas a dormir� � Y la dulce criatura se meti� mi verga en su boquita y empez� a chuparla. Un escalofr�o de placer me recorri� el cuerpo. Ten�a que abrir su boca en toda su capacidad para pod�rselo introducir pero a�n as� se trag� todo el glande.
Yo desde arriba pod�a verle sus pechitos, pues no llevaba sost�n, mientras ella con los ojos cerrados devoraba mi pene.
Lo sacaba de su boquita y recorr�a el tronco con su peque�a lengua para luego volverla a tragar. No exagero si afirmo que mamaba mejor que muchas mujeres m�s grandes que ella.
Se apoy� en sus rodillas y cogiendo la verga con sus dos manitas me masturbaba mientras me trabajaba el prepucio con su leng�ita.
Ni que decir que en menos de dos minutos estaba listo para vaciarme. Trat� de soltarme de su boca pensando que el sabor de la leche pod�a resultarle desagradable pero la condenada mocosa se prendi� con m�s fuerza y aument� la masturbaci�n para obligarme a venirme en su boca.
Tuve que sujetarme del lavadero para no derrumbarme. Tan excitado estaba que estuve eyaculando durante una eternidad, sinti�ndome flotar en el espacio.
�Qu� placer incre�ble me hab�a dado esta criatura!
Cuando abr� los ojos la peque�a segu�a lami�ndome el pene. Su carita de �ngel estaba roja por el esfuerzo y la excitaci�n. Por la comisura de su boquita chorreaba la leche que no alcanz� a tragar y ca�a al piso formando un peque�o charco.
Pero mi verga a�n permanec�a erecta.
�Qu� pene para m�s travieso! �murmur� mientras se limpiaba la boca.
Me arrodill� y la empec� a besar. Sin ning�n pudor se prendi� de mi boca y nuestras lenguas se enredaron haci�ndome degustar el sabor de mi semen.
Le baj� el calz�n y ante mis ojos apareci� una conchita peladita. Su peque�o monte de Venus era abultadito y mostraba unos labios brillantes por la humedad de sus flujos.
La hice parar en la taza del ba�o y arrodill�ndome acerqu� mi boca a su co�ito.
Era precioso y le abr� los labios con delicadeza. Sus labios interiores estaban rojos y del interior brotaba un l�quido lubricante que indicaba que la nenita estaba excitada.
Mi lengua recorri� con delicadeza y suavidad esa deliciosa fruta, sabore�ndola con fruici�n. Al sentir el primer leng�etazo la peque�a se hab�a agarrado de mi cabeza estremeci�ndose deliciosamente.
Mis manos acariciaban sus nalguitas frotando ya sin disimulo el agujerito del culito. Perdido el control la levant� en vilo y la llev� a uno de los cuartos donde la ech� con suavidad.
All� pude abrirle las piernitas y comerle el co�ito m�s c�modamente. Ella ni se enter� del cambio pues sus ojitos permanec�an cerrados y solo cuando la recost� me mir� l�nguidamente sin decirme nada.
Conforme mis caricias se acentuaban sus convulsiones aumentaban. Mi dedo me�ique hab�a entrado nuevamente en su culito y la penetraba con delicadeza sin forzar el esf�nter que r�pidamente se hab�a adaptado a su invasor.
Sus contorciones fueron m�s violentas. Sus dos manitas se agarraron con fuerza de las s�banas y de su boquita entreabierta sal�an suspiros cortos que se mezclaban con quejidos de placer.
�Ay Juan! �Qu� rico! � Siii, siii �Aaaaaaa��.
Un prolongado quejido anunci� la llegada de su primer orgasmo.
Me ech� a su costado temblando de excitaci�n. Mi verga estaba a punto de reventar y palpitaba ansiosa.
La peque�a se incorpor� y sin preguntarme nada se la engull� tratando de com�rsela pues sent� sus peque�os dientes morder levemente el tronco.
�Te gusta mu�equita?- Tienes una verga deliciosa Juan-me respondi�.
Durante una eternidad me chup�, lami� y mordisque� el pene hasta que nuevamente eyacul� en su boquita.
Era f�cil darse cuenta que a esta ni�a le gustaba meterse mi verga a su boca. Eso desde luego no era normal y me hizo pensar que no era la primera verga que chupaba. Lo m�s raro era que se tragaba la leche sin hacerle ning�n gesto de asco.
Record� que con ellos viv�a un chico de unos veinte a�os que era hijo de la hermana de Susy y que tranquilamente pod�a haberse estado dando un banquete con la peque�a.
Despu�s de tomarse mi leche por segunda vez, Estefan�a se hab�a vuelto a recostar en la cama. Sus muslos permanec�an abiertos invit�ndome a comerle la conchita.
No me hice de rogar y sepult� golosamente mi boca en su chuchita. Para corroborar mis sospechas, acerca de su experiencia, humedec� mi dedo con bastante saliva y se lo empec� a introducir con suavidad.
La peque�a se estremeci� al sentir la penetraci�n pero ni un solo quejido de dolor sali� de su boquita.
�Y efectivamente la nena ya no era virgen!
Mi dedo lleg� al fondo hasta tocar la entrada del �tero. Me deslic� hasta colocarme a la altura de su cabecita y la empec� a besar mientras mi dedo entraba y sal�a r�tmicamente de su conchita.
Cerr� con fuerza sus lindos muslos aprisionando mi mano y sus bracitos rodearon mi cuello.
�M�teme tu verga Juan! � M�temelaaaa!
No lo pod�a creer, mi dedo entraba y sal�a sin dificultad de su vagina.
�Y la condenada me ped�a que le clave mi verga!
Prob� a meterle otro dedo y �ste tambi�n se acomod� sin que la mu�equita se quejara.
Mi boca succionaba con ansiedad sus labios mientras mis dos dedos la penetraban volvi�ndola loca de placer.
�Era de no creerlo! �Una ni�a de diez a�os gozando fren�ticamente como si fuera una mujer adulta!
Pero lo que ya me enloqueci� fue cuando zaf�ndose de mi boca me murmuro roncamente al o�do que le metiera mi verga.
Bueno me dije, si la peque�a quiere verga, verga le voy a dar.
Convencido ya que no iba a ser la primera verga que se metiera en su co�o me puse encima de ella y dirig� la cabezota a su ahora dilatado orificio vaginal.
Lentamente inici� un vaiv�n sin llegar a introduc�rsela pero la peque�a adelantabapara ensartarse en mi pene.
Con lo lubricada que estaba logr� meterle la cabeza de la verga. Su cuerpecito se crispo y qued� quieta acostumbr�ndose al tama�o del invasor.
�La sensaci�n que me produjo tan estrecho orificio es incomparable!
�Ay Juan siento que tu verga me va a partir pero m�temela toda por favor!
Desde luego que eso no iba a ser posible.
Le empuj� un poco m�s y l�grimas de dolor brotaron de sus ojitos.
�No mi amor dame m�s, m�s�..! �No te detengas ahora!
Pero no pod�a hacerle caso. Solo le habr�a entrado ocho cent�metros y sent�a su conchita comprimi�ndome como un guante. Si le met�a los quince cent�metros m�s de verga la destrozaba.
Inici� un mete saca lento. Los muslos de la nena rodearon mi cintura y sus manitas se prendieron de las s�banas.
�As�, Juan! �Qu� rico Juan! �Aaaaaaaaaggghhh!
Decir que esto era cosa de locos es ser redundante pero no se me ocurr�a otra cosa.
�Por Dios, si la mocosa acababa de tener un orgasmo tremendo!
Lleg� tan r�pido que no me dio tiempo para gozar.
Aprovech�ndome que se hab�a quedado como muerta, aumente el ritmo de mis embestidas. Su conchita me apretaba tanto que no demor� ni quince segundos en alcanzar uno de los orgasmos m�s deliciosos de mi vida.
Continuará…….
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Relato: Dulce ni�a, bella madre-1
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