Nuestro protagonista hace una apuesta con un lindo muchacho y al ganar obtiene no sólo una deliciosa felación sino una buena tarde de sexo con ese hombretón.
Dos hermanos que trabajan en el campo, en una región solitaria y casi inaccesible, descubren una interesante forma de aliviar su abstinencia y soledad.
Ambos amigos se empiezan a entender a las mil maravillas y a desearse con ganas. Incluso el primo de uno de ellos que los sorprende amándose participa en su velada íntima.
Los dos amigos acuden a una reunión de discapacitados en diverso grado. En ella nuestro protagonista tiene ocasión de mantener un miembro de hombre en su mano y excitarse muchísimo con ello, lo que hará las delicias de su compañero cuando se encuentran a solas.
Nuestros amigos se consolidan como pareja sexual, con el morbo añadido de la discapacidad de uno de ellos. Y disfrutan sus encuentros y sus fines de semana juntos, en perfecta armonía sexual y de amistad.
Un hombre conoce a otro que por su condición física debe llevar un aparato ortopédico en una de sus piernas. Tras bailar juntos van a su piso y allí se entregan al amor y al placer, con el morbo añadido de la prótesis.
El hombre entra en el local de ambiente gay y es observado desde la barra por un muchacho. Después de un inequívoco contacto, primero visual y después muy físico, ambos caen en una cama...
Nuestro protagonista quiere animar su vida sexual y desea ardientemente probar relaciones gays, consiguiendo una cita en un bar de ambiente. Su amante, una mujer madura, le anima a llamar a su iniciador.