Resulta que en antiguo poblado, de la sierra. Exist�a un
Alcalde muy marrullero, el cual se fue a casar con una chica de la vida alegre
de una gran ciudad. Resulta que como el Alcalde no se encontraba castrado, a los
pocos meses su "se�ora" esposa sali� encinta. En el poblado todo era alegr�a. El
d�a que su esposa dio a luz, una hermosa ni�a, a la cual el orgulloso padre le
puso el nombre de Bella. EL Alcalde, hiso una gran fiesta, desde luego con los
fondos del pueblo, as� cualquiera hace una fiesta. A dicha fiesta fueron
invitados un gran numero de alcaldes vecinos, los dirigentes de su partido, y
tres t�as de la se�ora, adem�s de todo el pueblo. Buen las tres t�as, por
decirlo de alguna forma fueron las que ense�aron a la se�ora esposa del Alcalde,
todo lo que ellas sab�an y conoc�an de la profesi�n m�s antigua del mundo. En
agradecimiento, la se�ora del Alcalde las nombr� madrinas de su hija.

La fiesta se desarrollaba de lo mejor, cuando hiso su
presencia en el sal�n de festejos. La due�a del local, donde trabaj� la se�ora
esposa del Alcalde. Pero como no hab�a sido invitada, se sent�a extremadamente
ofendida, y en medi� del sal�n bajo los efectos de una gran borrachera, insult�
a todos los presentes, por lo que por orden del Alcalde, fue echada por el
guardia. Pero justo antes de atravesar el port�n de entrada, se le saf� al
guardia y se dirigi� al centro del sal�n. Una vez hay, les ech� una maldici�n
gitana.

La maldici�n en pocas palabras dec�a, que Bella al cumplir
sus 17 o 18 a�os m�s o menos, ser�a pinchada por la aguja de una #%$=?* (cosa
que nadie entendi�), y a consecuencia de ello fallecer�a. Poco original la
vieja. Tras lo cual fue echada a patadas del pueblo.

Las tres t�as, se acercaron a la cuna de la ni�a, y como
tambi�n se encontraban totalmente ebrias, ni cortas ni perezosas. Soltaron una
recontra maldici�n, entre risas y gritos. Dijeron cada barbaridad, pero de las
que se les pudo entender, la gente del pueblo recordaba las siguientes: que
Bella no morir�a, que solo permanecer�a dormida hasta que un pr�ncipe azul la
despertara con un profundo beso.

Bien ya pasaron m�s o menos 17 o 18 a�os, el padre de Bella
continua siendo Alcalde del pueblo. Las tres t�as mudaron su negocio, a las
afueras del pueblo, de la vieja due�a del local donde trabaj� la madre de Bella
no se ten�a ninguna noticia. Bella es una hermosa joven mujer, m�s caliente que
el horno de la panader�a del pueblo. Bueno, como el Alcalde es de los que dec�a
que m�s vale precaver que lamentar, procur� que su hija jamas estuviese en
contacto con cualquier aguja, o cosa que se le pareciera. Pero la chavala desde
muy joven, aprendi� de las tres t�as, el oficio m�s antiguo del mundo, al igual
que su madre. Y ten�a por costumbre el estar ensayando distintas posiciones, con
cuanto macho se le atravesare en su camino. Por lo que el d�a de su cumplea�os,
se encontraba con un primo de ella, y le dio por practicar una posici�n que
hab�a visto en su libro Kamasutra. Con tan mala pata que cuando el primo la
ensarta estando �l de pie, mientras la sosten�a a ella que se encontraba boca
abajo, se le resbalo de las manos al joven, dandose Bella tremendo azote contra
su cabeza. Por lo que perdi� el sentido. Quedando la joven en estado de coma, a
causa del trauma.

Una vez que se enter� todo el pueblo, de inmediato se
acordaron de la maldici�n de la vieja bruja. No falto quien dijese que la hab�an
visto, por los alrededores de la casa del Alcalde. En fin Bella se encontraba
como dormida, fue atendida, por los mejores profesionales de la medicina, pero
ninguno pudo lograr nada, la joven continuaba sin sentido.

Mientras tanto casi todo el pueblo, se encontraba en una
especie de letargo como en una recesi�n econ�mica, como si fueran afectados de
una forma u otra directamente por el mal que aquejaba a Bella.

Pero la cosa no se qued� hay, tanto Bella como sus padres,
mientras ella se encontraba en estado de coma, tuvieron un sin fin de sue�os en
los cuales en ocasiones disfrutaban y en otras sufr�an.

En uno de los sue�os de Bella, ella se ve�a vestida
totalmente con harapos, y que llegaba a las puertas de la casa alcald�a, donde
se celebraba un festejo donde la comida abundaba, pero al ella tratar de comer
su padre se la quitaba de la boca, la tomaba por un brazo y se la llevaba a un
oscuro y fr�o s�tano, donde �l con sus propias manos le terminaba de arrancar
los pocos harapos que ella ten�a puestos sobre su cuerpo, quedando totalmente
desnuda.

Aunque Bella era bastante putona, el hecho de ser atacada
sexualmente por su propio padre la horrorizaba, por lo que ella luchaba para
evitar ser penetrada por el viejo Alcalde, pero pierde el equilibrio y va a dar
con toda su desnuda humanidad a una cama, en la cual su padre le pone las manos
sobre su cuerpo y sin saber ella como la amarra por sus cuatro extremidades en
un dos por tres, y mientras ella se desesperaba dando gritos, su padre comenzaba
ha acariciar todo el cuerpo de ella, con sus grandes manos. Lentamente las manos
del libidinoso alcalde comenzaron a subir por las piernas de la hermosa joven,
ella sent�a una rara sensaci�n que la embargaba, pero que conscientemente
rechazaba por ser su padre quien se la produc�a.

Las grandes y fuerte manos continuaron subiendo alcanzando
sus muslos y entre piernas, lo que generaba una oleada de calor por todo su
cuerpo, y la hac�a temblar de pies a cabeza. Sus senos fueron acariciados por
las manos de su padre, sus pezones se hincharon y se le pusieron al rojo vivo.
El cuerpo de su padre ahora se encontraba al igual que ella totalmente desnudo,
los ojos de �l se encontraban desorbitados, mientras su boca se dirigi� a el
peludo co�o de su hija, al tiempo que ella todav�a rechazaba los avances de su
padre, moviendose con fuerza sobre la cama tratando de soltarse de las amarras,
que la sujetaban a las columnas de la cama.

La boca de su padre se pos� sobre el co�o de Bella, su lengua
y sus labios jugaban con la negra pelambre, lentamente fue lamiendo sus labios
vaginales, Bella por su parte, a pesar de no estar dispuesta voluntariamente a
mantener alg�n tipo de relaci�n, comenzaba a disfrutar de las agradables
caricias que su padre le prodigaba con su lengua a su co�o. El cl�toris de ella
se encontraba totalmente hinchado, y palpitante, su vagina chorreaba por el
placer producido, sus caderas involuntariamente se comenzaban a mover al
contacto de la boca de su padre con el co�o de ella. La respiraci�n de Bella se
fue acelerando, sus labios eran remojados por su lengua en una clara ex presi�n
de placer, hasta que lleg� al punto en que suavemente primero de forma casi
inaudible, musitaba unas cortas palabras, pero r�pidamente se fue entendiendo lo
que Bella ped�a con toda claridad. Padre no me tortures, metemelo de una buena
vez que quiero sentir tu verga dentro de mi.

El padre se incorpor� sacando su boca del co�o de su hija, y
dejando ante la vista de ella la enorme verga totalmente erguida. Al verla tan
de cerca Bella volvi� a reaccionar, diciendole a su padre, dejame que soy tu
hija, desgraciado. Al parecer esto enerv� m�s la excitaci�n del padre, el cual
moviendose sobre sus rodillas acerc� su instrumento a la boca de su hija,
tomandola por el cabello le dijo me la vas a mamar y cuidado con lo que haces o
sera lo ultimo que se te ocurra hacer. A Bella no le qued� m�s remedio que el de
alojar en su boca el miembro de su padre. Tras lo cual ella se dio a la tarea de
darle una buena mamada a la verga de su padre, la cual estaba a punto de que sus
venas estallaran.

Cuando Bella esperaba que de un momento a otro sentir el
semen de su padre en su boca, este retir� su verga, y se la coloc� sin la menor
consideraci�n dentro del co�o de la joven, la cual al sentirse penetrada por su
padre se quedo paralizada, hasta que se dio cuenta que la verga de su padre
entraba y sal�a con facilidad, debido a lo ex tremadamente lubricada que ella se
encontraba, tanto por la saliva de �l, como por sus propios l�quidos vaginales.
Bella fue sintiendo como un placer inmenso la embargaba desde la punta de sus
pies hasta su cabeza, ella dejo de resistirse a tan agradables sensaciones y dio
rienda suelta a sus reprimidos deseos sexuales, aunque quien la estuviera
haciendolos sentir fuese su padre. Cuando se encontraba en la c�spide de sus
orgasmos, todo quedaba en blanco, y otro sue�o se iniciaba, igual, semejante o
muy diferente.

Mientras Bella se encontraba en estado de coma, aunque la
mayor parte del tiempo su madre no se separaba de ella, en ocasiones mientras la
se�ora del alcalde dorm�a, tambi�n disfrutaba de algunos sue�os y en otras
sufr�a tremendas pesadillas.

Una noche mientras la madre de Bella dorm�a, comenz� a so�ar
un sin fin de cosas extra�as como las que le voy a narrar. La se�ora se sent�a
despertar en medio de una desolada llanura, se sent�a totalmente desnuda, pero
eso no le importaba, al estirar su cuerpo para desperezarlo, con asombro se dio
cuenta que sus manos y brazos ten�an forma de pata de caballo, mejor dicho de
yegua, toda ella era una yegua blanca, y lejos de sorprenderse le provoc� correr
sin rumbo fijo. Llevaba un buen rato corriendo alocadamente cuando a sus espalda
o grupa sinti� el sonar de los cascos de un caballo que se dirig�a a ella, se
volteo para ver que era lo que suced�a, cuando con asombr� observ�, que su
esposo era el jinete de un hermoso alaz�n, por instinto comenz� a correr
nuevamente, mientras que su marido montado en ese hermoso ejemplar la dirig�a
sin que ella se diera cuenta a un encierro.

Una vez logrado el proposito del jinete, este se desmonto y
con un l�tigo la fue dirigiendo a un establo cercano, donde la asegur�
colocandole un fuerte bozal, para luego desaparecer por los portones del
establo, pasado un rato tras el cual su marido regres� con el caballo alaz�n
pero sin montura, su marido fue acercando al bello ejemplar, cuando ella como
por instinto le dio una coz en el pecho del caballo, el cual de inmediato
respondi� echandose para atras, por lo que su marido, lo asegur� a un par de
postes algo retirados de ella, sin decir nada el hombre tom� el l�tigo, y la
fustigo una cuantas veces, lo cual no evit� que ella continuara tirando patadas,
�l la dejo de latiguear, pero en sus manos agarr� un trapo oscuro y se lo coloc�
sobre los ojos de ella, ahora se encontraba restringida y en una total
oscuridad, ella comenz� a sentir como le amarraban sus patas traseras con una
fuerte soga, lo que le imped�a el poder continuar tirando patadas. Aunque se
encontraba en celo, y quer�a recibir las embestidas de tan hermoso ejemplar,
hab�a algo en su naturaleza que la obligaba ha actuar de la forma en que lo
hac�a, como si fuese una voz interna que la obligase a ello, tras un rato de
incertidumbre, sinti� que su grupa era acariciada por las manos de su marido, no
le prest� importancia hasta que con la otras mano apart� su cola a un lado, para
luego continuar sobandola cada vez m�s y m�s dentro de ella, el calor que
emanaba de las manos de su marido, ella sent�a que la quemaba por dentro, el
equivalente a sus labios vaginales palpitaban al igual lo que vendr�a siendo su
cl�toris. Por unos instantes sinti� como las manos la estaban haciendo gozar,
para luego en el momento en que se encontraba m�s cachonda, suspender el masaje
y retirarse de encima de ella.

Ella se encontraba desorientada ella se ve�a as� misma como
una hermosa yegua blanca, pero al mismo tiempo estaba consiente de ser una
mujer, la cual se encontraba desnuda, atada y con un trapo que le imped�a la
visi�n. Mientras se debat�a entre esas dos interrogantes, volvi� a sentir las
manos de su marido, el cual de forma algo violenta y brusca, la tomaba por la
cola haciendola a un lado. Ella trataba de adivinar cual ser�a el pr�ximo paso
de �l, mientras se encontraba metida en sus pensamientos, sinti� que algo fuerte
y h�medo le acariciaba por detras. De inmediato pens� en el alaz�n y que este
hab�a sido puesto por su marido para que la fuera oliendo y lamiendo. Nuevamente
comenz� a sentir el gozo del placer, al sentir esa lengua lamiendole con fuerza
bestial dentro de ella, pas� un rato disfrutando se ese encuentro, cuando de
momento la sensaci�n desapareci�, su cuerpo se encontraba totalmente erizado
debido a la gran excitaci�n que sent�a, su vulva se encontraba bien lubricada y
palpitante sus pezones hinchados, todo su cuerpo de mujer era un mar de
excitaci�n, hasta que sinti� como algo grande y pesado se colocaba se colocaba
sobre ella, al tiempo que un fuerte relincho la sac� de su concentraci�n, en eso
se dio cuenta que estaba a punto de ser penetrada como yegua por el hermoso
Alaz�n un gran temor se apodero de su cuerpo de mujer al pensar que estaba a
punto de recibir el gran miembro de ese animal, y para completar su esposo era
quien le facilitaba todo al caballo, durante unos segundos trat� de gritar pero
de su garganta solo sal�an relinchos, a los que su marido le respond�a, espera
Blanquita no te inquietes, que ya me lo agradecer�s, no seas impaciente este es
un muy buen ejemplar, quedaras satisfecha con lo que vas a recibir ahora.

Al terminar de decir esas palabras su marido, ella sinti�
como el fuerte y largo miembro de la bestia la penetraba, se ve�a a s� misma
como yegua y mujer al mismo tiempo, y como una oleada de placer y dolor recorri�
todo su ser, se encontraba paralizada, por una parte sent�a la m�s grande de la
satisfacciones sexuales, que jamas hubiera sentido, pero a la vez sent�a el
dolor que le infring�a la gran verga del animal a medida que se abr�a paso a
travez de sus muslos, y su h�meda vagina, trat� de llevar sus manos hasta su
sexo, pero se encontraba atada, aun el Alaz�n no la hab�a penetrado del todo,
cuando este comenz� a morderla sobre su cuello, era una sensaci�n extremadamente
er�tica, las patas delanteras de la bestia la golpeaban y apretaban con fuerza
hac�a �l, mientras que ella procuraba recibir dentro de s� aquel m�sculo duro y
caliente, que le causaba tanta satisfacci�n, los empellones dados por el animal
hicieron que el trapo con que su marido le hab�a tapado los ojos a la yegua se
callera al piso del establo, por lo que le fue f�cil el ver a su marido
masturbandose, mientras ella y el caballo manten�an una bestial relaci�n sexual,
luego de un gran n�meros de embates por parte del Alaz�n ella sinti� un gran
orgasmo y acto seguido sinti� como toda la carga de semen del animal le invad�a
su ser por dentro, justo cuando m�s lo estaba disfrutando lleg� una enfermera y
la despert�, preguntandole si sufr�a una pesadilla. La madre de Bella se
despert� toda sudada, su coraz�n lat�a a toda prisa, pero sent�a una agradable
sensaci�n en su vagina donde se encontraba una de sus manos.

Pero la madre de Bella no era la �nica que ten�a esos tan
peculiares sue�os, su padre el Alcalde en ocasiones al llegar a su casa y
recostarse tambi�n ten�a la misma experiencia, pero en su caso su sue�o era algo
repetitivo, en el que ve�a que su hija era usada por un brujo africano que la
desnudaba, y posteriormente man ten�a una aberrante relaci�n con ella, ese sue�o
lo torturaba una y otra vez.

Cierto d�a cuando se realizaba una junta de m�dicos para
discutir el caso de Bella, ya que hab�an hecho todo lo posible para mejorar su
condici�n, recibieron la visita de un afamado Neurocirujano, debido a que el
padre de Bella no se encontraba, se le solicit� a su madre que autorizara la
intervenci�n del galeno a lo que la se�ora dio su total aprobaci�n.

Al salir de la sala de operaciones, Bella se hab�a recuperado
del todo, cuando el padre se enter� quiso agradecer personalmente al Doctor,
pero cual no ser�a su sorpresa al llegar a visitar a Bella al hospital, que la
encontr� totalmente desnuda mamandole la verga a un negro, al Alcalde por poco
le da un infarto, pero posteriormente ella explic� que lo hiso en agradecimiento
por haberle salvado la vida, ya que resultaba que el negro era el Neurocirujano
que la hab�a operado, removiendole un coagulo que se encontraba en su cerebro.

El padre de Bella no pens� ni por un momento en que se
casaran, ya que el viejo era muy racista, pero ademas a Bella eso no le
interesaba, ella quer�a ser actriz de cine porno, por lo que abandon� su hogar y
se fue a vivir como amante del medico mientras comenzaba su vida art�stica.