He probado todas las fantas�as
posibles del sexo anal: lo he hecho masturb�ndome con los m�s
diversos objetos, desde velas y cirios, pasando por una variada gama de
verduras y legumbres como pepinos, zanahorias y calabacines, hasta consoladores
de silicona de los tama�os m�s diversos, algunos inflables,
otros vibratorios e inclusive algunos con la fr�a sensaci�n
del metal. Alguna vez una mujer me dio un beso negro, introduci�ndome
su lengua dentro de mi ano, lo que me hizo ver estrellas. No me considero
gay, pero ya lo he probado con algunos varones en medio de un tr�o
bisexual, experimentando alguno que otro cierto dolorcillo que luego se
transforma en intenso placer. Puedo por ello asegurar que disfruto con
fruici�n y deleite en toda su intensidad las sensaciones del sexo
anal.
Sin embargo �ltimamente sent�a
que no llegaba tan intensamente al orgasmo como antes. Mi ano se dilata
ya con cierta facilidad lo cual hace que las penetraciones sean cada vez
menos dolorosas. Ten�a que experimentar algo m�s fuerte.
Hace pocos d�as encontr�
en la nevera de mi casa un huevo de pl�stico de tama�o similar
al de un huevo de gallina. Dicho huevo es hueco por dentro pues permite
colocar en su interior una peque�a bolsa conteniendo carb�n
activado para el control de los malos olores. Como ya el carb�n
estaba muy viejo y no serv�a para nada, decid� darle al huevo
un uso diferente. Lo llen� con algunos balines de hierro para darle
peso y le amarr� en la parte inferior algunos alambres el�ctricos
trenzados. Met� luego el huevo dentro de un cond�n de silicona.
Estaba listo para ser utilizado.
La primera inserci�n fue
muy dolorosa. El di�metro del huevo exig�a una buena dilataci�n
previa, pero lo forc� hasta que entr� dificultosamente por
mi abertura anal. Sent� como si mis intestinos quisiesen abrazar
aquel cuerpo extra�o y no lo fuesen a soltar nunca m�s. Afortunadamente
dispon�a de los alambres trenzados para jalarlo y poderlo sacar.
Cuando se tiene el huevo dentro es realmente dif�cil que salga por
s� solo, ni siquiera tratando de expulsarlo. Se necesita de la ayuda
de la mano para poderlo extraer.
La segunda vez que lo hice con el
huevo me fue mucho mejor. Con la ayuda de un consolador comenc�
a trabajar dentro de mi ano con el fin de que estuviese dispuesto a recibir
a su nuevo invitado. Embadurn� mi orificio con abundante aceite
y crema humectante para que hubiera una buena lubricaci�n y proced�
a introduc�rmelo. Al principio como siempre dio alguna dificultad,
pero al fin entr� con el ano previamente dilatado. Luego, me introduje
el consolador hasta alcanzar el huevo y empujarlo m�s adentro. No
s� explicar lo que se siente pero es algo emocionante y perturbador
al mismo tiempo. Se est� ante algo desconocido. Predominan las ganas
de defecar, pero al mismo tiempo se controlan relajando el esf�nter
y masturb�ndose el pene al mismo tiempo. Cuando ya no puedes m�s,
eyaculas con el pene casi fl�ccido. Se queda as� con la sensaci�n
de poder tener otro orgasmo casi simult�neo, que es posible a�n
con los pocos restos de semen que quedan en tu interior.
Por supuesto que existe la inquietud
de expulsar algunas heces durante ese momento. No me considero escatof�lico
o sea aquel que disfruta con las heces. Pero para poder disfrutar del sexo
anal se debe atravesar por un proceso un poco largo para llegar a acostumbrarse
a tener contacto con la materia fecal, sin tener que sufrir de n�useas,
pues aquello es inevitable a menos que se tenga la seguridad de tener los
intestinos completamente limpios. Se debe por lo tanto estar casi siempre
en el sanitario con papel higi�nico y agua a la mano, estar constantemente
lav�ndose y lubricando el ano.
Adem�s subsiste la sensaci�n
de dolor que aunque es de corta duraci�n puede llegar a ser muy
intenso. Aqu� es donde se debe afrontar cierta dosis de masoquismo.
Afortunadamente es uno mismo el que lo est� controlando y puede
en cualquier momento interrumpir lo que est� haciendo si ya no es
posible soportarlo m�s. Especialmente recomiendo que cuando exista
alg�n tipo de sangrado lo mejor es interrumpir pues puede ser riesgoso,
en especial por la probabilidad de adquirir alguna infecci�n. Afortunadamente
esto se puede superar despu�s de algunos d�as sin ning�n
problema.
Si se logran superar estos prejuicios
, puedes llegar a la sensaci�n incre�ble de experimentar
en todo su potencial el placer del sexo anal.
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estas notas, mi e-mail es POR CUESTIONES DE PRIVACIDAD ESTE EMAIL FUE REMOVIDO