EL LASCIVO HIJO DE MI PRIMA:
Ayer recib� una llamada a mi consultorio, se trataba del hijo de una prima m�a.
Tiene 16 a�os y desde que era un beb� ten�a UNA GRAN
inclinaci�n hacia m�. Somos grandes amigos y desde que entr� a la adolescencia
me sent� atra�do sexualmente hacia �l. Sent�a que era rec�proco, pero nunca
fuimos expl�citos hasta esa ma�ana en la que �l necesitaba hablarme con urgencia
y le di una cita inmediatamente. Cuando lleg� me salud� nerviosamente con su
gentil y encantadora sonrisa.
Tiene unos dientes perfectos y labios sensuales que juegan
con su pelo de tono oro-viejo y la piel tostada. Su verde mirada no dejaba de
mirar mis abundantes pelos que salen por la parte superior de mi camisa. Mi
pidi� que le guardara una confidencia: la de ense�arle c�mo colocar
adecuadamente un cond�n, ya que seg�n me explic�, se le romp�an o quedaban con
aire en el interior.
Acept� al tiempo que se me aceleraban las palpitaciones en mi
pecho y la sangre se calentaba provoc�ndome una dur�sima erecci�n. Le ped� que
se colocara el cond�n tal como usualmente lo hace.
Al bajarse los pantalones y el interior me excit� ver su
poderoso y arqueado instrumento ya erecto. Not� que �l no apretaba el dep�sito
de la punta del cond�n para evitar el aire y se lo hice notar como un grave
error.
Me pidi� que por favor yo le colocara el cond�n en su propio
pene. Le respond� que era inc�modo estando yo al frente, al tiempo que me
coloqu� detr�s de �l y me apresur� a colocarle un nuevo cond�n. En este intento
el muchacho sinti� el roce de mi dura verga contra sus nalgas e inmediatamente
sent� sus manos en las m�as apret�ndome contra �l y ambos disfrutamos un par de
minutos en este juego. Nuestras respiraciones agitadas nos excitaron cada vez
m�s y m�s. De pronto, di� media vuelta y meti� su lengua en mi boca y nos
besamos con pasi�n y lascivia.
Me dijo que hab�a so�ando con esta escena pero que jam�s
pens� que se llevar�a a cabo. Su confesi�n me excit� a tope!!! y comenc� a
desnudarlo y a lamer cada cent�metro de su hermoso y juvenil cuerpo. Me d� unos
segundos de descanso y �l aprovech� para tragarse totalmente mi �rabe -largo,
grueso y venoso- instrumento que me calentaba hasta el extremo del placer.
Su sabia boca mamaba mi pene con lentitud y suavidad. Lam�a
mis grandes y peludos huevos con frenes� sin dejar de masturbarme. T�citamente
le ofrec� un 69 y a los pocos minutos explotamos casi al tiempo en candente
eyaculaci�n... trag�ndonos el semen de cada uno. Descansamos. Hablamos... Las
confesiones continuaron, finalmente, y nos prometimos confidencialidad y
pr�ximos encuentros.
Me invit� a salir al campo este pr�ximo s�bado.
Acept�. Me bes� y se fu�!. ALBERTO:
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