Mis padres se divorciaron cuando yo ten�a 8 a�os, al ser
�nico hijo viv�a solo con mi madre. Lamentablemente mi padre dej� de
frecuentarme regularmente, sus visitas se produc�an luego de largos per�odos de
ausencia. Sent�a un poco esa falta, pero estaba empezando a acostumbrarme.

Un verano, repentinamente mi padre aparece invit�ndome a
pasar unas vacaciones en la playa con el. Si estaba de acuerdo saldr�amos en
unos d�as. Por supuesto que acept� e inmediatamente nos pusimos en camino hacia
la costa.

Para ese entonces yo ten�a 13 a�os. Estaba comenzando a
descubrir mi instinto sexual. Me masturbaba regularmente, pero a�n no ten�a una
importante eyaculaci�n, solo me sal�an unas gotitas de un l�quido transparente.
Era mas bien menudo, delgado, totalmente lampi�o.

Mi padre ten�a 45 a�os, era un hombre muy corpulento, mas
bien obeso, de aproximadamente 100 Kg., ten�a extraordinaria fuerza f�sica,
espalda muy ancha, brazos fornidos y unas manos muy pesadas.

Nos instalamos en un departamento mono ambiente amplio, muy
lindo con vista al mar. Ten�a una cama matrimonial y otra de una plaza.

Luego de la primera tarde en la playa, fuimos al
departamento, nos ba�amos y cenamos all� mismo. Luego de la cena, cada no fue a
su cama, yo ocupe la de una plaza.

En cuanto apagamos las luces comenc� a masturbarme, como era
habitual en las noches, pensando en las hermosas mujeres que hab�a visto en la
playa. En eso mi padre se levanta para ir al ba�o y al regresar se acerca a m� y
me dice:

Yo estaba paralizado, mi erecci�n desapareci� de inmediato,
me puse colorado y mire hacia un costado.

No pod�a dar cr�dito a los que escuchaba. Me asust� y el lo
percibi�.

No sab�a bien porque, pero estas �ltimas palabras me
tranquilizaron.

Yo hice caso, corri� las s�banas y comenz� a acariciar mi
pene, a�n dormido.

Poco a poco comenz� a endurecerse, �l ten�a raz�n, era mucho
mas placentero que cuando yo me tocaba. Al poco tiempo estaba totalmente duro y
disfrutando de sus caricias.

Comenc� a soltar los primeros gemidos de placer, al darme
cuente trat� de contenerme.

El sab�a perfectamente lo que me pasaba, me asust� un poco el
dominio que ten�a de la situaci�n, pero de todas formas me relaj� y disfrute de
sus masajes.

Y finalmente acab� de una forma incre�ble. Sin duda hab�a
sido el mejor orgasmo que hab�a tenido.

Sent�a un placer enorme por lo sucedido y al mismo tiempo una
sensaci�n de gratitud.

Fuimos a su cama, se tumb� de espaldas, se baj� los
calzoncillos, y apareci� un enorme pene, largo, pero sobre todo grueso, de color
oscuro, mucho m�s oscuro que el resto de su piel. Me impresion� mucho verlo.
Nunca hab�a visto el miembro de un hombre erecto. Realmente daba miedo.

Vi como su pene se hinchaba cada vez mas, sus venas
sobresal�an del resto del cilindro, hasta que finalmente un l�quido blanco y
espeso, sali� de su punta, en cuatro espasmos, cuatro chorros abundantes,
salieron al aire y cayeron en la s�bana. Ten�a un olor fuerte, desagradable,
pero al mismo tiempo me despertaba una morbosa curiosidad.

Un tanto sonrojado, le dije, bueno, me voy a dormir.

Me acost� en mi cama y me dorm� pensando en el enorme placer
que hab�a experimentado y tambi�n sent� una extra�a sensaci�n de haber sido el
generador de un enorme placer en otra persona.

Cap�tulo II

A la ma�ana siguiente, despert� con el desayuno preparado, no
hablamos del tema, no nos mir�bamos a los ojos, hab�a una cierta incomodidad.
Planeamos ir a la playa como si nada hubiera ocurrido.

Pasamos el d�a entero en la playa, y regresamos a la tarde
para ba�arnos y cenar en el departamento tal cual lo hab�amos hecho la noche
anterior.

Terminamos de cenar en silencio y nos acostamos cada uno en
su cama.

Se respiraba una pesada tensi�n en el ambiente, un silencio
terriblemente incomodo.

Apagamos las luces, entraba una tenue claridad desde la calle
que pon�a la habitaci�n en penumbras.

Estas �ltimas palabras detuvieron mis pasos.

Nuevamente esas palabras me tranquilizaron.

Sub� a su cama, me acost� de espaldas, tom� mi miembro que ya
estaba totalmente endurecido, y lo meti� en su boca.

Que incre�ble sensaci�n, era mucho mejor que la noche
anterior.

Comenz� a succionarlo y a mover la mano con la que lo
agarraba.

No pod�a creer que esas palabras salieran de mi boca.

Estaba como en un sue�o, los ojos se me cerraban, y el placer
era absoluto.

En eso pone un dedo en la entrada de mi ano, hace una suave
presi�n y eso fue suficiente para hacerme explotar.

Un incre�ble orgasmo que no terminaba jam�s. Qued� inm�vil
tumbado en la cama tratando de recuperar el ritmo de mi respiraci�n.

Nuevamente volvi� a preocuparme el absoluto conocimiento que
ten�a de mis sensaciones.

Ahora yo tom� la iniciativa, le saque los calzoncillos, tom�
su enorme pene con mi mano y sin pensarlo mucho, lo met� en mi boca. No me gust�
al principio, pero luego me acostumbr� al sabor y comenc� a chuparlo mientas
mov�a mi mano hacia arriba y hacia abajo.

El coloc� sus manos debajo de su cabeza y comenz� a
disfrutar.

Yo segu�a apretando la base de su pene que no pod�a rodear
con mi mano por el tremendo grosor, y trataba de meterme su aparato lo mas
profundo posible.

Mientras tanto el con los ojos cerrados y abriendo mas las
piernas segu�a gozando como loco.

Me agarro la cabeza y la empuj� hacia el, presion�ndome con
fuerza.

En ese momento me solt� la cabeza para que pudiera apartarme.
Ese gesto de consideraci�n que tuvo, me hizo sentir la necesidad de hacer todo
lo posible para satisfacerlo. Trat� de concentrarme en lo que ven�a, un enorme
caudal de l�quido blanco y espeso. Hund� la cabeza un poco mas, y finalmente
sali� el primer chorro que inund� mi boca, me dio una arcada que no pude
contener, abr� un poco la boca y derram� el semen por la comisura de mis labios,
segu� chupando y moviendo mi mano, vino el segundo chorro, este si lo pude
contener, trague lo m�ximo que pude, pero una parte se volvi� a derramar, vino
el tercer chorro que trague por completo, estaba satisfecho por ello, y llego
finalmente el cuarto chorro, menos abundante que trague si dificultad.

Solt� su pene, levant� la cabeza y pude ver a mi padre
mir�ndome a los ojos con una expresi�n de completa satisfacci�n. Se sonri� y me
dijo, estuviste genial, es la mejor mamada que me han hecho en a�os.

Estas palabras me hicieron sentir muy gratificado.

Pas� por el ba�o a enjuagarme la boca y me fui a dormir.

Cap�tulo III

A la ma�ana siguiente despertamos casi juntos, preparamos el
desayuno, y si bien no exist�a la incomodidad de la ma�ana anterior, tampoco
hubo comentarios sobre lo sucedido.

Nos pusimos los trajes de ba�o y fuimos a la playa, bajando
por el ascensor ambos nos re�mos y me dijo:

Hizo un silencio, aclar� su voz y dijo con un tono entre
severo y ausente:

En ese momento me qued� mudo, mi coraz�n se comenz� a
acelerar, un fr�o recorri� todo mi cuerpo, trate de pedir explicaciones, pero no
me sali� la voz.

Creo que el lo percibi�, esta vez no me facilit� las cosas,
no volvi� a mirarme, baj� del ascensor, sali� a la calle y se dirigi� a la
playa, yo lo segu�.

A que se estaba refiriendo?

Era posible que tuviera en mente lo mismo que yo?

Era su intenci�n poseerme, penetrarme?

Yo no quiero eso en absoluto!

Porque pens� esto, si el no lo mencion�?. No lo mencion� pero
parec�a estar claro,

que era lo que me iba a hacer que yo no le har�a a el?.

Era obvio. Era contradictorio a su vez, hab�a dicho 2 veces
que "no va a ocurrir nada que no desees", eso tambi�n estaba claro.

Pero ese tono tan serio, como determinado a hacer lo que
hab�a decidido, aunque el tono de voz tambi�n era ausente. Y si para el no ten�a
tanta importancia el tema?.

Mi respiraci�n era profunda, acelerada, ten�a miedo, un miedo
atroz. Trate de hablar nuevamente pero no sal�a ning�n sonido de mi boca.

Comenc� a respirar hondo, deseaba que no lo notara, pero era
imposible, el notaba todo, ten�a que tratar de disimular, pero porque no me
ayudaba a aclarar el tema?

Y si notaba mi estado de tensi�n y esto lo animaba seguir
adelante?.

Trate de tranquilizarme, de pensar en otra cosa, cuando este
mas sereno le pregunto y aclaro todo.

Pero preguntarle que?

Papa, estas considerando la posibilidad de met�rmelo por
atr�z?

Y si no era eso lo que el pensaba hacer y el hecho que yo lo
evaluara lo impulsaba a proponerlo?

Ah� estaba yo. Hasta hac�a 3 d�as solo so�aba con llevarme
alg�n d�a una mujer a la cama, jam�s ninguna imagen masculina hab�a despertado
en m� el menor inter�s, y ahora estaba pregunt�ndome si mi padre me quer�a hacer
debutar por el culo.

En la playa no hablamos demasiado, por momentos parec�a que
todo era producto de mi imaginaci�n y que lo que el ten�a en mente era algo
light, que yo estaba exagerando, pero por momentos cre�a que estaba demasiado
claro cuales eran sus intenciones. Pero en este �ltimo caso, hab�a mi padre
planeado cada paso, o simplemente se dej� llevar por las circunstancias, y ahora
su deseo lo hac�a caer en contradicciones?

Bueno, a la vuelta de la playa le voy a preguntar, es lo
mejor. Solo tengo que elegir las palabras correctas. La pregunta debe ser
neutra, no debo mostrar que es lo que pienso. Esta �ltima conclusi�n me
tranquiliz� un poco.

Ya con el sol casi poni�ndose, le propuse volver. Llegamos al
departamento en silencio, y preparamos la cena. En el momento del postre le
dije:

Su respuesta fue como una bofetada, se daba cuenta de todo.

Se produjo un silencio eterno, mir� un punto fijo en la mesa
durante un rato, luego mir� el plato donde estaba el postre, se llev� una
cucharada a la boca, y dijo con el mismo tono entre severo y ausente:

Me qued� duro, me estaba confirmando lo que pensaba?, o no?

No hab�a dudas, nuevamente me quede mudo, mi mente no pod�a
asimilar lo que estaba sucediendo.

Me asust� su propuesta, pero no la tom� en serio, pens� que
era il�gico que luego de 5 a�os de casi no verme, me mandara para casa a solo 3
d�as de haber llegado.

Permanec� en silencio y el tambi�n. Nos fuimos a dormir
ambos. Esa noche no hubo contacto.

Cap�tulo IV

Yo despert� primero y prepar� el desayuno, era un d�a
nublado, parec�a que iba a llover. Salimos a caminar por el centro. Habl�bamos
de temas generales, en los peque�os silencios de la conversaci�n, pensaba:
"tengo que decirle que quiero volverme", pero esta actitud puede resultarle
violenta, me pierdo las vacaciones, es para tanto?. Pero y si me quedo y lo toma
como que acepto su idea?. Que idea?, no puede ser cierto lo que estoy pensando!.
Definitivamente no!.

Y si lo es?, pero si ayer no me toco!

Que confusi�n dios mio!. Bueno, en definitiva tengo su
palabra de que "no va a ocurrir nada que yo no desee". Esto es lo �nico que me
salva, espero que lo cumpla. Aunque dejo abierta la posibilidad de no cumplirlo.
Y como no lo va a cumplir?, me va a obligar?, me va a violar?. Eso es
imposible!. Si, definitivamente es imposible!

Seguimos caminando hasta que lleg� la hora del almuerzo.
Comimos en un restaurante cerca del departamento. Estuvo serio, casi como
enojado, de todos modos se comporto de manera amable, contestaba mis preguntas,
segu�a con inter�s los temas que yo propon�a, pero cuando se terminaba alguno de
los temas, se quedaba mudo.

Ese inc�modo silencio me llevaba a inventar otro tema
trivial, que el segu�a con cierto inter�s.

Llegamos al departamento e inmediatamente se larg� una lluvia
torrencial.

Fue al ba�o, yo estaba nervioso por su seriedad, que estar�a
tramando?

Sali� del ba�o con su rostro serio, me tom� de los hombros,
me mir� a los ojos y me dio un profundo beso en la boca. Era la primera vez que
lo hac�a. Meti� su lengua bien adentro, yo la tom� entre mis labios y la
succionaba. Eso lo puso muy caliente, me sigui� besando una vez, otra vez y
otra, y otra vez mas , esta insistencia en los besos me marcaba que algo
diferente iba a ocurrir.

Yo estaba excitado y nervioso, el coraz�n se me estaba por
salir del pecho, ten�a una insoportable taquicardia. Me llev� de la mano a su
cama. Se comenz� a sacar la ropa y con una mirada autoritaria me hizo saber que
yo tambi�n deb�a desnudarme.

Quedamos los dos desnudos en la cama, y el tom� mi pene y se
lo llev� a la boca, dio un giro en se�al de querer colocarse en posici�n de 69,
lo ayude y me met� su pene en mi boca tambi�n. As� estuvimos un rato
chup�ndonos, los dos est�bamos muy calientes.

Luego se levant�, se dirigi� a un mueble cerca del ba�o. No
ve�a lo que hac�a, me tapaba con su espalda. Tard� un momento, parec�a que
buscaba algo.

Al rato se dio vuelta, camin� en direcci�n a la cama, y vi.
que tra�a una toalla en una mano y un frasco de vaselina en la otra. Ya no ten�a
ninguna duda sobre lo que estaba por ocurrir.

Hice lo que orden�, me recost� de espaldas contra la cama y
recog� las piernas, estaba temblando, y me largu� a llorar.

Contuve mis l�grimas y esper� a que el haga lo suyo, meti�
los dedos en el frasco y me lo pas� por la abertura del ano. Luego tom� m�s
vaselina y con uno de sus gruesos dedos busc� introducirlo. Se encontr� con mi
resistencia.

Luego de mover en c�rculos su dedo, comenz� a entrar
lentamente, pudo meterlo hasta la mitad, en ese momento lanc� un suspiro.

Luego tom� m�s lubricante y jug� en la puerta de mi ano con 2
dedos, los movi� en c�rculos hasta que consigui� ensartarlos.

Realmente lo estaba disfrutando y me estaba relajando, pero
por momentos pensaba que esto era una pesadilla y que pronto despertar�a.

Sac� sus dedos, tom� m�s vaselina y volvi� a introducirlos,
esta vez con mayor facilidad.

Esa frase me hizo sentir terror pero tambi�n un intenso
calor.

Se posicion� en frente de m� y me levant� un poco m�s las
rodillas, su pene se ve�a m�s grueso a�n. Apoy� la punta en mi agujero.

Y sin contestarme comenz� a presionar. Entre la estrechez de
mi ano, y el grosor de su pene, no se logr� ning�n avance. Yo hice un gesto
negativo con la cabeza como diciendo "as� no va", tom� nuevamente vaselina, me
introdujo los 2 dedos, movi� sus dedos hacia ambos lados para dilatar y luego
volvi� a posicionase.

Estuve por pedirle nuevamente que vaya despacio, pero tem�
contrariarlo.

Mi respiraci�n era profunda, mi coraz�n lat�a a mil. Ten�a
miedo, el mayor terror que haya experimentado jam�s.

Nuevamente apoyo la cabeza de su pene, y esta vez pudo ganar
un poco de terreno, la gruesa cabeza comenz� a introducirse y un agudo y
punzante dolor me invadi� completamente.

Sigui� empujando muy lentamente, pero sin detenerse, hasta
que entro la cabeza por completo.

El dolor se hizo m�s agudo, m�s penetrante.

Ya entr� la cabeza! Pens�. Yo no soportaba m�s, y todav�a
faltaba ese terrible tronco!

Estuve a punto de empujarlo hacia atr�s y salir de mi
posici�n, pero record� sus amenazas y su cara de furia y me qued�.

Retom� la presi�n, el tronco se estaba deslizando lentamente.

- Ayyy, por favor, sacamelo que no aguanto mas, me vas a
desgarrar, es muy gruesa, no puedo, por favor, no puedo, me duele mucho, me
duele, dec�a entre sollozos.

En ese momento levant� mis piernas por sobre sus hombros, y
de un golpe insert� su miembro hasta la base.

Fue un terrible dolor, sent� que se abr�a mi ano como si
fuera penetrado por un cuchillo. Era un dolor insoportable,

- Papa, por favor no puedo mas, me estas matando, me duele
mucho, no puedo mas, sacalo por favor.

- Ya esta todo adentro, aguant� un poco.

- Hay hijo que culito apretadito tenes, que caliente que
estoy.

- Hay dios, no puedo mas, sacamelo, no puedo, no puedo.

En ese momento empez� a moverse

El dolor segu�a ah�, pero un poco m�s leve, de todas forma
los empujes de mi padre, que cada vez eran m�s fuertes, me hac�an ver las
estrellas.

En ese momento se produjo el orgasmo, sent� un l�quido
caliente que me recorr�a por dentro, afortunadamente su miembro comenz� a
achicarse y con esto el dolor iba cediendo.

Por fin sali� dentro de m�. Sent� un gran alivio.

Me levant�, me limpi� con la toalla y me acost� en mi cama.
Ten�a mucho rencor, me sent�a ultrajado. El se quedo inm�vil, extasiado de
placer, hab�a logrado lo que quer�a. Lo odi� m�s por esto. Al instante se qued�
dormido.

Yo comenc� a llorar, sin hacer ruido, solo me ca�an l�grimas.
No pod�a creer lo que hab�a sucedido, al rato me qued� dormido.

Cap�tulo V

Despert� de la siesta y el a�n segu�a durmiendo. Ya era casi
de noche, com� algo r�pido y me puse a leer un libro. Pronto el despert�, no
cruzamos miradas. El ambiente estaba pesado. Tambi�n comi� algo y se puso a leer
el diario. Nos quedamos leyendo cada uno lo suyo hasta tarde. Ten�a el ano
irritado, dolorido, me lat�a.

Luego cada uno se fue a dormir sin despedirnos. Record� las
im�genes de la tarde, record� el dolor y la humillaci�n que sent�. No hubo
placer de mi parte, pero observ� que esos recuerdos me produjeron una erecci�n.

Al otro d�a nos levantamos, desayunamos y fuimos a la playa.
Una vez instalados el abri� la conversaci�n.

No se porque pero esta �ltima frase me calent�, de todas
formas mi ano todav�a me ard�a, as� que no di respuesta alguna.

A la tarde, de regreso de la playa pasamos por una lencer�a,
en cuya vidriera se exhib�an conjuntos de tanga, corpi�o, portaligas, etc.

Nos paramos a mirar. Mi padre me mir� y con una amplia
sonrisa me dice:

Lo mir� con furia, pero no pude resistir la tentaci�n de
re�rme, no pod�a creer lo hijo de puta que era, hac�a 24 horas que me hab�a casi
violado y ahora alegremente me propon�a una aventura sexual.

Nos re�mos juntos un buen rato, y el insisti� con su
propuesta.:

Llegamos al departamento con la ropa, la dej� en una mesa, me
mir� y mir� la caja en la que ven�a, yo le dije:

Cenamos en casa y fuimos a dormir.

Cap�tulo VI

Me despert� cierta ternura el hecho que durante 2 d�as no
haya ni insinuado la posibilidad de tener sexo nuevamente.

Era la tercera noche, volv�amos de cenar y yo ya me sent�a
muy caliente, el dolor y el ardor ya hab�an desaparecido por completo, con lo
cual decid� darle una sorpresa.

Entr� al ba�o con la ropa interior de mujer escondida y sal�
vestido con corpi�o, una tanga que se me met�a en la raya del ano y dejaba mis
nalgas al descubierto, unas medias hasta los muslos sostenidos por unas
portaligas y unos zapatos altos que el hab�a conseguido.

Me mir� a un espejo y parec�a una mujer, el �nico problema es
que estaba al palo y no pod�a ocultarlo.

Sal� del ba�o y se qued� inm�vil mir�ndome.

Me acerque a el, le di un beso en la boca y luego me
arrodill�, le tom� el pene y comenc� a chuparlo.

Luego de una buena mamada, fui a la cama, me puse en cuatro
patas, me corr� la tanguita para un costado y le ped� que me chupe el agujero
del ano.

Hizo lo que le ped�, los dos est�bamos al palo.

Trajo la vaselina y comenz� a untarme como la otra vez, pero
ahora los dedos entraban mucho m�s f�cil. Yo me pude relajar mejor y el se tomo
mas tiempo para dilatarme.

Luego que los 2 dedos de el jugaban c�modamente en mi ano, se
puso en posici�n detr�s de mi, se unt� vaselina en el pene, y procedi� a la
penetraci�n.

Apoy� la cabeza en mi agujero pero no avanz�. Nuevamente
introdujo los 2 dedos y volvi� a tomar su posici�n. Esta vez la cabeza de su
pene entr� con m�s facilidad. De todas formas me doli� bastante y le ped� que lo
sacara. El lo hizo de inmediato y comenz� su trabajo nuevamente con los dedos.

Volvi� a intentar la penetraci�n muy suavemente. Su enorme
instrumento comenz� a penetrarme, y el dolor nuevamente me invadi�. Pero esta
vez era un dolor soportable.

Lo introdujo un poco m�s, y r�pidamente estaba totalmente
adentro.

Agarr� mi pene con fuerza, lo masaje� un poco y acabe de una
forma genial, con ese enorme monstruo adentro que presionaba mi pr�stata
mientras eyaculaba.

El sigui� bombeando, haciendo m�s y m�s presi�n.

En ese momento comenz� a tirarme del pelo y a met�rmelo mas
adentro, me pon�a ese grueso sable hasta que los test�culos golpeaban contra mis
gl�teos, estaba como loco. Eso hizo que se me vuelva a parar. Cuando vio mi
erecci�n, comenz� a pegarme con la palma de la mano en las nalgas y me dec�a:

Esas palabras me pusieron otra vez a mil, y realmente estaba
otra vez para acabar.

As� fue que acabamos juntos en esta tremenda cogida. Ca�mos
en la cama y no nos movimos m�s. Est�bamos extenuados. Finalmente nos quedamos
dormidos.