Relato: Vacaciones familiares caribe�as





Relato: Vacaciones familiares caribe�as

Vacaciones familiares caribe�as



Hola a todos, me llamo Miriam y lo que voy a contarles
sucedi� ya hace unos meses, en Agosto de este mismo a�o.


Vivo en el seno de una familia rica, muy rica, por lo que
jam�s, ni a mis hermanos ni a mi, nos ha faltado de nada. Mi padre, Lu�s, tiene
39 a�os, y es el subdirector de General Motors en Espa�a. Se caso muy joven con
mi madre, Maria, tambi�n de 39 a�os. Se casaron a los 20 a�os, y a los 21 mis
padres tuvieron a su primera hija, una muchachita muy linda, a la que llamaron
Miriam, yo. Tuvieron dos hijos m�s muy seguidos, primero a Carla, y m�s tarde a
Pablo. Ahora yo tengo 18 a�os, mi hermana Clara 17, y mi hermano pablo 16.


Desde peque�itos siempre hemos mantenido una muy buena
relaci�n, por lo de la edad, y siempre hemos compartido todos nuestros
sentimientos y vivencias. �ltimamente, con Pablo ya entrado en la pubertad,
hab�amos perdido un poco el contacto con �l, sin embargo yo y Clara segu�amos
muy unidas.


Mi hermana y yo �ramos muy parecidas, pelo casta�o claro,
bajitas, ojos oscuros, con pechos prominentes (era nuestra mejor cualidad),
delgaditas y con un buen culo. De cara no �ramos una bellezas, pero la verdad es
que gust�bamos bastante a los chicos, sobre todo Clara, ya que �ramos simp�ticas
y alegres, y por que no decirlo, algo guarrillas. Mi hermana y yo ya hab�amos
tenido bastante experiencias con hombres, y alguna que otra con mujeres. Nos
consider�bamos bisexuales, pero mayormente hab�amos mantenido relaciones con
hombres. Siempre nos explic�bamos todas nuestras batallitas, y no era raro
vernos todas mojaditas cuando la otra acababa de explicar su �ltimo encuentro
con un chico o una chica. Siempre fuimos muy abiertas, y lo compart�amos todo,
hasta en m�s de una ocasi�n nos hab�amos ayudado a depilarnos la conchita, y
cosas por el estilo, pero ninguna de las dos sent�a la m�s m�nima atracci�n por
la otra, ya que siempre ten�amos presente el hecho de que �ramos hermanas.


Mi hermano Pablo era un mundo a parte. �l era muy guapo, no
estaba muy fuerte pero si que era delgado. A los 15 a�os perdimos la confianza
con �l, as� que no sab�amos si era o no virgen. Respecto a su miembro, s�lo dir�
que una vez lo pille saliendo de la ducha, y no era peque�o. Me pareci� que con
una buena erecci�n podr�a llegar a medir unos 18 cent�metros, por lo cual mi
hermanita y yo siempre compar�bamos los penes de nuestros hombres con el de
Pablo. Sab�amos que no era correcto hablar del pene de nuestro hermano, pero
jam�s le dimos la m�nima importancia, sino que eran comunes las bromas picantes
acerca de ese tema.


Cada verano hac�amos un viaje, generalmente en el mes de
Agosto, mes en que mi padre se cog�a las vacaciones, y ese verano no iba a ser
una excepci�n. Mi madre hac�a a�os que ya no trabajaba, y por eso organizaba
ella los viajes, escogiendo siempre pa�ses distintos, en hoteles de mucho lujo,
con todo incluido. Aquel verano decidimos irnos al Caribe, en un hotel en una
isla apartada, casi sin turistas, reservada para la gente de la jet set.


Mis hermanos y yo insistimos en poder invitar a unos amigos
al viaje de 4 semanas, y como la verdad era que nos sobraba el dinero, mis
padres aceptaron, siempre y cuando no tuvieran que coger otra habitaci�n. Clara
y yo decidimos que invitar�amos a Sof�a, una amiga muy �ntima de las dos, que ya
conoc�a a nuestra familia y que ya nos hab�a acompa�ado en m�s de una ocasi�n.
Sof�a, Carla y yo dormir�amos juntas, en una de las suites del hotel, mientras
que Pablo invitar�a a Marcos, un viejo amigo del colegio, tambi�n conocido de la
familia. Ellos dos compartir�an otra suite, comunicada por una puerta con la
nuestra. Mis padres en cambio dormir�an en una suite m�s grande, en un piso
superior.


Salimos de Madrid el 29 de Julio, direcci�n Costa Rica, y de
all� coger�amos una avioneta hasta nuestro destino, una islita apartada, con un
�nico hotel, uno de los m�s lujosos de todo el Caribe. La isla era toda del
hotel, por lo que pod�amos ir a todas las playas y calas. El hotel era inmenso,
con varios edificios, una decena de playas y grandes zonas con piscinas y bares.


Despu�s de una c�lida bienvenida empezamos a deshacer el
equipaje e instalarnos en nuestra habitaci�n. La habitaci�n constaba de una cama
de matrimonio y una individual, por lo que decidimos que Carla y yo dormir�amos
juntas, y Sof�a en la cama individual. En el viaje pudimos descansar bastante,
as� que lo primero que hicimos fue ponernos los biquinis e ir a probar la
piscina.


Antes de marchar avisamos a Pablo y a Marcos, y decidieron
acompa�arnos. El ambiente en el hotel era el t�pico ambiente de hotel de lujo,
muchas parejas mayores o de mediana edad, como nuestros padres, pero ni un t�o
macizo. La �nica manera de pillarte acompa�ante era ligarte a los camareros,
pero estos estaban m�s por las mujeres millonarias que por nosotras, as� que
Clara, Sof�a y yo prove�mos unas vacaciones sin sexo, algo que nos desanimo a
las tres.


Nos fuimos a una zona bastante reservada, con uno de esos
bares que estaban dentro de la propia piscina, i que los taburetes sobresal�an
del agua. Escogimos hamaca, dejamos las toallas del hotel, nos quitamos el pareo
y nos tiramos al agua. Una vez dentro empezamos a mojar a Pablo y Marcos, para
obligarles a meterse en el agua, e ir a tomar algo, ya que al principio hab�an
decidido no meterse. Primer Pablo se quit� la camiseta, nada en especial. Ya
dije que era flacucho, as� que o nos sorprendimos, pero cuando vimos a marcos
s�lo con el ba�ador slip, nos quedamos boquiabiertas. El amigo de mi hermano
estaba hecho un semental. Estaba muy fuerte, se le marcaban todos los m�sculos
del abdomen. Se nos debi� notar en la cara, ya que Marcos se puso colorado.


Una vez hubieron entrado en la piscina, nos dirigimos al bar.
No sab�amos que peder, as� que nos fiamos del camarero, que nos recomend� unos
mojitos. Nunca hab�a probado eso en Madrid, as� que nos animamos todos. La
verdad es que lo encontr� un poco fuerte, pero entre risas y bromas nos lo
acabamos r�pido. Lejos de abandonar el bar, empezamos a pedir bebidas de la
zona, con ron y suced�neos. Al cabo de tres copas, Carla. Sof�a y yo est�bamos
muy contentillas, mientras que a Marcos y a mi hermano, no se les notaba nada.
Ellos estaban m�s acostumbrados a beber, y por lo tanto pod�an beber m�s que
nosotras sin notar los efectos del alcohol.


Cuando nosotras decidimos que ya �bamos demasiado
contentillas, decidimos irnos a ba�ar, y los chicos nos siguieron. Empezamos a
jugar a lo t�pico en los chavales de nuestra edad, ahora yo te tiro agua, ahora
yo de hago cosquillas, etc. pero la cosa se empez� a poner caliente cuando
debido a nuestro estado despu�s de las copitas el juego se convirti� en ahora te
roz� el rabo, ahora dejo que me toques ligeramente las tetas, ahora pones la
mano en mi culo, etc. Carla y yo nos centramos sobretodo en Marcos, ya que Pablo
era nuestro hermano y est�bamos m�s cortadas, mientras Sof�a se lo pasaba en
grande con nuestro hermano Pablo. Esa ma�ana no paso nada m�s, excepto que
cuando salimos del agua nosotras est�bamos con los pezones erectos, y ellos
intentando esconder su miembro erecto. El que lo pas� pero fue Marcos, ya que al
llevar slip tuvo ciertos problemas en esconder sus 19 cent�metros de miembro.
Otra vez nuestras caras nos debieron delatar, ya que Marcos se puso colorado.


Despu�s de comer en uno de los restaurantes del hotel
decidimos dormir un poco la siesta. Mientras Marcos y Pablo dorm�an, nosotros
empezamos una larga charla que acabar�a por rebelar el morboso plan que
llevar�amos a cabo en la playa, esa misma tarde. Esa morbosa conversaci�n la
empez� Sof�a:


- T�as, �hab�ais visto alguna vez un t�o tan bien dotado como
Marcos?


A lo que yo contest�:


- M�s grande que el miembro de Marcos, solo lo he visto en
Internet.


Clara dijo:


- Yo una vez sal� con un t�o que la ten�a tan grande como
Marcos, pero no ten�a ese cuerpo serrano.


- Que suerte algunas, e? � dijo Sof�a.


- Bueno, la verdad es que no aguantaba mucho, pero bueno�


- Eh t�as, tenemos que ver esa preciosidad en vivo, sin ese
slip � dijo Sof�a.


-Pero que dices, nunca podremos verlo en pelotas � contest�
yo � los dos son muy vergonzosos.


- Bueno, habr�a una opci�n, pero tendr�amos que sacrificarnos
un poco � dijo Clara.


- Haber, �explica! � contestamos las dos a la vez.


- Pues chicas, he estado pensando y creo que si los
convencemos para que vengan hoy a la playa nudista con nosotras, tal vez podamos
ver algo.


- Mala idea, ellos jam�s aceptaran � contest� Sof�a.


- Podr�amos enga�arlos, y que se den cuenta que est�n en una
playa nudista cuando ya no haya marcha atr�s, as� tendremos alguna opci�n para
que acepten.


- Se puede intentar, tampoco perderemos nada � dije yo.


- Pero eso implicar�a que ellos tambi�n nos vieran en pelotas
� dijo un poco exaltada Sof�a.


- Ese era el peque�o sacrificio que hemos de hacer, pero a mi
no me importa, adem�s, voy toda depiladita.


- A mi tampoco me importa, tambi�n ven�a preparada � dije yo.


- Bueno vale, intent�moslo, no tenemos nada que perder �
acab� diciendo Sof�a.


As� que esa misma tarde, convencimos a Pablo y Marcos para
que nos acompa�aran a una playa que nos hab�an dicho que estaba muy bien, muy
tranquilita. Ellos, ilusos, aceptaron, y nos siguieron unos 10 minutos hasta que
llegamos a la entrada de la playa, no muy grande, pero con poca gente. Hab�a dos
parejas de viejos, y una pareja de adultos de unos 35 a�os, as� que nadie nos
molestar�a. Al llegar, Marcos y Pablo no se percataron de que era una playa
nudista, y al principio les gust�, ya que como he dicho, no hab�a nadie. Fue
solo cuando ya est�bamos en medio de la playa, cuando la pareja de 35 a�os nos
llam� la atenci�n, y en ese instante Marcos y Pablo se quedaron a cuadros.


Nos miraron con cara espantada, y nosotras, disimuladas,
fingimos estar indignadas con los chicos que nos hab�an recomendado esta playa,
pero dijimos que, ya que est�bamos aqu�, que no pasaba nada, total, hab�a
confianza, as� que tumbando la toalla, nos quitamos el biquini y el tanga, y en
pelotas delante de ellos, les incitamos a hacer lo mismo. Tal vez si no tuvieran
la presi�n de la pareja que a�n nos miraba, nunca hubieran aceptado, la cuesti�n
es que, no estando muy seguros, se bajaron el ba�ador, y para ocultar sus
miembro erectos por la visi�n que les acab�bamos de regalar, se estiraron boca
abajo en su toalla.


Nos miramos con picard�a, y empezamos a ponernos crema. Les
pedimos a los chicos que nos ayudaran, y ellos, a�n con sus miembros
semierectos, aceptaron.


Yo, que estaba al lado de Marcos, me puse boca a bajo y le
indiqu� que se sentara sobre mis muslos para ponerme crema por la espalda.
Tembloroso se situ� encima de mis piernas, sin hacer mucha presi�n para no
lastimarme, y empez� a ponerme crema. Sof�a le pidi� lo mismo a Pablo, mientras
de rodillas, detr�s de �l, Clara le pon�a crema por la espalda. Al cabo de poco
rato empec� a notar que el miembro de Marcos iba creciendo, y tocando mi culo.
Le mire, y el me pidi� mil disculpas, que no sab�a como le hab�a pasado, que no
pod�a remediarlo, a lo que yo contest� un no pasa nada, con una sonrisa p�cara.
Cuando ya hab�a lubricado toda mi espalda, le ped� que me diera un poco en las
nalgas, que despu�s se queman y duele mucho, as� que Marcos, sorprendido, me
empez� a poner crema en los muslitos y las nalgas. No solo me pon�a crema, sino
que me hac�a un masaje. Sigui� con las piernas, y acab�.


Entonces, de golpe, me gir�, dej�ndole a el con su rabo entre
mis muslos, muy cerca de mi entrada. El ten�a una erecci�n descomunal, y estaba
muy avergonzado. Le ped� que me pusiera crema por los pechos y el vientre, y �l,
confuso, acept�. Cada vez que se tiraba hacia delante para llegar a mis pechos,
que los masajeaba y sobaba como un Dios, hacia presi�n con su miembro en mi
cancha. La deb�a notar muy mojada, pero no dijo nada. Cuando acab� con los
pechos baj� al vientre, por lo que ya no tocaba con su pene mi concha, cosa que
me quit� mucho morbo. Al llegar a mis partes, par�, yo ya no quise forzarlo, y
le dije que muchas gracias, que me hab�a ayudado mucho. El me dijo que hab�a
sido un placer, y yo, con una mirada p�cara, mirando hacia su descomunal
miembro, le dije que ya se notaba. Me ech� a re�r, y el se avergonz� mucho. Le
pregunt� si quer�a que le ayudase con la crema, pero despu�s del corte que le
hab�a pegado, me dijo que no. Me qued� un poco triste, pero me tumb� y segu�
tomando el sol.


Por lo que pude ver, a mi hermana y a Sof�a no les hab�a ido
tan bien, ya que Pablo se neg� a ponerle crema en las tetas a Clara, y eso hab�a
roto toda la magia, por lo que Clara y Sof�a andaban un poquito mosqueada.


Al cabo de una hora tomando el sol, y sin decir palabra,
Clara propuso irnos a ba�ar. A todos nos pareci� muy buena idea, y m�s a los
chicos, que pensaron que as� se les quitar�a la erecci�n.


Nos metimos todos en el agua, hasta una zona en que nuestros
vientres quedaron cubiertos, quedando al descubierto nuestros pechos. Ellos no
paraban de mirarnos los pechos, as� que le dije a mi hermano:


- �Qu� haces mir�ndole los pechos a tus hermanas, ser�s
pervertido? � lo dije con un tono ir�nico, medio riendo, y al instante Clara y
Sof�a se pusieron a re�r.


Pablo estaba totalmente rojo, hasta que Clara se le acerc� y,
haci�ndole un poco de cosquillas, le dijo que no pasaba nada. Todos empezamos a
re�r, y empezamos con los mismos juegos que en la piscina, con la diferencia de
que est�bamos desnudos.


R�pidamente, Clara y yo nos abalanzamos contra Marcos, ya que
con Pablo nos daba un poco de cort�, y Sof�a se qued� jugando con �l. He de
decir que a Sof�a le gustaba bastante Pablo, y ya se hab�an liado alguna vez en
la discoteca, as� que entre ellos hab�a mucha confianza, y eso se notaba. Pablo
la cog�a por el vientre y la levantaba, quedado con todas sus partes al aire, y
luego la tiraba al agua. Sof�a re�a, y se les notaba que est�n disfrutando.


Por nuestra parte, Clara y yo nos tiramos contra marcos, en
una ataque de cosquillas masivo, con la suerte de que perdimos el equilibrio, y
sin querer le toqu� todo su miembro, otra vez erecto. Me miro con cara
sorprendida, ya que a�n no lo hab�a soltado. No le dio tiempo ha decir nada, ya
que Clara se le hab�a arrapado al cuerpo, y ahora ten�a sus tetas en su cara.
Como m�nimo yo ten�a el prop�sito de lanzarme, y acabar haci�ndolo all� mismo.
Marcos no se lo pod�a creer, ten�a una t�a cogi�ndolo de la polla, y a otra
meti�ndole todas las tetas en la cara. Clara empez� a mover sus pechos, haciendo
que chocaras constantemente con la cara de Marcos, cuando de repente, soltando
la polla de Marcos, les ice mirar hacia Sof�a y Pablo.


Se estaban pegando el bote, y una sospechosa mano de pablo
bajo el agua en direcci�n hacia le concha de Sof�a hacia pensar que la estaba
masturb�ndola. �Joder con mi hermano, y nosotras pensando que a�n era virgen! Se
le ve�a con mucha pr�ctica.


Nos miramos los tres y re�mos. Tanto Marcos como Clara y como
yo sab�amos que esa tarde, all� en el agua, pasar�a algo entre nosotros, pero
nadie se atrev�a a dar el primer paso. En teor�a ten�a que ser Marcos, ya que
era el hombre, pero el pobre no se pod�a creer que eso le estuviera pasando a
�l, as� que fue Clara la que se lanz�. Se acerc� a Marcos y le dijo que se mor�a
de ganas de probar que se sent�a ser masturbada por un chico bajo el agua, como
si nunca se hubiera masturbado en la piscina, pero esa frase fue la chispa que
hizo saltar la chispa entre nosotros, y Marcos se acerc�, y con una man� le
cogi� una teta, y con la otra le empez� a masturbar. Primero un dedo, luego dos,
y cuando estaba apunto de meterle el tercero, not� que yo le estaba empezando a
masturbarle.


Estaba en su espalda, agarr�ndolo por detr�s, con mis pechos
contra su musculosa espalda. Le masturbaba muy deprisa, ese miembro grande y
fuerte, mientras me arrimaba m�s y m�s para que notara mis pechos.


No quer�amos llegar a la penetraci�n aquella tarde, por lo
que cuando mi hermana tuvo su orgasmo, y Marcos hubo descargado toda su leche,
clara y yo nos marchamos, dejando a Marcos con una carita de tonto adorable.
Sof�a, al ver que nos �bamos, tambi�n se fue a secar, cosa que a Pablo no le
sent� muy bien. Tendr�an que verlos venir al salir del agua. Todos rojos, con
sus penes erectos, tumb�ndose r�pidamente hacia abajo en la blanca arena. Se
estaba haciendo tarde, y decidimos marcharnos al hotel.


Esa noche, mientras nos cambiamos para ir a la cama, Sof�a
nos recriminaba a Clara y a m� que no hubi�ramos consumado con Marcos, ya que
ella se hab�a quedado con muchas ganas de ser penetrada por Pablo. Le
contestamos que solo quer�amos jugar un poco con ellos, calentarlos un poco, y
nada m�s. Nos miro y con cara p�cara nos dijo que le encantaban esa clase de
juegos, y ser�a divertido ver a los pobres chavales ocultado su miembro delante
de nuestros padres, ya que en la cena, nuestros padres nos dijeron que a la
ma�ana siguiente ir�amos con ellos a la playa.


Clara, Sof�a y yo nos pusimos los modelitos m�s calientes que
ten�amos. �bamos las tres con un tanga, de esos que s�lo te tapan la conchita, y
un biquini peque�o, que apenas tapaban el pez�n. Realmente est�bamos
irresistibles, y lo que era pro, con muchas ganas de calentar pollas.


Nos encontramos todos en hall del hotel, las 11 horas.
Llev�bamos el pareo y una camiseta, ya que en el hotel no se pod�a ir en
ba�ador, y Pablo y marcos iban con unos ba�adores largos, y con una camiseta
ancha. Al verlos, las tres nos decepcionamos al ver que no llevaban slip, ya que
de esta manera no se les marcar�a tanto el paquete.


Llegamos a la playa, esta m�s llena que la nudista,
encontramos un sitio amplio y extendimos nuestras toallas. Al llegar a la playa
nos quitamos el pareo y la camiseta, y al cabo de pocos segundos Marcos y Pablo
ya ten�an un bulto en el pantal�n. Nuestra gran y grata sorpresa fue que a pap�
tambi�n le excitamos, ya que se le notaba su pene erecto detr�s de la telita del
ba�ador.


A decir verdad nos puso cachondas el hecho de excitar a
nuestro propio padre, y para redondear la jugada nos quitamos la parte de arriba
para hacer topless. Eso ya fue el colmo. Marcos, Pablo y mi padre no pod�an
esconder las tremendas pollas tras sus ba�adores, y los tres se ruborizaron. Por
suerte mi madre no se percat�, ya que r�pidamente se hab�a puesto a tomar el sol
boca abajo, con el biquini desabrochado para que no se le quedara marca. Antes
de que mi padre pudiese decir algo, mi madre le pidi� que le pusiera crema por
la espalda, y eso rompi� toda la magia del momento.


Clara Sof�a y yo nos sentamos, y para excitar m�s a los
pobres de Marcos y Pablo, nos embadurnamos de crema entre nosotras mismas. Nos
sob�bamos las tetas y el culo, y hac�amos poses er�ticas para calentar un poco a
nuestros espectadores. Antes de que hubi�ramos siquiera empezado a darnos
cremita por las piernas, mi madre se quit� de encima a mi padre, dici�ndole que
le hac�a da�o, y le pregunt� a Marcos si no le importar�a ponerle �l la crema.
Marcos se volvi� a ruborizar, pero acept�. Nosotras seguimos con nuestras poses,
pero ahora eran pap� y Pablo los que nos miraban. Mi padre ten�a y una erecci�n
totalmente descontrolada, pero no pod�a parar de mirar, al igual que Pablo, que
sobretodo miraba a Sof�a.


Cu�ndo hubimos acabado nos tumbamos boca arriba, con nuestros
pechos de adolescentes apuntando al cielo, mientras mi padre y Pablo, como
hipnotizados, nos miraban. A nuestro lado estaban mi madre y Marcos, �l encima
suyo, en una postura muy parecida a la que adoptamos nosotros el d�a anterior,
en la playa nudista, con la diferencia de que mi madre llevaba la parte de abajo
del ba�ador. Marcos le unt� toda la espalda de crema, sobando un poco la parte
lateral de sus pechos, ya que eran muy grandes y sobresal�an bastante. A mi
madre eso le estaba encantando. Le pidi� que le pusiera por toda la espalda y
por sus nalgas. Mi madre ten�a un cuerpo normal, bastante bien para su edad. No
ten�a los pechos muy ca�dos, y ten�a un buen culo. Adem�s est�ba bastante
delgadita. Marcos, que ya estaba muy excitado, le empez� a manosear el culo,
luego los muslo, y finalmente las piernas.


A mi padre no parec�a importarle, al contrario, parec�a que
le excitara a�n m�s de lo que estaba. A Marcos se le hab�a puesto el pene a mil,
y no pod�a evitar que rozara constantemente con el cuerpo de mi madre. Cuando
hubo acabado se estir�, como Pablo y pap�, boca abajo, para que no se le notara
tanto la erecci�n.


Clara, Sof�a y yo hab�amos puesto nuestras toallas arriba de
las de Pablo, Marcos, pap� y mam�, para estar todos m�s juntos. Al poco rato de
tomar el sol, Pablo y Marcos se dieron cuenta de que pod�an admirar nuestro
bello conejito, aunque fuera a trav�s de la tela del tanga, que la verdad es que
poco escond�a. Cunado nos dimo cuneta nos abrimos disimuladamente de piernas. Al
cabo de unos minutos mi padre tambi�n se dio cuenta, y ahora los tres hombres
estaban hipnotizados apreciando nuestros encantos. Mi madre no tard� en darse
cuenta, as� que propuso irnos a ba�ar. Nosotras aceptamos, cosa que produjo una
inmensa decepci�n entre los hombres, aunque tambi�n aceptaron sin rechistar.


Mi madre hab�a decidido hacer topless, y los tres hombres a�n
ten�an una tremenda erecci�n en la entrepierna. Como con mis padres delante no
pod�amos jugar con Marcos y con Pablo, decidimos marcharnos. Sorprendentemente
mi padre se apunt�, y nos acompa��. Se quedaron en el agua Marcos, Pablo y mi
madre. Una vez en las toallas nos estiramos igual que antes, por lo que nuestro
pervertido padre no tard� en empezar a mirarnos la entrepierna. A nosotras nos
excitaba ser observadas por nuestro padre, por lo que aprovechando que no estaba
nuestra madre, nos abrimos exageradamente de piernas. Ahora mi padre ten�a una
visi�n perfecta de nosotras tres, y no paraba de mirar.


Mientras tanto, en el agua, Marcos, Pablo y mi madre estaban
charlando mientras nadaban un poco. Desde donde est�bamos no o�amos lo que se
dec�an, pero m�s tarde, Pablo nos explic� a Clara y a mi lo que sucedi� entre
Marcos, �l y mi madre en la playa. Por lo que nos cont� Pablo, al principio
estaban tanto �l como Marcos muy cortado. El hielo lo rompi� mi madre,
dici�ndole a Marcos que le hab�a encantado que hubiera venido al viaje, que
siempre tuvo presente que era un chico muy majo. Marcos se puso colorado, pero
no dijo nada. Mi madre debi� notar que no paraban de mirarle sus tetas, por lo
que les pregunt� si ten�an alg�n problema con sus pechos, que se sent�a incomoda
al sentirse tan observada. Marcos y Pablo al principio no supieron que decir,
hasta que Pablo le dijo que simplemente les gustaban mucho sus pechos, nada m�s,
solo simple admiraci�n. Mi madre les dijo que teniendo los pechos de sus hijas y
los de Sof�a, no entend�a por que miraban los suyos. Por lo que se ve, ten�a un
poco de depresi�n, ya que pap� ya no le hac�a tanto caso, ya no se excitaba con
su figura, y todo por nuestra culpa, ya que seg�n mi madre, vest�amos muy
provocativas. Marcos le dijo que sus hijas (nosotras) no ten�amos nada de otro
mundo, y que los pechos de mi madre eran m�s grandes que los nuestros, que eso a
los hombres les gustaba mucho. Pablo y Marcos empezaron a lanzarle piropos, y
eso hizo que mi madre se pusiera m�s contenta.


Mi madre les empez� a contar que pap� ya no le hac�a caso,
que casi no hac�an el amor, y que ya hab�a olvidado como era un hombre. Marcos,
que estaba muy salido, le contest� que tanto Pablo como �l, si estuvieran
casados con una mujer como ella, no la dejar�an nunca de querer y admirar, que
se conservaba muy bien, y que eso, su marido, no lo apreciaba. Mi madre se
estaba poniendo colorada, y Pablo y Marcos m�s cachondos. A Marcos le pon�a la
simple idea de provocar a la madre de su mejor amigo, y Pablo estaba muy
necesitado de sexo, despu�s del plant�n que le hizo Sof�a la tarde anterior. Mi
madre estaba muy necesitada de amor, llevaba meses sin hacer el amor con mi
padre, y por eso les continu� el juego.


-Vosotros cre�is que tengo los pechos muy ca�dos � les
pregunt� a los dos.


- Que va, los tiene muy bien para su edad � dijo Marcos �
aunque tal vez si se los toc�ramos un poco podr�amos estar m�s convencidos.


Mi madre se dej� hacer, y Marcos y Pablo cogieron
respectivamente un pecho de mi madre. Lo estuvieron sobando un buen rato, hasta
que decidieron que no los ten�a ca�dos. Mi madre se puso contenta, y despu�s les
pidi� opini�n sobre su culo. Ellos lo volvieron a sobar un poco y tambi�n
llegaron a la conclusi�n de que era un buen culo. Cunado parec�a que mi madre ya
estaba contenta con su cuerpo, Pablo le pregunt� si quer�a que le diesen su
opini�n acerca de su concha. Mi madre al principio no se atrevi�, pero ante las
frases del tipo: "venga mam�, es solo para darte nuestra opini�n", o "solo le
diremos que nos parece, nada m�s" acab� aceptando. Lentamente se baj� la parte
del biquini que le quedaba, tir�ndolo al agua. Entre mi hermano y Marcos la
cogieron, uno por cada pierna, para levantarla un poco, y as� poder observar su
preciosa concha. Mi madre no se depilaba totalmente la concha como nosotras,
simplemente se dejaba unos pelitos arriba de su apertura. Pablo y Marcos
estuvieron un buen rato mir�ndola, hasta que al final Marcos le pidi� para
tocarla. Mi madre, muy llevada por la excitaci�n, le dijo que s�, y entonces �l
empez� a meterle un dedito. Primero lo hac�a suave, pero r�pidamente aceler� la
marcha, y introdujo dos dedos m�s. Mientras tanto Pablo le masajeaba el
cl�toris, muy hinchado. Mi madre buscaba las pollas de aquellos muchachos que
tanto la estaban haciendo gozar, hasta que las encontr�, las sac� del ba�ador, y
las empez� a pajear.


Cuando mi madre hubo tenido su primer orgasmo, los chicos la
soltaron. Marcos se puso detr�s, y la empez� a penetrar. Mi madre disfrutaba, y
aprovech�ndolo, mi hermano introdujo su pene dentro de la boca de mi madre, ya
que mi madre estaba ligeramente inclinada hacia delante, para mejorar la
penetraci�n. Mi madre mamaba a una gran velocidad, y no tard� en notar todo el
semen de su hijo en su garganta. Casi al instante, Marcos se vino en su vientre,
provoc�ndole a mi madre un placentero orgasmo. Siguieron las posturas hasta que
los dos muchachos acabaron secos.


Mientras tanto, nosotros, mi padre, Clara, Sof�a y yo, lo
ve�amos todo desde la playa. Mi padre nos dijo que eso a �l ya no le importaba,
que hac�a tiempo que ya no estaba enamorado de mam�, y sigui� tomando el sol
(aprovechando para mirar nuestras conchitas). Nosotras, al ver el espect�culo de
la playa (se pod�an ver las diferentes posturas, aunque de lejos), nos excitamos
mucho, y mojamos el peque�o tanga. Mi padre, que no perd�a detalle de nuestras
partes, lo not�, y dej� escapar entre risitas:


- Vaya, vaya, parece ser que el espect�culo os ha excitado
bastante�


Nosotras nos quedamos sorprendidas. Nunca imaginamos que
nuestro padre nos har�a un comentario como ese. No supimos que decir, hasta que
Clara dijo que eso era normal, que seguro que �l tambi�n se excit� al ver a su
esposa fallando con otros hombres. Mi padre asinti�, pero dijo que seguro que se
excitar�a m�s si fuese �l el que estuviera con mujeres. Eso era claramente una
indirecta para nosotras, y respondimos abri�ndonos m�s de piernas. Mi padre
entendi� eso como un s� hac�a su insinuaci�n, y nos dijo:


- Piensen que si est�n mucho tiempo con el tanga mojado, se
les podr�a irritar toda la zona, y seguro que no les gustar�a.


Nos miramos extra�adas, est�bamos sentadas, con las piernas
abiertas, y mi padre no paraba de mirarnos el co�o y las tetas. De repente,
Sof�a dijo:


- �I que sugiere que hagamos? Aqu� no nos podemos cambiar.


- Si no se pueden cambiar, lo mejor ser� que se quiten el
tanga, siempre y cuando no quieran tener irritaciones en esa parte tan sensible
de su cuerpo � respondi� mi padre.


Las tres nos miramos at�nitas. No sab�amos que hacer. Ese era
el punto de inflexi�n, si pas�bamos de ah�, todo podr�a suceder, sin embargo,
tambi�n pod�amos decir basta. Despu�s de todo lo que hab�amos visto esa ma�ana,
y de lo cachondas que est�bamos, acabamos aceptando la propuesta de mi padre.
Lentamente nos quitamos el tanga, y nos abrimos m�s de piernas, dej�ndole
nuestro co�o, todo mojadito, a su vista. Mi padre estaba excitad�simo, ya no se
pod�a contener. En un ataque de excitaci�n, nos dijo:


- No est� bien que dejen sus partes mojadas, ser� mejor que
las seque.


Nosotras asentimos con la cabeza, y cogiendo un poco de la
toalla en la que �l estaba tumbado, nos sec� todo el co�o. La verdad es que, una
vez hubo acabado de secarnos el co�o, estaba a�n m�s h�medo que antes. Cogi� la
parte de la toalla con la que nos hab�a secado, y la oli�. Puso una cara de
placer indescriptible, y nos dijo que eran los mejores jugos que jam�s hab�a
olido. En ese momento, Sof�a le dijo:


- Si le gust� su olor, m�s le gustar� su sabor.


En ese momento, mi padre se acerc� a la conchita de Sof�a y
la empez� a lamer. Sof�a daba unos gritos de placer grandiosos. Clara y yo nos
miramos, y sin decir palabra empezamos a masturbarnos. Mi sobresalto fue cunado
de repente, not� la mano de Clara sobre mi co�o. En ese momento nos miramos, y
entend� a la perfecci�n lo que quer�a mi hermana. Empezamos a masturbarnos
mutuamente, mientras mi padre le segu�a lamiendo el co�o a Sof�a.


Mi padre lam�a todo el co�o de Sof�a, y de repente Sof�a se
corri�, inundando toda la cara de mi padre con sus fluidos. Mi padre segu�a
lamiendo, sin importarle que Sof�a hubiera llegado a su primer orgasmo, hasta
que Clara y yo le dijimos que nosotras tambi�n quer�amos disfrutar. En ese
momento mi padre volvi� la cabeza hacia nosotras, y nos mir� con una sonrisa de
oreja a oreja. Se separ� del co�o de Sof�a, se levant� y vino hacia nosotras. Se
estir� en el suelo y oblig� a Clara a sentarse sobre su cara, y a m� a sentarme
sobre su pene, duro como una piedra. Mientras mi padre le com�a el co�o a mi
hermana, y yo cabalgaba sobre la polla de mi padre, Clara y yo nos �bamos
besando y toc�ndonos las tetas. Otra vez mi padre pudo sentir los jugos de una
mujer en su cara, esta vez los de Clara, que tuvo un orgasmo tremendo, y casi
hizo atragantarse a nuestro padre. Yo segu�a botando, a toda velocidad. De
repente, me vine. Acab� mojando todo el vientre de mi padre, y al cabo de poco
rato, not� como mi padre me inundaba el �tero con su esperma. Acab� exhausta, y
mi padre tambi�n. De repente not� como alguien me apart� de encima de mi padre.
Era Sof�a, que quer�a cabalgar sobre mi padre. Se sent� sobre su miembro, pero
esta vez quiso ser penetrada por el culo, por lo que gui� el pene de mi padre
hacia su ano. Al principio le cost� entrar, pero una vez su culito se fue
dilatando, aumentaba la velocidad de su movimiento vertical. Yo aprovech� para
lamerle el co�o a Sof�a, solo a unos cent�metros de donde estaba la polla de mi
padre, por lo que si se sal�a del ano, por un movimiento demasiado brusco de
Sof�a, me la met�a toda en la boca para lubricarla, y luego la volv�a a meter
dentro del ano de Sof�a. Mi padre segu�a comi�ndole la concha a Clara, y ella
tuvo dos orgasmos m�s, esta vez con menos fluidos, pero igual de intensos. Mi
padre acabo dentro del culo de Sof�a, mientras ella ya hab�a tenido un orgasmo
gracias al placer anal y a mi mamada. Una vez mi padre hubo terminado sac� su
polla del culo de Sof�a, toda llena de semen, y yo, con mucho amor, se la lav�
toda.


Est�bamos los cuatro exhaustos, y cuando ya est�bamos todos
abrazados y desnudos sobre la arena, vimos venir a mi madre, a Marcos y a Pablo.
Por la forma de andar de mi madre, pudimos comprobar que hab�a sido penetrada
varias veces por el culo por Marcos y por Pablo. Ellos ya no estaban con sus
pollas erectas, debido al trabajo realizado. En una ma�ana se hab�an quitado
toda la excitaci�n que nosotros hab�amos acumulados en ellos el d�a anterior. Se
les ve�a felices, y una vez llegaron, empezamos a tomar el sol, sin decir
palabra.


Despu�s de comer, en la habitaci�n, empezamos a valorar
aquella ma�ana desenfrenada con mi padre. No nos lo pod�amos creer, hab�amos
follado con nuestro padre, y lo peor de todo, nos hab�a encantado. Nuestro �nico
sentimiento de tristeza era el hecho de no haber podido follar con Pablo ni
Marcos, pero eso lo quisimos arreglar esa misma tarde.


Abrimos la puerta que comunicaba las dos habitaciones, y
pudimos comprobar como Marcos se estaba duchando, y pablo estaba mirando la
tele. Nos acercamos sin hacer ruido, y antes de que el se diera cuanta, clara se
abalanz� sobre �l, quit�ndole la camiseta. No pudo decir nada, ya que al cabo de
pocos segundo, Sof�a le estaba quitando el pantal�n, y estaba empezando a chupar
a la a�n fl�cida polla de mi hermano, que no tard� en ponerse erecta. Yo me
estaba desnudando, cuando not� que alguien me cog�a por la espala y me empezaba
a masajear los pechos. Era Marcos, que ya hab�a salido de la ducha, y se hab�a
encontrado con la tremenda escena. Marcos estaba todo mojado. Notaba su pecho
mojado contra mi espalda, sus manos sobre mi pecho, y su pene sobre mi culo.
Dios santo, lo ten�a enorme.


Me gir� de golpe y le empec� a besar la boca. El no paraba de
tocarme las tetas, y yo la polla. Le cog� una mano, y se la puse delante de mi
co�o, y r�pidamente �l introdujo dos de sus dedos. Volv�a a estar muy caliente,
y no tard� en llegar al orgasmo. Cuando hube llegado al orgasmo, me arrodille y
le empec� a mamar la polla. Casi no me cab�a en mi boca, y no tard� en explotar.
Cuatro chorros potentes de semen chocaron contra mi garganta. Intent� tragarlo
todo, pero no pude, por lo que mi cara acab� manchada de semen. Antes de que me
pudiere lavar, Clara estaba limpi�ndome la cara con su lengua. Clara hab�a
dejado a Pablo, ya que ahora �l estaba penetrando a Sof�a.


De repente Marcos me cogi� y me tir� a la cama. Me puso de
cuatro patas, y me empez� a poner sus deditos en el culo. Lo estaba dilatando
para empezar la penetraci�n anal. Clara se estir� delante de m�, dej�ndome su
co�o delante de me cara, y yo se lo empec� a chupar. Lo chupada de arriba a
bajo, deteni�ndome en su cl�toris. Tambi�n pasaba mi lengua por su ano, a lo que
ella respond�a gritando como una loca.


Not� la punta de la polla de Marcos buscando el agujerito que
ya hab�a dilatado, y me empez� a penetrar. Al principio me doli� un poco, pero
me fui acostumbrando, y cada vez el dolor se transformaba en placer. Cuanto m�s
disfrutaba, m�s le com�a el co�o a mi hermana. Antes de que Marcos inundara mi
recto con su semen tuve un par de orgasmos, al igual que Clara. Cunado Marcos
hubo acabado, oblig� a clara a limpiarle la polla, y clara lo hizo sin
rechistar. En ese momento o�mos el orgasmo que tuvo Sof�a al ser penetrada por
Pablo.


Despu�s de limpiarle la polla a Marcos, Clara se qued�
dormida. Normal si tenemos en cuanta que durante diez minutos yo le hab�a estado
comiendo el co�o, sin darle descanso.


Ahora est�bamos Sof�a, yo, Marcos y Pablo, todos con ganas de
sexo. Me acerqu� a Pablo, y le empec� a chupar la polla, para que volviera a
estar en condiciones. Una vez en condiciones, les ped� a Marcos y a Pablo que me
hicieran una doble penetraci�n. En menos de un minuto ya ten�a la polla de Pablo
en mi culo y la de marcos en mi co�o, los dos embistiendo con fuerza, mientras
Sof�a no paraba de masturbarse. Yo no pude aguantar m�s, y tuve un largo y
placentero orgasmo. La sensaci�n de ser doblemente penetrada es brutal, y me
qued� incapaz de seguir en aquella org�a, por lo que Marcos y Pablo quitaron sus
pollas de mis dos agujeros, y las metieron en el culo y en el co�o de Sof�a. No
tardaron en inundar el interior de Sof�a de semen, y ella contest� con un largo
orgasmo.


A Sof�a Marcos le desgarro un poco el ano, por lo que la
polla de Marcos estaba llena de semen y sangre. Sof�a se la limpi� muy bien,
dej�ndola impecable. Al mismo tiempo, Pablo se acerc� a Clara, que estaba en un
estado de �xtasis, y le meti� su polla en su boca. Clara estaba fuera de si, y
simplemente se la empez� a chupar, provocando una nueva eyaculaci�n en Pablo,
que acab� tendido en la cama, al lado de Clara. Est�bamos los cinco reventados,
y altamente complacidos.


Dormimos toda la tard�, desnudos, abraz�ndonos.


A partir de ese d�a las vacaciones se convirtieron en unas
vacaciones sexuales. Cada d�a fall�bamos o con nuestro padre, o con Marcos y
Pablo, e incluso llegamos a darle placer a nuestra madre. Fueron una vacaciones
que marcaron un antes y un despu�s en nuestras relaciones familiares.


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Relato: Vacaciones familiares caribe�as
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