Yolanda necesita confianza.

Mi hermana entr� en el cuarto golpeando la puerta muy r�pido.
Sin decirme nada abri� el armario y busc� por los cajones de abajo, los cajones
donde yo guardaba la ropa de Yolanda o los mismos cajones en donde nuestra madre
cre�a que Bel�n guardaba la ropa que no cab�a en su cuarto. Despu�s de remover
todas mis faldas y braguitas nuevas mi hermana cruz� los brazos y me mir� muy
seria.

- �D�nde cojones has dejado mi camisa negra, herma?

Yo me di la vuelta y deje de chatear por unos segundos.

- �la negra tan ce�ida?, y yo que s�, joder, te la pusiste t�
la �ltima�

Mi hermana rebusc� quitando unos jers�is grises y levant� la
camisa negra de manga corta con ambas manos.

- �Cuantas veces te he dicho que tu ropa es tu ropa y la m�a
es m�a?...

Yo la mir� con cara culpable y lade� la cabeza un poco.
Aquella camisa me quedaba de muerte junto con los pechos falsos de espuma que me
hab�a comprado en una tienda especializada del centro. Me hac�a parecerme a las
modelos wander-bra, pero no sab�a donde encontrarla igual� mi hermana siempre
ten�a la mejor ropa. Ella me mir� cruzando los brazos.

- Y no me pongas caras raras, herma, que ya sabes que no te
aguanto cuando te pones as� esta camisa es m�a�

La oli� por encima, sonri� y baj� la voz. Nuestros padres
estaban en el sal�n y todav�a eran ajenos a mi transformaci�n.

- Porque s� que me la coges para pon�rtela y no para hacerte
pajas con ella, que si no� y co�o, date prisa con eso del Chat que hemos quedado
para ir al cine a las ocho y son las siete y media, t�a, que siempre tardas una
barbaridad en ponerte guapa�

Sali� del cuarto con la misma rapidez con la que hab�a
entrado; as� era mi hermana. Yo volv� al Chat. Estaba hablando con un par de
chicos que intentaban ligar conmigo:[YolandaKiss]. Me hab�a puesto aquel Nick
hac�a exactamente un mes, y ya empezaba a conocer gente interesante en un canal
hispano. Incluso me hab�a atrevido a mandar algunas fotos a la Web del canal.

Dos meses. Hab�an pasado dos meses desde que mi hermana y su
amiga Sonia me rebautizaran como Yolanda, un mes y 28 d�as desde que le com� la
polla a Marcos por primera vez en una discoteca y el mismo tiempo desde que mi
culo, o mejor, mi nuevo co�o, se hab�a abierto a nuevas sensaciones. Durante
aquellos d�as no sab�a a donde me llevaba mi morbo, mi fetichismo� mi
subconsciente, pero sentado en la pantalla del ordenador todav�a me pon�a
caliente recordar el roce de mis primeras botas de plataforma contra mis
rodillas o las u�as postizas contra la tela de mi falda verde. Y es que si antes
Yolanda estaba escondida entre mis miedos, agazapada entre fantas�as, ahora
ten�a que sujetarla muy fuerte para que no saliera delante de todo el mundo. Y
encima mi propia hermana se esforzaba en referirse a m� como t�a� Solo pensar en
ello me puso cachondo, y lo puse r�pidamente en la pantalla.

- Me estoy poniendo s�per cachonda, chicos�

Las respuestas surgieron en el monitor casi antes de que le
diera al enter.

Me puse rojo de leer algunas de ellas, no porque me
asustaran, sino porque ya me gustar�a a m� que me hicieran todo aquello que
escrib�an� aunque seguro que el noventa por ciento se echar�a para atr�s al
saber que ten�a un secreto que se alargaba cuanto me pon�a tan cachonda.

Mi polla se puso dura en ese momento, as� que decid� que ya
era hora de dejarlo. Sonia vendr�a a casa a las ocho a buscarnos con una amiga,
para hacer el parip�. Yo me vest�a y arreglaba para despu�s bajar todas juntas a
la calle, as� mis padres no se daban cuenta. El plan de mi hermana de llevar una
doble vida estaba funcionando a la perfecci�n. A mis colegas solo les ve�a en la
universidad, y todos los jueves, viernes y fines de semana sal�a como Yolanda a
quemar la noche. Pero aquello me estaba atrapando m�s de lo que en un principio
hab�a cre�do.

Todav�a no se lo hab�a dicho a mi hermana, pero hab�a tomado
una decisi�n respecto a Yolanda. Ya no solo me pon�a a mil verme vestido como
ella, comerme las pollas de los ligues o que me penetraran por mi nuevo co�o� me
pon�a a mil pensar que aquello fuera para siempre. No pod�a seguir aparentando
ser un hombre porque yo ya era Yolanda en todos los sentidos� estaba decidido a
cambiar mi aspecto para el resto de mi vida� quer�a tener mis propios pechos�
mis propias u�as� mi propio pelo�

Mi hermana volvi� a entrar en el cuarto. La camisa negra le
quedaba perfecta, sobre todo cuando se abr�a el escote lo suficiente como para
ver un collar precioso blanco que se pon�a muy corto alrededor del cuello y un
top morado el�stico debajo. Sonre� al ver que llevaba puesto un pantal�n m�o:
blanco muy ajustado que se acampanaba en los extremos, donde una especie de
drag�n negro estaba pintado en forma de tatuaje que sub�a por una de las
piernas. Nos hac�a un culo rompedor a ambas. Por eso me sent�a mujer� por eso
apareci� Yolanda por primera vez. Mi hermana me tir� unas bragas del armario.

- Venga, t�a, que no quiero llegar tarde.

Yo me levant� y abr� el caj�n que mi hermana hab�a removido
antes.

- Pero cuando vuelvas me devuelves el pantal�n que llevas
puesto�

Cog� unas braguitas especiales que empujaban mi polla lo
suficiente para que esta no me traicionara en ning�n momento, cog� el sujetador
y mir� el caj�n de arriba abajo. Aquella noche �bamos a ir a unos bares de la
zona sur y deb�a ponerme ca��n. Necesitaba sentirme ca��n. Marcos estaba
haciendo las pruebas para el destino militar en una base de Melilla y tardar�a
seis meses en volver. Desde entonces no he tenido m�s que ligues de una noche
que acababan siempre en una buena enculada ya sea en los ba�os o en los
aparcamientos. Hab�a aprendido que la �nica forma que ten�a de que los t�os no
buscaran por mi entrepierna era dejarles que introducieran su polla por mi
agujerito. Le deb�a mucho a Marcos pero esa noche estaba dispuesta a sentir a
Yolanda en plenitud.

Despu�s de romperme la cabeza buscando algo que ponerme� cosa
nada f�cil pues todo lo que ten�a me hac�a tener orgasmos cuando me ve�a puesto
con ello, eleg� una falda corta el�stica negra apretad�sima, un top blanco y
unas botas negras altas de mi hermana que eran una delicia. La plataforma hac�a
que mis caderas subieran un par de cent�metros convirti�ndome en la Yolanda que
me imaginaba ser cuando fantaseaba encerrado en mi cuarto meses atr�s�

Me met� corriendo en el ba�o mientras mi hermana me daba otro
top por la rendija de la puerta.

- Toma, anda� este me lo ha dejado Sonia� dice que te
quedar�a muy bien� y por cierto, las u�as blancas est�n debajo de mi neceser�

Yo lo mir� y lo cog� cerrando la puerta del ba�o. Si Sonia lo
dec�a ser�a verdad. Me puse frente al espejo y una noche m�s me quit� los
pantalones vaqueros para enfundarme una faldita estrecha. Me puse los pechos
falsos, el sujetador bien fuerte, me sub� la falda y despu�s me at� el top
blanco de Sonia. Estaba completamente abierto por detr�s. Era de esos que se
atan con finas tiras cruzadas por la espalda y que hacen que las tetas se
estiren tanto que es una delicia verlos cuando se excitan los pezones.

Di un paso peque�o hac�a atr�s con las botas puestas y cog�
aire. Me puse la peluca, porque a mi pelo le quedaba un par de meses para estar
como yo lo quer�a, tan largo y rizado como lo llevaba Nuria, la otra amiga de mi
hermana. Me puse un imperdible muy disimulado para sujetarla y entonces volv� a
mirarme en el espejo.

Yolanda estaba preciosa, pens�. Yo estaba preciosa. Aquello
era la recompensa por haberme atrevido a hacer algo que siempre hab�a deseado:
Ser como mi hermana. Cerr� los ojos deseando no ponerme nunca mas los pantalones
y despu�s, con cuidado comenc� el ritual de ponerme las u�as postizas. Ese d�a
eran blancas y muy largas, y para no desentonar me maquille mucho, sobre todo
perfil�ndome los ojos de negro para parecer mas loba que de costumbre con un
toque de brillo en las pesta�as. Aquella noche necesitaba un hombre que me
hiciera olvidar por unos momentos el consolador que mi hermana me hab�a regalado
tiempo atr�s y al que tanto me hab�a encari�ado.

Pens� en el consolador y sonre�. �Por qu� nunca me hab�a
atrevido a hacerlo antes?. Estaba segura que cualquier hombre se volver�a loco
al sentir que le abren el culo. A mi me pas�, y despu�s de todos esos primeros
d�as de entrenamiento, hac�a un mes m�s o menos hab�a tenido que cambiar el
tama�o por otro mas grande y gordo que me llenaba tanto como las pollas de
verdad.

Tocaron a la puerta mientras me sub�a un escalofr�o por la
espalda.

- Yolanda� venga� que llevas media hora ah� dentro�

Yo me puse nerviosa. Siempre me pon�a atacada cuando sal�a
del ba�o. Era la prueba de fuego de todos los d�as. Me retoqu� un poco los
mechones rizados de la peluca y abr� la puerta decidida. Ya estaba preparada
para disfrutar de la mujer que llevaba dentro..

Mi hermana me mir� de arriba abajo. Sonia apareci� por
detr�s.

- Joder, hoy vas a por todas� �te gusta el top?

- Es precioso� gracias, Sonia, espera aqu� un segundo�

Mi hermana entr� conmigo en el ba�o y cerr� la puerta dejando
a Sonia fuera. Me sonri� p�caramente.

- Venga, t�a, r�pido que nos vamos.

Yo ya sab�a a que entraba mi hermana. Me fui hasta el lavabo
y me sub� la falda. Saqu� mi polla fuera y lentamente comenc� a hacerme una paja
delante del espejo. Mi hermana me miraba con cara divertida sin perder ni un
detalle. Sab�a que aquello le gustaba, pero a veces me resultaba un poco
violento. Sub� y baje el ritmo continuamente, pero desde hac�a un tiempo aquello
no era suficiente. Y mi hermana lo sab�a.

- Joder, espera� eres una puta viciosa, hermanita�

Se levant� y de un neceser que ten�a con candado sac� su
consolador. Me agach� un poco y le mostr� todo el agujero del culo a mi hermana.
Ella unt� de crema el capullo del consolador y en unos segundos ya lo ten�a ella
dando vueltas dentro de m�. Eso si era placer. Ella dio varias vueltas apretando
fuerte hac�a arriba hasta que ya no pude m�s y mi leche cay� al lavabo. Me
limpi� la polla y la introduje ya mucho m�s peque�a dentro de mis bragas negras.

- Te lo juro� me encanta ver como disfrutas de ser t�a,
hermanito� nunca me acostumbrar� pero tendr�as que hacer algo con esa polla� tu
ya eres una mujer, herma, no puedes ir con eso colgando�

Mi hermana me alcanz� el bolso, uno negro de adidas muy
peque�o que me hab�a comprado esa misma ma�ana, cogi� el consolador despu�s de
que yo lo limpiara bajo el lavabo y salimos despu�s de que ella volviera a
meterlo en su neceser. Sonia iba como siempre, con sus pantalones grises muy
ajustados, unas botas como las m�as y un top triangular plateado muy ce�ido.
Est�bamos magnificas.

- �Nos vamos!

En el ascensor nos encendimos un cigarrillo cada una mientras
nos pon�amos los abrigos. Yo me hab�a comprado uno violeta muy ce�ido y corto,
demasiado caro, me dijo mi hermana, pero era una pasada. Me quedaba tan ajustado
que parec�a que era mi propia piel. Ellas iban con unos plumas muy abultados.

Ya me hab�a acostumbrado a salir a la calle como Yolanda,
aunque casi siempre solo sal�a de noche. Incluso las �ltimas veces disfrutaba
cada vez que pasaba por la esquina donde mis antiguos amigos que ya casi no ve�a
nos gritaban y silbaban. Si supieran que yo era una de ellas�

- Bueno, he quedado con unos amigos de �ngel.

Dijo Sonia.

- Y uno de ellos est� buen�simo, as� que Yolanda� ese es para
ti.

Yo me re� en voz alta de forma muy aguda. Comenzaba a
pillarle el truco a eso de la voz femenina� era como si desde siempre hubiera
querido hablar as� tanto que a veces se me escapaba cuando no deb�a. Sonia me
agarr� del brazo y a su vez yo se lo agarr� a mi hermana. �bamos las tres
andando por la acera haciendo sonar nuestros tacones cuando al cruzar la esquina
nos encontramos con �ngel y dos chicos m�s. Uno era Pedro, que ya le conoc�a y
estaba medio liado con Sonia. El otro era verdad� estaba buen�simo. Sus ojos
azulones y un metro ochenta de m�sculo� �ngel nos present�.

- Esta es Yolanda, la prima af�nica de Bel�n� este es Toni.

Toni me peg� dos besos en la mejilla y fuimos hasta el cine.
Sab�a que el tal Toni me miraba el culo a cada paso que daba, as� que las tres
nos pusimos delante exagerando el movimiento mientras nos re�amos a carcajadas.
Al llegar al cine la cola daba la vuelta a la manzana.

- �Qu� hacemos?

Pregunto Toni.

- Yo paso de esperar tanta cola� v�monos al parque.

Como siempre mi hermanita tomaba las riendas de la noche.

- Esperarnos a la entrada del parque, que aprovechamos para
ir al eleven a por algo, �vale?

Sonia me cogi� del brazo y me llev� junto con mi hermana
hasta la entrada del parque. Hab�a mogoll�n de gente bebiendo en los bancos y
sentados en los escalones del edificio gris que daba a la parte de atr�s del
cine. Encontramos un banco y corriendo nos sentamos.

All� est�bamos las tres. Qui�n me iba a decir que despu�s de
todo lo que hab�a pasado iba a estar en aquel parque acompa�ado de dos t�as
bakalas� siendo yo una m�s de ellas. Sonre� para dentro. Estaba tan orgullosa de
m� que casi me puse a cantar a voz en grito una canci�n que se o�a de la
discoteca.

- Shh� t�a, baja la voz� que estamos dando el cante.

Me encend� un cigarro y me sent� en cuclillas al lado de
Sonia. La falda se estiraba lo suficiente para no ense�ar mi secreto a nadie.
Est�bamos guap�simas aquella noche. Tom� nota de c�mo se hab�a maquillado Sonia
para ponerme as� otro d�a.

- �C�mo te encuentras?

Sonia todav�a flipaba conmigo.

- Estoy s�per excitada� �y tu?

Sonia me dio un beso en la mejilla mientras unos chicos se
nos acercaban.

- �Ten�is fuego?

Yo les mir� y comenc� a sudar al o�r la voz. Eran algunos de
mis colegas. Los cuatro nos miraban con cara de mala leche. Juli�n, Jose y
Manolo. Detr�s de los tres estaba Miguel, el m�s t�mido del grupo. Desvi� r�pido
la mirada al notar que Miguel se me hab�a quedado mirando fijamente. El resto
hablaba con Sonia cogiendo el mechero. Rec� para que se fueran pronto. Cuando mi
hermana se dio la vuelta ellos la miraron con cara de asco. Juli�n, el mas alto
y macarra abri� la boca.

- Joder, la bakala� oye, �no habr�s visto a tu hermanito?...
hace siglos que no le vemos�

Mi hermana me mir� y comenz� a re�rse. Yo estaba sudando.

- Pues no.. creo que se ha echado novio� ehhh novia, quer�a
decir novia�.

Sonia se re�a tambi�n. Miguel nos mir� a las dos.

- Mira que sois ni�atas, joder.

Antes de irse Miguel me mir� fijamente y se quedo callado
arrugando la frente. Yo estuve a punto de salir corriendo, pero Miguel se fue
dando zancadas grandes detr�s de los dem�s cuando vinieron �ngel, Pedro y Toni.

Sacaron las botellas y comenzamos a beber vodka con naranja
durante dos horas. Yo cada vez me iba poniendo m�s caliente de ver el paquet�n
de Toni aunque la mirada de Miguel me hab�a dejado mosca. Cada vez estaba m�s
borracha y todos re�amos muy alto. A las hora siguiente Sonia se estaba pegando
el lote con Pedro, mi hermana lo mismo con �ngel y yo ten�a la lengua de Toni
introducida hasta la campanilla.

Su cuerpo estaba caliente y me reconfortaba. Sus labios eran
tan suaves que me estaban llevando al infinito. Toqu� su paquete con mis u�as
postizas y note que se pon�a mas duro. Le agarr� de la mano y fuimos detr�s de
un coche a lo lejos. All� le baj� corriendo el pantal�n y comenc� a chuparle la
polla de forma compulsiva.

Me hab�a pasado un mes viendo por internet como chupaban
ellas las pollas, asi que estaba muy preparada. Sub�a cuando �l se echaba para
atr�s y bajaba cuando me la acercaba. Mi lengua repasaba todo su fres�n una y
otra vez, y mis manos mov�an todo el conjunto al mismo ritmo.

- Joder� t�a� sigue�.

O�r aquello era mi premio. Reconozco que hab�a estado
practicando con el consolador grande una y otra vez, e incluso mi propia hermana
me hab�a dicho como hacerlo.

Saqu� la polla de mi boca y r�pidamente me moj� los dedos
esparciendo la saliva por mi culo para lubricarlo. Me di la vuelta y le ense��
el culo/co�o. �l, como hombre que era sonri� no entend�a la fijaci�n que ten�an
los hombres con los culos, pero aquello les pon�a una barbaridad. Me agarr�
cerrando los dientes muy fuerte y me la introdujo con violencia. Yo emit� un
gemido muy agudo, pese a que dol�a mucho menos que la primera vez. Cerr� los
ojos al notar lo caliente que estaba su polla dentro de mi. Disfrut� de los
golpes de sus test�culos contra mis nalgas durante un buen rato. Gracias a dios
Toni aguantaba m�s que la mayor�a saciando mi calent�n.

Me estaba llevando al infinito. Sus sacudidas continuas me
atravesaban y los gemidos se hac�an m�s fuertes. Pero no sab�a que me gustaba
m�s, si que me partieran por la mitad o saborear su caldo viscoso, asi que tras
diez minutos en los que Toni me sujet� las caderas con fuerza, me d� la vuelta
corriendo justo cuando su leche comenz� a salir a borbotones contra mi cara.
Aquello era el segundo premio. La leche� desde que mi hermana me la hab�a hecho
probar no pod�a terminar una mamada sin notar su viscosidad dentro de mi boca�
Me relam� como las actrices porno y me levant� tragando.

- Es�. Es verdad�.

Empez� a decir Toni.

- Eres� eres una zorra�

Le v� alejarse mientras corriendo me masturbaba detr�s del
arbol. Pese a que mi hermana me dijo que las cosas del culo las hiciera con
cuidado y despu�s de la segunda cita porque no quer�a que la gente llamara puta
a su hermanita, otra vez no hab�a podido reprimirme.

Me limpi� la polla y volv� con ellos en el momento que se
desped�an.

- Bueno, nosotros nos vamos.

Dijo Toni con cara de cansado. �ngel ya se hab�a ido con mi
hermana a otro parque. Yo mir� a Sonia y me abrac� al bolsito. El fr�o se me
met�a por debajo de la falda y estaba un poco borracha para seguir, asi que me
desped� de Sonia con dos besos en la mejilla y me fui a casa aguantando alg�n
que otro borracho que me quer�a meter mano. Andaba con cuidado de no hacer mucho
ruido con los tacones.

- �D�nde vas?

Al oir la voz me d� la vuelta asustada. Era Miguel, mi amigo
de la pandilla... Iba tambi�n borracho. En ese momento supe que me hab�a
descubierto y me puse a temblar de miedo.

- A� a casa.

Contest� r�pido mientras cruzaba el sem�foro.

- �Qu� haces asi vestido?

Me par� en seco. Miguel se acerc� a m� despacio.

La cabeza me daba vueltas. Era lo peor que me pod�a pasar. Le
mire sonriendo de forma pat�tica.

- Miguel� yo� joder�

Entonces el se acerc� a mi. Estaba nervioso, algo que me
sorprendi�.

- Joder� con lo normalito que tu eras�

- Mi�miguel� no� no se lo iras a decir a nadie, �verdad?...

- �Y quien me iba a creer?...

Yo saque un cigarro y lo encend� con prisa. Estaba muerta de
verg�enza.

- �Te puedo hacer una pregunta?

Miguel me miraba de forma extra�a, entrecerrando los ojos. Mi
vista se fue a su entrepierna y vi que su bultito estaba a reventar.

- Claro, Miguel�dime�

Fue una sorpresa que me sintiera mas relajada. Si hab�a que
hacerlo publico para todos� lo har�a, no hab�a otro remedio. Miguel me miraba de
arriba abajo. Abri� y cerr� la boca, hasta que la volvi� a abrir. El vaho sal�a
de su boca como el humo de las alcantarillas.

- �Qu� que se siente?

- �C�mo?

Miguel busc� las palabras mirando a todos lados.

- Que� que se siente al ir as� por la calle.

No sab�a a donde quer�a ir a parar� pero lo mejor era seguir
su rollo hasta que se fuera. Despu�s ya ver�a como lo arreglaba.

- Pues no s� es algo tan especial� tan� excitante�

Miguel se acerc� mucho a m� y me asust�. Puso su boca en mi
oido y susurr�.

- Yo� yo tambi�n quiero�

Di un paso hac�a atr�s. �Miguel?...

- �De que co�o estas hablando, Miguel?

El se puso rojo. Yo tambi�n. Ante su silencio sonre�. No me
lo pod�a creer.

- �Qu� quieres hacer?

Miguel bajo la vista.

- Eh� no lo s� es que� bueno�

Aquello si que era sorprendente. Mas de cualquier cosa que me
hubiera imaginado. �Miguel?. La verdad es que el tipo lo ten�a, porque se
parec�a mucho a m�, y tampoco ten�a pelo en el cuerpo� �Por qu� no?, me dije.
Pero ir�a con mucho cuidado, porque todav�a no sab�a si aquello era una broma.

- �E� estas seguro?

Miguel sonri� de verg�enza.

- No� no he dicho nada� es� es que estoy un poco borracho�

Se acerc� m�s a m�.

- Si me dejas hacerlo� no dir� nada a nadie nunca.

Mir� el sem�foro y comenc� a cruzar deprisa. Miguel se qued�
parado.

Al llegar a casa entr� corriendo en mi cuarto y me quite la
ropa guard�ndola en el �ltimo caj�n del armario. �Miguel?... joder� pero me
excitaba saber que no era el �nico con una mujer dentro. Y necesitaba un
compa�ero de confidencias� porque aunque mi hermanita era perfecta ella jam�s
comprender�a ciertas cosas. La cabeza me daba vueltas. Me met� en la cama
despu�s de cepillarme los dientes, quitarme las u�as y el maquillaje y me hice
un dedo tremendo imaginando lo guapas que pod�amos quedar Miguel y yo. Seguro
que �l estaba en la cama en ese momento fantaseando como lo hac�a yo� Por la
ma�ana le llamar�a y comenzar�a a recoger informaci�n sobre la operaci�n� yo era
una mujer y si mi Miguel me acompa�aba, el viaje lo har�amos juntas�

Bueno, como siempre espero no haberos defraudado, ya que sin
vuestros mensajes de �nimo no podr�a seguir. Si quer�is comentarme algo a mi o a
Yolanda, ya sab�is: POR CUESTIONES DE PRIVACIDAD ESTE EMAIL FUE REMOVIDO