Ra�l y Alberto estaban impresionados con lo que hab�an visto,
esta isla era una experiencia nueva para ambos.
-Ahora iremos al Trey como os promet�. Dijo el Doctor
mientras se sub�a al coche.
-H�blanos un poco mas del Trey. Dijo Ra�l.
-Bien como ya os dije, al nacer las chicas son educadas como
esclavas, pero como todo sistema tiene fallos, hay chicas que se niegan a seguir
los principios de la sumisi�n y ellas son llevadas al Trey.
-�Qui�n se encarga de que las chicas no escapen del Trey?.
Pregunt� Alberto.
-Como pod�is ver las chicas que andan por la calle no superan
ninguna los 30 a�os, esto se debe a que a partir de esa edad dejan de ser
esclavas, algunas pasan a ser profesoras de ESP, en el instituto, y el resto
pasan a ser bitches, es decir guardianas del Trey.
-�Y si alguna de ellas decide ayudar a las rebeldes y
liberarlas? Pregunt� Ra�l.
-Eso aqu� es imposible, las �nicas que podr�an plantar cara
en un momento dado son las rebeldes del Trey, y ellas son expulsadas
directamente de la isla cuando alcanzan los 30 a�os, llevamos ya muchos a�os con
este sistema y no ha dado fallos todav�a.
-�Qu� ocurre cuando hay mas mujeres mayores de 30 a�os que
las necesarias para ser profesoras o bitches? Pregunto Ra�l.
-Son expulsadas tambi�n, para ellas es un honor continuar en
la isla y ser bitch o profesora de ESP, pero l�gicamente habiendo tantas mujeres
como pod�is ver todas no pueden desempe�ar esos trabajos, as� que el mismo
carguero que nos trae provisiones y os recogi� a vosotros se las lleva a la
costa mas cercana, ya sea por el hecho de ser demasiado mayores o por cuesti�n
de poblaci�n.
-�Qu� cosas podemos hacerles a las rebeldes? Pregunt�
Alberto.
-Son unas zorras, pod�is hacerles lo que quer�is, escupirles
en la cara, sodomizarlas, pegarlas, cuando entr�is ver�is unos penes de hierro
en la pared, si quer�is pod�is colgarlas ah�, es una especie de orca, tienen los
pies sobre una madera y al lado ten�is una palanca, al bajarla cae el apoyo y se
desgarran el ano y el co�o, aunque tampoco os exced�is, tienen que servir mas
veces.
-Estoy deseando empezar. Dijo Alberto ri�ndose.
-�Y no te parece un poco cruel? Dijo Ra�l.
-Ra�l, creo que en este sitio no encontraras moral alguna,
pueden elegir entre ser putas, y ser putas de mierda as� que disfruta. Dijo
Alberto
-Ya estamos llegando. Dijo Eduardo.
El Trey tenia todo el aspecto de una c�rcel, pero parec�a que
tenia las ultimas medidas de seguridad, en la puerta principal hab�a carteles
indicando que la verja estaba electrificada, y unas mujeres vestidas como
amazonas patrullaban el recinto, algunas iban con perros de razas agresivas,
esos que cuando ves por la calle miras con recelo.
-Buenos d�as. Dijo Eduardo al llegar a la entrada.
-Buenos d�as Doctor Eduardo. Contest� una bitch mientras le
abr�a la cancela principal.
-�Qu� desea hoy? �negras, mulatas, chinas, lolitas? �o quiz�s
una quincea�era como la ultima vez?
El doctor se volvi� hacia los chicos esperando una respuesta.
-Yo quiero una de quince. Dijo Ra�l.
-Ha elegido bien caballero, tengo una virgen rubia con ojos
azules preciosa, y dicen que es una fiera. Dijo la bitch.
-A mi deme una mulata. Dijo Alberto.
-Que sean dos. Dijo el doctor.
-Perfecto, pasen a la sala por favor, mi compa�era preparar�
a las zorras y en diez minutos les avisaran, si les apetece llamen a alguna
whore si desean usarla para entretenerse mientras tanto.
Mientras avanzaban por la sala Ra�l y Alberto se miraron
confusos, y no tardaron en preguntar.
-�Qu� son las whores Eduardo? Pregunt� Alberto.
-Las whores son las enfermeras y cuidadoras de las rebeldes,
como os he dicho aqu� son usadas para todo menos para acariciarlas, ellas al
igual que las habitantes tienen menos de treinta a�os, y son usadas como tales,
pero tambi�n hacen stripteases, lesbicos y otras cosas para entrener a los
clientes mientras esperan.
-Llamemos a alguna. Dijo Ra�l.
-Usa esto. Dijo el medico mientras le aproximaba una especie
de campanilla.
Ra�l la hizo sonar y al instante se presentaron unas
veinticinco chicas con un atuendo muy provocativo formado por un top muy
ajustado que parec�a roto por atr�s, y una falda que por la parte delantera era
un poco mas larga que por la trasera, Alberto imagin� que seria para que al
agacharse se pudieran ver y tocar perfectamente su ano y co�o al mismo tiempo.
Las chicas formaron una fila ante los ojos estupefactos de ambos y soltaron un
discurso al un�sono.
-Bienvenidos al Trey caballeros, nuestra obligaci�n aqu� es
hacer su estancia lo mas grata posible, estamos a vuestra disposici�n. Dijeron
todas y se arrodillaron.
-Ahora elegir las que quer�is. Dijo �l medico.
-�Eh tu, rubia! Dijo Alberto, pero la chica no se movi�.
-�Qu� pasa? �Por qu� no hacen caso? Pregunt� Ra�l, al ver que
todas las chicas continuaban con la cabeza mirando al suelo.
-No funciona as�, mirad como se hace.
�l medico se levant� tomo por el pelo bruscamente a una de
las chicas y se inclin� hacia atr�s entonces abro la boca y le escupi� dentro,
entonces se levant� y le sigui�.
-Hay que marcarlas como a las yeguas. Dijo el doctor.
Alberto hizo lo mismo con la rubia que antes le hab�a
ignorado y para vengarse le tiro tan fuerte del pelo que la chica solt� un
quejido, r�pidamente el resto de las whores se abalanzaron sobre ella y
empezaron a pegarle y escupirle en la cara, Alberto decidi� que era buena idea
ayudarlas y empez� a hacer lo mismo que las whores, cuando se cans� y par�, el
resto de whores se detuvieron tambi�n y cuando se retiraron se pudo ver la cara
de la preciosa rubia ba�ada en sangre, saliva y lagrimas.
-Se me olvido decirlo, aqu� en la isla todas las mujeres son
castigadas cuando se quejan, aunque sea de forma involuntaria, y las que imponen
el castigo son sus propias compa�eras. Dijo Eduardo.
Alberto, tomo a la rubia sucia y a otra morena que tenia una
un cuerpo perfecto y tras escupirle en la boca a la ultima como hizo el doctor,
le orden� que le lamiera la cara para limpiarla y tom� asiento para observar la
escenita con sus amigos, el resto de whores al ver que su presencia no era
necesaria abandonaron la estancia a gatas.
La morena empez� a lamer y a tragar la saliva de la cara de
la rubia, y empezaron a besarse, sus besos estaban cargados de saliva, y se
escapaban entre los labios de ambas por las comisuras.
Ra�l no pudo contenerse y agarr� a la rubia del co�o y la
acerc� a la silla, observ� como a pesar del dolor que sent�a no pronuncio ni
palabra sino que dejo escapar algunas lagrimas, pero eso era algo que no le
importaba lo mas m�nimo.
-Chupamela puta de mierda quiero correrme en tu boca y que te
lo tragues. Acto seguido le escupi� en la cara al ver que la tenia limpia. �As�
es como te quiero ver zorra de mierda.
Cuando la solt� del pelo empez� a chuparsela, y la otra
morena con restos de saliva en la boca todav�a fue llamada por Eduardo, que no
dud� en met�rsela por el culo de un golpe, sinti� que hab�a partido algo por ah�
dentro. Ra�l al ver que era el �nico que no hacia nada se acerco y le meti� la
polla en la boca y mientras se la chupaba le pegaba tortas en la cara.
Tras haberse corrido todos, hicieron que se besaran entre si,
y recordaron la escena del instituto entre las menores, en ese instante apareci�
otra whore y les dijo que las putas estaban listas, que pasaran cuando
quisieran.
[Para hacer el relato mas interactivo, a partir de aqu� me
gustar�a que me dierais sugerencias, vuestras fantas�as, las cosas que os
gustar�a hacer en una situaci�n como la que se va a producir ahora, y me
gustar�a tambi�n que alguna sumisa, o chica se ofreciera para ayudarme a
escribirlo, me seria de mucha ayuda. Espero que os haya gustado este nuevo
capitulo.]