Era s�bado por la tarde, una calurosa tarde de verano. Estaba
en casa d e mi abuela, hab�a invitado a unos amigos, para ba�arnos en su enorme
piscina ya que ella se hab�a ido a pasar unos d�as fuera. No es que no dejara
que nos ba�aramos sino que lo que no le gustaba es que invitara a todos mis
amigos! Y como no, invit� a mi primo, Roberto, hac�a tiempo que sent�a algo por
�l, �l era un deseo inalcanzable un amor plat�nico, me encantaba cuando me
abrazaba y cuando sent�a el calor de sus mejillas en las m�as, cuando me
saludaba con dos besos.
Cuando me acostaba sol�a sentir que �l se tumbaba a mi lado,
se me pon�a la piel de gallina cada vez que me imaginaba el calor de su piel,
pero era mi primo!!
Ya estabamos casi todos cuando o� el coche de Roberto que
aparcaba, se hab�a tra�do el tambi�n a unos amigos. Eran todos mayores que yo,
yo s�lo ten�a 18 a�os y adem�s sab�a que estaban encantados de venir, con todas
mis amigas de mi misma edad a�o arriba, a�o abajo, casi ninguna hab�amos tenido
relaciones sexuales todav�a.
Nos pasamos toda la tarde en la piscina, jugando, riendo. Yo
llevaba ese ba�ador negro que me queda tan bien, cuando se moja, parece que la
tela es brillante, adem�s estaba encantada con �l doblemente porque ese a�o ya
hab�a conseguido llenarlo, es incre�ble como me hab�an crecido los pechos en tan
poco tiempo.
Empez� a oscurecer y la gente empez� a marcharse, hasta que
nos quedamos a solas mi primo y yo.
- Roberto, me voy a dar otro ba�o!
- Vale Judith
Roberto se qued� sentado en una mesa con su ordenador
port�til, pero no me quitaba los ojos de encima, aunque intentaba disimularlo
cuando le miraba fijamente.
Sal� de la piscina y fui hacia �l.
-�que haces? - le dije mientras me acercaba y como quien no
quiere la cosa me sent� en sus rodillas. En ese instante not� como cierta parte
de su cuerpo estaba en tensi�n, me acomod� un poquito m�s, justo en el centro
quer�a sentirla.
Le mir� fijamente a los ojos y cuando quise darme cuenta
est�bamos labio contra labio, con mis brazos rodee su cuello y me cog� de su
espalda desnuda. Mientras le besaba sent�a algo que no hab�a sentido nunca, que
mi co�ito se dilataba, estaba pidiendo a gritos de �l.
Pero me levant�, no pod�a ser, era mi primo.
Roberto vino hacia mi, se acerc� a mi oreja y me dijo: vamos
a la piscina.
No pod�a evitarlo, sus palabras me hechizaban, me rend�a al
tambor de sus deseos y me tir� a la piscina y �l se acerc� al bordillo y se
quito el ba�ador, delante de mis ojos, nunca hab�a visto ninguna antes y lo
cierto es que me encantaba lo que ve�a. Se sent� en el bordillo y se meti� en el
agua, fue caminando hacia mi, y empez� a besarme de nuevo. Cuando quise darme
cuenta ten�a la espalda en la pared y las manos de Roberto en mis pechos. Emez�
a bajarme los tirantes del ba�ador, y empez� a mordisquear mis pezones, que
sensaci�n!!! Se me pone la piel de gallina, mientras siento sus manos sujetando
mis pechos por debajo.
Sin soltar uno de mis pezones de entre sus labios empieza a
bajarme el ba�ador.
- Roberto, no lo hagas.
No me hace caso. Empiezo a sentir el agua fresca entre mis
piernas. Con suavidad coge mis rodillas y me suve a caballito delante de �l,
siento como su enorme polla se clava en mi abdomen. Empieza a apretar su pecho
contra el m�o y desliza su mano por entre mis piernas y empieza a tocarme donde
nadie lo ha hecho, con la voz entre cortada le digo que no lo haga.
- Sssssh, me susurra en la oreja.
- Roberto, a�n no he estado con ning�n chico, ten cuidado por
favor.
Siento como la punta de su polla se acerca, empiezo a temblar
como una hoja entre sus brazos, pongo mi cabeza apollada en su hombro y lo mismo
hace �l, estamos super juntos, cuando noto que algo se abre camino.
- Roberto - digo con la voz entrecortada, casi sin fueras,
estoy a su voluntad - no - un no, que es un s� en el fondo de mi coraz�n.
Empez� a empujar con mucha suavidad, pero a�n as� me dol�a,
era una mezcla de dolor y placer, cuando de pronto, se par�, y empuj� un poco
m�s, algo le estaba haciendo parar, algo me dol�a. Empez� a besarme suavemente y
puso sus manos en mis caderas, sujet�ndome con su pecho apollado en el m�o y di�
un golpe fuerte, en seco!!
Un gemido de placer sali� de mi garganta, empez� a moverme en
c�rculos encima de �l, para acomodarse a�n m�s dentro de mi, un fino hilo de
sangre sal�a de entre mis piernas, me hab�a desvirgado mi primo.
Sent�a sus huevos llenos de leche en mi culo, me asustaba que
estuviera haciendomelo a pelo, pero me excitaba. Empez� a moverse. Me ten�a bien
sujeta a la pared, inm�vilizada. Sent�a como entraba y sal�a de mi, poseyendome,
llen�ndome, le gem�a en la oreja, eso hac�a que se le endureciera m�s la polla.
Dej� de hacer presi�n con su pecho, s�lo me sujetaba
levemente de la cintura, ahora era yo la que marcaba el ritmo, mi cuerpecito
empezaba a contornearse desde la cintura, moviendo la pelvis, con mis manos en
los hombros de Roberto y mir�ndole a los ojos mientras me mord�a el labio
inferior y jadeaba. Empec� a moverme m�s r�pido y m�s, no sab�a porque, pero
ten�a que hacerlo, hasta que sent� un escalofr�o, seguido por un espasmo, segu�a
moviendome, estaba apunto, lo notaba, cuando empec� a gemir, los gemidos se
convirtieron en gritos, me estaba corriendo en los brazos de Roberto. Echaba la
cabeza hac�a atr�s y me dejaba llevar por lo que me dec�a mi cuerpo, moverme!!
Pronto sent� unas palpitaciones dentro de mi, no era yo, era
la polla de Roberto apunto de estallar, me daba miedo que descargara dentro de
mi, le dije que saliera, pero �l quer�a acabar la faena. Sent� como los chorros
sal�an disparados hasta chocar con el fondo de mi cuerpecito. Ya se hab�a
corrido pero a�n ten�a espasmos y me atra�a hacie �l como si de una mu�equita se
tratara, una mu�equita que pod�a manejar a su antojo.
Sali� de mi con cuidado y sal�o de la piscina, cogi� una
toalla y me ayud� a salir mientras me rodeaba con la toalla y me cog�a en brazos
y dulcemente me llevaba al sof� del porche, all� me qued� dormida en sus brazos.