Cobrando antiguos rencores (II)
Aqu� estoy para contarles como fue que sigui� mi experiencia
con mi compa�erito de trabajo y enemigo de toda la vida, Gonzalo.
Al otro d�a de la sacudida espectacular que me dio ese
hombre, que durante toda mi vida estuvo escondido tras mi enemigo m�s feroz,
llegu� a la oficina muy temprano. Y all� estaba sentado en su escritorio, como
no hab�a nadie lo salud� con un beso en la mejilla y una apretada de bulto, que
comenzaba a erguirse ya desde temprano. Me respondi� con una sensual sonrisa.
__ "Hola Manuel, �c�mo dormiste anoche?"
__ "Muy bien, gracias, �y vos?"
__ "Demasiado bien, claro que me qued� con muchas ganas de
seguir el asunto de anoche. No pude dejar de pensar en tu culito ni en lo bien
que la chup�s."
__ "Bueno bueno, veo que te gust� el castigo de anoche. Pero
vos sab�s que en cuanto quieras lo podemos repetir, es que �ltimamente te est�s
portando muy mal."
__ "Te propongo que esta noche nos quedemos otra vez a
terminar el trabajo, �qu� te parece?"
__ "Me parece bien. Hoy despu�s de hora nos vemos en el
quinto piso."
Todo el d�a me qued� pensando en que otra vez ese macho me
ir�a a poseer. Para ser sincero, yo tampoco hab�a dejado de pensar esa noche en
lo bien que la pas� mamando esa verga que me llen� de leche hasta el culo.
Estaba ansioso por tenerlo dentro m�o otra vez. Lo que m�s me hab�a excitado era
el movimiento de sus caderas en sus embestidas. La fuerza masculina con la que
me bombeaba una y otra vez, sin parecer cansarse, como enloquecido por mis
nalgas, manose�ndolas con furia. Me asombraba la idea de que un tipo tan
machista se calentara con un hombre como yo, que en apariencia soy masculino,
pero en realidad soy masculinamente un puto.
De vez en cuando le tiraba unas miradas fulminantes que lo
pon�an a tope, y me respond�a con una frotada a su paquete que me dejaban con la
boca abierta y el coraz�n palpitando de la calentura. Se me hizo eterno el pasar
del tiempo. No aguantaba m�s la espera. Pero tras horas y horas, lleg� el
momento de asistir a mi cita despu�s de horario de trabajo. Cuando llegu� al
quinto piso, entre la oscuridad lo vi a Gonzalo sentado sobre un escritorio. Al
principio no pod�a darme cuenta bien, pero mis sospechas fueron ciertas, estaba
"desnudo". Apoyando sus nalgas de acero y con su miembro viril ( y vaya que es
viril) sobre sus piernas, esperando a que yo me lo devore de una sola mamada. Y
esa era mi intenci�n, me acerqu� r�pidamente pero una sorpresa me detuvo. Otro
hombre apareci� de la oscuridad. Este hombre estaba vestido, pero tambi�n ten�a
una mirada que me recordaba a antiguas �pocas.
__ "Hola Manuel, �no te acord�s de m�?"
__ "Manuel, �no te acord�s? �l es Gabriel, mi amigo de toda
la secundaria.
Ah� reaccion�, y s�, era Gabriel. El aliado de Gonzalo de
toda la secundaria, el c�mplice de tantas diabluras en mi contra. Pero se ve�a
que su cara no ten�a una intenci�n malvada, al contrario, parec�a que ten�a otro
tipo de deseos, que claro se pod�an satisfacer placenteramente.
__ "S�, ya s� quien sos. Pero bueno, �qu� es lo que te trae
por ac� y en esta situaci�n?"
__ "�No te imagin�s?"
__ "Bueno, creo que ac� te debo una explicaci�n Manuel.
Gabriel, como ya sab�s, fue mi amigo toda mi vida, pero tambi�n fue mi compa�ero
sexual a escondidas. Hoy lo traje para que se divierta con nuestros juegos."
Yo me qued� sin palabras, no pod�a creer que Gabriel se
prestara todos esos a�os para los antojos sexuales de Gonzalo. Pero aunque no lo
pudiera creer, Gabriel se arrodill� delante de m� y manote� mi bulto,
despert�ndolo y sac�ndolo al encuentro de su boca, su succionadora dir�a yo. La
chup�, la lami�, jug� golpe�ndola en su lengua, la sabore�. Parec�a un adicto a
mi verga, deseoso de toda la leche que pudiera dar. Gabriel es un tipo alto, con
unas piernas trabajadas, al igual que su culo. Una piel muy blanca y unos ojos
celestes cegadores.
Gonzalo observaba hasta que se anim� y se coloc� detr�s de
Gabriel. Se agach� y sumergi� su boca en su culito parado. Lo chupaba penetrando
su lengua en su agujero, lubricando la zona que posteriormente iba a explorar.
De mientras, �l gritaba de excitaci�n, de placer.
__ "Ahhh ... s�, hoy quiero ser penetrado por ustedes dos,
quiero que prueben este culito ansioso."
__ "Bueno, si el puto quiere, voy a darle el gusto." Dije con
total entrega. Y me ubiqu� detr�s de su culo. Proced� a abrirlo con las manos,
para ver ese agujero abierto y mojado que esperaba mis 20 cm. Primero le roc�
con la cabeza. Luego fui metiendo de a poco, mientras iba sintiendo las
contracciones de su esf�nter que recib�a mi pedazo. Sus gritos de queja ten�an
tambi�n una mezcla de placer.
__ "Uy siiiiiiii ... que bien que entra. Vamos Gonzalo ponete
ac� que te quiero chupar la pija." Dijo Gabriel.
__ "Que lindo putito que te traje esta noche, �no Manuel?"
__ "S� si, nunca imagin� que iba a resultar tan bueno en esto
de chupar, y ni te digo en el asunto que tenemos ac� atr�s."
__ "Jajajaja. S� si, es todo un experto."
Yo de mientras segu�a con mi bombeo, no lo pod�a creer, era
la primera vez que penetraba a un hombre. Y lo hac�a con tanta sa�a que parec�a
la �ltima vez. No paraba de decirle lo mucho que me calentaba hacerle el culo.
__ "�Te gusta c�mo se est� portando mi cola?"
__ "Como los dioses, por supuesto."
__ "Pero ya es demasiado, ahora me toca a m�." Dijo Gonzalo
reclamando el merecido culo. Yo tom� la posici�n delantera y con la pija en la
mano, ofrec� a Gabriel mi manjar. El que acept� sin mucha dificultad. Era
maravilloso. Los dos haciendo gozar a ese puto tremendamente. Y yo no aguant�
m�s la tentaci�n y acab� dentro de su boca.
__ "Yo ya no puedo m�s. Tom� esta lechita que tengo para
vos." As� derram� todo mi dulce. Pero no terminaba ah� la cosa.
Gonzalo tambi�n ten�a derecho a acabar, pero el reclamo fue
distinto ahora:
__ "A m� me falta poco para acabar, pero quiero hacerlo en tu
boca" se�al� a Gabriel, "y en la tuya tambi�n" dijo esto se�al�ndome a m�, y
obviamente no me iba a negar a tal proposici�n.
Sac� su miembro del culo del otro. Y me arrodill� ante �l
junto con Gabriel. Los dos comenzamos a lamer desesperadamente esa verga que nos
guardaba la recompensa por la partuza m�s caliente que viv� hasta ese momento.
__ "Ahora quiero que los dos putitos se tomen toda esta
lechita que pap� les da por lo bien que se portaron."
Y ah� est�bamos, como perros jadeantes, agotados por el
placer, pero no nos rendimos ante ese manantial de sexo. Y de tanto chupar la
leche brot� y los dos sacamos nuestras lenguas y bebimos, bebimos esa locura
pasional. Nos llenamos con ese macho cabr�o.
Fue una experiencia inolvidable, que cambi� mi vida para
siempre y que es producto de tantas pajas y de tantos recuerdos er�ticos.
Recuerdos que ahora comparto con ustedes amigos. Esperando que les sean
agradables y calientes como lo son para m�.
Comentarios bien recibidos a
POR CUESTIONES DE PRIVACIDAD ESTE EMAIL FUE REMOVIDO
Misterio.