Estaba disfrutando al m�ximo mi juventud, 21 a�os, viviendo
solo en un departamento, con un buen trabajo, buena facha un auto bastante
bueno, en fin todo lo que hubiese querido desear.
El mayor de tres hermanos, de una familia bien constituida,
clase media, mi hermana de 16 y un hermano chico de 12, lo que dir�amos una
familia normal. Bueno casi normal. Siempre mis padres tuvieron problemas con
Maribel, mi hermana. A sus 16 a�os, su mundo era la disco, las fiestas, la vida
nocturna, y aunque mi padre siempre fue muy estricto con ella, no pudo frenar
estas salidas. Esto la llevo a frecuentar una mal grupo de amigos, lo que la
deriv� a la droga.
Cuando chica ella era muy bonita, muy bien vestida, cosa que
para mi madre era fundamental. De contextura normal al igual que su f�sico. Sin
embargo, este tema de las drogas, la llev� por mal camino, descuid� mucho su
apariencia y adelgaz� terriblemente.
A tal punto lleg� su adici�n, que un d�a le sac� plata a mi
mam� de su cartera y la sorprendieron. Ya con eso, fue la gota que rebals� el
vaso y mi padre aburri� de tratar de luchar con ella y pr�cticamente no la
tomaban en cuenta en la casa. Como decimos ac�, la oveja negra de la familia.
Seg�n me contaron hab�a vendido algunas de sus cosas, para
tener con que comprar droga, su personal estero, sus discos, alguna de sus
ropas, en fin. Yo muchas veces tambi�n trate de conversar con ella, pero a mi,
no me hac�a caso en nada.
Una tarde, en que me encontraba dormido en mi departamento,
son� el timbre y al abrir, me encuentro con mi hermana, con un bolso, parada en
la puerta. La hice pasar y le ofrec� un refresco. Ella se sent� y llorando, me
cont� que mi padre la hab�a echado de la casa.
Aunque me dio mucha pena que las cosas hayan llegado a ese
l�mite, tuve que ser duro con ella y decirle que yo no pod�a ayudarla ya con mi
padre, porque el mejor que yo, sab�a como ella se hab�a comportado y...... bla
bla bla .. que la responsabilidad... que las drogas no llevaban a ninguna
parte...... y bla bla bla bla.
Ella llorando me dijo que no ten�a a donde ir y que yo era el
�nico que pod�a ayudarla.
En ese momento entre en un dilema existencial, ella era mi
hermana y no pod�a echarla a la calle. Sin embargo, yo estaba acostumbrado ya a
vivir solo, y tener a mi hermana durmiendo bajo mi mismo techo , significaba
dejar de traer amigas al departamento, andar desnudo, en fin perder mi
privacidad.
Le explique todo esto, y ella me argumentaba soluciones, como
que me har�a todas las cosas de la casa, que no saldr�a de su pieza cuando yo
trajera a alguna mujer y que solo era por un tiempo, hasta que consiguiera alg�n
trabajo, en fin.
Le cost� mucho convenserme, pero al fin no pude hacer otra
cosa que decirle que si, pero bajo mis estrictas reglas y que si a la primera
que me fallara, la echar�a a la calle sin contemplaciones.
Lo primero que acordamos es que ella se har�a cargo de todas
las cosas de la casa, lavar, planchar, hacer aseo. Que solo podr�a salir hasta
las 8 de la noche y que si llegaba mas tarde, se quedar�a en la calle, ya que
las llaves del picaporte grande, no se las entregar�a. Que quedaba estrictamente
prohibido traer amigas o amigos al departamento y que si la pillaba que estaba
consumiendo cualquier droga, que junto con pegarle, la echar�a a la calle sin
contemplaciones.
Adem�s acordamos que cuando yo trajera a alguna amiga, la
llamar�a antes por tel�fono y no podr�a salir de su pieza.
Todas mis condiciones fueron aceptadas.
Esa noche sin decirle a donde iba, me fui a casa de mis
padres y habl� con mi madre, para que no se preocupara por Maribel. Ella me
agradeci� y rog� a Dios por que esto le sirviera de lecci�n y cambiara.
Justo esa semana , mi hermana estaba de vacaciones en el
colegio, por lo que cuando sal�a en la ma�ana, ella estaba durmiendo. No la
despert� y me fui.
Yo por lo general me quedaba a almorzar afuera, pero cuando
estaba en mi oficina, mi hermana me llam� y me pregunt� si ir�a a almorzar, para
ver que preparaba. Le dije que si ir�a.
Cuando llegu� a almorzar, me d� cuenta que todo estaba muy
limpio. Hab�a hecho las camas, hab�a limpiado el ba�o, ordenado y sacudido todo,
y de la cocina sal�a un buen olor.
Durante toda la semana fue as�, todo perfecto, claro que
cuando no iba a almorzar yo le avisaba. Lo �nico que me empez� a inquietar un
poco, fue que mi hermana, actuaba igual cuando yo de hijo, estaba viviendo en
casa, es decir, yo pod�a estar afeit�ndome y ella entraba al ba�o y orinaba a mi
lado como si fuera lo m�s normal del mundo. Otro d�a, yo le hab�a pedido que
cuando fuera al centro, me llevara a arreglar la correa de mi reloj. Esa ma�ana
ella se levant� muy temprano, y me pidi� que la llevara en mi auto y la dejara
en el centro, ya que iba a hacer mi encargo, junto con otras cosas que ten�a que
hacer. Mientras me afeitaba en el ba�o, le dije que si quer�a que la llevara,
ten�a que apurarse, por que yo no pod�a llegar atrasado.
Me dijo que no me preocupara, que se dar�a una ducha r�pida y
que estar�a lista antes de que yo saliera. Sin decir nada m�s, abri� la ducha, y
se sac� su piyama, y quedando completamente desnuda, se meti� a ba�arse,
mientras yo la miraba estupefacto por el espejo.
Mientras se ba�aba, me qued� dando vuelta en mi cabeza la
imagen de su cuerpo desnudo. Como les dije anteriormente mi hermana hab�a
adelgazado mucho, sin embargo aun ten�a un culito muy deseable, aunque sus
pechos eran muy peque�os.
Lleg� el viernes y sal� en la noche. Me junt� con unos amigos
y volv� muy tarde, con unos tragos de mas encima. Al entra al departamento me
sorprendi� que estuviese aun despierta, viendo televisi�n. Me pidi� un cigarro.
Antes de irme a acostar, me sent� a su lado a ver un poco de TV. La imagen de su
cuerpo desnudo aun estaba d�ndome vueltas por la cabeza, y ella solo con
calzones y una polera larga, no me ayudaba a olvidarla, al contrario. Saber solo
con esa polera, cubr�a sus peque�os pechos , usando unas peque�as braguitas, me
puso muy caliente, sin embargo era mi hermana, a si que mejor me fui a acostar y
no me qued� mas remedi� que correrme una paja en su nombre.
Fueron dos semanas de completa normalidad, salvo esas
excepciones en que mi hermana me mostraba sus atributos sin ning�n descaro.
Todas esas peque�as escenas me fueron obsesionando y me hicieron buscar esos
casuales encuentros.
Una noche escuche unos ruidos en el living. Supe que era mi
hermana que se hab�a levantado a la cocina, por lo que no le tom� mayor
importancia y me qued� dormido. Como a la hora despu�s me despert� por otro
ruido y me levant� a ver que estaba sucediendo.
Mi hermana estaba tirada en el sof� boca abajo, con su polera
levantada hasta la cintura, con su culito expuesto, tapado solo por unas
diminutas bragas. La despert� pero no me respondi� al acercarme a un poco mas,
pude darme cuenta que estaba completamente ebria. La mov� y no me respondi�. Me
di cuenta que junto con el alcohol, mi hermana deb�a haber tomado algo, por que
era imposible que estuviera tan dormida. Me fue imposible despertarla. La tome
en brazos y la llev� a su dormitorio. Parec�a como una muerta.
Al dejarla de espaldas en la cama, ella segu�a tan
inconsiente como antes. Prend� la lampara del velador, para verla mas
detenidamente.
Su cuerpo no era el de una mujer, y era muy diferente a la
mujeres con que acostumbraba relacionarme, Maribel era distinta. Sus piernas no
eran gruesas, su trasero no era nada especial y sus pechos eran muy peque�os,
sin embargo la idea de que en ese momento, podr�a hacerle cualquier cosa con
ella , me llev� a cometer, lo que llamamos incesto.
Me sent� en su cama, comenc� a acariciar sus piernas, hasta
subir y llegar a levantar su polera hasta la cintura. Sus peque�as bragas
cubr�an justamente su entrepierna. Le levant� la polera hasta dejar expuestos
sus peque�os pechos. Mis dedos acariciaron esos peque�os pezones, logrando que
estos se endurecieran al contacto de mis dedos. Ahora comenc� a tocarle su
cosita, por sobre sus bragas. Sus labios vaginales, se marcaban perfectamente.
Sin corr�rselas comenc� a meterle solo la punta de mi dedo. Al poco rato ya mi
dedo entraba hasta casi la mitad. Corri�ndoselas un poco hacia le lado, deje al
aire su vagina. Yo sab�a que ella no era virgen, de eso estaba seguro. Me anim�
a acercarme y olorosar ese co�ito, casi lampi�o, solo una peque�a mata de pelos
lo coronaban. Su aroma estaba muy rico y no resist� pasarle la lengua por esos
pliegues, para saber como era su sabor. Era exquisito.
Como yo solo andaba con calzoncillos, saque mi verga y
mientras la tocaba con mis dedos, comenc� a masturbarme. Quise verla
completamente mientras lo hac�a y me anim� a sus bragas. Luego le abr� sus
piernas y con la perfecta visi�n de su co�o, segu� masturb�ndome.
Me mont� sobre ella, tratando de no cargar mi peso sobre su
cuerpo. Me dedique a besar sus tetitas una y otra vez. Luego sub� un poco mas
arriba, hasta colocar mi verga en la entrada de su vagina. No quer�a penetrarla,
solo rozar mi verga entre esos pliegues, sin embargo la sensaci�n era exquisita,
a si que decid� que solo le meter�a la punta.
Estaba muy cerradita, pero luego de unos peque�os empujones,
su vagina se abri�, y la punta de mi verga entro. Comenc� un suave movimiento,
sintiendo sus pliegues en la punta de mi verga. La sensaci�n era maravillosa, y
la poco rato , no se si por mis l�quidos pre seminales o ella misma, hicieron
que su vagina se humedeciera.
Yo segu�a movi�ndome tratando de no penetrarla mucho,
haciendo que todo el peso de mi cuerpo, cayera sobre mis brazos. Pero la carne
es d�bil. No me di cuenta y poco a poco fui penetr�ndola un poco mas, solo otro
poco mas, aumentando cada vez mi placer hasta que cuando me di cuenta, le ten�a
toda la verga enterrada a mi hermana.
Debo haber estado como media hora, meti�ndosela y sac�ndola
lentamente. Ya hab�a disfrutado mucho con ella, y ten�a ganas de acabar, pero
ten�a miedo de echarle mi semen adentro y dejarla embarazada, a si que me tomado
una de sus toallas h�medas que ten�a sobre el velador, me corr� un paja mirando
su ya abierta vagina.
Fui al ba�o a botar la evidencia. Volv� a la pieza y
coloc�ndole de nuevo sus bragas, la tap� con el cubrecamas y la dej� dormir.
No sab�a que decirle al otro d�a, si rega�arla o quedarme
callado, y con estas dudas, me dorm�.
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