Mi infancia fue muy feliz, hasta el tr�gico d�a en que mi
padre falleci� en un terrible accidente industrial. Yo ten�a en ese entonces
nueve a�os. Mi mundo se vino abajo de pronto. Tarde varios meses en recuperar la
alegr�a y las ganas de vivir.
Durante cuatro a�os viv� rodeado solo por mujeres y mis
modales a veces eran poco masculinos lo que provocaba las burlas de mis
compa�eros de escuela y vecinos.
Aunque mi padre nos dej� una cantidad importante de dinero al
morir, mi madre decidi� que no pod�a vivir encerrada en nuestra casa; as� que
entro a trabajar en una gran fabrica como capacitadora de personal. Aunque ya no
tan joven y con un hijo (yo) ella sigue siendo una mujer muy atractiva, por lo
que pronto se vio rodeada de pretendientes.
A m� la idea de que ella saliera con hombres no me gustaba en
lo absoluto, sent�a como si con eso estuviera traicionando a pap�. Sin embargo,
pese a mi hostilidad y sabotajes, ella decidi� casarse con un tipo algo mayor
que ella, tambi�n viudo y con varios hijos casados y dos solteros.
La boda se realiz� para deleite de todos y gran rabia por mi
parte; y�ndonos, posteriormente a la luna de miel, a la casa que �l compart�a
con el menor de sus hijos (de 19) ya que la otra soltera (de 23) trabajaba en
una localidad lejana a la capital.
El hecho de tener que compartir casa con mi nueva familia
pol�tica no me agradaba en lo absoluto, y a punto estuve de lograr que mi madre
me dejara vivir con una hermana solterona de mi padre, la cual me mimaba
siempre. Hoy pienso que si mi madre hubiera previsto los hechos que habr�an de
suceder en esa casa ella misma me hubiera puesto, no solo en la casa de mi t�a,
sino en �rbita. Pero no nos adelantemos a los hechos.
Me encontr� pues en una casa ajena, que para colmo era m�s
peque�a y menos c�moda que la nuestra. En la que, para colmo de males tendr�a
que compartir habitaci�n con un perfecto extra�o (mi querido hermanastro), ya
que la perra de la hija manten�a a�n su habitaci�n en la casa, en la cual pasaba
no m�s de 3 d�as al mes.
Desde el primer d�a pude darme cuenta que Felipe, mi
hermanastro, me miraba de una manera poco com�n. Al desvestirme para acostarme
la primer noche pude observarle a trav�s del espejo, ya que estaba de espaldas,
como se com�a con los ojos mis nalguitas, cubiertas solo con unas truzas de
algod�n negro que hac�an resaltar lo blanco de mis piernas y espalda. Sin saber
bien por que, estir� lo m�s posible el momento haciendo hasta lo imposible por
disimular, llegando a notar como se sobaba el bulto antes de meterse al ba�o.
Otro d�a por la ma�ana despert� al o�r el agua de la ducha.
Momentos despu�s Lipe aparec�a sec�ndose el cabello con la toalla y con solo
unas pocas gotas de agua cubriendo el resto de su cuerpo. Un estremecimiento
recorri� mi espina dorsal al observar su cuerpo totalmente desarrollado y con
algo de vello en el pubis y piernas. Nunca me hab�a imaginado sexualmente ni con
hombres ni con mujeres, pero ver su cuerpo musculoso desnudo a unos cuantos
cent�metros de m� me hizo sentir unas enormes ganas de abrazarle y besarle todo
el cuerpo.
Me apresure a tomar mi turno en la ducha, antes de que
pudiera percatarse de mi turbaci�n. No ten�a ni la menor duda que si se daba
cuenta de mi repentino inter�s en su cuerpo me llamar�a puto, al igual que lo
hac�an algunos de mis compa�eros de clases. Al salir de la ducha ya se hab�a
marchado.
Esta rutina, con pocas variantes, se repiti� durante m�s de
dos meses. Durante el resto del d�a se comportaba de una manera cordial conmigo,
llegando a tomar el lugar de mam� al ir a recogerme a la escuela en su
autom�vil.
Yo estaba cada d�a m�s embobado con su cuerpo, pensaba en �l
cada vez que me masturbaba. Le observaba ya de manera descarada cuando sal�a de
la ducha en cueros, procuraba estar ah� cada vez que esto ocurr�a. Tales
atrevimientos no pasaron inadvertidos, pero en vez de ocultarse, se mostraba
imp�dicamente. Hasta que paso lo que ten�a que pasar.
Era Viernes por la noche y nuestros padres, como buenos
reci�n casados hab�an salido a cenar y a bailar. Yo, que no soy muy sociable,
estaba viendo la T.V. Lipe por su parte se hab�a ba�ado y puesto una bata de
ba�o bastante corta antes de salir de la ducha, lo cual me privo de mi
"espect�culo", y hab�a salido de la habitaci�n con rumbo desconocido, al menos
para m�.
El reloj marcaba las 9:40 y me parec�a super extra�o que Lipe
no se hubiera cambiado ya para salir, a menos que hubiera salido con su bata de
ba�o... Son� el tel�fono y era uno de sus amigotes, Ruben, que le estaba
esperando en la Discoteca a la que iban todos los fines de semana. Colgu� y sal�
a buscarle para pasarle el recado. Le busqu� por toda la casa sin �xito, as� que
decid� salir al patio trasero para ver si se encontraba all�.
Me sorprend� ver que tampoco se encontraba all�. Estaba a
punto de mandar al carajo el recado y regresar a ver Dawson�s Creek cuando pude
escuchar sonidos detr�s de la barda izquierda del patio. Me acerqu� para
escuchar mejor y pude distinguir la voz de mi Hermanastro emitiendo ligeros
gemidos de placer del otro lado. Mi pene se puso erecto casi inmediatamente y
procurando no hacer ruido arrim� una de las sillas de jard�n al pie de la barda.
Casi en autom�tico me trepe en la silla para darme de narices con un soberbio
espect�culo.
Lipe se encontraba con la bata de ba�o abierta y las piernas
del vecino, de unos 17 a�os, en sus hombros; y �ste, totalmente desnudo a
excepci�n de unos tines blancos en sus pies, tendido de espaldas en el c�sped
recib�a la verga de mi hermanastro. No pude evitar la tentaci�n e introduje mi
mano derecha a mi trusa, que era lo �nico que tra�a puesto aparte de la
camiseta, para masturbarme con aquel espect�culo.
El vecinito al principio ten�a un gesto de dolor y sus manos
intentaban empujar el pecho de Lipe, pero �ste le ten�a tomado por las piernas y
no dejaba de endilgarle su verga hasta los huevos. Poco a poco, sin embargo, el
rictus de dolor desapareci� y su boca se abri� al m�ximo para dejar escapar
ligeros gemidos, sus manos dejaron de empujar y pasaron a recorrer sus piernas y
a masturbarse. Lipe hablo quedamente y no pude escucharle, pero s� pude ver como
aumentaba el ritmo haciendo que el chico que ten�a debajo gimiera m�s fuerte
cada vez, llegando casi a gritar al tiempo que acompasaba el ritmo de su
masturbaci�n al de la verga que le empalaba.
� Lo ves � dijo mi hermanastro� siempre dices que no quieres
y terminas gozando con mi garrote en tu culito.
Lo �nico que obtuvo como respuesta fueron los gemidos del
chico que se ven�a en esos momentos.
� Que rico aprietas el culito cuando te vienes � dijo parando
el movimiento mientras el vecino terminaba de correrse.
Ya que su amante termino de eyacular, se la sac� e intento
ponerle boca abajo pero este no lo permiti�.
� Ya no quiero � explico tratando de incorporarse pero Lipe,
bastante m�s fuerte se lo impidi�, d�ndole luego la vuelta a fuerzas.
� La se�orita ya no quiere verga ehhhh � dijo mi hermanastro
tendi�ndose sobre �l� pues ahora te aguantas hasta que yo tambi�n me venga.
Tom�ndole de las caderas le hizo levantar el culo para
dej�rsela ir de una. Un gemido bastante agudo escapo de los dientes apretados de
la boca del chico. Las embestidas eran profundas y violentas. La cogida fue
aumentando de ritmo hasta que se vaci� en su interior, quedando derrengado sobre
su espalda mientras el ariete recuperaba su tama�o normal; momentos que
aprovech� para masturbar su pene que se encontraba de nuevo erecto. Lipe, al ver
que se masturbaba, se levant�, dej�ndole all� tirado boca abajo y masturb�ndose.
� Ah� te acabas con los dedos perrita, para que a la pr�xima
vez seas m�s cooperativa.
� No papito, esp�rate, hazme terminar � su cara ten�a una
expresi�n de angustia y lujuria combinadas.
� Ven y l�mpiamela� fue su respuesta.
Se acerc� y poni�ndose de rodillas mam� la verga que hab�a
tenido unos momentos antes dentro de su ser, mientras una de sus manos se
dirig�a a su pene y la otra acariciaba su maltrecho hoyito.
Decid� que era mejor regresar a mi habitaci�n, pues donde
estaba era perfectamente visible, y de no ser por la lujuria que les embargaba
se hubieran dado cuenta de inmediato de mi presencia.
Ya en el ba�o del cuarto termine la mejor pu�eta de mi vida.
Lipe regres� como si nada, le di el mensaje, y se cambi� en
un santiam�n y�ndose a la disco con la saliva de el vecinito en su verga.
La historia no termina all�, pero lo siguiente ser� tema de
otro relato.