Su novio actual se llama Mart�n, tiene 19 a�os y nunca me
cay� bien. Nunca entend� como mi hija hab�a dejado a su ex por este chico que
abandon� el colegio y no tenia ning�n futuro.

El padre de Tamara muri� cuando ella tenia 3 a�os y cuando
cumpli� 17 pens� que pod�a empezar a reconstruir mi vida nuevamente; conoc� a
Roberto, un hombre de 52 a�os, divorciado.

Cierto d�a que estaba limpiando el cuarto de mi hija me
encontr� con un cassette de video debajo de su cama. Yo acostumbro grabar
programas de la televisi�n as� que me lo lleve para usarlo. Baje a la sala para
ponerlo en la videocassettera y ver si estaba vac�o.

El trasero de una chica ocupaba toda la pantalla; se ve�an
claramente la vulva depilada y el orificio del ano, porque ella se separaba las
nalgas. La c�mara estaba fija. Por la parte superior de la pantalla apareci� un
pene enorme; su due�o lo apoy� en el ano y empuj�.

El grito de la chica me estremeci�, era muy familiar.
Seguramente estaba sufriendo, el chico ya hab�a penetrado toda la longitud de su
miembro y comenzaba a moverlo muy r�pido. Al rato el chico detuvo el movimiento;
dejando el glande dentro del ano. Por los gemidos que lanzaba evidentemente
estaba eyaculando. Cuando retiro el pene la chica se meti� r�pidamente un dedo
en el orificio dilatado; estaba sacando el semen hacia fuera. Cuando se dio
vuelta para lamerse los dedos frente a la c�mara, mi coraz�n se detuvo. Era mi
hija. El chico, que era Mart�n, su novio, acerco su miembro h�medo y lo refreg�
por toda su cara; a ella se le pon�an blancos los ojos, evidentemente lo hab�a
disfrutado mucho. Pero lo que realmente me indigno fue que me di cuenta que lo
hab�an hecho en mi cama.

Devolv� el video a su lugar debajo de la cama de Tamara para
que no notara su ausencia y trate de olvidarme del asunto. Pero los d�as pasaban
y me obsesionaba el porque demonios lo hab�an hecho en mi cama y no la de ella.

Pasaron los d�as y por presi�n de mi hija tuve que acceder a
que Mart�n se quedara a dormir con ella en su cuarto. La cuarta noche yo estaba
recostada en mi cama y comenc� a escuchar los gemidos de mi hija desde su
cuarto. Claro que yo sabia perfectamente que para eso quer�an dormir juntos,
pero me pareci� una falta de respeto total. Estuvieron As� durante 40 minutos
mas o menos; me sorprendi� cuanto aguantaba el chico.

Al rato de no escuchar mas los gemidos, me sent� con ganas de
ir al ba�o. Cuando prend� la luz no pude contener un grito de susto. Mart�n
estaba totalmente desnudo, orinando.

- Pero que es esto de la luz apagada...

El muy cretino me miro de arriba abajo; continuaba orinando
sin ninguna verg�enza.

- Es una mala costumbre m�a, disculpe Susana

- No voy a permitir que andes desnudo por mi casa. Esto ya es
demasiado.... adem�s de escuchar como ten�s relaciones con mi hija... creo que
me debes un poco de respeto.

El chico sacudi� el pene. Por lo visto tampoco acostumbraba
lavarse despu�s de orinar. Se me puso enfrente muy cerca m�o.

- Sal� por favor! Maleducado!

- Usted es tan distinta a su hija...�Sabe donde me la trans�
por primera vez? En el ba�o de un boliche... su ahora ex novio la esperaba
afuera.... el cornudo...

- Marcelo es mucho mejor que vos

- Qu�... �lo prob�?

Le di un cachetazo. Como respuesta �l se acerco mas todav�a,
apoyando su miembro contra mi pubis. Ahora estaba firme y erecto. Su cuerpo ol�a
al perfume de mi hija.

Me dio un beso en la boca. Yo sent�a una tremenda
repugnancia. Me llevo mis manos hacia su miembro. Estaba h�medo, evidentemente
de orina.

No se porque me deje llevar. Quiz�s porque nunca hab�a tenido
un pene de ese tama�o en mis manos, (el de Roberto media 13 cent�metros). Me
llevo hasta mi cama y me recost� boca arriba. Se puso encima m�o y mir�ndome a
los ojos apoyo su glande en la entrada de mi vagina. Me penetro lentamente, casi
haci�ndome rogar que la metiera mas fuerte.

Tenia las rodillas en mis hombros; el me hacia sentir el peso
de su cuerpo mientras me penetraba totalmente. En esa posici�n fui perdiendo el
asco que todav�a sent�a por el. No solo me besaba profundo, tambi�n me lam�a la
cara; no pod�a creer que un pendejo me estaba haciendo gozar tanto, pero no
paraba de tener orgasmos y cada vez me entregaba mas. Incluso me hice encima,
moj�ndole todo el miembro a mi macho y escuchar el chapoteo me puso a mil.

Me coloco en cuatro patas y me penetro agarr�ndome de la
cintura Las s�banas estaban h�medas por mi orina, sent�a todo mi sexo ba�ado y
pegajoso. De repente saco el pene de mi vagina. Hice un quejido para hacerle ver
que la necesitaba adentro, pero el chico tenia otros planes. Note como apoyaba
su miembro en la entrada de mi ano. Mi esf�nter estaba muy cerrado, as� que
trate de facilitar la penetraci�n arqueando la columna para parar mas la cola

- Tan puta como la hija...

Sus comentarios me aflojaban cada vez mas. Sent� que su
glande ya estaba dentro y segu�a empujando

- Par�, par� que es muy grande....

- Shhhhh - me dijo al o�do. la tenia tan dura que no
necesitaba sus manos para ayudarse; con una se sosten�a y la otra acariciaba mi
pelo. Su actitud de macho inflexible, junto con la habilidad con que me
penetraba, termino por hacerme olvidar todas las inhibiciones que sent�a. Lo
mire de reojo, el, mir�ndome, termino de meterme su pene; sent� su vello p�bico
contra mis nalgas. Ahogo mis gemidos con un beso de lengua, luego se alzo sobre
sus brazos y comenz� a bombearme con fuerza. Yo estaba totalmente acostada en la
cama, sintiendo el recorrido de sus 20 cent�metros dentro m�o. Ya no gem�a,
gritaba; mis orgasmos se confund�an uno con el otro. Cuando sent� que el ya
estaba listo, deslice mi mano por debajo de mi cuerpo y alcanc� sus test�culos.
Se los apret� mientras me descargaba dentro.

Mart�n se recost� boca arriba al lado m�o, me di vuelta hacia
el, baje y comenc� a masturbarlo cerca de mi cara. La tenia bien dura, como si
no hubiera acabado. Lo mire sorprendida a la cara. El adivino mis pensamientos,
porque dijo:

- la ventaja de cojer con un pendejo de 19 - me dijo

El miembro estaba pringoso y ol�a fuerte, no solo a semen. El
chico apoyo su mano contra mi cabeza y me empujo suavemente; con la otra se tomo
el pene desde la base y me daba golpecitos en la cara. Yo estaba totalmente
sometida a el, abr� la boca y me empujo para que la tragara, mientras le
manoseaba los test�culos.

- As� Susana, l�mpiela toda....

Lo aferr� desde los test�culos y comenc� a tragarme su
miembro. Mart�n deslizo su mano hasta mi ano y me introdujo los dedos; lo tenia
totalmente dilatado y sent�a un gran calor.

En ese momento note que la puerta estaba abierta y mi hija
estaba desnuda en el pasillo: sus ojos no me miraban, los dirig�a hacia su
novio. Yo segu� trag�ndome el pene de Mart�n.

- Bueno Susana, no sea ego�sta y deje algo para su hija

El chico se levanto y abrazando a Tamara se la llevo a su
habitaci�n. Dejaron la puerta abierta para que escuchara todo, mientras me
masturbaba. Finalmente ellos se quedaron dormidos en el cuarto de mi hija y yo
en mi cama.

Al d�a siguiente yo estaba terriblemente confundida. Me
vest�, baje a la cocina y all� estaba mi hija arrodillada haci�ndole una
fellatio a Mart�n. Ambos estaban totalmente desnudos. Mi hija tenia una taza en
la mano libre.

- Buen d�a Susana - dijo Mart�n. Mi hija no me miro. - Tamara
no encontraba la leche para el caf�....

No les hable en todo el d�a, ellos a mi tampoco. Hice mis
tareas habituales mientras ellos lo hac�an en cualquier lugar de la casa, sin
importarles si yo ve�a o no. No pod�a mirar a los ojos a mi hija.

Cuando por la noche me fui a acostar a mi cama Mart�n entro a
mi habitaci�n y se recost� a lado m�o. Esta vez la puerta estaba abierta. Tenia
pensado repetir lo de anoche, pens�. Yo no ofrec� resistencia. El chico me beso
en la boca y acariciaba todo mi cuerpo. Yo me estremec�a totalmente en celo y
entregada a su dominio. Mi casa se hab�a convertido en el lupanar de ese chico,
hab�a tenido sexo todo el d�a con mi hija y por las noches pose�a a su madre.

Pero esta vez fue diferente. Est�bamos acarici�ndonos con
Mart�n cuando mi hija desnuda se acost� detr�s de el. Yo no pod�a mirarla a la
cara. Quise salir de la cama pero el chico me beso fuertemente mientras me
introduc�a varios dedos en mi vagina. Yo gem�a como una loca, sometida a ese
pendejo; mi hija miraba como su madre era disfrutada por su novio.

Nos acercamos las dos a su miembro. Su pene tenia un fuerte
olor. Mi hija estaba acostumbrada seguramente, comenz� a masturbarlo mientras
met�a el glande en su boca. Yo lam�a los test�culos y el tronco, rozando los
dedos de Tamara. Mi hija me ofreci� el pene; me met� el glande en la boca. Ah�
cruzamos la mirada con mi hija; nos mir�bamos fijamente mientras le hac�amos el
oral al chico.

- Tamara, hace que tu mama me chupe el culo.

Mi hija me empujo hacia el ano de Mart�n. Evidentemente el
chico no se hab�a higienizado desde hace d�as. Tamara, siempre mir�ndome,
escupi� el pene de su novio y la saliva corri� hasta mi cara. Empec� a pasarle
la lengua por el esf�nter, nunca le hab�a hecho eso a un hombre. Pod�a ver como
dilataba y contra�a los m�sculos, renovando los olores.

- Venga Susana, deme su concha

Hicimos un 69 con Mart�n. Le aferr� los test�culos y me
tragaba su miembro mientras mi hija lam�a su ano. No pod�amos dejar de mirarnos,
pero cuando ella intentaba acercarse con su boca yo t�midamente me alejaba un
poco. El chico era un maestro con su lengua, recorr�a mis labios vaginales y mi
esf�nter. me penetraba a placer con sus dedos.

Luego el chico nos coloco a mi acostada boca arriba y mi hija
en cuatro encima m�o, con nuestras caras frente a frente. Yo fui la primera en
ser penetrada, vaginalmente, Tamara me acariciaba los senos. Nunca hab�a
compartido una cama con otra mujer, sumado a que era mi propia hija me llevo a
sentir una gran repugnancia y mis gemidos se convirtieron en lamentos.

- Por favor Mart�n paremos esto.... es una locura...

Mi hija comenz� a lamerme el cuello, vi la cara del chico: lo
estaba disfrutando, pero se ve�a que estaba llevando el control de la situaci�n,
no estaba extasiado. Eso me hizo sentir muy sometida. Abrace a mi hija contra
mi, sent� su cuerpo de mujer joven y tuve un orgasmo. Mart�n retiro su miembro
de m� y penetro a Tamara. Comenc� a lamerle el cuello y acariciar su espalda,
pero mi hija siempre tomando la iniciativa me dio un beso en la boca.

Mart�n ahora nos coloco en un 69, yo arriba y mi hija abajo.
Tamara aparto mis nalgas para que el chico pudiera sodomizarme. Cuando Mart�n
termino de meterme su miembro en toda su longitud, mi hija comenz� a lamerme el
cl�toris. Sent�a repulsi�n nuevamente, adem�s del dolor que me provocaba el pene
del chico en mi intestino. Tenia el sexo de mi hija al lado de mi cara, el olor
que todas las mujeres tenemos me hizo dar un respingo. Mart�n se recost� sobre
mi y empujo mi cabeza contra la vulva.

- Vamos se�ora, chupe, chupe...

El sexo estaba depilado y h�medo. El chico me escup�a en la
mejilla, la gran cantidad de saliva fue apagando el olor a mujer y venc� mi
rechazo.

Estaba totalmente empalada por el miembro de Mart�n. Mi hija
separaba mis nalgas permitiendo que su novio me penetrara hasta los test�culos.
Mart�n retiro su miembro y lo acerco a mi cara. Estaba cubierto con mucosa de
mis intestinos.

- Le toca a su hija - me dijo.

Prepare el miembro del chico para la tarea y lubrique el ano
de mi hija con la lengua. El pene entro f�cilmente; evidentemente el ano de
Tamara fue muy trabajado. Mientras Mart�n la sodomizaba yo le lam�a los
test�culos y lo que se pod�a del tronco del pene. Tamara no sent�a tanta
verg�enza como yo; me lam�a la vulva y el ano con pasi�n. Yo me retorc�a de
placer, y acabe, acabe en la boca de mi hija. Cuando al fin Mart�n acabo lo hizo
sacando su miembro violentamente, dej�ndome ver el ano de mi hija terriblemente
dilatado. El chico no se toco el pene, eyacul� una gran cantidad de semen sobre
la vulva de mi Tamara y cayendo sobre mi cara. Cuando lo acerco para lam�rselo,
vi que esta vez s� tenia materia fecal por todo el tronco; se lo limpiamos junto
a mi hija que tambi�n me lami� la cara, buscando los restos del semen de su
novio. Me di cuenta que la �nica higiene que el chico realizaba con su pene era
nuestra saliva. Le dije que tenia miedo a una infecci�n si nos penetraba as�,
pero dijo

- Entonces tienen que esmerarse para limpiarlo.

- No te preocupes mam� - dijo Tamara - yo nunca tuve
problemas.

A partir de esa noche vivimos como un tr�o. A mi hija la
trato como una mujer, a Mart�n como nuestro amante. Estamos siempre desnudos en
casa, dormimos los tres juntos. Yo segu�a la relaci�n con Roberto, ocult�ndole
todo como pod�a. A Mart�n no le interesaba.

Cierta noche volv�a a mi casa en el coche de Roberto.
Hab�amos tenido sexo en un hotel alojamiento. El no me excitaba en nada, pero lo
quer�a y era mi �nico nexo con una vida normal. Lo desped� con un beso y baj�
del auto.

Cuando entre a la sala vi a un hombre de raza negra sentado
en el sill�n, totalmente desnudo. Mi hija estaba arrodillada en el piso
haci�ndole un oral Mart�n entro en ese momento al sal�n con una botella de
cerveza en la mano.

- No la esper�bamos Susana.

Mi hija me miro sonriendo mientras masturbaba el falo negro.
Mart�n le paso la cerveza al negro y se puso detr�s mio.

- Ndib es un amigo de Senegal al que le fascinan las rubias
putas...

El negro me saludo levantando la botella y dando un sorbo.
Mart�n me desnudo y manoseaba mis senos. Yo estaba dispuesta a todo, Roberto no
me hab�a satisfecho en el hotel y adem�s siempre hab�a tenido la fantas�a de
hacerlo un hombre de color.

Fuimos sodomizadas una frente a la otra, bes�ndonos. Nos
ba�aban en cerveza; ambas fuimos penetradas al mismo tiempo vaginal y analmente.
Lo que mas le gustaba a Mart�n era ver como le hac�amos sexo oral al negro.
Compartimos con mi hija el pene de 25 cent�metros mientras el chico dispon�a a
su placer de nuestros orificios.

Los dos abusaron de mi hija y de mi toda la noche. Gozaban
usando mi casa como un basural, Ndib defeco en la pileta de la cocina, Mart�n
orino dentro de la heladera enojado porque se hab�a terminado la cerveza. Para
solucionar esto pidi� una pizza a domicilio con varias botellas. Hizo que yo
recibiera el pedido desnuda y abriendo bien la puerta para que el delivery viera
a mi hija siendo penetrada por Ndib en el sill�n.

Nosotras deb�amos orinar o defecar sobre nuestras camas, acto
seguido eramos penetradas a placer por alguno de los dos revolc�ndonos sobre
nuestras propias heces.

Tanta cerveza hab�an tomado que ya no eyaculaban semen, se
orinaban dentro nuestro. Ndib lo hizo en mis intestinos, provoc�ndome un dolor
inmenso, como un enema.

Finalmente nos dispusimos a cumplir la fantas�a de Mart�n:
pre�arme. Pero en su mente retorcida e inflamada por el alcohol ya tenia
preparado el plan por el cual pen� los 9 meses de embarazo.

Tuve que recibir en mi vagina los penes de ambos sementales,
al mismo tiempo, coordinados por mi hija para que eyaculen juntos. Fui pre�ada
frente a mi hija, toda sucia, oliendo a alcohol, sexo y excrementos.

A la semana tuve que encamarme con Roberto para fingir que el
bebe que esperaba era de el y as� formar una pareja para alejarme del influjo de
Mart�n.

Cuando mi panza alcanzo un tama�o considerable nos hizo
prostituir a mi hija y a mi en el sauna de su t�o. Este nos prob� un domingo,
comprobando nuestra calidad y fij�ndonos la tarifa. La clientela era del mas
bajo nivel de Buenos Aires y a pesar del magro arancel que nos hacia cobrar, la
cantidad de gente que paso por nosotras les hizo ganar una fortuna.

A los 9 meses sucedi� lo que mas tem�a: el padre del bebe era
Ndib, el negro. Roberto me repudio y no lo vi mas, mi hija se prostituye en el
sauna y Mart�n continua us�ndonos como sus hembras.

Si les gusto la historia pueden escribirme a
POR CUESTIONES DE PRIVACIDAD ESTE EMAIL FUE REMOVIDO y si no tambi�n!!!