LA MUJER DEL PORTERO (II)
A la ma�ana siguiente, llegu� temprano a la oficina, la
puerta de ingreso de veh�culos del edificio la abri� Alejandro, ingres� y
estacion� el auto y mientras me dirig�a al ascensor, �l se acerc� y salud�ndome
me dijo que me agradec�a por el trabajo de Virginia y que ella subir�a a mi
oficina en cuanto llegara Silvia, ya que yo le hab�a dicho que coordinara todo
lo relativo a su labor con mi secretaria. Le dije que estaba perfecto y nos
despedimos.
Al llegar a mi despacho, llam� a Silvia a su celular y le
dije que Virginia empezar�a a trabajar con nosotros, que estar�a a sus ordenes y
que la instruyera para que sirviera caf� y refrescos a las visitas y al personal
de Gerencia. Le dije que ten�a que ayudarla para que vistiera adecuadamente, que
le comprara lo necesario y que la preparara para m�... las compras deber�an
incluir ropa interior sexy, que ya la hab�a besado ayer y que al parecer con
calma y paciencia caer�a redondita, pero entre otras cosas deb�a superar el
miedo al marido. En cuanto al deseo que ten�a Silvia de tirarse a Alejandro, le
dije que contara conmigo para ello. Silvia me dijo que era estupendo, pero
despu�s me dar�a detalles de lo que quer�a hacer.
Al llegar Silvia, entr� a saludarme y un rico beso con lengua
ayud� a darnos los buenos d�as. Como siempre ella estaba radiante y hermosa. Me
dijo entonces que Virginia ya estaba en su oficina y que luego de ordenar
algunas cosas saldr�a con ella a un Shopping Center cercano a comprar lo
necesario.
La ma�ana sigui� con normalidad y a eso de la 1.00 p.m.,
Silvia entr� a mi despacho, para informarme de su raid de compras. As� me cont�
que hab�an ido a varias tiendas y que para desempe�ar su trabajo hab�a comprado
unas blusas muy bonitas blancas y cremas, ligeramente transparentes que
combinar�an con unas faldas negras y azul marino ligeramente sobre la rodilla,
pero con unas generosas aberturas a medio muslo. Hab�a comprado tambi�n unas
sandalias de tac�n alto que realzaban las bellas piernas de Virginia. Respecto
de la ropa interior le hab�a comprado unos brassiers de encajes a media copa que
destacaba su esbelto busto y dejaba libre parte de sus redondeces y en cuanto a
calzoncitos hab�a escogido unas tangas a tono con los brassieres que marcaban
muy bien las nalgas y el pubis de la chica.
"Realmente, es una chica hermosa y est� deslumbrada
contigo... cada cosa que se probaba preguntaba si te gustar�a...a lo que yo
respond�a que s�"
Silvia me dijo adem�s que hab�an pasado por el sal�n de
belleza, donde le hab�an arreglado los cabellos y cambiado en algo su look,
d�ndole adem�s algunos consejillos para que se pintara adecuadamente.
Finalmente, me dijo que hab�a ido a cambiarse y que me la mandar�a cuando
estuviera lista. Respecto al desempe�o de su trabajo, ya la hab�a instruido en
la manera como deb�a desarrollar su trabajo insistiendo mucho en la discreci�n
sobre todo lo que escuchara o viera.
" Al parecer es una muchacha inteligente y capta r�pido, lo
dem�s, est� en tus manos.- me dijo con un gracioso moh�n."
" Gracias querida... ahora dime, cual es tu plan para tirarte
al marido, le pregunt�.
"Bueno.- me respondi� Silvia.- quiero tirarmelo pero al mismo
tiempo no quiero que piense que conmigo la puede tener f�cil. Yo no se cuan
discreto es el tipo y no puedo permitir despu�s de tener sexo con �l, ande
pregonando que est� conmigo,"
" No te preocupes .-le dije.- creo que yo tengo la formula
para que tu manejes la situaci�n y lo tengas a tu disposici�n cuando quieras".
"Eso ser�a estupendo, pero no demores en poner en acci�n tu
plan".
Luego Silvia volvi� a sus quehaceres, con la promesa de
mandarme Virginia para que la examinara.
Media hora despu�s, por el tel�fono interno, Silvia me
anunciaba que Virginia iba a mi despacho y en voz muy baja a�adi� un "que la
disfrutes".
Efectivamente a los pocos segundos, entraba Virginia y
realmente casi me caigo de la impresi�n. Vest� una blusa blanca semi
transparente, bajo la cual se apreciaba unos hermosos senos, duros y firmes
cuyas medias esferas no dejaban ocultar totalmente un hermoso pez�n. La falda
negra dejaba ver las redondeces de sus rodillas y un generoso corte a los
costados destacaban una piernas firmes y bien torneadas. Los pies calzados con
unas sandalias de charol otorgaban mayor esplendor a sus piernas. Al margen de
la forma como iba vestida, el corte de cabello y un prolijo cepillado, le daban
una imagen et�rea y angelical, enmarcando el bello rostro realzado por la forma
discreta como hab�an maquillado sus ojos. Los labios, con un color rosa p�lido
que conjugaba con el suave color de sus mejillas completaban su nuevo look.
Realmente estaba bell�sima, deseable....
Al verla entrar me puse en pie y solt� un silbido de
admiraci�n. Me acerqu� y dici�ndole lo linda que estaba la tome de una mano y la
hice girar para apreciarla desde todos los �ngulos.
"Virginia, est�s preciosa".- le dije entusiasmado
Sin soltar su mano ella, me dio las gracias y volvi� a hacer
un nuevo y gracioso giro, luego quedamos frente a frente y la atraje hacia m�.
Ella se dejo llevar y nos besamos. Sent� su lengua juguetear con la m�a,
mientras cruzaba sus brazos en mi cuello, yo recorr�a con mis manos su espalda
hasta llegar a las redondeces de sus nalgas y la atra�a para que sintiera mi
creciente erecci�n. El beso se alargaba hasta lo infinito y nuestros cuerpos as�
de pie se estrujaban como queriendo fundirse en uno solo.
Separ� mis labios y recorr� con ellos su esbelto cuello y muy
quedo le dije
"Preciosa, a esta hora la mayor�a va al piso donde est� el
comedor para tomar sus refrigerio....quiero llevarte a un sitio muy �ntimo, para
estar m�s tranquilos...�te parece?
"Me parece bien, pero como hacemos con mi marido. El est�
abajo y nos ver�a salir, que le digo? .- Se preocup�.
"No temas, conf�a en m�. No saldremos del edificio .- y
tom�ndola de la mano la conduje a la puerta privada que lleva directamente a mi
piso de soltero. Ella estaba asombrada y cuando entr� al depa, qued� totalmente
impresionada.
La hice conocer mi nidito y como enamorados nos desplaz�bamos
abrazados y as� llegamos al dormitorio y al entrar, ella titubeo. La atraje a mi
y la volv� a besar. Si hubo alguna duda, el beso la anul� y de all� en adelante
la pasi�n y el deseo se desbord�. Nuestras manos exploraban incansables el
cuerpo del otro, as� desabroche la falda que se desliz� a la blanca alfombra que
tapizaba mi habitaci�n y con lentitud y suavidad la despoj� de la fina blusa.
All� estaba, como una diosa Virginia. La diminuta tanga que resaltaba su
prominente monte de Venus delicadamente depilado, se perd�a en la parte
posterior devorado por las firmes nalgas y el sost�n de encaje que parec�a
estrujar sus hermosos pechos ped�a a gritos liberar las regias esferas.
Lentamente nos fuimos deslizando hasta el amplio y mullido lecho. Continu�
bes�ndola y recorriendo con mis manos, su cintura, sus preciosas piernas,
subiendo hacia su entrepierna deteni�ndome en su mullido Monte de Venus,
arranc�ndole suspiros y gemidos constantes. De inmediato me liber� de mis ropas
nos acomodamos en el lecho,
Liber� sus pechos y saltaron retadores sus dos soberbias
esferas, de las cuales me apoder� de inmediato, alternaba las caricias sobre sus
tetas, duras, con los pezones a punto de explotar y poco a poco mientras mis
manos recorr�an todos los linderos de su cuerpo, mi boca fue bajando por su
plano abdomen, besando sobre la fina tela de la tanga su delicado pubis,
prolijamente depilado. Fui bajando poco a poco la diminuta prenda y mi boca
atrap� golosa su h�meda vulva. Mis manos masajeaban suavemente sus senos y mi
lengua empez� un perfecto trabajo, encontrando r�pidamente su cl�toris y los
gemidos de Virginia se transformaron en gritos estent�reos que llenaron la
amplia habitaci�n. En mi fuero interno agradec� la feliz idea de Silvia para
forrar las paredes del departamento con un material aislante que no permit�a que
en el exterior se escucharan los ruidos del depa.
Las lindas piernas de Virginia se apoyaban inquietas en mis
hombros, pero en cuanto mi lengua se apoder� de su cl�toris y recorr�a
incansable las profundidades de su vagina, las hermosas extremidades se
trenzaron en mi cuello...un largo suspiro me anunci� que Virginia estaba
disfrutando de un orgasmo, extenso, enorme, sin pausas. Toda ella temblaba y no
cesaba de gemir ruidosamente. Cuando afloj� la presi�n de sus piernas, empec� a
ascender hacia sus pechos succionando nuevamente sus pezones, de all� a su
gr�cil cuello y de all� a sus labios para iniciar un fogoso beso, mientras mi
pene entraba triunfante en su lubricada vagina. Esta era suave y a medida que
entraba mi instrumento, sus m�sculos vaginales lo engull�a poco a poco, dando un
alucinante masaje en todo el tronco de mi dilatado sexo. Estaba ya en lo m�s
profundo de Virginia y por un instante nos quedamos quietos y casi al mismo
tiempo empezamos a movernos, yo con un lento y constante mete-saca y ella,
moviendo en forma circular sus caderas, mientras su vagina parec�a un
succionador de pene, pretendiendo sacarme la leche que yo estaba decidido a
retener para gozar con delectaci�n del inmenso placer que me estaba dando esta
incre�ble mujer. Su cuerpo tenso, con sus piernas apoyadas en mi espalda me
anunci� un orgasmo m�ltiple de �sta deseada hembra. Su cuerpo en permanente
movimiento, sus manos ahora golpeando mis costados, mientras sent�a que mares de
flujos corr�an como torrentes por mi sexo. Era alucinante hacer el amor con
Virginia, realmente todo un descubrimiento. Mi erecci�n segu�a a tope y
r�tmicamente continuaba con un lento y acompasado mete-saca...solo un instante
dur� la quietud de ella y nuevamente la cercan�a de otro orgasmo me anunci� el
feroz movimiento que daba a sus caderas..los gritos y gemidos y un persistente
"m�s, mas,,m�s" que sal�a de su boca, me anim� a acelerar mis movimientos...Ella
explot� en sucesivos orgasmos y con el �ltimo y mas ruidoso de ella, expuls� una
cantidad incre�ble de semen...ambos nos diluimos en un delicioso derrumbamiento
que nos dej� exhaustos, sudorosos y felices...resbal� y qued� al lado de ella,
mir�ndonos con dulzura...sintiendo que a�n nos quedaba mucho por recorrer y por
gozar...
"Virginia, eres deliciosa, incre�ble...me has hecho
inmensamente feliz".-le dije acariciando el bello rostro.
" Y tu a m�" .- dijo con una voz suave, como diciendo un
secreto.- hac�a mucho no disfrutaba tanto al hacer el amor.- esto lo dijo con un
dejo de tristeza...
" Por qu� dices eso? ".- le pregunt�
" Porque hace un buen tiempo mi marido ni se fija en m�...yo
soy una mujer ardiente, tu lo has comprobado, pero me gusta que me enamoren, que
me mimen...quiero que el hombre se acerque a m� no me gusta buscar... Pero no
se, tal vez por los problemas econ�micos, las necesidades...lo tengan preocupado
y el sexo ha pasado a ser algo secundario. Al inicio �l era muy ardiente y
quer�a estar tirando todo el tiempo, pero con la llegada de los hijos se fue
enfriando y m�s cuando los problemas econ�micos se empezaron a agudizar. Esta es
la primera vez que le soy infiel, oportunidades no me han faltado, pero se
cuidarme y no me puedo estar regalando a cualquiera. Contigo es distinto, eres
distinguido, rico, tienes clase y no vas a estar pregonando que me has hecho
tuya...yo se que esto va a quedar entre los dos y sabes? Creo que acert� en mi
elecci�n me has sacado el jugo...me has exprimido y me he sentido mujer... Yo se
que no tengo derecho a nada, solo te pido que me ayudes a m�, a mi marido.. es
lo �nico que te pido....
Sent� sus palabras sinceras y le dije que no se
preocupara...que iba a tener mi apoyo y protecci�n,,,y nos besamos suave y luego
apasionadamente las mutuas caricias se reiniciaron y en el fragor de la lucha
amorosa ella tom� la iniciativa y mientras continu�bamos con el apasionado beso,
se coloc� a horcajadas sobre m�. Mi sexo empez� a dilatarse llegando a una
erecci�n singular y Virginia con maestr�a se introdujo todo mi instrumento en su
suave y succionante vagina. Empez� una espectacular cabalgata que parec�a no
tener fin, las tetas de la hembra se mov�an de arriba abajo y el movimiento
rotatorio de sus caderas me llevaban al s�timo cielo. Los gemidos y grititos de
Virginia se hac�an m�s intensos y yo sent�a que ya no pod�a profundizar m�s en
ella...de pronto un orgasmo cual torrente incontenible hizo convulsionar a
Virginia... una abundante cantidad de fluidos me ba�aban el pene y sus
succionadores m�sculos vaginales parec�an querer sorberme la vida misma.....Ella
cayo desmadejada sobre m� y al sentir ese dulce derrumbe empec� a bombear en su
vagina primero lentamente para luego ir aumentando la secuencia, hasta llegar a
una velocidad de v�rtigo. Virginia hab�a reaccionado y nuevamente me montaba
como una amazona enloquecida. Yo acariciaba sus piernas sedosas, sus rotundas
nalgas y sus apetitosas tetas, sin perder el ritmo del bombeo y al un�sono,
gritando ambos, nos fundimos en un descomunal orgasmo que nos dej� totalmente
rendidos.
Descansamos y dormitamos un buen rato y luego nos fuimos a
ba�ar. Ella qued� deslumbrada con el jacuzzi que ten�a en el cuarto de ba�o y
mientras disfrut�bamos de los masajes que nos regalaba ese artefacto, volvimos a
gozarnos, esta vez, ella sentada sobre m� y yo penetr�ndole la vagina por
detr�s, los chorros de agua tibia, el gel de ba�o que us�bamos y el ambiente
mismo que ol�a a sexo puro, contribuy� a que nos deshici�ramos en m�ltiples
orgasmos continuos con pausas pero sostenidos... La tarde era inolvidable y esta
mujer respond�a como jam�s me lo hubiera imaginado. Terminado nuestro ba�o y
orgasmos de espuma nos enfundamos en unas batas de felpa suaves y
superabsorbentes y fuimos a la cocina a prepararnos algo reparador.
Antes, llam� a la oficina y Silvia muy eficiente me inform�
que no hab�a novedades. Eran las 4:30 p.m. y seg�n Silvia ten�a tiempo hasta las
6:30 en que ten�a una reuni�n con un grupo de inversionistas chilenos en mi
despacho. Silvia me pregunt� como me iba con Virginia y yo le contest� en ingl�s
que super bien..y que volver�amos en una hora. Ella me dijo que no me preocupara
que Alejandro estaba en su puesto en el primer piso y no hab�a ni subido ni
preguntado por su mujer. De otro lado, como a�n Virginia no hab�a sido
presentada a los otros empleados, �stos ni se hab�an dado cuenta de la presencia
de la muchacha en mi despacho.
Virginia quiso preparar algo de comer en la oficina, pero yo
le dije que no, que era mi invitada de honor y que yo preparar�a algo r�pido y
rico. En la nevera ten�a algunos platillos congelados. Escog� lasagna y
descorche una botella chica de Chianti, puse la mesa con todas las de la ley y
entre besos, caricias, abrazos y arrumacos amorosos nos devoramos el almuerzo.
El desgaste f�sico en este encuentro sexual de mas de tres horas nos hab�a
dejado exhaustos. Terminado el almuerzo nos vestimos y subimos por la escalera
de servicio directamente a mi despacho. Antes de despedirnos, llam� por el
interno a Silvia y le dije que fuera al comedor de la empresa, que all� se
reunir�a con Virginia. Esto para evitar evidenciar ante Virginia que Silvia
desconoc�a todo lo ocurrido en esa extraordinaria tarde. Es necesario guardar
las apariencias.
Me sent� en mi mullida butaca y me prepar� para el trabajo de
la tarde......
(CONTINUARA)