Relato: El CHIQUILLO Y LA EMPLEADA (EL SEMEN QUE LUBRICA LA CIUDAD) Parte 1
A diferencia de otras empleadas de hogar, a �sta le gustaba llegar temprano a la casa en la que serv�a.
R�pidamente conclu�a con la limpieza para luego quedarse largas horas contemplando al chiquillo que quedaba a su cuidado. Prestaba tal atenci�n cuando aquel tomaba sus juguetes y los esparc�a por la alfombra de la sala que ella no hac�a m�s que sonre�rle con una mirada antojadiza.
Hab�a oportunidades que no se perd�a de tener entre sus brazos al peque�o; abrazarlo, estrecharlo entre sus brazos y su pecho, y besarlo en la frente, a pesar que �l siempre le rehu�a y se alejaba para seguir disfrutando de sus juguetes.
En cierta ocasi�n lo encontr� reposando en el sill�n descansando de sus juegos y con la mirada puesta en un punto fijo, ella se le acerc� casi de puntillas sin hacer ruido alguno por lo que �l no se percat� de su presencia. Y de un de repente sinti� como la mujer se sent� a su lado dej�ndose caer sobre el sill�n.
A lo que el ni�o reaccion� mir�ndola con cierta extra�eza pero sin salir del todo de su reposo, entonces ella aprovech� y meti� los dedos de su mano derecha entre los cabellos del chiquillo para acariciar su cabeza, algo a lo que �l se mostr� complacido.
Luego ella se le aproxim� m�s y apoyo con la mano la cabeza del peque�o encima de su redondo y grueso pecho, algo a lo que el muchachillo reacciono extra�ado porque no era nada com�n que antes se hubiera dado.
Pero ella disfrutaba del tener al muchachillo tan cerca con la cabecita en su pecho y poder acariciarlo con ganas en la carita, en el pecho y encima de los hombros. A punto de alcanzar sus cortos brazos el chiquillo comenz� a rezongar mostr�ndole su disconformidad. La mujer sin saber qu� hacer le pregunt� un par de veces que es lo que �l quer�a y no encuentro respuesta alguna.
Entonces a fin de que �l no se fuera y le rehuyera como siempre lo hac�a, para lograr su atenci�n le dio unas palmaditas en las piernas y como dici�ndose a s� misma en tono alegre dijo:
-�ya s�!
Y tom� con los dedos los botones del mandil que tra�a puesto, empez� a desabotonarlos uno a uno ante la mirada quieta del muchachillo. Despu�s de 3 botones desabotonados quedaron expuestos como dos grandes y redondas toronjas sus senos, sujetados por un grueso sost�n blanco.
El chiquillo qued� paralizado, mientras la mujer volv�a a acariciarlo esta vez por los muslos, recorr�a con sus gruesas manos todo el muslo del peque�o y a medida que lo hac�a expon�a m�s sus pechos, haciendo a los costados su mandil para que sus senos quedar�n sobresaliendo pero a�n guardados en su sost�n, al chiquillo le parec�an enormes esos senos y no entend�a como tan grandes, los hab�a tenido metidos dentro del mandil. En eso la mujer tom� mayor confianza apoyando una pierna encima de la otra, se puso m�s de costado al lado del ni�o sobre el sill�n, con firmeza puso la mano gruesa encima de los genitales el chico sobre su pantal�n, por unos segundos no movi� la mano, el peque�o estaba paralizado mirando a la mujer a los ojos, entonces ella prosigui� y meti� la mano m�s abajo, al chiquillo no le quedo m�s que ceder y acomodar las piernas para que se abrir�n un poco, ella encontr� la comodidad suficiente para frotar con la mano de abajo hacia arriba y de arriba hacia abajo; lo hizo un par de veces de modo restregoso separando los dedos alrededor de lo que ella supon�a era el peque�o miembro del chiquillo.
A continuaci�n la mujer complacida quiso retribuir acercando su pecho a la carita del chico, �ste retiro un poco la cara poni�ndola ligeramente de costado. En eso la mujer ya hab�a tomado la cremallera de los pantalones del muchacho y procedi� a desabotonar y bajar el cierre, lo baj� completamente y luego abri� el pantal�n a los costados como un libro, por el medio. El chiquillo algo atemorizado en ese momento bajo la mirada para mirar c�mo hab�a quedado, ten�a el calzoncillo expuesto de adelante y se sinti� un poco avergonzado por eso, pero la mujer no sent�a pena alguna por eso y sonriente dio el siguiente paso. Con la punta del dedo de en medio ubic� el miembro del chiquillo detr�s del calzoncillo, recorri� con la yema del dedo hasta dar con el borde que se hab�a metido hacia abajo y de un empujoncito con el dedo lo sac� hacia adelante y as� se arm� mejor el bultito que el chiquillo ten�a dentro el calzoncillo.
La mujer descansaba su cuerpo sobre el espaldar del sill�n con el otro brazo doblado encima del borde de ese sill�n, estir� la mano hasta alcanzar con el dedo �ndice la quijada del chico y se la levant� para que la viera, le sonr�o entusiasta y soltando su ment�n, con ese mismo dedo jalo del borde del centro de su sost�n hacia un costado y su seno salt� desde adentro quedando libre y expuesto, lo que sorprendi� al chiquillo enormemente mientras ella le segu�a sonriendo.
Acto seguido la mujer desliz� la mano extendida dentro del calzoncillo del muchachito, algo que le hizo ponerse nervioso y moverse en el sill�n hasta ponerse m�s erguido y tenso, pero pronto se dio por rendido y dej� que la mujer actuara. Con su mano dentro del calzoncillo hab�a tomado su peque�o miembro, lo palpaba y met�a los dedos por debajo del tronco de su peque�o pene hasta tenerlo agarrado, luego dej� que su palma llegar� hasta sus peque�os test�culos y sacando un poco la mano, tom� desde abajo el genital del ni�o y remangando el calzoncillo con gran habilidad lo sac� hacia afuera y lo expuso por completo, el borde del calzoncillo comprim�a por detr�s los test�culos del chico pero a pesar que le causaba cierta incomodidad no le produc�a dolor.
La mujer tom� delicadamente el peque�o miembro con tres dedos y comenz� con una ficci�n alrededor, la tierna piel se arrugaba ligeramente dejando que saliera un poco el borde rojizo de ese pene chiquito y en la punta misma el hoyuelo qued� claramente apreciado; la mujer liber� el pene de la fricci�n y jug� un poco con �l movi�ndolo con un dedo de un lado al otro, el penecito l�nguido se dejaba hacer, hasta que la mujer meti� la mano por debajo del miembro y puso la palma encima de esos tiernos test�culos, los palp� bien, luego acomod� la mano de manera que el dedo pulgar quedara a un costado del pene y los otros cuatro dedos al otro costado. Tom� as� ese pene cerrando los dedos alrededor, comenz� a remangarle la piel para que saliera nuevamente la punta y de inmediato el chiquillo solt� un chorro de pis, a lo que �l reaccion� asustado pero ella s�lo se carcajeo y sigui� agarr�ndole su pene,�
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