Relato: LAS ESTUDIANTES Y EL NEGRO DEL FERRARI
Encontr� a mi prima en su casa, como siempre, tecleando el ordenador. Mi prima se llama Marta y yo Cristina.Voy a buscarla, porque vamos al mismo colegio, aunque no hacemos el mismo curso, pues ella tiene trece a�os y yo catorce. Mi prima y yo somos muy guapas, estamos muy desarrolladas; tenemos las tetas ya muy crecidas y parecemos m�s mayores. Ella tiene el pelo largo casta�o y yo una melenita rubia. Al colegio que vamos es de "pijas" y nos hacen llevar uniforme, que para mi gusto es un poco atrevido: un jersey azul claro con un pa�uelo blanco al cuello, una faldita plisada de color azul oscuro muy corta, hasta la mitad de los muslos, y muy abierta que hace que al movimiento se eleve y ense�e m�s de nuestra intimidad y unas medias tambi�n de azul oscuro que tapan nuestras rodillas. Es un uniforme que nos hace muy sexys a mi prima y a m�. Eso hace que a nuestra edad ya despertemos el deseo de los chicos, que nos siguen y con alguno nos hemos dado un pico y alguno nos ha tocado en broma el culo y nosotras le hemos seguido, peg�ndole y al mismo tiempo abraz�ndonos. Los chicos no me preocupan, los que m�s me molestan son los viejos que cada vez que se encuentran con nosotras, nos miran como queri�ndonos desnudar. Alguno se ha acercado a nosotras y nos ha dicho bajito: "�Guapas, por qu� no nos ense��is vuestra pucha peque�ita?. Nosotros les hemos dicho: "Viejos guarros, asquerosos", y nos hemos ido saltando y ri�ndonos. Hubo una vez, que est�bamos sentadas, mi prima y yo,en un banco de un parque y como la falda que llevamos es tan corta, pues ense��bamos todos los muslos y un poquito de nuestras braguitas, hab�a un viejo de unos setenta a�os, que estaba todo el tiempo pasando delante de nosotros y mir�ndo nuestras piernas. A m� me molestaba que el viejo baboso estuviese as� mirando, pero a mi prima parec�a no importarle. He de decirles que aunque mi prima es m�s peque�a que yo, es m�s atrevida, menos t�mida y se r�e de todo. El viejo al final se decidi� y se acerc� a nosotras y muy amabla nos invit� a unos refresco, en una terraza pr�xima. Yo me hice rogar con evasivas, pero mi prima me anim� a que acept�semos, pues �bamos a beber gratis y adem�s el viejo, delante de la gente, no se atrever�a a hacernos nada. Cuando estuvimos en el bar, sentadas a una mesa, el viejo consigui� a fuerza de mucho rogarnos, que en vez de refrescos bebi�semos cerveza y nos hizo repetir varias cervezas, ante nuestras risas infnatile y la mirada salida del viejo a nuestros cuerpos. Nos dijo que nos invitaba a su casa a ver una pel�cula de Brad Pitt, que hab�a alquilado. Mi prima dijo que s�, pues ser�a verla gratis, pero yo me negu� rotundamente, porque ve�a peligroso ir a casa de un desconocido. Al final entre el viejo y mi prima me animaron y fu�mos en su coche a la casa del viejo. Era una casa baja y cuando cruz�bamos el jard�n, que ten�a antres de la entrada a la casa, observ� detr�s de las cortinas de una ventana la presencia de otros dos viejos que nos observaba. Me asust� y cog� de la mano a mi prima y salimos corriendo hasta la primera estaci�n de Metro. En el trayecto le cont� a mi prima lo que hab�a visto y le dije que seguramente nos estaban esperando, para que una vez dentro de la casa, nos habr�an hecho beber m�s y seguramente nos echar�an alg�n narc�tico y habr�an abusado los tres viejos de nosotras y nos habr�an violado muchas veces y luego nos dejar�an en un descampado y al despartar no nos acordar�amos de nada. Mi prima dijo: "�Qu� imaginaci�n tienes! �Qu� mal pensada! Si parecia un anciano encantador. Tambi�n le tengo dicho que no hable con desconocidos por interner, que la pueden enga�ar. Que no mande fotos desnuda y no quede con extra�os, pues la pueden chantajear y pedirle sexo, a cambio de las fotos desnudas. Mi prima dice que no lo hace, pero yo no acabo de creermelo. Estamos en una edad, que queremos descubrirlo todo, tener sensaciones nuevas; pero el mundo est� lleno de peligros que nos acechan y nuestra inocencia nos hace caer en el anzuelo que nos tienden. Mi prima segu�a tecleando el ordenador y ya ten�a puesto el uniforme del colegio. Me sent� a su lado y le di un beso cari�oso en los labios. Ella me miraba esa tarde como misteriosa y se re�a maliciosamente; hasta que al final me dijo: -Hoy no ir� al colegio. Voy a ir a hacer una prueba para un papel en una pel�cula.
Le ped� informaci�n y me cont� que hab�a visto un anuncio en internet en que una productora de cine solicitaba chicas j�venes, sin experiencia, para actuar. Yo le advert� que pod�a ser un enga�o, pero ella me respondi�: -T� vendr�s conmigo y as� nada tenemos que temer.
-No iremos ninguna de las dos. Adem�s, �se lo has dicho a tu madre?
-No, porque no me dejar�a faltar al colegio para hacer la prueba.
-T� vendr�s conmigo, por favor prima. Si no ir� sola.
La idea que Marta fuese sola me asust� y para protegerla acept� acompa�arle.
Tengo que decir que la madre de Marta y la m�a, son hermanas y las dos est�n separadas, lo que hace que nosotras seamos un poco rebeldes y no contemos mucho con ellas. Mi prima llam� por tel�fono y qued� en hacer la prueba a las seis de la tarde. Nos dirigimos con los uniformes del colegio, para no levantar sospechas, a la direcci�n que nos hab�an facilitado. Se trataba de un chal� de lujo y a la puerta hab�a un coche: un ferrari rojo fant�stico.
-�Vaya cochazo! -dijo asombrada mi prima.
-Ser� del due�o -respond�.
Seg�n sub�amos las escaleras a la casa mi prima iba delante y con el movimiento de su cuerpo, su falda se le sub�a por el viento y ense�aba la braga. Yo supuse que a m� me ocurrir�a lo mismo y mir� para detr�s a ver si hab�a abajo alguien, pero no hab�a nadie afortunadamente. Cruzamos el jard�n y hab�a una piscina muy grande. Abrimos la puerta de cristales y entramos. Nos estaba esperando un hombre negro, de unos cuarenta a�os, bastante fuerte; sentado detr�s de una mesa de escritorio. Mi prima me cogi� de la mano y ri�ndose, dijo: -Venimos por el anuncio. Y empezamos las dos a mirarnos nerviosas.
-No pod�is actuar en esta pel�cula, porque sois menores. Soy el representante de una productora de cine porno, especializada en el tema interracial; pues filmamos escenas de sexo fuerte, en las que un negro folla con dos chicas blancas muy j�venes; o dos negros con una blanca. Se hace sexo oral, vaginal y anal.
-Tenemos dieciocho -respondi� mi prima peque�a decidida y p�cara.
-Pero, si parec�is unas ni�as. No quiero problemas.
-Somos mayores de edad, aunque damos una imagen muy ani�ada -insisti� mi prima.
-No s�, no s�. Bueno ver� si meteros en unas escenas l�sbicas, que son m�s blandas. Adem�s, en vuestros peque�os agujeros no coger�an los pollones de los negros y no se podr�an filmar las escenas. Desnudaros y a ver como lo hac�is.
-Desnudarnos aqu� delante de Usted -le dije sorprendida.
-Pues no dec�s que quer�is ser actrices, en qu� quedamos.
Fue mi prima, quien me cogi� de la mano y arrastr�dome me llev� a un cuarto, donde nos desnudamos. Cuando salimos otra vez, delante del negro, s�lo llev�bamos nuestros peque�os transparentes brasier y unas min�sculas braguitas, que marcaban nuestro sexo y el culo.
-Bueno empezad -dijo impaciente el negro.
Nos cogimos de las manos y nos colocamos muy juntas una frente a la otra. Fue mi prima, quien por sorpresa me cogi� con su manos mi cara y me bes� con pasi�n. Abr� mi boca y metimos nuestras lenguas, una veces ella y otras yo. Mientras con nuestras manos acarici�bamos las tetas de la otra. Despu�s miramos al negro, que no perd�a detalle y nos echamos a reir maliciosamente.
-No est� mal. Se ve que no ten�is experiencia, pero os podria ense�ar la directora de la pel�cula, que es una mujer madura lesbiana. Si os llamo, me tendr�is que ense�ar vuestra documentaci�n, para comprobar la edad. No quiero l�os. Ahora si quer�is os puedo ense�ar una pel�cula de las que hacemos, para ver si os gusta y ser�as capaces m�s adelante de hacerlas. Nos sentamos mi prima y yo en una cama que hab�a detr�s de donde hab�amos actuado. El negro encendi� la pantalla y se vio que en una cocina hab�a una chica joven rubia muy guapa con un bonito vestido azul con lunares blancos, por encima de las rodillas, y un bolso en el hombro, que hablaba con un hombre negro que iba con pantal�n y camiseta. Era muy musculoso y alto. Se ve�a en la encimera de la cocina que hab�an tomado unas copas. La mujer se re�a t�midamente, cuando el negro le dec�a cosas er�ticas. Le cogi� la mano y se puso a acariciarla, ante el reparo de la chica, que no quer�a continuar con aquello. De repente el negro le acarici� la cara a la chica y ella daba muestras de separarse, aunque le sonre�a t�midamente. Se ve�a que ella ten�a miedo de seguir as� con el negro. Mientras esto ocurr�a, mi prima y yo mir�bamos las escenas, ten�amos abiertos los ojos como platos y nos est�bamos empezando a poner nerviosas. Ve�a como tanto el pecho de mi prima como el m�o se agitaban. Mi prima se estaba poniendo muy colorada. El negro de la pel�cula se acerc� a la chica que intentaba separarse y sac� una larga lengua y recorri� el cuello de la chica varias veces. Ella se ve�a violenta. Pero el negro se coloc� detr�s de la joven y con su mano derecha abraz� sus tetas y con la izquierda intentaba subir el vestido de la chica, que no dejaba.
La chica se opon�a al negro, pero �l era persistente. Subio el vestido y consigui� ver la braga roja de la chica. Puso su mano encima de su braga y la chica intent� quitr�sela, pero se le cay� en el forcejeo el bolso al suelo. El negro meti� su mano debajo de la braga de la chica y comenz� con ritmo a frotar el clitorix de la chica y con la otra mano acariciaba sus tetas. Lo que en un principio era una oposici�n de la joven, poco a poco se fue resignando a la fuerza del hombre y a dejarse hacer. Luego la llev� al dormitorio y all� la hizo arrodillarse y el negro se desabroch� el pantal�n, apareciendo ante la cara asustada de la chica un poll�n de treinta y cinco cent�metros m�s negro que un tiz�n. La chica lo observaba perpleja por el tama�o y el negro la anim� a que se lo tocase. La chica con su mano empez� a frotar la enorme verga del negro, que cada vez se pon�a m�s tiesa. El negro acerc� su polla a los labios de la chica, invit�ndola a probarlo y ella abri� su boca lentamente y fue metiendo poco a poco en su boca aquello tan grande. Se la meti� en la garganta todo lo que pudo. As� lo hizo varios minutos ante los gemidos de placer del negro. Luego el hombre la puso desnuda en el extremo de la cama y le alz� y abri� las piernas y acerc� su polla negra a los labios de su vagina. Varias veces restreg� su polla por la concha de la chica, que le miraba asustada por el tama�o de la polla del negro. Fue metiendo su verga lentamente en la pucha de la mujer, que a medida que avanzaba dentro, ella daba gritos de dolor: �Ay, ay, ay! Hasta que logr� met�rsela entera y empez� a moverla despacio dentro de la vagina de la chica. Ella no paraba de mover la cabeza y el cuerpo dando muestras de que le hac�a da�o algo tan dentro, pero que a la vez quer�a continuar. Luego el negro la dio la vuelta y la puso a cuatro patas sobre la cama y le introdujo la polla por la panocha y empez� a moverla orimero con lentitud, pero luego r�pido con violencia, haciendo que la chica no parase de gritar. �Ay, ay, ay!. Despu�s el negro se ech� en la cama, boca arriba, e hizo que la chica se montase encima de �l, meti�ndola la polla por la vagina, haciendo que la chica subiese su culo, arriba y abajo de la verga del negro, mientras �l le met�a a su vez el dedo por su ano. Cambiaron de posici�n y el negro se puso encima de ella y la penetraba sin parar, ante los gritos de dolor y placer de la joven. El negro se incorpor� y ech� sobre la boca abierta de la chica, chorros de semen que le ca�an de la boca. El negro con su polla recogi� el semen que la sal�a y se lo volvi� a meter en la boca de ella. La chica miro al negro y le sonri�, mientras abr�a la boca y parte del semen se la sal�a y tambi�n se tragaba parte. Ella le mir�, agradecida y satisfecha. Mi prima y yo nos quedamos de piedra ante esas escenas y dijimos asustadas al representante de la productora de cine que nos �bamos. El negro se rio, porque nos vio muy asustadas y nos dijo que si nos cog�a para la pel�cula nos llamar�a.
Mi prima y yo durante el camino aseguramos que nosotras no har�amos nunca esas escenas tan guarras.
El domingo siguiente, �bamos mi prima Marta y yo por un bosque pr�ximo al chal� del negro del ferrari. En esta ocasi�n no llev�bamos los uniformes. Vest�amos chaquetas vaqueras. Mi prima llevaba un vestido rojo muy corto y yo uno azul muy corto tambi�n. Pasamos al lade del chal� y no vimos el ferrari.
-No debe estar. �Por qu� no entramos y nos ba�amos en la piscina? Nadie nos ver�
-T� est�s loca -le dije-. Y si nos pilla
Pero como siempre la atrevida de mi prima me li�. Nos metimos en el chal� y entramos en la misma habitaci�n, donde hab�amos hecho el numerito l�sbico ante el negro. Nos sentamos en la cama y mi prima me propuso desnudarnos y en vez de ba�arnos, ponernos unos pantys transparente, ella azul y yo rojo y quedarnos un rato en la cama jugando. As� lo hicimos y quedamos s�lo con los pantys hasta la cintura y desnudas todo lo dem�s, ense�ando nuestras infantiles, pero turgentes tetas. Nos quedamos encima de la cama, boca abajo, sobresaliendo nuestros culos y nos pusimos a hablar. Entretanto el negro del ferrari volv�a con el coche y entraba en la casa. Era un negro de dos metros de alto y tremendamente musculado. Entr� en el cuarto donde est�mos desnudas y nos sorprendi�. Nosotras le miramos asustadas.
-Otra vez vosotras. Os voy a denunciar a la polic�a por entrar en mi casa sin autorizaci�n. Dir� que hab�is entrado a robar.
Mi prima mir� al negro y comenz� a insinuarse. Yo ante el miedo que llamase a la polic�a hice lo mismo. Sub�amos los culos con los pantys, para que el negro se fijase.
-Hemos venido a que nos contrate para la pel�cula -dijo mi prima riendo y ense�ando las tetas, provocando al negro.
El negro nos miraba y se frotaba las manos dudando. Pensaba que era una ocasi�n increible de tener sexos con las dos ni�as y desvirgarlas salvajemente. Estaba ganando la fuerza de la polla del negro a su prudencia.
-Bueno os contratar� si lo hac�s bien. Mandar� vuestras pel�culas al extranjero para que no os reconozca vuestra familia y amistades. Dir� en la pel�cula que ten�is dieciocho a�os.
El negro se aproxim� y se sent� en el borde de la cama, en medio de nosotras, que nos incorporamos y de rodillas nos pusimos al lado de �l. El negro a quien primero beso con sus gruesos labios y su enorme boca, fue a mi prima que le correspondi� con deseo. Luego se separ� y me bes� a mi. Me meti� su lengua hasta mi garganta y hizo que chupase con mi boca su larga lengua. Empec� a pensar que no s� como acabar�amos mi prima y yo, lo que est�bamos empezando. Luego el negro nos junt� a mi prima y a mi y nos hizo besarnos apasionadamente con lujuria. El negro se quit� la camisa y ten�a un cuerpo escultural. Ten�a unas tetas muy musculadas y unos brazos y manos enormes. Se puso de p�es y mi prima y yo nos pusimos de rodillas. Mi prima m�s atrevida empez� a desabrochar el pantal�n del negro y apareci� delante de nuestras caras un poll�n negro de cuarenta cent�metros. -�Guauuuuuuuuuuu! -exclamamos las dos llenas de sorpresa y admiraci�n por lo que est�bamos contemplando. Luego mi prima llev� su dedo desde la base de la polla hasta la punta, cogi�ndola con su mano y frot�ndola. Yo por inercia hice lo mismo y tanto mi prima como yo masturb�bamos la polla del negro. Luego la atrevida de mi prima la cogi� con la mano y me la meti� en mi boca y luego la sac� y se la meti� en la suyda. As� estuvimos unos minutos altern�ndonos la polla del negro e intentando meternosla totalmente en nuestra boca, sin conseguirlo. El negro daba muestras de placer. Luego el negro puso a mi prima a cuatro patas en el borde de la cama y �l de pie sin contemplaciones introdujo su enorme polla en la vagina de mi prima, que dio un alarido de dolor. Yo estaba sentada en la cama y ve�a la cara de mi prima que abr�a la boca manifestando dolor ante las embestidas del negro. Yo intentaba tranquilizarla acariciando sus tetas que se mov�an y besando su boca. -�Ay, ay, ay! Me duele mucho -dec�a mi prima. Pero el negro no paraba, hasta que se le oy� un grito tremendo y se corri� dentro de mi prima. Yo con mi mano frot� el clitorix de mi prima y grit� de placer tambi�n. Yo dije al negro que no estaba dispuesta a follar con �l, que s�lo se la chupar�a. En negro se ech� boca arriba en la cama y yo empec� a chuparle su enorme polla, mientras mi prima la guarra le com�a los huevos. Luego el negro me oblig� a ponerme de rodillas, con el culo en pompa y el negro de pies. Mi prima sentada en la cama cogi� la polla del negro y me la introdujo en el culo sin contemplaciones, lo que hizo que yo diese un alarido de dolor. El negro no paraba de embestirme por el culo y yo no paraba de gritar. Mi prima se re�a y me acariciaba las tetas. As� hasta que el negro se iba a correr y yo no queriendo que lo hiciese dentro de mi, me separ� y mi prima y yo pusimos las bocas abiertas esperando el semen del negro, que al fin echo un chorro en mi boca y otro en la de mi prima. Luego el negro me ech� en la cama y abri� mis labios vaginales y meti� su larga lengua en mi concha y acariciando con su mano mi clitorix, hizo que consiguiese mi primer orgasmo aut�nticamente increible. Despu�s nos fuimos mi prima y yo a casa, con todo dolorido, con la promesa del negro que nos dijo que nos contrataria si otro d�as volvimos y lo hac�amos con �l y dos amigos negros m�s que ten�a. Yo le dije a la sinverguenza de mi prima, que jam�s volver�a a hacerle casa en nada.