A mis 65 a�os nunca imagin� encontrarme en una situaci�n como
la que os cuento inmediatamente.
Me llamo Santi. Soy viudo desde hace diez a�os. De mi
matrimonio solo ten�a una hija que viv�a casada con un alem�n pero residiendo y
trabajando en Estados Unidos.
Cuando cumpl� los 65 a�os me jubil� de mi trabajo en una
empresa y, con mis ahorros bien invertidos, la paga que me correspond�a, y el
piso que era de mi propiedad, no ten�a preocupaciones econ�micas.
Mi jubilaci�n la llevaba muy bien. Empleaba el tiempo en todo
aquello que me gustaba y que no hab�a podido realizar por las obligaciones
profesionales.
Soy bisexual. Llevo una actividad muy normal. Despu�s de
enviudar tard� mucho en volver a tener relaciones sexuales. Me pajeaba para
desahogar-me y, pasado un tiempo, volv� a tener sexo con un par de parejas,
matrimonios bisexuales y, con algunos amigos homosexuales.
Lo que voy a narrar fue una sorpresa que jam�s hab�a
imaginado y que me abri� a situaciones excepcionales de sexo placentero y
satisfactorio.
Tenia como vecinos a Jos� y Marta, un matrimonio joven con
dos hijos: una chica, Beatriz con quince a�os y su hermano Carlos que contaba
diecis�is a�os.
Nuestra relaci�n era m�s propia de una familia que de simple
vecinos.
Carlos y Bea (as� la llam�bamos) eran como mis nietos. Sus
padres como si fuesen mis hijos.
Jos� y Marta administraban una empresa importante y, en
muchas ocasiones deb�an viajar al extranjero por negocios.
En uno de estos viajes, que durar�a como dos semanas y que
coincid�a con un tiempo de vacaciones para los muchachos, Jos� y Marta me
propusieron que con sus hijos fu�semos a una casa que ten�an en el campo. Yo
acept� encantado pues los dos chicos me insistieron en ello.
Nos trasladamos pues a la bella y confortable finca situada
en un paraje maravilloso de alta monta�a. Me complac�a ya que era aficionado a
caminar por la naturaleza y las posibilidades all� eran muchas.
Estar�amos los tres solos pues as� lo hab�amos acordado para
darle m�s sentido de aventura.
El primer d�a lo dedicamos a organizarnos y situarnos. La
casa era bastante grande. Me instal� en la habitaci�n de los padres. Bea y
Carlos en la que era su habitaci�n situadas a ambos lados de la de sus padres.
Las habitaciones estaban orientadas al sur y, por unos
amplios ventanales, se acced�a a una galer�a cubierta des de la cual se divisaba
una panor�mica del valle que era espectacular.
La primera actividad que llevamos a cabo fue salir a dar un
paseo por los alrededores m�s pr�ximos y los muchachos me ense�aron rincones
paradis�acos.
Regresamos que ya anochec�a y antes de prepararnos la cena,
Carlos dijo que quer�a ir hasta al pueblo para saludar unos amigos y comprar
alguna cosa que nos faltaba.
Dije a Bea que me iba a dar una ducha y a ponerme c�modo.
Ella dijo que har�a lo mismo.
Sal� de la ducha sin preocuparme por nada ni por nadie, hab�a
dejado el ventanal abierto pues hac�a una temperatura muy agradable. Sal� al
exterior desnudo y sec�ndome con la toalla. Sal� tan distra�do que ni me fij� en
si hab�a alguien. Estaba mirando hacia las parpadeantes luces del fondo del
valle cuando sent� un
" �Te gusta Tato?" As� me llamaban los chicos. En
aquel caso era Bea quien me hizo girarme de golpe haci�ndome incluso caer la
toalla.
La chica estaba sentada en un sill�n de mimbre. Iba
completamente desnuda, con el cabello mojado.
*Perdona Bea, estaba absolutamente distra�do. � Joder,
que susto!
*Lo siento, no era mi intenci�n asustarte. �Se esta tan bien
aqu�!. Me gusta mucho sentir el aire.
*Si, es verdad, que se esta muy bien
Poco a poco el desconcierto fue remitiendo pero una nueva
situaci�n me pon�a en un brete. Mi polla comenz� a moverse. La desnudez de la
muchacha comenzaba a hacer su efecto.
Era una preciosidad. Todas sus l�neas eran perfectas (as� me
parec�an) Unos peque�os pechos despuntaban escandalosamente. Sentada, con los
pies replegados, pod�a ver sus nalgas bien tersas y un culo bien redondeado.
�Eran quince a�os!
La chica ve�a como mi polla comenzaba a tomar grosor y se iba
levantando. Se removi� en el sill�n y dej� caer sus piernas. Mis ojos se
clavaron en el punto central de su ingle al ver su vulvita tierna. �Que
maravilla! Y que excitante, tan excitante que mi polla se puso derecha de golpe
apuntando hacia ella.
Entonces Bea se levant� y se acerc� hacia m�. No sab�a que
hacer, estaba como paralizado.
La muchacha se plant� delante de m� y mirando a mis ojos, con
una sonrisa dijo
*Tato, �me dejas que te acaricie esto tan rico?. �Sabes?
Me gustas mucho. S�, me gusta verte as� trempando.
*Ah, Bea, que el Tato no es de piedra. �Tu crees que
debemos?. Ya soy muy d�bil ante tanta belleza. �Uf, Bea, ya ves como me has
puesto! Oye, que no quiero hacerte mal. Que no quiero disgustar a tus
padres.
Mira que t� eres muy joven y tendr�s tus amigos. �Como te va
a gustar un viejo como el Tato�
* No me digas eso de que eres viejo. Tu me gusta me gustas
m�s que mis amigos, que tampoco son tantos y con los que no he follado,
exceptuando alg�n roce mientras se corr�an.
No te preocupes ni por pap� ni por mam�. No me vas a hacer
ning�n da�o. Ya no soy virgen, sabes. Pap� me desvirg� hace poco. Me desvirg�
estando con mi madre y mi hermano. De modo que no tienes porqu� preocuparte
Joder, me qued� alucinado ante aquella revelaci�n y la
naturalidad con que la muchacha me contaba. Primero pens� que era fruto de su
imaginaci�n pero poco a poco me fui convenciendo que todo era tan verdad como lo
contaba.
Mi polla estaba absolutamente dura y dije a Bea que s�, que
pod�a acariciar y hacer con ella lo que quisiera.
Bea asi� el tronco de mi polla y, con una suavidad deliciosa,
me descubri� el glande hinchado de placer. La acariciaba y la miraba dici�ndome
como le gustaba la polla del Tato.
*�Oh, Bea, como me gusta que acaricies mi polla! S�, cari�o,
s�, al Tato le gusta mucho que le toques la polla. Oh, que gusto. Mira, mira
como se pone de gorda.
�Que bueno, que bueno!
*�Mmm... que gruesa! �Que bonita... Tato� Me gusta mucho tu
polla. Quiero que me la pongas dentro de mi chocho. Que me folles hasta que te
corras y me hagas correr a m�.
Entonces la chica se fue agachando hasta tener mi polla a la
altura de su boca. Sac� su lengua y comenz� a pasarla suavemente por la punta de
mi rabo. Al primer contacto me estremec� y gem� de placer.
Bea, me lami� todo el tronco de la polla y los huevos y
despu�s inici� una chupada que me llev� al borde de la corrida. La muchacha se
tragaba mi nabo hasta el fondo de su garganta mientras con la lengua me hac�a
maravillas.
Cuando not� que mi leche pugnaba por salir le retir� la polla
dici�ndole que yo tambi�n quer�a disfrutar de su chocho.
Nos fuimos al interior de su habitaci�n. La tumb� sobre la
cama con las piernas colgando. Ella misma se abri� de piernas y pude contemplar
su delicioso co�o.
Ten�a un delicioso mont�culo vulvar sin una mota de bello.
Acerqu� las yemas de los dedos y lo acarici� suavemente. Estaba h�medo. Lo abr�
y unos pliegues ros�ceos aparec�an a ambos lados de su cavidad vaginal. La
humedad tenia su origen en los l�quidos que flu�an de su interior.
Acerqu� mi boca hacia aquel rico manjar.
Bea gem�a y se estrujaba sus peque�os pechos en los que sus
pezones estaban duros.
Un gemido profundo sali� de la boca de la muchacha cuando mis
labios se posaron sobre los labios de su vulva y la lengua le acariciaban
aquellos pliegues.
*�Aaaaaaaaaa... Tato, que rico sentir tu boca en mi chocho!.
�Mmmm... que gustooooo! �S�, s�, as�, as�, comete mi chocho! �Uf, que bueno, que
bueno!
Mis labios se pegaron como una ventosa en la tierna vulva de
Bea. Mi lengua, poco a poco, se fue introduciendo hac�a aquella h�meda
interioridad. Llegu� hasta lo m�s profundo lamiendo aquellas carnes que se
humedec�an cada vez m�s. Bea me asi� la cabeza apret�ndola para que llegara mas
adentro.
Le chup� el co�o con una pasi�n que hac�a mucho no sent�a. La
muchacha lo disfrutaba tanto que se mov�a haciendo que mi lengua fuese como la
polla. Sus gemidos se convirtieron en gritos profundos y su cuerpo se comenz� a
tensar.
Un prolongado "Ayyyyyyyyyyyyyyyy.... que me corrooooo"
llen� mi boca de sus jugos que manaban espasm�dicamente. Bea se corri� en medio
de un gran placer dentro de mi boca.
Cuando ya estuvo relajada fui retirando mi lengua de su
interior y, despu�s de lamerle los labios de su vulva. Me alc� para tumbarme a
su lado.
*�Que mi ni�a. Te gust�?
*Ay, Tato. Que gusto me has dado. Que corrida m�s deliciosa
�Si me ha gustado? No sabes como y cuanto. He de decirte que nadie me ha comido
el chocho como me lo has hecho tu, ni pap� ni mam� ni Carlos.
*Pues yo hac�a mucho que no me com�a un chocho como el tuyo Y
la verdad: me ha enloquecido!
Nos besamos y acariciamos largamente. Al cabo de un rato de
jugar con nuestros cuerpos y nuestros sexos Bea me dijo
*Venga Tato, quiero que me folles. Quiero sentir tu polla
penetr�ndome hasta el fondo.
Solo te pido una cosa: quiero que cuando te corras lo hagas
en mi boca. Quiero chuparte toda la leche.
Le dije que hiciera lo que quisiera, que yo solo quer�a
complacer-la.
La muchacha, me hizo una buena mamada que dejo mi polla
totalmente dura. Entonces me puso colgando de piernas en un borde la cama, como
hab�a estado ella, y abriendo sus piernas se fue sentando hasta clavarse todo mi
nabo en su interior.
Mientras le introduc�a la polla el placer me hac�a gemir.
Cuando ya estuvo sentada sobre mi pollo me incorpor� un poco tom�ndola por las
nalgas y ella rode�ndome por el cuello comenz� a moverse para sentir la fuerza
de mi polla en su interior. La chica era una experta, sus padres le hab�an
ense�ado bien.
Al ritmo que ella marcaba yo sent�a como mi polla le hacia un
masaje profundo en el interior y mi gusto era de tal magnitud que sent�a mis
m�sculos tersos.
Al rato sent� que me iba a correr y gritando se lo dije a la
muchacha. Esta, con una habilidad impresionante se descabalg� y se puso en medio
de mis piernas, como yo hab�a estado, y se introdujo la polla en la boca.
* �Ostias, Bea, que gustoooooo! Aaaaaaa.... s�, s�, comete
la polla del Tato. Ya. Ya. Ya me viene la leche mi ni�a. S�. S�. Ya viene. Ya
viene... Aaaaa... Aaaaa... As�. As�. Cometela... cometela... Uffff. Ufffff...
Yaaaaa...aaaa...aaaa....toda, toda...toda....para tiiiiii....!
Mi leche sali� a borbotones y Bea se tragaba cuanto sal�a. No
pudo con toda y le sal�a en unos hilos por la comisura de los labios.
Cuando ya mi polla dej� de escupir Bea, se levant� y vino a
recostarse a mi lado. Sus labios aun conservaban restos de mi leche. Yo la bes�
y le limpi� aquellos hilillos blancuzcos. Unidas nuestras bocas, las manos
acariciaban nuestros sexos. As� nos relajamos un poco.
Un golpe de la puerta principal de la casa nos indic� que
Carlos acababa de llegar.
Yo me incorpor� de golpe para ir a mi habitaci�n. Bea me dijo
que no havia porqu� preocuparse. Que no ten�a porque temer nada. Carlos no
reaccionar�a mal si nos encontraba. No solo no reaccionaria mal sino que le
gustar�a encontrar-nos follando para as� juntarse.
Yo le dije que a mi todo me era muy nuevo y que poco a poco
deb�a asimilarlo.
Bea me dijo que lo comprend�a. Me fui a mi habitaci�n para
vestirme. Carlos des de abajo daba gritos llamando nuestra atenci�n.
De mi segunda sorpresa les cuento despu�s.