Este relato, esta dedicado a mi amiga Carolina, mi hermosa
negra inductora al dulce placer de la zoofilia.
Aquella ma�ana, en cuanto pude, tom� mi auto para ir a la
casa de mi amiga Carolina, Me encontraba muy nerviosa ante la perspectiva de
volver a coger con Caro y conocer lo desconocido, corr�a como loca para llegar
lo antes posible y aprovechar el tiempo al m�ximo en la posible... Caro me
recibi� con el mismo amor de siempre, un abrazo y un beso con lengua delicioso e
interminable, ella es una mujer de 23 a�os, morena muy oscura, con un pelo que
siempre le he envidiado, casta�o claro, largo, ondulado y que ella peina muy
lindo, que realza el contorno de su rostro bonito, con nariz recta, labios
gruesos y sensuales, ojos claros, su cuerpo muy firme, sus senos siempre me han
parecido bellos, su vientre es plano y muy duro; sus muslos y piernas, son una
maravilla, torneados, gruesos sin exageraci�n y que a ella le gusta presumir,
bueno eso pienso porque siempre viste o unos shorts bastante cortos, o
minifaldas espectaculares, sus nalgas como toda negra prominentes y su
vagina........uhmmmmm su vagina depilada totalmente y de labios grandes que
invitan al deseo, pero mi objetivo de aquella visita no aparec�a por ning�n
lado. El perro, que se llama Esteban, no sali� a recibirme como siempre que voy
a visitarla. No me atrev� a preguntar por �l, pero mis o�dos y mis ojos
permanec�an vigilantes para detectarlo. Est�bamos en los comentarios rutinarios,
cuando mis o�dos escucharon lamentos de Esteban en alg�n lugar de la casa. Fue
mi pretexto para inquirir.
"�Qu� le pasa a Esteban?" dije, antes que terminara el
lamento.
"Es que el malvado se me fuga casi todos los d�as a la casa
de una vecina y no quiero perderlo".
" Seria una lastima, con lo bien que dices que folla"
"Pues eso es lo que me preocupa, se va donde la vecina, se
pasa todo el d�a con ella... tal vez cogiendosela, no se y la verdad me preocupa
un poco".
No quise insistir. Pero hice el prop�sito de investigar el
por qu� de las fugas del deseado perro. Avanzada la tarde, despu�s de comer,
dije a mi Caro que me recostar�a un momento. En realidad estaba excitada, sent�a
la humedad intensamente. Tal vez el continuo pensar en mi decisi�n de conocer el
placer con el mejor compa�ero del hombre y, por los relatos, de las mujeres;
pensando, por supuesto, me hab�a excitado. Minutos despu�s, pens� en
masturbarme, pero me dije que eso no aliviar�a mi excitaci�n sino todo lo
contrario. Decid� ver a Esteban. Con el pretexto de caminar un poco, sal� de la
casa; Caro estaba en la cocina preparando la cena y me dijo que s�, que era
mejor para que la dejara en paz por unos momentos; me lo dijo riendo.
Claro, la idea era ir a visitar al pobre de Esteban que no
dejaba de quejarse de cuando en cuando. Antes de salir de la rec�mara, decidida
como estaba a "probar" a Bruno, me quit� las pantis que estaban bien mojadas;
las ol�, y mi excitaci�n se fue al cielo.
Me conmovi� verlo encadenado. Del collar pend�a una cadena,
en cuanto me olfate�, empez� a gemir de contento, a pararse en las patas
traseras como queriendo arrancar la cadena.
Me acerqu�. El animal baj� la cabeza como atemorizado, le
acarici� la cabeza, y el lami� mi mano. Me agache poni�ndome en cuclillas, y el
perro lami� mi rostro. Los leng�etazos me excitaron en el acto, m�s cuando la
lengua larga y roja se dedic� a lamer mis labios como si quisiera halagarme o
agradecer as�, mi visita.
Al estar en esa posici�n, un tanto intencionalmente, mi falda
ascendi�, y mis muslos probaron la caricia del aire, pero deseaban la caricia de
la lengua perruna tantas y tantas veces so�ada... y temida Segu� rascando la
cabeza de Esteban; el perro lam�a mi rostro; como estaba en cuclillas, ca� al
piso; mi falda dej� al descubierto mi concha humeda y el animal trat� alcanzar
mi cara, pero como la cadena no lo dej� llegar, tuvo que lamer lo que ten�a a su
alcance, por primera vez sentia su deseada lengua en mi entrepierna.
Iba a levantarme, pero al sentir la lengua de Esteban, dej�
los muslos en su posici�n. Las lamidas me llegaron hasta el alma, y el ya no
par�. Lam�a mis muslos como si fuera una de mis amantes, de la rodilla hasta
donde la cadena dejaba llegar su soberbia cabeza; era tan magistral la lamida,
tan progresiva en su ascenso, que pens� en ese momento que era algo que el
perrito hab�a aprendido de alguna manera con Caro, porque yo sent�a que me
derret�a.
Claro, permanec� as�, recibiendo la caricia y dejandome ir en
busca de las in�ditas sensaciones de la zoofilia. Ahora ve�a el esfuerzo de
Esteban tratando de alcanzar mi concha que ya estaba bien inundada y bastante
olorosa. Me bastaba con recorrer un poco mi cuerpo para que la lengua llegara a
donde yo quer�a que llegara sin p�rdida de tiempo.
Mov� mis nalgas para caminar en la direcci�n deseada, cuando
record� mi deducci�n en torno al posible aprendizaje de mi perro lindo; por eso
fue que, echando un vistazo a la casa para ver si Caro continuaba en la cocina,
me sent� para sacar mi vestido por completo..., qu� excitaci�n tan tremenda
estar totalmente desnuda ante la mirada atenta de Esteban, escuchar los jadeos
del perro y ver su lengua escurriendo saliva!
As� fue como tuve mi primer orgasmo ante la mirada del perro
enloquecedor. Mi idea, al quitarme el vestido, era dejar mis tetas al
descubierto y ofrecerlas a mi deseado para ver cu�l iba a ser su comportamiento;
mi previsi�n era que se dedicar�a a lamer mis tetas con sus pezones tan erguidos
que me dol�an.
�As� fue!, tal como yo esperaba, el perro, que ten�a a su
alcance la mitad superior de mi cuerpo solamente, empez� por lamer de nuevo, mi
rostro deteni�ndose eternidades en mi boca, y tanto que, excitada y
deprejuiciada como ya estaba abr� mi boca para ver si la lengua de Esteban se
met�a y consumar un beso inimaginado. Y s�, la lengua, tras un ligero sobresalto
de el, se meti� a mi boca... uhmmmmmmm, qu� sensaci�n tan tremenda!, el tama�o
de esa lengua, la enorme cantidad de saliva que la ba�aba, su aspereza, y tener
plena conciencia que era la lengua de un perro, y luego poner mi lengua a lamer
la otra lengua y aprisionar esta con mis labios, me hizo estallar en luminosos e
interminables orgasmos, nunca imagin� que esto era posible hacerlo.
Para estos momentos, Esteban exhib�a una tremenda erecci�n.
Como ya estaba super caliente y org�smica, tom� su verga y la sent� deliciosa...
�que verga!!!!!, nunca pense que me hubiera atrevido a tocarle ese enorme trozo
de carne venosa!. A�n ten�a algo de cordura; ve�a constantemente para la cocina
para evitar ser sorprendida, deje de besarlo, cerr� la boca y con una mano
aparte con suavidad la cabeza del perrazo.
Esto fue como una se�al, como una indicaci�n de que ahora
hab�a que hacer otra cosa... Esteban entendi�, porque de inmediato lami� mi
cuello con suavidad, acezante, gem�a y luego empez� un recorrido como antes en
mis muslos, del cuello a las axilas; yo abr� los brazos para que la lengua
pudiera lamerme toda; lo notable fue que antes de lamer cuando mis axilas
estuvieron libres, el perro ol�a y levantaba la cabeza como para degustar el
olor...
�Que excitante ver esa actitud de mi perrito!, pero no par�
all�; leng�eteo por minutos, para luego seguir recorriendo mi piel en direcci�n
a mis tetas que ya esperaban ansiosas de la lengua salvaje, en ese momento me
convenc� que Esteban hab�a estado recibiendo una educaci�n exhaustiva; y tambi�n
que la maestra no pod�a ser otra que Carolina.
�Nunca pens� que la instructora, en realidad, era mi propia
amiga, como pude comprobar un poco m�s adelante. Bueno, para esto, yo no pod�a
contener mis orgasmo, y eso que mi sagrada rajita ni siquiera mis dedos
recordaban. Pues Esteban, tal vez por la rutina aprendida, empez� a llegar a mis
tetas, a lamerlas en toda la extensi�n, ambas, pero sin tocar los pezones:
�Maravilloso y excitante!, pens� deslumbrada, al punto del desmayo por tantos y
tantos orgasmos...
Hasta que .. toc� los pezones... �madre m�a, qu� lengua!,
nunca hab�a sentido una sensaci�n tan placentera, �me fui al cielo!, y en ese
momento pens�... �No cabe duda, Carolina Cruz, mi amada amiga, mi inductora a
este placer, �Ten�a toda la raz�n... esto es �maravilloso! - las admiraciones
espaciadas porque as� lo siento - el orgasmo se estaba haciendo ya, permanente.
Y eso que a�n reservaba mi sagrada raja para, �para qu�?, en ese momento no
sab�a de nada... solo sent�a la lengua, hasta de la verga que ten�a en la mano
me olvid�.
De las lamidas, el maravilloso, el divino Esteban, �empez� a
mordisquear mi pez�n!, todo esperaba menos esa caricia que se antojaba de un
mamador humano verdaderamente angelical y no de un perro.
No s� cuanto tiempo, quiz�s segundos, de resistir esos
incre�bles mordisqueos, cuando estalle en millones de luces de colores, el perro
jadeaba acompa�ando mis destemplados gemidos... y sent� que la verga en mi mano
se estremec�a y chorros de leche perruna me ba�aron el cuerpo, principalmente el
vientre y mis pelos... hasta ese momento me di cuenta que masturbaba a Esteban
con verdadero furor de masturbadora, me encanta masturbar las vergas pero
aquella verga perruna................
Fue el fin de la sesi�n, porque Caro, en la puerta de la
casa, gritaba mi nombre desaforada. No cre� que me hubiera visto, y s�, seg�n me
aclar� despu�s, no me vio ni escucho mis alaridos, pero s� oy� los gemidos de su
Esteban.
Me levant� casi de un brinco, me puse el vestido - por
fortuna no me puse el odioso sost�n y las horribles pantaletas antes de venir a
ver a mi perrito - y sin m�s corr� hacia la cocina... Esteban aullaba... de
frustraci�n, creo. Cuando entr�, Caro se llev� una mano a la boca indicando
extrema sorpresa: es que de todo me acord�, menos de dos cosas; una, que no
pein� mi pelo que era una tremenda mara�a, y segundo, que la leche de Esteban
manch� mi vestido al coloc�rmelo. Total, era un desastre, luego, para mayor
desconcierto, Caro estall� en carcajadas que no pod�a contener apuntando con su
�ndice, precisamente a las manchas de mi vestido.
Carolina, sin dejar de carcajearse, camin� a mi encuentro, me
abraz� tiernamente, bes� mis labios, me dio una nalgada, y dijo:
- �Ay, Kari... qu� se me hace que acabas de conocer a
Esteban! - Ya te imaginar�s mi bochorno, �hab�a sido descubierta en mi cachondo
y zoof�lico proceder!, Caro, respirando agitada, sin soltarme, acariciando mis
nalgas, continu�:
- �Sabes qu�?, pues... la verdad, me agrada que lo hayas
conocido. M�s, porque eso... me permite confirmar lo perra que eres, y tambi�n
que te gustan mucho las vergas, no importa de donde vengan eh, volvi� a besar mi
mejilla, pero ahora sac� la lengua y la lami�... �Tembl�!, me puse a temblar sin
explicaci�n racional. Mis temblores se incrementaron, cuando Caro dijo:
- Tienes todo el sabor de mi adorado Esteban... �sabes
riqu�simo perrita! - - - lam�a la saliva y algo de semen del perrazo - - -
�quiero limpiarte toda! - - - dijo con un tono en verdad cachondo, excitante,
casi aterrorizante. - Era tanto mi desconcierto, que me separ� forzando el
abrazo. La vi expresando mi enorme desconcierto, pero ella, con mirada l�nguida
y tierna, me bes� en la boca con la lengua por delante de sus labios... no tuve
m�s remedio que recibir esta otra lengua que result� ser como siempre otra
maravilla.
Las manos de mi amad�sima Caro, ya andaban subiendo mi
vestido para quit�rmelo, cosa que yo facilit� levantando los brazos... y ella,
con una voracidad peor que la de Esteban, se fue directa a mis pezones y los
mam�, para luego extasiarse recogiendo los restos de saliva y de semen del
perro. Para esto, mis manos ya andaban por las nalgas de ella, estaba tan
caliente, que al tratar de abrir el sierre para poder quitarle los
pantaloncitos, desgarr� la ropa y la prenda cay� hasta los pies de mi amada y
ahora muy deseada, lamida y mamadora amiga.
Ella, con agilidad, levant� un tobillo, luego el otro y se
libro de la ropa entorpecedora del placer. Mis manos se dieron gusto con sus
nalgas, las acarici� a mil por hora, met� mis dedos en la profunda barranca que
separa esos dos fabulosos globos que nostras las mujeres tenemos, y que como ya
dige Caro es un ejemplar fant�stico de nalgona, y roc� el culo como yo s� que
nos encanta a todas las chavas que sabemos del placer sin tapujos ni l�mites.
Mi Caro ya acezaba como Esteban en los momentos de mayor
calentura. Entonces, en susurros, me dijo:
- No seas mala Kari... t�rate en el suelo... boca arriba
porque quiero... limpiar la leche de Esteban de tu hermosa piel...
Me dej� caer... y ella supero a Esteban en las lamidas que me
dio.
Disfrutaba con las caricias de esa lengua maravillosa que
tiene Caro, iniciamos una guerra con nuestras lenguas. Caminamos con ellas por
toda las superficie, y las cavidades m�s las caminamos, de nuestros cuerpos, en
el juego de lo que hace la de adelante, hace la de atr�s. Meti� sus dedos en mi
vagina, y la llen� con tres de los m�os; met� un dedo en su culo, y me lleno con
dos de los suyos... fue la muerte, estallamos al un�sono, como verdaderas perras
en celo.
No s� por cuanto tiempo sostuvimos el singular combate, lo
cierto es que cuando yo cre�a que todo terminar�a, mi cachonda e incre�ble
amiga, dijo:
- No te me rajes, ramera, que todav�a falta lo mejor... -
cuando la vi levantarse y dirigirse a la salida de la cocina. Se fue. De
inmediato pens� en que iba por Esteban: tembl� de emoci�n y deseo. Obvio, me
puse tan caliente como cuando el perro lami� mis manos al iniciarse todo esta
tarde extraordinaria. Esteban fue el primero en llegar, como que al ser
liberado, corri� delante de Caro, conforme la ense�anza recibida, y empujando la
puerta, entr� como vendaval... y fren� de una chusca manera: no esperaba ver a
nadie all�, imagino. Pero luego, de inmediato, sin que mediara ninguna
transici�n, dio pasos cortos, acompasados, sacando la lengua por la agitaci�n y
el deseo, creo; olfate�, subi� la cabeza, en un gesto que para m� fue en extremo
excitante, y luego se puso a lamerme como cuando estuvimos solos: empez�, como
antes, por mi boca, por mis labios...�Caramba, ten�a bien aprendida las
rutinas!. Como la primera vez que sent� su hocico y su lengua en mi boca y con
mi lengua, estall� en un tremendo orgasmo. Ten�a aprisionada su lengua, cuando
Caro lleg�. Se carcaje�, y grit�, si, en verdad grit� como atacada por la
histeria:
- B�salo, mi ni�a, b�salo. Nunca podr�s tener otros besos
como estos tan fascinantes que Esteban mi ni�o, mi querido amante, da. - Era una
orden. Cumpl� con excelencia la orden porque continu� chupando y mordiendo la
lengua fant�stica apretando con mis manos la soberbia cabeza de Esteban...
Con el rabillo del ojo, vi que Caro se tend�a bajo la panza
del animal y empezaba a mamarle la verga a Esteban, y una de sus manos fue a
jalar mi pelos mojados por tanta saliva y jugos de mi pucha. Esteban no tard� en
aventar litros de leche, leche que nos ba�� a las dos. En eso, mi Caro, mi
incre�ble y sabia amiga, dijo:
- Lame mi cuerpo... saborea la sabrosa leche de mi adorado...
pero no as�, - - - Es que puse mi cabeza al lado de la de ella - - - Empieza por
los pies y deja que yo empiece por el mismo sitio de tu hermos�simo cuerpo que
he deseado desde hace a�os, putica adorada... - Bueno, nos pusimos a lamer en un
singular 69 porque no pod�amos apoyar un cuerpo sobre el otro: estaba en cuatro;
mi t�a sab�a que eso era lo indicado... Esteban salt� sobre mis nalgas y estaba
completando mi enorme deseo, la verga de Esteban picaba mis nalgas... no atinaba
a pesar de su entrenamiento, entonces, con mi mano, gui� la verga para que
tocara la puerta de mi vagina, orient� la verga... �y me llen� de verga de un
solo empuj�n!, grit�. Mi Caro, volte�, y grit�:
- C�getela Esteban, c�getela, m�tesela hasta los huevos,
m�tesela hasta el nudo..., culeate esa perrita!!! - Yo ya no o�a ni sent�a otra
cosa que la deliciosa y caliente verga de Esteban profundamente metida en mi
vagina, en mi gloriosa vagina. Sent�a el veloc�simo mete y saca del perro, como
algo divino, nunca sentido, jam�s experimentado... y me fu� a la gloria!, m�s,
cuando la sabia lengua de mi adorada Caro me empez� a mamar el cl�toris al
tiempo que levantaba su maravillosa vagina lampi�a ofreci�ndomela, pidiendo mi
lengua... Claro, me puse a mamar sintiendo que la verga se pon�a m�s gruesa...
era que el nudo me hab�a invadido, pero yo ni en cuenta, gozaba como nunca,
empalada en la verga de Esteban y Caro prendida succionando mi henchido
clitoris.
Mi orgasmo, iniciado con la lengua de Caro, aumentado por el
mete y saca incontenible de Esteban, dur� eternidades... no se iba, disminu�a
por segundos, para luego hacerme estallar en gritos y estremecimientos
tremendos, pero no dejaba de mamar la rica concha de mi Caro que tambi�n gritaba
como condenada, fren�tica y con orgasmo tras orgasmo, me sujet� cuando Esteban
inund� mi cueva con sus litros de leche y qued� "trabado".
No me solt� mi Caro, sigui� mamado mi pucha, hasta que el
perro se solt�. Cuando esto sucedi�, yo ya no gritaba ni me estremec�a, solo
emit�a gemidos de placer inaudito, incre�ble, inacabable. Y cuando el perro se
solt�, Caro se arrastr� hasta quedar bajo el hocico de su amante permanente;
este empez� las rutinas. Al ver el beso ya experimentado por m�, de Caro y
Esteban, tuve el postrero orgasmo y el casi imperceptible estremecimiento.
Primera vez en mi vida que me he sentido incapaz de continuar en el combate; me
dediqu� por mucho tiempo a ser mirona.
Vi toda la rutina de Caro con su perro. La lami� despu�s de
besarla, para luego de lamer uno de sus oscuros pezones, regresar al beso de
hocico contra boca y de lenguas en el aire acarici�ndose. Lami� el sudor, mi
saliva y su propia leche, le lami� la raja, el culo, y volvi� al beso en la boca
de Caro y esta sin dejar de besarlo, se puso en cuatro. El perro la rode�, le
olfate� el culo, y brinc�: la verga tremenda la vi mucho m�s grande que cuando
la contempl� en la casi oscuridad del patio.
Se la meti� de un solo empuj�n sin la gu�a de la mano... se
la cogi� por minutos interminables; los dos acezaban, jadeaban, gem�a como
pose�dos; la lengua del perro chorreaba saliva y sus ojos reflejaban el placer
del sexo... sorpresivamente, suspendi� el mete y saca, sac� toda la verga
estilando jugos, pero se adivinaba que no era eyaculaci�n; aull�, aullido que no
s�lo me sorprendi�, tambi�n me causo nueva excitaci�n, as� de expresivo fue, en
el sentido sexual de la expresi�n... y empuj� nuevamente.
De no estar tan cerca de las acciones, no me hubiera
percatado que la gran y jugosa verga... �se met�a en el culo de Caro!. Esta
grit�, no de dolor, sino del extremo placer... y luego grit� ordenando:
- Kariiiiii... ahhhhhhhh... putaaaaaaaaa... ven, por favor,
ven...., mama mi pucha, por lo que m�s quieras, m�mala... hasta que Esteban
estalle... y yo me vaya a la gloria. - Me apresur�; la maravillosa visi�n que
estaba teniendo, adem�s de los espl�ndidos y penetrantes olores, los
extraordinarios sonidos lujuriosos de Caro y los aullidos de la misma lujuria de
Esteban, me dieron nuevas fuerzas, renovada excitaci�n, y deseo enorme de mamar
y ser mamada. Me arrastr� hasta quedar bajo el lampi�o co�o de mi Caro, despu�s
de depositar un lujurioso beso en sus labios horizontales, para luego ir a besar
los verticales.
Caro, en el m�ximo embate del perro, sinti� mi mamada, grit�,
pero vio mi pucha, mis muslos abiertos al m�ximo y se puso a mamar como yo
deseaba. Los gritos fueron tremendos, inacabables, enormemente placenteros,
tanto como sent�a por todo mi cuerpo, y creo que mis cogedores tambi�n sent�an
lo que yo.
Caro qued� "anudada". Seg�n dices esto es, adem�s de
peligroso, digo, que el nudo quede metido en el culo, muy doloroso, pero Caro me
suplic� que continuara mamando su raja, que no fuera mala, que aunque yo le
dec�a que mi lengua... y mi cuerpo entero, no pod�an m�s, hiciera un extremo
esfuerzo para seguir complaci�ndola.
Y mam� y mam� hasta que mi Caro se derrumb� al ceder el nudo
de Esteban. Est� vez, s�lo qued� en pie. Vi que nos vio como sonriendo - su
lengua sal�a del hocico y todo el conjunto ten�an esa expresi�n: se re�a - se
sacudi�, lami� mi cuerpo, luego el Caro, pero con leng�etazos leves, como con
ternura, y luego se ech� con su cabeza entre los soberbios senos con la lengua
fuera del hocico y escurriendo todav�a.
Era casi de d�a, cuando Caroa me bes� con enorme ternura en
la boca. Acarici� uno de mis senos, luego lami� el pez�n y toda mi chichi, Me
dijo:
"Eres adorable. Fant�stico que no te... l�mites en el
placer... a�n teniendo como amante a un ser tan maravilloso como mi Esteban...".
Y volvi� a besarme. Luego, desperez�ndose, dijo:
Bien, perrita de mis encantos. De ahora en adelante...
seremos dos para Esteban y una para otra, �te parece bien?. - - - s�lo pude
afirmar moviendo la cabeza.
Los que han leido mis relatos saben de sobra lo puta y golfa
que soy, me encantan las vergas sean de machos o de perros, escr�banme y denme
sus comentarios.