Relato: La segunda aventura de mi esposa LA SEGUNDA AVENTURA DE MI ESPOSA
De nuevo un saludo a los amigos de esta p�gina en todo el
mundo. Quisiera compartir con ustedes un nuevo desarrollo en la historia que he
vivido con la mujer que amo y que me ha llevado a tomar una decisi�n definitiva.
Por el tiempo transcurrido desde el primer relato, creo que debo describir
nuevamente a mi esposa. Ella se llama Clara y es una morena simp�tica, 1.60 de
estatura, ojos grises y hermosos, sonrisa agradable, un cuerpo bien
proporcionado, con un culo parado y redondito, aunque no muy grande. Ella acaba
de cumplir 36 a�os y ya llevamos 11 a�os de casados. Despu�s de lo sucedido y
que relat� en "La primera aventura de mi esposa", dialogamos varias veces y
finalmente la perdon�, quedando muy claro que la aventura que vivi� fue una
cuesti�n de tragos y debilidad pasajera. Ella me prometi� no volver a hacerlo y
adem�s, ser m�s cari�osa conmigo, lo que realmente ha cumplido fielmente, a tal
punto que durante el �ltimo tiempo hemos vivido pr�cticamente una segunda luna
de miel.
El relato de esta ocasi�n tiene que ver con su segunda
infidelidad, que creo yo, dar� lugar al rompimiento definitivo de nuestra
relaci�n. Todo comenz� con la llevada del carro que tenemos al concesionario -
taller donde lo adquirimos, para un mantenimiento preventivo. Debido a lo
dif�cil que resulta pedir permiso en la oficina donde trabajo, le ped� a mi
esposa que llevara el carro al mencionado sitio y lo dejara all�, ya que a ella
le quedaba m�s cerca de su oficina. Igualmente le ped� que indicara al mec�nico
las revisiones que deb�an ser realizadas al veh�culo y que le anunciara que
nosotros pasar�amos a recogerlo el s�bado siguiente, dos d�as despu�s, cuando
pod�amos probarlo con toda la calma, sin el af�n de un d�a h�bil de trabajo. As�
lo hizo ella y convino con el mec�nico que le recibi� el carro que pasar�amos a
recogerlo hacia las 4 de la tarde de ese s�bado, ya que hab�a mucho trabajo en
el taller y adem�s, eran varias las revisiones que era necesario hacerle al
veh�culo.
El s�bado, conforme a lo acordado por mi esposa, pasamos por
el taller a la hora se�alada y el carro ya estaba casi listo, ya que lo estaban
lavando. El portero nos dijo que habl�ramos con el mec�nico que lo hab�a
revisado, para que nos fuera preparando la factura. Al preguntarle que qui�n era
nos dijo que averigu�ramos por "pico", que era el apodo con el que lo conoc�an
todos en el taller. Efectivamente, dimos con facilidad con el tal "pico", quien
era un muchacho joven de unos 25 a�os, fornido y de buena presencia, ojos verdes
y un cuerpo bien proporcionado. Tan pronto lo abordamos nos atendi� amablemente
y comenz� a explicarnos las revisiones que le hab�a realizado al veh�culo y nos
pidi� que esper�ramos a que terminaran de alistarlo, para salir a dar una vuelta
de prueba. Yo le ped� que nos alistara la factura, ya que hab�a que pagarla en
otro sitio y de pronto cerraban la atenci�n a clientes, por cuanto era s�bado.
As� lo hice y una vez me entreg� la factura, le dije a mi esposa que me esperara
mientras yo iba a pagarla y que si el carro sal�a de lavado antes de que
regresara, fuera a probarlo para verificar que todo estuviera funcionando bien.
Despu�s de todo el papeleo tradicional regres� como a la media hora y mi esposa
no estaba. Me informaron que hab�a salido con "pico" a probar el carro.
Como a los veinte minutos llegaron y mi esposa, quien ven�a
conduciendo, me inform� que todo funcionaba en forma correcta. Me pareci� que
era una buena atenci�n con el mec�nico ofrecerle una propina y adem�s invitarlo
a tomar un caf� o una cerveza en una tienda cercana al taller. El me agradeci�
la propina y me dijo que no pod�a dejar solo el taller, ya que faltaban algunos
carros por entregar, por lo cual sugiri� que le pidi�ramos al portero que nos
trajera unas cervezas para consumirlas en el taller. As� lo hicimos y comenzamos
a tomar con "pico" y los dem�s empleados del taller, como normalmente ocurre en
estos sitios los s�bados en la tarde. Los mec�nicos estaban encantados con la
charla y especialmente con mi esposa, ya que normalmente en estos sitios no
abundan las mujeres elegantes, por lo cual al poco rato enviaron por m�s cerveza
y as�, r�pidamente, nos fuimos "alegrando" todos. Ellos comenzaron a contar
chistes, que alternaban con las cervezas y pronto me di cuenta que mi esposa
estaba m�s euf�rica que de costumbre. Se re�a y molestaba a "pico" pregunt�ndole
el motivo de su apodo, �l se pon�a colorado y no le respond�a. Los dem�s
empleados del taller lo molestaban e impulsaban a que contara y se re�an, los
chistes comenzaron a subir de tono y de pronto uno de los muchachos inici� a
contar el chiste de un negro que ten�a un pene muy grande, a lo que todos
dijeron en coro "� como el de pico" y todos se rieron a carcajadas.
Al rato de ese incidente not� que mi esposa comenz� a
mostrarse bastante curiosa y permanentemente hac�a comentarios a los chistes y
le coqueteaba abiertamente a "pico". Se fue haciendo tarde y los dem�s empleados
del taller se comenzaron a ir, hasta que de pronto me di cuenta que no
qued�bamos sino el portero, "pico", mi esposa y yo, y lo que es peor, todav�a
quedaban muchas cervezas de las �ltimas que hab�an tra�do, por lo cual "pico"
nos dijo que no lo pod�amos dejar solo. Como la charla estaba amena continuamos
bebiendo y de pronto comenc� a sentirme un poco mareado, por lo que decid� no
tomar m�s, pero para no pasar de maleducado no dije nada y hac�a como si todav�a
estuviera tomando. Mi esposa en cambio segu�a tomando sin control, recuerden
c�mo se comporta ella con tragos, y coqueteaba descaradamente con "pico". En m�s
de una ocasi�n la escuch� preguntarle que cuanto le med�a el pene, que c�mo
hac�a con la esposa (�l le respondi� que no era casado), entonces le pregunt�
que si ten�a novia, a lo que �l le respondi� que no. Ella se ri� a carcajadas y
le dijo que claro, que quien lo iba a aguantar con su "pico". En ese momento
decid� para mis adentros probar a mi esposa. Sin que ellos notaran que no estaba
bebiendo, comenc� a dar la impresi�n de que estaba tomando muy r�pido, a hablar
enredado y a re�rme por todo. A los pocos momentos de estar en esas not� que
"pico" le pon�a una mano en las piernas a mi esposa, con el pretexto de cogerle
la mano para sacarla a bailar una canci�n de moda que estaba sonando en el radio
del taller. Ella no se dio ni cuenta de su avance y sali� a bailar.
Pronto comenzaron a bailar muy pegados y yo notaba que "pico"
le pasaba disimuladamente las manos a mi esposa por la cintura y las bajaba casi
hasta ponerlas sobre sus nalgas, mi esposa no dec�a nada y por el contrario le
hablaba al o�do y se re�a permanentemente. Decid� jug�rmela y entonces me hice
el dormido en la silla donde estaba sentado. Al verme as�, "pico" se peg� m�s a
mi esposa y comenz� a acariciarle las piernas y a colocarle descaradamente las
dos manos sobre el culo. Despu�s de unos minutos �l comenz� a besar el cuello de
mi esposa y al terminar una pieza de baile le dio un ligero beso en los labios.
Inicialmente mi esposa lo rechaz� y me volte� a mirar, al ver que yo estaba
dormido lo agarr� del cuello y comenz� a besarlo con gran pasi�n. Luego de un
largo minuto ella se acerc� a su o�do y le dijo algo que yo no alcanc� a
escuchar, pero en todo caso not� que se separaron y "pico" cogi� hacia el lado
del ba�o. Mientras tanto mi esposa se me acerc� y puso sus o�dos cerca de mi
boca, seguramente para comprobar si estaba dormido. Yo le regal� unos ronquidos
m�s o menos fuertes, para que ella cogiera confianza. Entonces not� que ella se
fue en la misma direcci�n de "pico".
Dej� que pasaran unos cinco minutos y entonces sigilosamente
me levant� y me fui a espiarlos. Pronto los encontr� a la sombra de una
camioneta, bes�ndose y acarici�ndose en forma desesperada. Yo me acomod�
agachado al lado de otro carro m�s bajito, con lo cual qued� en una posici�n
privilegiada, ya que pod�a observarlos y escucharlos perfectamente sin que ellos
me vieran, aunque por lo entretenidos que estaban creo que el que los viera o no
les importaba muy poco. Escuch� que ella le dec�a: b�same papito!!, hazme tuya!!
D�jame probarte!! Quiero conocer tu "pico"!!!!! Ahoraaaaaa, yaaa aaaaaHHHH�. El
respiraba con dificultad, por la gran excitaci�n que ten�a, la cual se notaba en
el tremendo bulto que ten�a en sus pantalones, pero no por la cerveza, ya que lo
notaba plenamente consciente, mucho m�s que mi esposa. En un momento se separ�
de ella y le dijo: ya vas a conocer por qu� me dicen "pico"!!!! Espera nom�s
mamita que yo te voy a hacer llegar al cielo!!!! Pero primero, d�jame conocer tu
chocha, que desde que te vi estoy que me muero de las ganas de v�rtela! Ella le
respondi�: pens� que no me lo ibas a pedir papito!!! Es tuya, pero ap�rate que
ya me he venido como tres veces y ya no aguanto maaas, quiero sentir tu "pico"
en lo m�s profundo de mi cuevaaaa ahhhhh!!!
El se separ� un poco y meti� las manos debajo del vestido de
mi esposa. Ella estaba vestida con una falda amarilla de pliegues, bastante
ancha y una blusa ligera de encaje. La falda era perfecta para lo que
seguramente pensaba hacer "pico", ya que pod�a meter su cabeza dentro de la
falda y hacer lo que quisiera con la chocha de mi esposa, pero para mi deleite
opt� por abrir la puerta delantera de la camioneta sobre la cual estaban
recostados y luego la alz� f�cilmente y la sent� en la amplia silla del lado del
conductor. Entonces s� comenz� a acariciarle las piernas y a subirle la falda
mientras mi esposa se recostaba en el espaldar de la silla. Pronto le subi� la
falda por completo, dejando a mi esposa solamente con unas braguitas tipo tanga.
Entonces, pude ver la cara de sorpresa y excitaci�n que puso "pico" al descubrir
la peluda chocha de mi esposa, que para nada pod�a ser cubierta por la min�scula
prenda. Aqu� debo comentar que en la aventura anterior no destaqu� este aspecto,
ya que mi esposa estaba en esa �poca depilada por el vestido de ba�o, pero
normalmente le pido que no se depile, ya que me encantan las mujeres velludas.
Desde ese momento "pico" perdi� el control y comenz� con manos temblorosas a
bajarle la tanga a mi esposa. Cuando lo logr� grit�: qu� belleza!! Qu� chocha
tan linda!!! Al ver que "pico" no dejaba de contemplarle la chocha sin hacer
nada, mi esposa le agarr� la cabeza y lo clav� de narices en su encharcada
selva. El con la lengua empez� a abrirse paso entre esa mara�a de pelos hasta
alcanzarle el cl�toris. Cuando le pas� la lengua por encima antes de comenzar a
chupar, mi esposa peg� un alarido y cerr� las piernas alrededor de la cabeza de
"pico", haci�ndole perder el aire. El empez� a chupar y a chupar, respirando con
dificultad, hasta que en menos de un minuto mi esposa le inund� la boca con una
abundante venida.
Entonces mi esposa le dijo: papito lindo, es tu turno, quiero
ver tu pico, yaaaa, r�pido que no resisto!!! Entonces cambiaron de sitio. Mi
esposa se baj� de la camioneta y "pico" se coloc� en su lugar. Ella le quit� la
camisa y comenz� a besarle las tetillas y todo el cuerpo, bajando en busca de su
verga. Con manos temblorosas le desabroch� el cintur�n y los pantalones y empez�
a jalarlos hacia abajo pero not� que se quedaban atascados en el enorme bulto
que era la verga de "pico". Viendo su desespero �l le ayud� a quitarse los
pantalones qued�ndose solo en pantaloncillos. Yo no logr� ver en ese momento la
verga de "pico", pero not� que mi esposa qued� paralizada y me imagin� que hab�a
visto algo que la hab�a impresionado mucho. Pronto comprob� el motivo de la cara
que puso mi esposa. Realmente era algo aterrador, era monstruoso!!!!
Absolutamente anormal!!!! Cuando ella le baj� los pantaloncillos, un enorme
bast�n de unos 25 cent�metros, grueso y con un cabez�n gigantesco, qued� a la
vista de mi esposa, rebotando para lado y lado, ya que por su peso no se pod�a
sostener completamente erguido!!! El le pregunt�: te gusta mamacita? Y eso que
le falta un poco de cari�o para levantarse por completo!!!!! Mi esposa comenz� a
sollozar, creo que de la emoci�n, el placer y un miedo espantoso que se apoder�
de ella cuando vio las medidas de la tremenda herramienta, ya que comenz� a
gemir, al tiempo que dec�a: muy hermoso, qu� vergonon�n!!!! Papito, te quedaste
sin verga!!! Pero ni creas que yo me voy a meter esa cosota!!!! La sola cabeza
es capaz de partirme la chocha!!! Ni loca te dejo que me toques!!!
El comenz� a rogarle y a acariciarle la cabeza, dici�ndole,
casi suplic�ndole y confes�ndose: no me hagas esto mamita!!! No me haga sufrir
m�s, no ves el estado en que me encuentro!! Vamos, no seas malita!!! Mira que
por mi "pico" no tengo mujer, ni novia y ni siquiera he logrado que me acepten
las putas!!! Mamita, llevo un a�o sin culear por culpa del tama�o de mi "pico",
la �ltima vez que lo hice fue casi a la fuerza, con una mujer tan fea que nadie
quer�a estar con ella. Por lo menos dame una mamadita que estoy aburrido de
venirme solo en la noche sin siquiera toc�rmelo, hace m�s de seis meses que nada
de nada!!! Vamos mamita!!! Mi esposa empez� a compadecerse al escuchar los
insistentes ruegos de "pico" y adem�s, creo que su excitaci�n iba en aumento al
contemplar el enorme aparato, que seguramente se hab�a vuelto como un reto para
ella. Entonces le dijo: est� bien, voy a tratar de hacerte una mamada, pero te
quedas quieto!!!! Nada de empujarme la verga o hac�rmelo a la fuerza, por que te
toca hacerte la paja solo!!! Comenz� a acariciarle las piernas y a subir
bes�ndoselas hasta que lleg� al enorme tronco de carne, lo agarr� con una mano,
que no alcanzaba a abarcarle ni la mitad, y empez� a darle un suave masaje, al
tiempo que con la otra mano le exprim�a con mucho cuidado los cojones, que como
correspond�a al tremendo aparato y por variar, tambi�n eran inmensos. Luego de
un largo minuto abri� su boca al m�ximo y logr� introducirse el cabez�n del
tremendo poste y comenz� a subir y a bajar por el tronco hasta donde alcanzaba,
empap�ndolo de saliva mezclada con los abundantes jugos que manaba la inmensa
verga en gruesos goterones.
Mientras mi esposa le mamaba el cabez�n, "pico" estaba quieto
posiblemente para que ella no fuera a cumplir su amenaza, pero al poco rato
comenz� a acariciarle los senos y agach�ndose logr� alcanzarle la chocha, que en
ese momento estaba goteando l�quidos, con los labios completamente inflamados y
el cl�toris en el m�ximo de su erecci�n, y comenz� a hacerle un masaje y a
meterle dos dedos, que sal�an totalmente empapados de l�quidos. Cuando los
inmensos cojones de "pico" comenzaron a revolverse, a encogerse y a estirarse,
me imagin� que iba a venirse en la boca de mi esposa, pero para mi sorpresa
logr� contenerse y separ� a mi esposa de su verga. Comenz� a besarla en la boca
y a acariciarla con desesperaci�n, dici�ndole que no quer�a venirse en su boca
sino en lo profundo de su chocha. La fue levantando poco a poco y mi esposa con
los ojos nublados por la pasi�n lo miraba y sollozaba, lo besaba intensamente,
meti�ndole la lengua y ensaliv�ndole el rostro por completo. Jam�s hab�a visto a
mi esposa en ese estado de excitaci�n, era f�cil adivinar que en ese estado no
se iba a quedar con las ganas de meterse la verga de "pico", o por lo menos
intentarlo. Pero antes de comenzar el intento le dijo a "pico": quietico, yo me
hago arriba y me la voy metiendo!!! Si te mueves me bajo!!!!
El le respondi� que tranquila, que con lo que hab�a hecho ya
era mucho para �l, que si lograba meterse al menos el cabez�n tratar�a de
venirse ah�, sin meterle nada m�s para no lastimarla. Estas palabras le
sirvieron de pique a mi esposa, aparte de que "pico" repet�a una y otra vez que
se iba a morir del dolor en los cojones, que ten�a que venirse o le iban a
explotar. Entonces mi esposa puso el tenso miembro de "pico", a la entrada de su
peluda y empapada raja y lentamente, arrodill�ndose con suavidad, se fue
introduciendo el cabez�n, que iba dilatando al m�ximo su vagina. Cuando logr�
meterse la punta de la enorme verga los dos lanzaron un gemido intenso y �l
incluso solt� un peque�o grito. Ella se qued� quieta, esperando que su vagina se
acoplara al enorme cabez�n, sin meterse ni un cent�metro m�s, dejando que sus
jugos lo ba�aran por completo para facilitar lo que ven�a. Despu�s de un largo
minuto, ella tom� aire, puso sus manos sobre los hombros de "pico" y,
flexionando las caderas con suavidad, empez� a meter un poco m�s de la tremenda
verga dentro de su chocha.
El solo alcanzaba a abrir los ojos de vez en cuando para ver
c�mo unos veinte cent�metros de su gigantesco miembro se colaban en la h�meda
chocha de mi esposa y sal�an completamente embarrados de una crema espesa y
pegajosa que escurr�a por todo el tronco y ya llegaba incluso hasta los inmensos
cojones de "pico". Mi esposa y "pico" manaban l�quidos como un verdadero
manantial, por lo que me prepar� para presenciar una venida que se adivinaba iba
a ser descomunal. Yo observaba aterrado como mi esposa hab�a logrado meterse
casi todo el tremendo tronco de "pico", que para ese momento estaba
completamente hinchado, surcado de unas venas inmensas que atravesaban todo el
tronco, que estaba casi morado de la tremenda calentura que deb�a tener.
El ritmo se fue acelerando poco a poco. En la desesperaci�n
del tremendo polvo que se estaba echando, mi esposa se olvid� de su amenaza y de
sus temores y cabalgaba violentamente sobre "pico". Yo observaba c�mo el cabez�n
casi sal�a por completo de su chocha y de repente volv�a a entrar hasta el
fondo. La madeja de pelos de la chocha de mi esposa estaba completamente
empapada y los jugos le corr�an libremente por la ingle y los muslos. Observaba
admirado que a pesar de su tremenda excitaci�n el "pico" lograra aguantar su
venida, pues ya llevaban un buen tiempo desde que ella se meti� su verga. La
endemoniada cabalgata no tard� en darle un nuevo orgasmo a mi esposa, tras el
cual ella comenz� a pedirle que se viniera ya, que aprovechara y le llenara la
cueva de leche. Al o�r sus palabras el "pico" grit� que se iba a venir, que se
preparara. Le clav� una estocada final hasta el fondo de su vagina y en ese
momento yo pude ver c�mo se comprim�an sus cojones en el culo de mi esposa y
c�mo se hinchaba su largo aparato de la base a la cabeza, al arrojar el primer
chorro, el cual inund� completamente la vagina de mi esposa. Pero ese era solo
el primero� Sus huevos segu�an revolvi�ndose y su verga soltaba y soltaba
potentes chorros de leche, uno tras otro.
Pronto comenc� a notar como sal�a y sal�a semen y no pod�a
creerlo. Seguramente la prolongada abstinencia que dec�a tener y su juventud
hicieron demasiado abundante la venida del "pico", por lo cual el semen chocaba
contra las paredes de la vagina de mi esposa rebos�ndola por completo, sal�a a
borbotones de su chocha, le mojaba los muslos y escurriendo por el tronco de la
verga terminaba deposit�ndose en el asiento de la camioneta que les serv�a de
cama. Por fin en medio de temblores y gritos observ� c�mo el "pico" depositaba
en lo m�s profundo de la cueva de mi esposa los �ltimos chorros que sal�an de su
verga. Se quedaron abrazados unos minutos hasta que la verga se desinfl� por
completo y los cojones volvieron a colgarle al "pico" completamente fl�cidos.
Permanecieron callados durante un rato, durante el cual yo ve�a c�mo brotaban y
brotaban jugos de lo m�s profundo de la vagina de mi esposa.
Cuando vi que ellos comenzaron a levantarse yo me fui para mi
asiento y segu� haci�ndome el dormido. Al poco rato ellos llegaron y o� que �l
dijo: "este cornudo sigue fundido". Entonces abraz� a mi esposa y le dio un beso
apasionado, que ella respondi� sin muchas ganas y luego comenzaron a llamarme.
Yo abr� mis ojos y les dije que qu� pena por haberlos dejado solos. Ellos me
dijeron: no te preocupes, lo pasamos muy bien conociendo todo el taller. Ya lo
creo, les dije, y tambi�n el "pico", pens� para mis adentros. Entonces salimos y
acercamos a "pico" hasta un lugar donde pudiera tomar un taxi. Mi esposa debi�
haber quedado tan cansada que durmi� todo el trayecto hasta la casa. Cuando
llegamos casi no pod�a caminar y me dijo que estaba muy agotada y le dol�a todo
el cuerpo. Como no era el momento para reproches no dije nada. Al fin y al cabo
yo hab�a permitido, e incluso propiciado, que pasara todo lo que ocurri�. Sin
embargo, decid� que deb�a separarme de mi esposa, ya que despu�s de lo que ha
ocurrido en las dos ocasiones que les he narrado y qui�n sabe en cu�ntas m�s que
desconozco, perd� totalmente la confianza en ella. Raz�n ten�an los lectores que
me enviaron sus comentarios y me advirtieron que eso iba a pasar. Para tener m�s
elementos de juicio antes de tomar la decisi�n definitiva (no olviden lo de
"indeciso"), me gustar�a recibir comentarios de alguna lectora, ya que en no los
recib� en relaci�n con el relato anterior. En todo caso muchas gracias por sus
comentarios y por su paciencia para leer la descripci�n de las experiencias que
he vivido con mi esposa.
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Relato: La segunda aventura de mi esposa
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