Relato: RECIEN CASADA INFIEL 2 Era el d�a de mi cumplea�os y mi esposo, como siempre parti� a su trabajo casi de madrugada, cuando estaba desayunando a eso de las 9 de la ma�ana, me llam� por tel�fono para decirme que me pusiera bonita que ir�amos a almorzar al mejor restaurante de la ciudad para festejar mi nuevo aniversario.
Feliz por la noticia, llam� a mi peluquero para avisarle si pod�a atenderme urgente, como soy una muy buena clienta, me dijo que me atender�a apenas llegara.
R�pidamente me puse un vestido corto, y unas altas sandalias, y sal� para la peluquer�a.
Pas� por la oficina de don Cosme, y v� luz, no pude parar la tentaci�n de entrar y dejarme toquetear un poco, me acariciaba de una forma incre�ble.
Abr� la puerta sin llamar, y ah� estaba don Cosme, sentado en su escritorio, leyendo el diario.
Al verme en su cara de viejo depravado se dibuj� una enorme sonrisa�
-Buen d�a putita, �vienes en busca de polla?
Se levant� y sin decir palabra, me arranc� el vestido, dej�ndome solo en bragas, ya que no llevaba sosten.
-Siempre con las tetas al aire, si ser�s puta Valeria. Y comenz� a succionar mis pezones, que al solo contacto de su lengua se pusieron en puntas.
Como hac�a siempre, pas� el cerrador a la puerta, me tom� en sus brazos y me recost� con las bragas puestas en el escritorio, acomod� su enorme cuerpo entre mis piernas que colgaban del escritorio, y me quit� las bragas, las tir� hacia un costado, abri� mis piernas y con su larga lengua comenz� a mamar mi co�o, metiendo y sacando su lengua, con la punta de sus labios aprision� mi mancillado cl�toris, lo apret� y lo bes� incansablemente.
-Ahhhh, ahhhhh, ahhh, qu� rico lo que me haces cabr�n, contin�a as�, no pares por favor.
Con mis manos le tomaba la cabeza y lo empujaba hacia adentro.
Con su lengua no dejaba de aporrear mi cl�toris gordo e hinchado, hasta que logr� que me fuera dentro de su boca.
Mi orgasmo fue tan intenso y tan h�medo que sus blancos bigotes quedaron empapados de mis jugos, no conforme con lo que hab�a logrado, subi� con su lengua y me chup� los pezones, bordeaba mis botones y los mord�a suavemente, mientras me met�a un dedo en la vagina y otro en el ano, no daba m�s de placer y de lujuria, mis caderas oscilaban hacia arriba y hacia abajo en un ritmo feroz plagado de placer, tuve un nuevo orgasmo.
Se puso a un costado del escritorio, gir� mi cabeza y me pidi� que se la chupara, obediente como una esclava, abr� mi boca y recib� su alzada polla en mi boca, la atraje hacia lo m�s profundo, la cabeza de su verga llegaba hasta mi garganta, lentamente la sacaba y le pasaba mi lengua por toda la cabeza h�meda, la volv�a a llevar hasta mi garganta, y la sacaba, y la entraba�
Su vientre abultado me molestaba, as� que me baj� del escritorio y me puse de rodillas, en esa posici�n pod�a tragarla entera, y pod�a besarle los test�culos que me pon�a de a uno en la boca, tambi�n me gustaba chuparle sus abundantes y rizados vellos p�bicos, y el ano, el viejo se volv�a loco y me dec�a palabras soeces, como que nunca hab�a tenido una puta que se la chupara as�.
Y yo le preguntaba, si la vieja gorda de tu esposa, te chupa as�?
-No mamita, nadie la chupa como t� zorra asquerosamente puta, eres una puta terrible, como a mi me gustan�
Las palabras groseras que me dec�a me excitaban cada vez m�s y me hac�an dejarlo hacer lo que quisiera con mi cuerpo disoluto.
Me puso en cuatro patitas sobre el sill�n, quedando mi culo a su disposici�n, me abri� las nalgas y meti� su cabeza, y su lengua perversa comenz� a recorrerme desde el cl�toris, hasta el ano, iba y ven�a, babose�ndome todo el trayecto, me lo fue dilatando con sus dedos gordos y su saliva, ensart� apenas su cabeza, dentro de mi ano, me tom� de las caderas y fue entrando lentamente, hasta llegar al fondo, se qued� quieto, se reclin� sobre mi espalda, sac� su lengua, empez� a lamer mis hombros, acerc� su boca a mis o�dos, mientras con voz susurrante me preguntaba:
-A ver perra inmunda, dime, el cornudo infeliz de tu marido, te culea como yo?
-No, nunca me la dio por atr�s.
-Este hermoso trasero me lo como yo solito?
-Si, (ment� descaradamente) vamos cabr�n, c�metelo, vamos dame esa verga hermosa, d�mela por todas partes...
Empez� a moverse, le enterr� todita dentro mi culito quedando los dos abrochados como perros, su pene salvaje, entraba y sal�a con una precisi�n absoluta, volv�a a entrar y salir, mientras sus monumentales brazos se prend�an de mis caderas, y me daba polla si parar, luego pas� sus manos hacia adelante y mientras me apaleaba el trasero con su enorme polla, me magreaba los pechos con una mano y con la otra frotaba mi cl�toris, produci�ndome un triple placer.
-Ahhh, ahhh, ahhh asi, aasiiii, ahhhh, y tuve otra corrida. Sent� un chorro caliente dentro de mi ano, el semen de don Cosme, qued� guardado por unos segundos, cuando me puse de pie, para ponerme el vestido, comenz� a deslizarse por mis piernas.
Empin� mis piernas y le di un beso r�pido, me puse el vestido y sal� r�pidamente, olvidando mis bragas en su escritorio, estaba con el tiempo justo, pues se me hac�a tarde para ir a la peluquer�a.
Sal� a la calle en busca de un taxi, mis piernas estaban temblorosas y goteadas de semen despu�s del bailoteo que hab�a recibido de don Cosme.
Era una terrible puta, lo reconozco, y estas situaciones morbosas me ten�an excitada todo el d�a, y era capaz de hacer cualquier locura sexualmente hablando.
Queridos lectores, �qu� buena manera de empezar el d�a! �Mucho m� si es tu cumplea�os!
Aunque era un vejete para mi, me daba lo que tanto me gustaba y no ten�a porque no aprovechar sus manoseos y lamidas, me gustaba como me follaba el vejestorio, porque al saberse un hombre mayor, pon�a todo su mejor empe�o para hacerme alucinar, el hombre en cuesti�n sab�a que nunca m�s en su vida tendr�a en sus manos una joven mujer como yo, se consideraba un afortunado, por eso me llenaba de placer y me hac�a correr con su lengua varias veces seguidas, y luego me daba con su herramienta para nada despreciable.
Tom� un taxi, y le di la direcci�n de la peluquer�a, a�n excitada, el chofer del taxi me miraba por el espejo retrovisor, a mi me gustaba provocar a los hombres, ya lo he dicho muchas veces, disimuladamente abr� mis piernas y lo dej� ver poco, a poco, m�s all� de lo permitido, sab�a que mis bragas hab�an quedado en la oficina de don Cosme.
El chofer no hac�a m�s que mirar mi rajita, yo lo hac�a voluntariamente, no hab�a nada que me gustara m�s que provocar y levantar pollas.
Tom� el m�vil, llam� a don Cosme y le dije que me hab�a olvidado algo en su oficina.
-Ya lo se, putita, aqu� las tengo, es mi trofeo y no te las devolver� nunca.
-Ok, solo quer�a avisarte para que no tengamos problemas con nadie.
-Te espero y a la vuelta te doy m�s, te doy todo y cuanto quieras, putita hermosa.
Mientras el taxi andaba por las calles de la ciudad, el chofer no dejaba de mirarme por el espejo retrovisor.
-�Tiene prisa por llegar, se�orita?
-Soy se�ora�, y si, tengo mucha prisa.
-�Qu� suerte tiene su esposo, por tener al lado una mujer tan exquisita! Lo que dar�a yo por una hembra as�
-Muchas gracias, se�or.
-Aunque usted, tiene una cara de p�cara, �cierto que lo es?
-Pues�, soy un poco ladina, si.
-�Qu� me dir�a usted si la invito a almorzar?
-Le dir�a que no, mi esposo me llevar� a almorzar, hoy.
-�C�mo envidio a su esposo!.
Llegamos a destino, pagu� el viaje, cuando tomaba el dinero, me acarici� las manos, mientras me dec�a:
-Pronto nos volveremos a ver, no la dejar� escapar facilmente.
Cuando descend� del taxi, ni me molest� por bajar mi falda, dejando a su vista buena parte de mi trasero desnudo.
As� era yo, una libertina y provocadora total.
En la peluquer�a me lavaron y secaron mi largo cabello, lo dejaron brillante y perfumado, el peluquero me hizo un peinado lacio, el cabello negro y sedoso estirado de esa forma pasaba mi cintura.
Cuando sal� de la peluquer�a el taxista, estaba estacionado en la puerta del peluquero, se hab�a quedado a esperarme, al verme salir, se acerc� y me pregunt� si quer�a que me llevara de vuelta a la casa, le dije que si.
Me sent� nuevamente frente al espejo y cruc� mis piernas, luego las descruc� y lo dej� que viera nuevamente mi rajita totalmente rasurada.
-Se�ora, est� usted muy bonita, su cabello luce maravilloso, insisto en invitarla a almorzar. S� que hoy no puede, pero otro d�a ser� un placer invitarla.
No respond� nada, iba mirando las calles, la gente, por la ventanilla del taxi.
Al llegar, cuando fui a pagar el viaje, no quiso cobrarme, extendi� un papel con su n�mero de m�vil.
-Ll�meme, cuando se sienta solita y tenga deseos de que alguien le de calor.
Agradec� su gentileza, y tom� el papel que guard� en mi cartera.
Descend� y de nuevo le mostr� mi trasero desnudo.
Tom� el ascensor y me dirig� al apartamento, para alistarme a salir a almorzar con mi marido.
Cuando entr� en sala lo encuentro a mi esposo.
-Valeria, te pido disculpas, pero no hay almuerzo, necesito urgente que me prepares la maleta, salgo de viaje en una hora debo estar en el aeropuerto.
-�C�mo que te vas de viaje? Es mi cumplea�os y hab�amos quedado que me llevar�as a almorzar.
-Lo se querida, pero hubo problemas graves en una de las empresas y debo ir ya.
-�Te importa m�s una empresa que tu esposa?
-No mi amor, pero t� sabes como son estas cosas, es mi trabajo, no puedo negarme, soy el gerente y� bueno ya sabes, te prometo que a mi regreso, te llevo al mejor lugar de la ciudad.
-Mi cumplea�os es hoy y quiero ir hoy.
Estaba furiosa con �l, con la empresa y con todo lo que concern�a a su trabajo.
-Lo siento Valeria, debo ir si, o si, esto es lo que nos permite vivir bien, darnos los gustos, que t� compres y gastes lo que quieras, �cuesta tanto entenderlo?
No le respond�, fui al dormitorio y tom� la maleta y le tir� un par de camisas, pantalones y corbatas, todo en el m�s absoluto silencio, mientras maquinaba mi venganza hacia mi marido.
Pensaba que era un est�pido, un imb�cil y que los cuernos que yo le pon�a los ten�a bien merecidos, por no tenerme en cuenta, por dejarme sola el d�a de mi cumplea�os, esta me las pagar�s C�sar, este desprecio me lo pagar�s, ya ver�s�
En silencio le d� la maleta ya lista, se acerc� a darme un beso, y le d� vuelta la cara.
-No quiero tu beso�vete de aqu�, ya pasar� sola mi cumplea�os, quiz�s el pr�ximo a�o, o el otro recuerdes que tienes una esposa.
Di media vuelta y me fui a la sala, sent� el golpe de la puerta que se cerraba muy fuerte, por la ventana, v� c�mo C�sar se sub�a al auto y de iba, ni siquiera sab�a a que lugar, ni por cuanto tiempo, no me iba a llamar, porque �l sab�a que cuando me enojaba, no le contestaba el tel�fono.
Llena de ira, decid� darme un ba�o pues las gotas de semen de don Cosme hab�an quedado pegadas en mi piel.
Sal� del ba�o, a�n furiosa con C�sar, tom� el papel con el n�mero telef�nico del taxista, y lo llam�. Mi venganza estaba por empezar�
Cuando me d� a conocer, me dijo:
-Por Dios y la virgencita de Guadalupe, que no esperaba tu llamado tan r�pido.
-Es que se suspendi� el almuerzo, y como no me gusta almorzar solita� (mi voz de v�ctima era de la mejor actriz), mi esposo se fue de viaje, me abandon� el d�a de mi cumplea�os.
-Mi amorcito, qu� bueno que te haya abandonado, yo te har� compa��a.
Qued� en pasar a buscarme por la puerta del edificio en media hora.
R�pidamente me fui a vestir.
Como ropa interior me puse un conjunto negro de lycra, el soutien apenas tapaba mis pezones, las bragas eran diminutas, era un hilo dental que met�a entre mis nalgas. Eleg� un vestidito muy corto de fondo negro con lunares blancos, era sin espalda, dos finas tiras se anudaban en el cuello, calc� altos zapatos blancos, con tac�n aguja, lo que me hac�a m�s alta y esbelta, el cabello lo dej� suelto.
A la hora exacta estaba el taxista esper�ndome en la puerta del edificio, para disimular ante los vecinos, me sent� atr�s como una pasajera m�s, nadie sospechar�a que ese hombre y yo nos ir�amos a almorzar juntos.
Cuando nos alejamos un poco del barrio, el taxista estacion� y me pidi� que me pasara a la parte de adelante, quer�a tenerme cerca.
Me sent� a su lado, cada tanto corr�a su mano y me acariciaba las piernas, su piel era suave y morena.
-�Cu�ntos a�os cumples?
-23
-Eres muy joven y muy bella para que un marido te abandone, el d�a de tu cumplea�os, pero aqu� est� Albertito, para lo que necesites. Dispuesto a todo, lo que quieras, lo que necesites.
-Gracias
Eligi� un restaurante cerca del mar, mientras almorz�bamos, me cont� su vida, que se llamaba Alberto, que ten�a 40 a�os, tres hijos, que era divorciado desde hac�a dos a�os, y que viv�a con un primo, tambi�n divorciado, en una casita muy cerca del mar y compart�an los gastos.
Luego de almorzar, me dijo que le encantar�a llevarme a un lugar tranquilo, como su casita, que pod�amos tomar unos ricos tragos, escuchar buena m�sica, y, desde la ventana, ver el mar. Acept� y partimos hacia all�.
Antes de subir al taxi, me tom� de los hombros y me dio un beso en plena boca, nos abrazamos muy fuerte y le ped� que no se olvidara que yo era una mujer casada y que alguien pod�a verme, que fuera discreto.
R�pidamente llegamos a la casita, que por cierto era muy acogedora, cerr� la puerta y ah� me tom� en sus brazos, nos dimos muchos largos besos de lengua, ten�a una calidez especial sus besos, que me gustaron mucho.
Puso en la sala una luz tenue, me sirvi� un tequila con hielo y lim�n, con un toque de az�car, la bebida sab�a maravillosa, tom� varios sorbos, el alcohol me pon�a m�s caliente de lo que soy, sent� que el l�quido me estimulaba y me desinhib�a. Puso una m�sica lenta y suave, me tom� en sus brazos y me invit� a bailar.
Cruc� mis brazos por sus hombros, en mis manos ten�a la copa con la bebida, que cada tanto sorb�a, �l me abraz� muy fuerte, con el contacto not� que su bulto crec�a cada vez m�s.
Mientras bail�bamos, Alberto corri� mi cabello hacia un costado, y empez� a acariciar mi espalda, fue subiendo sus manos y desanud� las tiras de mi vestido que estaban anudadas en mi cuello, fue bajando mi peque�o vestido hasta la cintura, luego desabroch� mi corpi�o, lo tir� sobre el sill�n, mis senos se esparcieron ante sus ojos brillantes de deseo.
Los tom� con sus manos, y los llev� a su boca, los besaba con deleite, primero uno, luego otro, mis pezones se pusieron en punta y duros, y Alberto los mord�a, y los sobaba, con ambas manos me baj� el vestido que qued� tirado en el piso.
Con su lengua fue bajando, bajando, hasta llegar a mis redondas caderas, las bes�, me pidi� que me sentara en el sill�n.
Mientras me sentaba, tom� otro trago de tequila, me sent� con las piernas abiertas, en ese momento Alberto se sac� toda su ropa, se par� ante mi, y me ofreci� su pene duro y grueso, abr� mis labios y comenc� a besarle la polla por afuera, le pasaba la lengua por toda la superficie, mi lengua borde� todo su glande, luego la met� toda en mi boca, se la chup� mucho tiempo, �l la sac� de mi boca, se puso de rodillas en el piso, me tom� de las caderas, me llev� hacia delante, de manera que mi vagina quedaba en el aire, abri� su boca y se meti� toda mi rajita dentro de su boca.
Su lengua busc� mi cl�toris, con la punta lo lam�a, lo atrapaba con sus labios y lo mord�a, y luego lo estimulaba con leng�etazos certeros, hasta que tuve mi primer corrida, inund� su boca con mis jugos salados.
Se sent� en el sill�n, tom� su pene erecto y garboso y me lo ofreci�, fui introduciendo su pene lentamente, me fui sentando de a poco, d�ndole la espalda, de esa manera, sus brazos quedaron libres, y sus dedos rozaban mis pezones, comenc� a balancearme sobre su polla, ahora yo me lo cog�a a Alberto, su sable crec�a cada vez m�s dentro m�o, hasta que descarg� todo su semen dentro de mi vagina.
Despu�s de descansar un rato, se levant� y volvi� a prepararme otro trago y me lo alcanz�.
-No soy de beber mucho, y me puedo poner un poco borrachita.
-Es tu cumplea�os, -me dec�a mientras se serv�a otro trago- y qu� problema hay, est�s sola, sin el marido cerca, puedes quedarte aqu� hasta que quieras, yo te cuidar�.
Se sent� a mi lado, y nos empezamos a besar y a acariciar, mientras beb�amos y nos re�amos de todo.
Est�bamos los dos desnudos, bebiendo felices en su sill�n, yo ya me sent�a un poco mareada.
-Yo te har� pasar la borrachera.
Me tom� nuevamente en sus brazos y nos fundimos en un abrazo, nos est�bamos besando y toqueteando cuando se abri� la puerta y entr� un hombre de cercano a la edad de Alberto. Era el primo que viv�a con �l.
Asustada cruc� mis brazos para taparme los senos; pues estaba completamente desnuda.
-Tranquila Valeria, es mi primo, es de confianza.
-Te presento a Valeria, una amiga, Valeria este es Daniel, mi primo.
-Encantado de conocerla. - Daniel se acerc� y extendi� su mano.
-Un gusto. �Extend� mi mano y al estrecharla qued� con todos los senos al aire.
-Vamos Daniel, s�rvete un trago, y, otro a Valeria que ya termin� el suyo.
Daniel prepar� nuevos tragos, se arrim� a mi y me dio el vaso lleno, tom� un trago largo, ya no sent�a m�s miedo.
-Voy a ponerme c�modo como ustedes. �Y sin ning�n recato se desnud� frente a mi.
Ten�a un cuerpo de deportista, un cuerpo casi perfecto, con m�sculos bien marcados y un tatuaje en cada brazo.
Era muy velludo, ten�a vellos en los brazos, piernas, torax, el vello p�bico era abundante y muy rizado, su pene estaba apenas alzado y casi no se ve�a ante tanta mara�a de pelos.
No se si fue el alcohol, o que yo era demasiado puta, pero me imagin� chuparle los pelitos uno por uno, sentir esos pelos restregados sobre mi suave piel, ya se me estaba empezando a calentar el cerebro, sent� deseos de que ese hombre me poseyera.
Cuando termin� de desnudarse, tom� su trago y se sent� a mi lado, yo qued� entre los dos hombres�
Como una gata en celo, me arrebuj� en el cuerpo de Alberto, que me tom� en sus brazos, y nos empezamos a besar desmedidamente ante la vista de Daniel, sus ojos estaban radiantes, Alberto y yo segu�amos bes�ndonos, tom� mi cabeza y la inclin� hacia su polla ya erecta como una roca.
Me puse de rodillas entre sus piernas, y comenc� a succionarle la polla, a Alberto, pero mis ojos miraban a Daniel, que hab�a empezado a empalmarse y mucho.
Daniel tom� su verga tiesa entre sus manos y comenz� a acariciarse, mientras nuestras miradas de fuego se cruzaban.
Retir� la polla de Alberto de mi boca, y me puse de rodillas entre los dos, extend� mi mano y acarici� el terrible aparato de Daniel, �l suavemente tom� mi cabeza y me la fue llevando hacia su polla.
Sin ning�n recato tom� la ansiada verga suculenta de Daniel y la llev� a mi boca abierta al m�ximo, me la deglut� como al mejor de los platos, me la tragu� toda, mientras con mi mano libre, acariciaba la de Alberto.
Estuve largo rato mamando las dos pollas intermitentemente, alternaba con una y otra, las iba cambiando primero una, luego otra.
�Qu� delicia, mi Dios! Era una boca que recib�a dos terribles vergas para tragarme y chuparlas a mi antojo.
Los dos hombres gem�an del placer que les estaba dando a ambos, en el mismo instante.
Juraban ambos que me iban a follar y me iban a partir en dos, que no parar�an de cogerme por todas partes y que me llenar�an de leche todos mis agujeros, por puta�por zorra� por infiel�y por calenturienta.
Entre los dos me tumbaron en el piso.
Abr� mis piernas lo que m�s pude.
Daniel, empez� a mamarme desde los pies a las caderas y Alberto se encarg� de lamerme de las caderas hacia arriba, no dejaron una sola zona de mi cuerpo de lamer y relamer.
Yo hab�a llegado a tal grado de excitaci�n que mi cuerpo se mov�a en forma sinuosa y ondulante, no paraba de correrme y pedir m�s y m�s.
Daniel, me puso en cuatro patitas, y comenz� a lamer mi ano, y a meterme sus dedos bien adentro, mientras yo le mamaba la polla a Alberto.
Daniel me dijo:
-Prep�rate perra que ya te enculo, puta�re puta, infame, pobre tu marido con una zorra semejante, que no le alcanzan las vergas para calmarla, puta� puta y recontra puta!!!
Quer�an darme los dos a la vez, uno por adelante y otro por atr�s.
Nos acomodamos de la forma m�s precisa para que pudiera recibir ambas pollas.
Daniel me daba sin tregua por atr�s, y Daniel por adelante, luego cambiamos de posici�n y Alberto me penetr� por atr�s y Daniel por adelante.
Fue tan grande el placer que me hicieron sentir entre los dos, que yo no paraba de tener orgasmos y corridas sin parar.
Ca�mos los tres exhaustos en el piso, y dormimos un rato abrazados los tres.
Cuando mir� el reloj, ya eran las 10 pm, decid� ir a darme un ba�o pues estaba llena de semen pegajoso por todo el cuerpo.
Me met� en la ducha y entre los dos me frotaron con una esponja todo el cuerpo, mientras me segu�an manoseando por todas partes.
Fuimos de regreso a mi casa en el taxi, Alberto conduc�a y yo atr�s con Daniel.
Durante el viaje me d� el gusto de chuparle la polla, me tragu� toda su leche, mientras �l con sus dedos me hizo correr dos veces.
Le chup� la polla, el ano y todos sus pelos quedaron empapados de mi saliva. Era lo que me volv�a loca, sus pelos, todos en mi boquita folladora.
Al abrir la puerta de mi apartamento, encontr� una nota de don Cosme, d�nde me dec�a que ten�a un ramo de flores que hab�a enviado mi esposo por el cumplea�os, que me esperaba por la ma�ana en su oficina, para darme el ramo de flores y lo que necesitara.
Dej� la nota sobre la mesa y me acost� en mi cama matrimonial, me dol�a todo�, las mand�bulas de tanto chupar pollas, los pezones me ard�an de tantas chupadas que hab�a recibido en el d�a, el trasero lleno de leche. Ca� en la cama extenuada, pero con los dulce dolores que da el placer de ser bien follada.
no busco sexo, cualquier comentario a
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Relato: RECIEN CASADA INFIEL 2
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