Eran eso de las ocho de la tarde y pensaba que estaba solo en
la oficina, me hab�a quedado hasta tarde para terminar alguna "cosita" que ten�a
pendiente.
Me levant� de la mesa para ir a beber un poco de agua y al
salir del despacho escuch� ruidos extra�os que parec�an venir del fondo del
pasillo. Con mucho sigilo me acerqu� hasta la puerta de donde parec�an venir y
al asomarme por el filo entre abierto vi a Clara y Sonia que estaban charlando.
Algo intrigado me qued� un rato mirando y pronto comprend�
que su charla no era de trabajo, Sonia de acerco a Clara y beso sus labios con
toda la pasi�n de su cuerpo, Sonia respondi� al beso mientras una de sus manos
se iba deslizando por la espalda de Clara muy lentamente, pronto llego al l�mite
de su falda que fue levantando poco a poco hasta dejar al descubierto su lindo
trasero apenas tapado por un precioso tanga blanco. Comenz� a acariciar el
trasero con mucha suavidad, pasando sus manos por las nalgas, lentas pero con
gran destreza.
Sonia, con la falda en la cintura, retir� los labios de la
boca de Clara y fij� su mirada en los pechos, desde la puerta pod�a ver la
excitaci�n en sus pezones erectos intentado romper la ropa que los separaba del
exterior. Sonia retir� el jersey que llevaba Clara y sus pechos quedaron tapados
por un sujetador trasparente, los pezones totalmente erectos colonizaban sus dos
bellas colinas. Sonia se reclin� sobre Clara y comenz� a saborear sus tetas
mientras que Clara volvi� a su lindo culo, aunque esta vez sus caricias se
centraron en su raja, retir� el tanga con una mano y con un dedo de la otra
recorr�a el centro de culo haciendo ligeras paradas para masajear su ano.
Volvieron a separar sus cuerpos para desprenderse de la ropa
y ambas quedaron en ropa interior. Clara tomo a Sonia y la hizo tumbarse boca a
bajo sobre la mesa, separo sus piernas y meti� su cara en el culo de Sonia que
pod�a evitar lanzar gemidos de placer, retir� su tanga y la lengua se dirigi�
directa a su rajita, los gemidos subieron de tono hasta terminar en un grito de
placer. Sonia se levant� de la mesa para dirigirse a Sonia pero su mirada se
centr� en la puerta, me acababa de pillar. No sab�a que hacer, por un lado
quer�a correr pero sab�a que no servir�a de nada por que me hab�a reconocido,
as� que decid� quedarme y "dar la cara".
Con la vagina totalmente mojada de flujos se acerco hacia la
puerta y la abri�, yo estaba helado sin saber que hacer, aunque el fr�o dur�
bien poco; al llegar a mi Sonia dirigi� su mano a mi entrepierna totalmente
erecta y me susurr� al o�do, �quieres jugar con nosotras?. Mir� a Clara y me
devolvi� una mirada de complicidad, una sonrisa de deseo y un gesto con la mano
invit�ndome a pasar.
Ambas se encargaron de despojarme de la ropa hasta dejarme
totalmente desnudo, Sonia me tomo por la espalda mientras desplazaba h�bilmente
su lengua por mi cuello y espalda; entre tanto Clara hab�a tomado el interior de
mis muslos con su boca, deslizando su lengua por ellos hasta llegar a las ingles
y centrarse en mis huevos. Los lam�a, los mord�a, se los met�a en la boca y los
chupaba como si fueran caramelos, mi placer iba en aumento. Pronto Sonia lleg�
con su lengua a mi culo y la hundi� en mi ano haci�ndome gemir de placer, Clara
tomo mi pene y lo introdujo dentro de su boca, la sensaci�n de ambas lenguas me
estaba colmando de placer, mi pene entraba y sal�a de la boca de una que, de vez
en cuando paraba para jugar con su lengua entre mi glande, mi ano estaba
invadido por otra lengua que hacia lo imposible para poder introducirse dentro
de �l. Por fin Sonia me penetr� con su dedo, lo dej� s�lo un poco dentro y
comenz� a moverlo con gran habilidad mientras su lengua se perdi� por mi
escroto.
Que gozada sentir ambas lenguas lami�ndome y el dedo jugando
en mi culo. Sonia opt� por recuperar su dedo y ponerse al lado de Clara que no
dejaba de saborear mi polla, pero forzada por Sonia la tuvo que compartir, no
pod�a resistir de placer, ambas lenguas recorr�an la punta al cual mejor, pero
cuando cre� que iba a correrme ambas pararon.
Clara se tumb� boca arriba en el borde de la mesa dejando sus
piernas colgando, mi mir� y comprend� lo que quer�a, me acerqu� y cuando mi pene
rozaba su vagina dispuesto a entrar hasta dentro de la cueva Sonia nos orden�
parar, se tumb� encima de la mesa y puso su rajita en la boca de Clara y su
lengua se apoder� del co�ito que iba a poseer. No quer�a quedarme fuera de juego
as� que acerqu� mi pene al co�o de Clara.
Mientras que vi polla se desplazaba por ese magn�fico co�o,
la lengua de Sonia se debat�a entre lamer mi pene o la vagina, los tres
est�bamos muy excitados. Sonia tom� mi pene en su mano y lo apunto al agujero de
Clara, por instinto comenc� a bombear, ha hacer que mi pene entrara y saliera de
la vagina cada vez m�s h�meda. Yo gem�a de placer, Sonia estaba apunto de
correrse por que Clara le estaba comiendo el co�o y Clara se retorc�a con mis
abatidas. De vez en cuando Sonia volv�a a tomar mi pene y lo sacaba de la
vagina, se lo introduc�a en la boca, lo saboreaba con placer y se lo introduc�a
hasta que no pod�a m�s, lo volv�a a meter en la vagina y otra vez lo saboreaba,
parec�a que mi polla con el sabor de Clara le llenaba m�s de excitaci�n.
Clara eriz� su cuerpo, separ� sus piernas hasta m�s no poder
y nos regal� el mejor orgasmo que he visto en una mujer, sus jugos manaban de su
entrepierna y se deslizaban hasta el suelo, retir� mi pene de su cueva y Sonia
continu� la felaci�n sin retirar su co�o de la boca de Clara. Pronto sent� el
cuerpo de Sonia totalmente erecto de placer mientras succionaba mi polla con mas
fuerza hasta que me hizo eyacular. Me corr� en su boca, no pod�a retirar el pene
por la fuerza que ejerc�a con labios, se trag� todo mi semen con gran dificultad
por estaba sumida en su orgasmo y no fue para menos, al separarnos Clara estaba
llena de jugos de Sonia, ten�a toda la cara brillante de la humedad, la boca
llena de l�quidos que derramaban sus labios y llegaban a sus senos.
Nos quedamos los tres mirando sin mediar palabra, por fin
Clara rompi� el hielo y dijo "hay que repetirlo", nos miramos y nos re�mos
mientras trat�bamos de recuperar cada uno su ropa. Nos vestimos y salimos de la
oficina con la promesa en firme de repetir la experiencia.