Me llamo Joanna y trabajo en el departamento de ventas de una
empresa que tiene delegaciones en varios pa�ses y cuya sede central se encuentra
en U.S.A. Hace unos diez a�os, poco despu�s de empezar a trabajar en la empresa,
yo empec� a salir con el que era mi jefe inmediato. Al cabo de unos meses,
tuvimos que viajar a Los �ngeles, en California, ya que una vez al a�o se
reun�an las delegaciones de todos los pa�ses. Hab�a charlas, conferencias y se
repart�an algunos premios. El hotel donde est�bamos alojados todos los miembros,
ten�a discoteca y un hermoso casino.
Durante la semana que duraba todo, mi novio y jefe, no
apareci� para nada a las charlas y conferencias. Seg�n �l, con que asistiese yo,
bastaba. Se pasaba el d�a en el casino. El "gran jefe" iba a aparecer el �ltimo
d�a (o eso cre�amos) y nos tocaba dar la charla a nosotros. Francis, mi novio y
jefe me dijo que la diese yo. Cuando le dije que ese d�a iba a aparecer el gran
jefe me contest� de malos modos que ya iba a aparecer a �ltima hora.
Cerca de nosotros, hab�a un hombre alto, rubio, guap�simo y
que me recordaba a alguien conocido, pero no ca�a a qui�n, pero tampoco lo mir�
demasiado en ese momento y no le di ninguna importancia. Me lleg� el turno de
hablar. Estaba muy nerviosa y no hac�a m�s que mirar al fondo de la sala por si
ve�a a Francis, pero �l no apareci�. En una butaca de la primera fila, se
encontraba el hombre rubio del vest�bulo. Yo, a pesar de los nervios, consegu�
dar la charla sin contratiempos. Cuando terminamos todos. El presentador se
levant� y anunci� al gran jefe. La sorpresa de todos fue may�scula cuando el
hombre rubio se levant� y subi� a la tarima. Empez� diciendo que, su padre, que
estaba muy enfermo, hab�a llevado hasta hac�a unos pocos meses la direcci�n de
la gran empresa, pero que ahora era �l el que lo hac�a. Reparti� algunos premios
y el �ltimo premio fue para nuestra delegaci�n. Ya que mi novio-jefe no estaba,
sub� yo al estrado para recogerla.
Cuando todo termin�, me encontr� en el vest�bulo con Francis,
al que recrimin� no haberse presentado. �l se burl� de m�, dici�ndome cosas como
que "el viejo" no hab�a aparecido, etc. Cuando le dije que ahora el gran jefe
era el hijo y que le hab�amos visto desde el primer d�a, se enfad�, y m�s cuando
le dije que yo hab�a recogido el premio. En esos momentos de enfado le dije que
nuestra relaci�n ya no ten�a futuro y que romp�a con �l, y Francis me contest�
en son de burla que si quer�a pod�a ligarme al gigante rubio que no hac�a m�s
que mirarme desde el primer d�a. Francis se dio la vuelta y volvi� otra vez al
casino mientras que yo iba hacia los ascensores con los ojos llenos de l�grimas
con la intenci�n de subir a la habitaci�n.
El gigante rubio, o sea, el ahora "gran jefe" se acerc� a m�
y me pregunt� si hab�a conocido la ciudad. Le contest� que no, que con las
charlas y conferencias no hab�a tenido tiempo para nada. Entonces me dijo que �l
har�a de gu�a. Aunque totalmente sorprendida, me agrad� y acept�. Me agarr� del
brazo y me llev� hasta su limousine. Yo, en aquel entonces, s�lo ten�a 18 a�os y
era muy inocente. Aunque hab�a salido unos pocos meses con Francis, ni siquiera
nos hab�amos acostado juntos y todav�a segu�a siendo virgen. Seg�n �bamos en el
coche, me iba ense�ando lo m�s bonito de la ciudad mientras iba haci�ndome
preguntas. Me dijo que le hab�a gustado desde el primer d�a, que me encontraba
maravillosa y dulce y que no se explicaba c�mo me hab�a liado con semejante
mequetrefe. Poco despu�s me pregunt� si quer�a cenar con �l y le dije que s�.
La sorpresa fue que en vez de ir a un restaurante, nos
dirigimos al hotel donde se hospedaba, directamente a su suite. Ten�a unas
vistas maravillosas desde all�. Mientras �l ped�a la cena, yo me asom� a la
terraza. Cuando �l termin� le dije:
--Tiene unas vistas maravillosas desde aqu�, se�or X.
--Tut�ame, por favor. Ll�mame Andrew �me dijo �l justo detr�s
de m�.
Me puso una copa y mientras tra�an la cena, me dijo que
pensaban reducir la plantilla en la empresa y me ofreci� un puesto en su ciudad
junto a �l. Yo no sab�a qu� contestar en ese momento de la impresi�n que me
llev�. Estaba roja como un tomate, no sab�a adonde mirar ni qu� hacer con las
manos. Entonces, �l se sent� junto a m� en el sof� y pas� un brazo por encima de
mi hombro, tranquiliz�ndome con palabras cari�osas, y al final me dio dos castos
besos en las mejillas. Con la otra mano, jugueteaba con mi pelo. Nos quedamos
mir�ndonos en silencio y �l acerc� sus labios a los m�os. Primero fue un beso
dulce y suave. Pero el siguiente fue m�s apasionado. Entonces llamaron a la
puerta. Era la cena.
Durante la cena, nos contamos muchas cosas de cada uno, sobre todo yo. Cuando
terminamos, volvimos a sentarnos en el sof�.
Pero la atracci�n era mutua y no pod�amos aguantar m�s. Le dije con voz
temblorosa que era virgen. Me llev� a la habitaci�n y delante de un espejo de
cuerpo entero, me puso delante del espejo, mientras �l se colocaba detr�s de m�.
Me solt� los botones de la blusa, luego la cremallera de la falda y ambas
prendas cayeron al suelo. Las apartamos con el pie. �l se quit� la camisa y me
pidi� suavemente que le quitase el pantal�n. Con dedos torpes, le solt� el
bot�n, y le abr� la cremallera. Instintivamente, mientras bajaba con las manos
el pantal�n, tambi�n arrastr� su slip, qued�ndose totalmente desnudo
Ten�a un cuerpo impresionante, con un falo totalmente erecto. �l me
quit� r�pidamente el sujetador y las braguitas. Totalmente desnudos los dos, me
volvi� a poner de cara al espejo y �l detr�s de m� con mi espalda pegada a su
imponente pecho. Me daba besos suaves por el cuello, sus manos empezaron a
juguetear con mis pechos, mientras mis pezones se endurec�an. Mi respiraci�n se
fue haciendo m�s r�pida mientras sus dedos juguetones segu�an hacia abajo.
Mientras que con una mano me abr�a los labios, con la otra encontraba mi bot�n
er�tico y empezaba a masajearlo. Yo estaba ya totalmente estremecida y gem�a y
ronroneaba de placer. Sus dedos estaban empapados con mis jugos, y aunque a m�
me daba verg�enza, y se lo dec�a, a �l le encantaba. Luego empez� a meter y
sacar r�tmicamente de mi vagina, primero un dedo y luego dos. Yo gem�a y me
estremec�a.
Tuve mi primer gran orgasmo. Me dio la vuelta en sus brazos, me abraz� y bes�
con fuerza. Luego empec� a besarle el cuello, el pecho con su vello rubio y
segu� bajando mis labios hasta su sexo. Ten�a el cuerpo tenso, estremecido.
Delicadamente, pas� mi lengua por su tallo, que estaba suave, muy caliente y
duro como la piedra. Luego me lo met� a la boca. �l se corri� en mi boca. Me
tragu� toda su leche, que aunque me sab�a muy raro, no me result� desagradable.
Entonces, me cogi� en brazos, me tumb� en la cama y empez� a besarme y a lamerme
los pechos. Luego baj� su boca a mi sexo. Cuando not� su lengua, lamerme el
cl�toris y meterse en mi vagina, explot�. Cuando �l ya no pudo m�s, me penetr�.
Yo di un grito de dolor al principio, pero al empezar a moverse suavemente al
principio, se me pas�. Entraba y sal�a cada vez con m�s fuerza. En cuanto not�
que iba a correrse, intent� salir, pero le aprision� con piernas y brazos y
termin� eyaculando en mi interior. Cuando not� fluir su semen por mi vagina, yo
tambi�n me corr�.
Luego, mientras est�bamos abrazados, me pidi� que me casara con �l. Me dijo
que su padre se estaba muriendo y que quer�a un heredero. Me apart� totalmente
sorprendida, aunque �l volvi� a abrazarme con fuerza. Le dije que nos acab�bamos
de conocer, y que apenas sab�amos nada uno del otro. Andy (s�lo me deja a m�
llamarle de esa manera, y lo hago s�lo en la intimidad), entre besos, caricias y
palabras suaves termin� convenci�ndome. Otra vez est�bamos excitados y entonces
me ense�� a hacer un 69, que fue maravilloso. Despu�s, llam� al hotel donde
hab�a estado hospedada y mand� preparar mis maletas para que las trajeran a su
suite. Junto con las maletas, vino Francis, para saber por qu� no estaba en mi
habitaci�n. Andy le invit� a marcharse de all�, incluso a abandonar la empresa
voluntariamente.
Tras una peque�a discusi�n, Francis se march�. Al d�a siguiente por la
ma�ana, cogimos un avi�n, nos fuimos a Reno y all�, despu�s de hacernos unos
an�lisis r�pidamente y sacarnos las licencias nos casamos. Luego mand� un correo
a mi familia. Mis padres estaban divorciados desde hac�a muchos a�os y mam�
viv�a sola. Mis hermanas ya estaban casadas y ten�an hijos. Mientras viaj�bamos
a Reno, Andy me confes� que hab�a estado casado anteriormente, aunque solamente
unos pocos meses. Era una sacacuartos y dada su posici�n en la empresa, no le
cost� sacar un buen tajo al divorciarse. Andy me hizo firmar un contrato
prematrimonial.
Despu�s de un mes m�s y medio m�s o menos, pap� vino a conocer a su yerno. Yo
no estaba muy unida a mi padre ya que lo hab�a visto muy poco desde el divorcio.
En cuanto se vieron, yo enseguida not� un gran parecido entre ellos. Pap�
coment� entonces que hac�a muchos a�os hab�a tenido un l�o con la madre de Andy,
pero que al poco tiempo se hab�a casado con mi madre.
Andy y yo �ramos hermanastros. Nuestra sorpresa fue may�scula. Seg�n pap�,
ten�amos que divorciarnos inmediatamente. Dicho esto, se march�. Fue un golpe
tremendo para los dos. Yo, adem�s, hab�a quedado embarazada aquella primera
noche en que nos conocimos, y no sab�amos qu� hacer. Nos llev�bamos muy bien
tanto en casa como en la empresa y en la cama segu�amos funcionando
maravillosamente. Andy me hab�a ense�ado muchas posturas y movimientos.
Despu�s de unos d�as decidimos seguir adelante con el matrimonio. Como
segu�amos tan atra�dos f�sicamente, nos dimos un plazo, hasta que naciese la
criatura. Cuando naci� el ni�o, mam� vino a conocerlo. Ella ya sab�a de nuestra
relaci�n de hermanastros y las dudas que ten�amos sobre si seguir adelante con
nuestro matrimonio o no. En cuanto mam� nos vio a los dos juntos, enseguida se
dio cuenta de que est�bamos enamorados el uno del otro aunque ninguno de
nosotros se lo hab�a confesado al otro. Habl� con cada uno a solas y luego nos
aconsej� que sigui�ramos adelante. Nos confesamos nuestro amor y entonces Andy
rompi� en pedazos el contrato prematrimonial que hab�a firmado. Llevamos diez
a�os juntos y hemos tenido otros tres hijos.
Despu�s de todos estos a�os, nos encanta hacer el amor, y siempre andamos
buscando nuevas y diferentes posturas para darnos el m�ximo placer posible.