Relato: Lo bello y tradicional
Yo miraba su vientre planito y firme, mientras sub�a y bajaba al penetrarme con una delicia de movimientos. En ese momento, yo no sab�a qui�n disfrutaba m�s: mi vagina, mis ojos o mis manos, que acariciaban su ancha espalda y de vez en cuando clavaba las u�as, con tanta fuerza como su pene a mi vagina. �Oh, maravilla de hombre! Jam�s so�� tenerlo entre mis piernas pero ahora no hac�a m�s que gozarlo sin pensar consecuencias, al cabo que en ese momento (hace veinte minutos) eran consecuencias maravillosas. Me colgu� de sus brazos y abr� m�s mis piernas, rozando sus costados y excit�ndome m�s al contacto de sus huevos con mis nalgas. Jadeaba, me miraba por momentos con ojos dormilones. Sudaba a c�ntaros y no hab�a se�as de que fuera a terminar; yo en cambio�
-�Ah! �Ah! �Ah! �Ah! �Ah! �Ah! �Ay Dios! Sigue, papi, sigue� �Dios!
Mi pecho sinti� presi�n y mi pulso subi� a mil, casi que me asfixiaba del todo mientras lo sent�a venir. �l no paraba de darme con ansia y estilo.
-Uy papi.. as� no pares, mi amor� no pares�
No pude contenerme, lo agarr� del cabello y aprision� sus labios contra los m�os, al tiempo que el �xtasis parec�a llevarme a la muerte misma. �Qu� barbaridad! Ni s� qui�n es pero ojal� nunca se fuera de aqu�. Ojal� nunca se levantara de mi cama y me permitiera simplemente dar �enter� y lanzarme sobre �l. �Eso har� ahora mismo!