Relato: Fui a un intercambio pero hice trampa
Un amigo me hab�a contado de c�mo le excit� ver a otro penetrando el culo de su esposa en un club swinger, al punto de que se corri� sin mirar siquiera a su pareja de turno. Le propuse a mi esposa visitar el club pero ella se neg�. Durante tres semanas consecutivas us� uno y mil argumentos y nada, hasta que tuve que acudir a Johanna, una amiga con quien hab�a sido infiel a mi esposa unas cuatro veces. Le pareci� genial la idea y le suger� usar el vestido corto negro que tanto me gustaba. En el lugar hab�a dos parejas sentadas de edad similar a la m�a (42), que no parec�an estar muy convencidos y que la verdad no llamaban la atenci�n de ninguno de nosotros. Pasamos a la zona privada y ah� nos fijamos en una pareja de j�venes, presuntamente universitarios. Conversamos con ellos y resultaron tener cuatro a�os de casados, ambos muy atractivos y al joven le gust� Johanna (29) de inmediato. La chica era mucho m�s voluptuosa que mi acompa�ante; ojos azul profundo, cabello negro lacio y largo; su boca parec�a un par de jugosas fresas; piel morena; trasero peque�o y apretadito y unas piernas largas y espectaculares. La verdad, nunca entend� c�mo su esposo se atrev�a a compartir semejante belleza. Ambos se encontraban ya en ropa interior y Johanna y yo les pedimos empezar cada pareja original primeramente para excitar a la otra. Aceptaron y de verdad eran dos artistas del sexo. Compartimos una cama circular e inmensa y en un momento dado, yo penetraba a Johanna mientras el joven lam�a toda su cara y met�a la lengua en su boca. Entretanto, su acompa�ante chupaba su pene con gran entusiasmo mientras me miraba provocativamente. A los pocos minutos, mi ansiedad me hizo pedir intercambio y todos accedieron inmediatamente, como si hubiesen estado esperando a que alguien lo propusiera a la brevedad. Los pechos de Johanna fueron lo primero que acarici� y chup� el muchacho, mientras su bella esposa continu� su tarea con mi pene; en verdad sab�a c�mo tratar una polla pues r�pidamente se me puso bien dura. No aguant� m�s y me le sub� para levantar sus ricas piernas y cog�rmela por su vagina. Jadeaba como si estuviera asfixi�ndose y su pareja hizo lo mismo con mi acompa�ante pero de manera m�s agresiva y la hizo gritar de placer, lo cual me puso m�s caliente y le di m�s fuerte a mi improvisada amante, quien se puso a pedirme m�s y m�s, lo cual complac� abri�ndole bien sus piernas. Cuando el joven agarr� a Johanna, la puso de cuatro patas y le meti� su enorme polla en el culo haci�ndola gemir nerviosamente, tom� las duritas nalgas de la muchacha y penetr� su orificio anal sin estimularlo previamente. Los gritos de ambas se confund�an; �l agarr� a mi supuesta �esposa� del cabello y la puso frente a su chica, con evidente intenci�n de que se besaran mientras les part�amos el culo pero Johanna se rehus�. Cuando estaba a punto de terminar, la coloc� boca arriba y ba�� su cara con enormes cantidades de semen. Me excit� tanto que me corr� dentro del exquisito ano de la muchacha. Excepto el semental que castig� a mi pobre Johanna, quedamos exhaustos y sin ganas de m�s pero �l tom� a su esposa, la acost� boca abajo y se la volvi� a coger por el culo; ella casi dormida del cansancio. Nos vestimos y les dimos el adi�s, prometi�ndoles que volver�amos pero nunca lo cumplimos, ya que Johanna dijo que tem�a enamorarse del tipo y la verdad, no ten�a la m�nima intenci�n de dejar a su esposo. Cuando llegu� a casa y me acost� junto a mi esposa, record� lo deliciosa que estaba la muchacha y me hice una paja hasta vaciarme en su espalda. Noche inolvidable que nunca volvi� a repetirse. Hace ya casi un a�o, me dej� mi esposa y estoy de novio con una amiga. Le he ofrecido visitar un lugar de esos y se ha negado repetidamente. No pienso rendirme; yo s� que pronto me complacer� y espero encontrarnos nuevamente con aquella pareja.