Yo ten�a por esa �poca 26 a�os. De noche iba a la universidad
a estudiar Biolog�a y de d�a era profesor en una escuela secundar�a. En esos
d�as me hab�a separado de mi mujer y me hab�a ido a vivir a una alcoba que me
alquil� una familia. Todo mi patrimonio era mis conocimientos y una motocicleta
tipo Lambretta en la que me movilizaba durante mis actividades diarias.
Mi nueva vivienda estaba ubicada en un barrio m�s bien
modesto, habitado por obreros y oficinistas menores. La familia que me dio
hospedaje era numerosa y los hijos menores eran ya adolescentes. Proven�an de un
pueblo peque�o de la costa de donde hab�an salido en busca tal vez de mejores
oportunidades en una ciudad m�s grande. Yo sal�a diariamente de la universidad a
eso de las diez de la noche. Algunas veces pasaba a visitar a m� ex mujer a la
que trataba de recuperar. En otras me iba para mi hospedaje. Cuando llegaba,
generalmente la gente de la casa ya se estaba yendo a dormir y solamente una de
las hijas se quedaba en la mesa del comedor que al mismo tiempo era su mesa de
estudio. La muchacha me saluda muy amablemente cuando yo llegaba y fue cuando
entonces empec� a notar que sonre�a y me miraba de forma coqueta. Ella deb�a
tener unos 18 a�os y cursaba el d�cimo a�o en la escuela secundaria. Para su
edad estaba m�s bien atrasada en sus estudios. Era una mujer de buena estatura,
de pelo negro rizado y unos ojos grandes tambi�n negros. De cara no era muy
atractiva pero se le notaba un buen cuerpo del que se destacaban unas nalgas
preciosas. Sus senos eran medianos, su boca carnosa y su piel trigue�a. Se
llamaba Andrea.
Pero lo que ha de pasar pasa y lleg� el d�a en que las
relaciones entre Andrea y yo empezaron a cambiar. Una vez despu�s del saludo
usual me hizo el comentario que ten�a unos temas de Qu�mica que no entend�a muy
bien y que esto la estaba atrasando en sus estudios. Esto lo dijo con una mirada
bastante coqueta que me puso en alerta de que ella quer�a algo m�s que mi ayuda
como profesor. De ah� en adelante comenc� a ser m�s simp�tico con ella y me
ofrec� a explicarle los temas de Qu�mica que necesitaba.
Empec� a salir de la universidad directo para mi vivienda
para darle clases de Qu�mica a Andrea quien hab�a aceptado mi ofrecimiento. A
medida que fuimos entrando en confianza comenc� a preguntarle si ten�a novio. Me
sorprendi� que me dijera que no hab�a tenido ninguno. Le pregunt� a donde le
gustaba ir a bailar pero me confes� que no ten�a amigos que la invitaran. Todas
las preguntas que le fui formulando apuntaban a la misma conclusi�n: esta mujer
estaba virga.
Despu�s de una semana de clases, not� como Andrea se sentaba
a estudiar ya no con el uniforme del Liceo sino en bata de dormir. Entonces
empec� a hacer avances m�s bien lentos pero seguros. Yo le dec�a lo rico que
ser�a darle un beso, insinuaci�n que fue aceptando de buena gana. Luego not� que
no usaba brasier debajo de la bata de dormir, lo que me permit�a verle bien los
senos cuando me acercaba a explicarle sobre el cuaderno de notas. Comenc�
entonces a acariciarle las tetas al principio por encima de la bata y luego las
tomaba completamente entre mis manos y le pellizcaba los pezones, que se pon�an
duros y eran grandes como de mujer negra. D�as despu�s cuando nos asegur�bamos
que todos se hab�an retirado a sus aposentos, nos �bamos a un pasillo que hab�a
entre el comedor y mi cuarto y ah� empec� a chuparle las tetas, me sacaba la
verga, se la pon�a en sus manos para que la acariciara y se la frotaba contra su
cuerpo para que la sintiera. Andrea me dec�a que nunca hab�a estado con un
hombre y que no quer�a correr ning�n riesgo Yo le dec�a que no se preocupara que
hab�a otras maneras de gozar sin correr los riesgos de un embarazo. Yo notaba
como ella me miraba y se excitaba al ver mi verga bien parada. Yo la abrac� con
pasi�n y la bes� mientras recorr�an su cuerpo. Suavemente palp� sus senos
mientras ella me abrazaba con gran excitaci�n dejando que le hiciera mis
caricias por todas partes. La amplitud de su bata de dormir facilitaron que mis
manos llegaran hasta sus muslos y pudiera palpar esas nalgas espl�ndidas, que
eran mejores de lo que me hab�a imaginado. Levant� su bata y puse mi verga
directamente entre su panty para que se fuera acostumbrando. Mientras tanto mis
manos buscaron sus labios vaginales por entre el panty buscando como llegarle
con mis dedos directamente a su raja para meterle mi dedo �ndice adentro. A
veces nos sobresalt�bamos cuando o�amos alg�n ruido y nos separ�bamos
moment�neamente hasta comprobar que nadie ven�a. Otras veces, cuando
present�amos que est�bamos en peligro de ser pillados, ella hu�a r�pidamente y
se met�a a su habitaci�n y yo a la m�a, pero siempre con el deseo intacto para
reanudar nuestra relaci�n en la noche siguiente.
D�a a d�a nuestras conversaciones se hac�an m�s calientes y
un d�a sin m�s rodeos le dije que quer�a que se metiera mi verga en su boca.
Ella acept� y solo de pensarlo mi verga se puso tiesa como un tubo met�lico. Nos
escondimos en un rinc�n del pasillo, me saqu� la verga y ella se arrodill�. Se
la notaba nerviosa y curiosa a la vez. Mi verga apuntaba
directamente a su boca. La cogi� con su mano y la subi� para
mirar por debajo y descubrir mis huevas. Las acarici� mientras me miraba a los
ojos. Se acerc� como a oler mis genitales y finalmente me dio un beso en la
punta. Luego comenz� a lamerla y a humedecerla con su saliva. Sigui� lamiendo de
abajo a arriba, suavemente. Luego empez� a concentrarse solo en la cabeza de mi
verga, lami�ndola y succion�ndola con sus labios. Andrea empez� a mordisquear mi
pene suavemente. Luego se concentro en mis bolas. Las sac� bien de entre los
calzoncillos y se puso a lamerlas mientras con su mano me masturbaba con suave
entusiasmo. Le dije entonces que estaba a punto de derramarme, que le iba a
echar el polvo en su boca y que deb�a aprender a tom�rselo y a limpiar luego mi
verga sin perder una sola gota. Este comentario la arrech� a�n m�s y volvi� a
mamar con mucho entusiasmo. No pude contenerme m�s y un polvo descomunal espeso
y caliente se derram� en su boca. Ella sigui� chupando y tragando. Se lo tom�
todo y me mir� como buscando mi aprobaci�n. Le acarici� la cara, le dije que lo
hab�a hecho muy bien pero que ten�a que practicar m�s. Ella asinti� con una
sonrisa, me beso y huy� hacia su cuarto.
Siguieron muchos d�as donde ve�a como Andrea se volv�a una
adicta a mi verga y disfrutaba enormemente tom�ndose mi semen. Comprend� que
estaba lista para avanzar a otra experiencia. Mi objetivo fue entonces su culo.
Le dije entonces que ya era hora de que aprendiera otras emociones sin correr
ning�n peligro. Le ped� una noche que se subiera la bata para verle bien su
cuerpo y comprobar si era tan bonito como yo cre�a. El espect�culo que vi hizo
que pensara que val�a la pena seguir avanzando despacio como hab�a planeado.
Contempl� una figura escultural producida por una cintura estrecha, un vientre
plano y unas nalgas muy provocativas. Hice que se quitara los pantys y se
hiciera de espaldas a m� y mientras le cog�a sus tetas con mis manos le
restregaba mi verga entre sus nalgas. Baj� una de mis manos hasta alcanzar su
chocha y not� una humedad creciente y viscosa. Comenc� entonces a tocarle el
cl�toris y eso la aceler� y comenz� a moverse ya a jadear. Despacio le introduje
un dedo en su chocha mientras ella gem�a y mov�a como si estuviera haciendo el
amor con mi dedo. Cuando se calm� un poco segu� bes�ndola lamiendo sus tetas
para luego bajar y a lamer sus muslos y el pelo de su pubis, hasta que mi lengua
lleg� a sus labios vaginales. Sub� un poquito y toque su cl�toris con la punta
de la lengua. Ol�a sabroso. Cuando lo hice Andrea produjo un orgasmo que la hizo
arquear de placer. Me llam� la atenci�n que sus ojos estuvieran enrojecidos pero
entend� que por su cuerpo hab�a pasado como una tormenta de lujuria. Me puse de
pie mientras ella buscaba afanosamente mi pene para meterselo en su boca. Era
como si quisiera com�rselo todo entero. Le dio un fuerte beso a la cabeza de mi
polla, me levanto los test�culos y se introdujo los huevo en su boca, uno por
uno. Su lengua recorr�a toda mi verga, la llenaba con su saliva y volv�a a
acariciarme los test�culos. Andrea lam�a y me miraba profundo a los ojos, y
volv�a a lamer, pasaba una y otra vez su lengua de abajo arriba, y se tomaba
cualquier chorrito de semen que tratara de escapar por la cabeza de mi polla. No
aguant� m�s y mov� mi verga entre su boca hasta descargarle un chorro tibio y
espeso de leche blanca.
A la noche siguiente la oportunidad fue �nica pues sus padres
y algunos de sus hermanos se fueron para una fiesta familiar. La bes� en la boca
y en sus tetas. Me arrodill� y le acaricie su cl�toris con mi boca hasta que sus
labios vaginales se inundaron de placer. Unt� mi mano de sus l�quidos, la volte�
un poco y se los unt� entre sus nalgas. Le dije entonces que abriera las
piernas, se doblara por la cintura, estirara los brazos y se apoyara con las
manos en el suelo. El culito de Andrea era totalmente virgo, as� que sent�o algo
de molestia cuando le met� primero un dedo y despu�s otro. Pero vi que le gust�
y entonces puse mi polla en la entrada de su ano y empec� a penetrarlo muy
despacio. Yo pude ver la cara de ansiedad de Andrea pensando en que le iba a
dolor o que no pod�a entrar, pero segu� empujando. Cuando la mitad de mi verga
estaba dentro de su culo ella misma ayudaba con sus nalgas a que entrara m�s
adentro. La tom� de las caderas y se la met� de un golpe. Andrea lanz� un grit�
por fortuna m�s bien sordo pues nadie se despert� y comenc� entonces a met�rsela
y a sac�rsela hasta que vi que estaba pasando del placer al dolor. Me detuve y
se la saqu� lentamente. Ella en un gesto de ternura y como de agradecimiento, se
volte�, acerc� mi verga a su cara y se puso a acariciarla con su boca. Le dio
muchos besos y la lami� toda. Le pregunt� que donde quer�a que le echara el
polvo y sin dudarlo respondi�: "En el culo". Naturalmente que cumpl� con sus
deseos.
En las semanas siguientes nos dedicamos a ensayar todo mi
repertorio de sexo oral y anal. Andrea era una alumna muy competente. Mi paso
siguiente fue convencerla que deb�a visitarme en mi alcoba para poderle
acariciar bien su raja. Al fin ese anhelado d�a lleg� y una noche tambi�n
propicia ella accedi� a entrar a mi cuarto con la promesa de que no la fuera a
embarazar. Yo estaba preparado con mis condones pues era consciente de que me
pod�a meter en un problema. La desnud� y la met� a la cama. La acomod� de
espaldas, me quit� yo tambi�n la ropa y me acost� sobre ella. Se notaba nerviosa
pero jadeante. Le puse mi verga en sus manos mientras le besaba las tetas. Luego
uno de mis dedos comenz� a explorar su vagina, a tocar su cl�toris y a comprobar
que estaba bien lubricada. Le dije que me la mamara antes de ponerme el cond�n.
Le abr� y le flexion� las piernas para que su chocha quedara completamente
expuesta y abierta. Sus labios vaginales se ve�an rosados y h�medos. Coloqu� la
punta de mi polla en su raja totalmente mojada y caliente. Entonces empec� a
penetrarla mientras ella me sujetaba de mis caderas y con miedo pero con
decisi�n me empujaba hacia ella. Estaba muy estrecha a pesar de estar bien
lubricada. Ten�a que actuar con delicadeza para no espantar a la liebre. Aunque
ella abr�a m�s las piernas y hac�a movimientos para que se lo metiera m�s
adentro yo evitaba las ganas de met�rsela de un solo tir�n. As� fui entrando y
saliendo hasta que llegue a su himen. Cuando lo encontr� ya no lo pens� m�s y se
la met� hasta lo m�s profundo de sus entra�as. Un polvo gigantesco se me vino
como desde la cabeza y me agarr� con las manos, como si fuera un naufrago, de
sus hombros. Me qued� como dormido por un par de minutos y me baj� de mi potra
zaina. Andrea mostraba una sonrisa espl�ndida. Me bes� en los labios, se puso su
bata de dormir y en puntillas regreso a su cuarto.
Fueron como dos meses m�s de practicar un sexo delicioso.
Hac�a como cuatro meses que hab�a comenzado a darle a Andrea unas clases de
Qu�mica, de las que solo aprendi� y con notable rapidez a manejar todas las
vocales del sexo. El apetito sexual de Andrea estaba desbocado y present� que su
entusiasmo por m� podr�a conducir a compromisos que no me interesaban. Pocos
d�as despu�s habl� con su madre y le dije que estaba precisamente cumpliendo mes
y que le desocupaba su cuarto. Ese mismo d�a empaqu� mis pertenencias y me fui
antes que Andrea regresara del Liceo. Ella me estuvo llamando despu�s a donde yo
ense�aba. Siempre invent� excusas para no verme m�s con ella. Despu�s de muchos
intentos no volvi� a llamar. Unos a�os despu�s nos encontramos por casualidad en
el centro de la ciudad. Salud� y segu� de largo sin detenerme. No volv� a saber
de ella. Mejor as� pues yo regres� a vivir con mi mujer.
Autor: OG