Relato: Ballbusting con mi amiga
Era mi amiga desde hace a�os, y siempre hab�amos tenido mucha confianza. Nos cont�bamos todo. A�n as�, nunca hab�a pasado nada entre nosotros. Una de las cosas de las que habl�bamos sin tapujos era de nuestros gustos sexuales: ella sab�a perfectamente que me gustaba la dominaci�n, y lo entend�a; igual que yo sab�a de ella otras intimidades que me hab�a comprometido a no desvelar a nadie.
En una ocasi�n en la que charl�vamos amigablemente de sexo, le confes� una peque�a preocupaci�n, una parafilia que estaba empezando a ser una obsesi�n: la pubefilia. En efecto, siempre me ha vuelto loco el pelo de los genitales femeninos. Sorprendentemente, aunque ella hab�a reaccionado siempre con una mentalidad singularmente abierta ante nuestras conversaciones, est� peque�a confesi�n no la dej� tan indiferente como en el resto de ocasiones. Sus palabras se me quedaron grabadas (a veces era demasiado ruda a la hora de descalificarme).
No tiene ning�n sentido lo que me est�s contando. El pelo afea est�ticamente, y adem�s no debe considerarse una fuente de excitaci�n, sobre todo al punto en el que toda tu atenci�n se centra sobre esta zona del cuerpo, y descuidas todo el resto de elementos que contribuyen a la excitaci�n sexual. Yo ahora mismo llevo el co�o sin afeitar, pero simplemente por descuido o por dejadez, y te puedo asegurar que es un verdadero incordio. Para usar bikini hay que tener cuidado de que no sobresalgan los pelitos por arriba, incluso al usar pantalones de talle bajo para estar en casa, a veces se me sale un poco.
Me propuso por tanto un peculiar antidoto a lo que, para ella, era un poquito enfermizo, o anormal, y yo, que conf�o en ella desde hace tiempo, me dej� en sus manos, no sin cierta excitaci�n de pensar en lo que aquello me pod�a deparar. Se trataba de un peque�o juego que seg�n ella me har�a comprender que el pelo p�bico no deb�a ser una fuente de excitaci�n.
Qu�tate los pantalones. - Me orden�.
Evidentemente, hice lo propio qued�ndome desnudo de cintura para abajo. Inmediatamente apareci� con un cord�n de zapato con el que me inmoviliz� los test�culos. Los at� bien prietos y acto seguido los apret� firmemente con la mano en varias direcciones para comprobar la solidez del nudo.
Perfecto. No creo que escapen de aqu�. Bueno, haremos lo siguiente: voy a ponerte unas diapositivas de chicas desnudas en el ordenador. Cuando aparezca una chica depilada te masturbar�s mir�ndola, cuando en la foto se muestre vello p�bico te golpear� en los test�culos para que te duela mientras dure la presentaci�n de la foto. De esa manera tu cerebro relacionar� el dolor con el pelo genital y terminar� por dejar de gustarte. Es as�, los hombres solo aprendeis de esta manera. Espera, voy a comprobar una vez m�s si est� bien firme el nudo y comenzamos la presentaci�n � palp� una vez m�s mis pelotas esta vez de forma m�s cari�osa, acarici�ndolas en toda su extensi�n � Muy bien, cada uno en su sitio, est�n bien duros por cierto. Es necesario atarlos, porque as� te doler� m�s.
Dispuso todo como proced�a, y empezamos la presentaci�n. Manej� un momento el rat�n con una mano, mientras agarraba mis pelotas con la que despu�s iba a golpearlas. Mientras se cargaban las im�genes me digo - �Est�s preparado? Con una sonrisa pl�cida y mirandome a los ojos, y descarg� sobre mis pelotas una primera tanda de manotazos inesperados e ininterrumpidos, como para comprobar que todo estaba en orden. No lo esperaba y solt� un grito apagado, a lo que ella me respondi� con una caricia en la nuca y una sonrisa.
La primera chica era una playmate llamada Terry Nihen, iba elegantemente vestida con un traje rojo y guantes a juego. Miraba a la c�mara firmemente con semblante serio, mientras por el escote de su vestido asomaba uno de sus pechos que quedaba al aire. Habilmente con su mano derecha sujetaba una parte del vestido de manera que se viera lo que llevaba debajo: un sencillo liguero negro, que sujetaba unas medias igualmente sobrias, que cubr�an hasta medio muslo de la playmate. Por encima de las medias asomaba el sexo de la chica cubierto por una espesa mata de pelos. Mi amiga no dudo en descargar un primer manotazo en mis test�culos mientras miraba a la pantalla, luego dirigi� su mirda a mi entrepierna y continu� su terapia con ejemplar concentrci�n. A �sta sigui� otra chica tambi�n velluda, con lo que la tortura continu�. La tercera no mostraba su entrepierna.
�Bravo! Vas a tener suerte � Exclam� mi amiga, mientras yo empezaba a masturbarme � �Mira, corre, m�rale las tetas! - Me hablaba como a un ni�o, con ese aire de superioridad y de cari�o al mismo tiempo.
La cuarta se llamaba Julie McCullough, era una playmate de los a�os 80, se mostraba tendida sobre un divan, perfectamente maquillada, con unas medias que cubr�an sus piernas hasta medio muslo y con una camisola abierta que dejaba a la vista sus partes �ntimas. Con su mano izquierda pellizcaba dos o tres de los pelos que ten�a en su entrepierna, tirando de ellos suavemente. Los golpes continuaron..
�Te duele? - me pregunt� con aire serio al ver las muecas que se dibujaban en mi cara . - Bueno, pues de eso se trata. Es necesario que mis golpes te causen dolor, �vale? Para eso lo hago - dijo cari�osa y benevolente.
A esta sigui� una buena tanda de �magenes de velludas y estupendas playmates. No sab�a cuando esto iba a terminar. Me encoj�a de dolor. A veces golpeaba con toda la palma de la mano, a veces s�lo con un dedo que lanzaba con toda violencia sobre mis bolas, a veces se centraba en una de ellas primero y luego en la otra. Me dijo:
A ver, voy a darle a esta primero � Apart�ndome el pene y dejando bien expuesto mi test�culo izquierdo. De vez en cuando miraba mi cara, supongo para controlar si me estaba haciendo demasiado da�o. Luego se pas� al derecho, lo apret� bien y lo golpe� por distintas partes.
�Ala, se te han puesto enormes! - Me dijo mientras sonre�a indolente. - �Qu� mont�n de im�genes seguidas! Se te van a quedar bien condolidos.
Efectivamente, mis muecas de dolor eran m�s que evidentes. Hac�a varios minutos que golpeaba mis huevos ininterrumpidamente. Finalmente lleg� Kristine Hanson, un chica tendida boca abajo con una copa en la mano, que miraba sonriente al objetivo. Se apreciaba todo su cuerpo por detr�s, inclu�do el culo; y por debajo del codo apollado en la cama asomaba uno de los pechos de la joven, que se apreciaba en su totalidad, desde la base hasta el pez�n, que rozaba levemente la s�bana. El pecho colgaba por su propio peso, ya que la chica se mostraba sutilmente erguida para mostr�rnoslo sin obst�culo.
Bien!!! Aprovecha ahora � dec�a con semblante serio mientras se alejaba unos segundos para recuperar el resuello.
�Mira, tonto, m�rale las tetas! �Son bonitas verdad? - Aclaraba sonriente.
Mira aqu� si te quieres excitar � dec�a se�alando el pecho de la joven � bueno, al culo tambi�n le puedes mirar, �vale? te excitar� igualmente.
El disfrute dur� poco. Una nueva bofetada me sorprendi� mientras aparec�a la imagen de Mariane Gravatte. Me solt� una tanda de manotazos, por lo menos quince o veinte mientras me dec�a amigable � �Cerdito, deja de masturbarte.. que ya se acab� lo bueno! - Se centr�, en mis test�culos todav�a sonriente, y poco a poco comenz� el castigo rutinario. En este caso, las bofetadas me resultaban particulermente excitantes. No lo dije nada, pero me estaba poniendo muy cachondo. Un hilo de l�quido seminal colgaba de la punta de mi pene. Quise darle las gracias por lo que estaba haciendo, y me respondi� �No te preopupes, no me importa hacelo.. hasta me resulta divertido�. En ese momento se me ocurri� algo genial, y tuve el coraje de dec�rselo:
Me dijiste que tu tambi�n llevabas largo el pelo del co�o, �verdad? Bueno, pod�as ense��rmelo mientras me pegas, as� tambi�n tu co�o lo asociar� al dolor..
�De verdad quieres que te lo ense�e? Es cierto, te vendr� bien, y ser� m�s eficaz el castigo.
Se retir� un momento y se deshizo de sus pantalones. Debajo llevaba una braguita blanca sobre la cual asomaban unos cuantos pelitos. Se acerc� a m� se�al�ndolos mientras dec�a:
�Ves lo que te digo? Son un incordio, siempre hay algno que asoma.
Ya delante de m� se bajo las bragas y las ech� al suelo. Su co�o quedaba justo enfrente de mi cara, y pude apreciarlo a la perfecci�n por unos segundos. Vest�a s�lo una camiseta blanca que le llegaba hasta el ombliguito, y los pelos del sexo quedaban completamente a la vista. Eran preciosos, ensortijados, pod�a incluso percibir el aroma que sal�a de esa encantadora cueva, mientras ella perd�a unos segundos m�s, manejando el rat�n del ordenador. Con la tenue luz, y como la camiseta estaba justo por encima, parec�a que llevara unas bragas negras que asomaran debajo de la blanca camiseta. Pero en efecto, no eran unas bragas sino que todo aquello era directamente su co�o, sus partes �ntimas, que se presentaban ante m�.
�Venga, que segimos! � Dijo voluntariosa.
En esta tanda de azotes, yo ya estaba visiblemente excitado. Ella recogi� fr�a y decidida el hilo que todav�a colgaba de mi pene.
�Esto que es? - dijo mientras me lo acercaba a la boca y me obligaba a tragarlo.
El co�o de Karen Witter desencaden� el castigo. La segunda foto velluda era de Lonny Chin, y los golpes me parec�an cada vez m�s fuertes y descuidados. En todo caso cada vez me dol�an m�s sobre mis ya condolidos cojones. En un momento pens� correrme, as� que ped� a mi compa�era que parara. A dem�s, me dol�an un mont�n los huevos y quer�a tomarme un respiro. Ella no accedi�, alegando que efectivamente trataba de conseguir que me dolieran realmente, y que no iba a parar ahora, cuando estaba empezando a causarme un dolor intenso. Continu� golpeando. En medio de continuos retortijones pens� que mis cojones no podr�an aguantar m�s, y acab� corri�ndome como nunca lo hab�a hecho. Mi amable amiga masturb� ella misma levemente mi pene, para colaborar a vaciar mis pelotas, mientras incrementaba la frecuencia y la intensidad de los golpes. Cre� haber visto a Dios.