Relato: De esposa fiel a puta De esposa fiel a puta (primera parte)
Mi nombre es Cristina M. y vivo en la Ciudad de M�xico. Actualmente tengo 39 a�os y aun cuento con un cuerpo, si no muy bueno, al menos apetecible para cualquier hombre, maduro o jovencito. Estoy felizmente casada y tengo unos hijos maravillosos: una ni�a de 11 y un joven de 17 a�os. Hasta ahora me atrevo a contarles esto ya que necesito sacarlo de alguna manera puesto que me comienza a causar problemas de conciencia. S� que he enga�ado a mi esposo por mucho tiempo, pero tambi�n es cierto que nadie m�s de mi familia debe saberlo. Es por eso que ahora lo escribo y se los presento a ustedes como una forma de reducir este sentimiento de culpa que me quema por dentro. Les dejo mi mail para aquellos que deseen compartir alg�n consejo u opini�n,
Para que comprendan mi historia es necesario llevarlos hasta el a�o de 1999 cuando yo ten�a entonces 27 a�os. Recuerdo que mi hermano Guillermo, quien actualmente cuenta con 30 a�os, vino a visitarnos y se quedo en casa por una semana, ya que estaba de vacaciones por la semana santa. En ese entonces mi esposo trabajaba en la procuradur�a de justicia y como es de imaginarse pasaba mucho tiempo fuera de casa; mi hijo estaba en el preescolar y yo me dedicaba por completo al hogar, como hasta ahora.
Mi hermano llego a casa un domingo por la tarde, y como es costumbre, bebimos algunas cervezas mientras platic�bamos de las historias de la familia. Esa tarde, recuerdo que yo vest�a una peque�a falda a medio muslo, una blusa de licra muy escotada y calzaba unas zapatillas de tac�n alto. Sin darme cuenta la falda se levanto un poco al momento de cruzar mis piernas, por lo que mis muslos quedaron a merced de los ojos de mi hermano, que con disimulo, se los saboreaba sin perder detalle. De pronto se levanto y se disculpo excusando que ten�a que ir al ba�o. Cuando camino hacia el ba�o pude ver que su pene hab�a reaccionado ya que abultaba demasiado su pantal�n. Ese d�a no paso nada m�s, y nos fuimos a dormir a eso de las 10 de la noche.
Lleg� el lunes y con �l las actividades cotidianas de cada uno. Mi esposo sali� al trabajo a las 6 de la ma�ana y yo le di el desayuno a mi hijo para posteriormente llevarlo al colegio. Mi hermano me acompa�o al colegio para dejar a mi hijo y cuando �bamos camino a casa note como buscaba mi trasero con la mirada, ya que ese d�a llevaba un pants de licra que se ajustaba a mis, entonces, moldeadas y duras nalgas.
Una vez en casa comenc� a platicar con mi hermano de varios temas mientras me ayudaba con los quehaceres hogare�os. Llego el momento de hablar de las parejas y el sexo, y mi hermano se sonroj� un poco cuando le pregunte si ya hab�a tenido relaciones sexuales con su novia. Avergonzado, me dijo que aun no hab�a tenido sexo y que lo m�s que hab�a hecho era masturbarse viendo porno. En un tono burl�n, le dije que no se preocupara, que era algo normal en los chicos de su edad, y m�s si aun no hab�an tenido relaciones sexuales.
Nos sentamos en la sala y le dije que, si quer�a, yo pod�a aconsejarle un poco en como lograr que su novia accediera tener sexo. Sin m�s, le dije que lo primero que ten�a que hacer era quitarse la pena y dejarse llevar por el momento. Me acerque a el y le tome su mano con delicadeza y la lleve hasta una de mis tetas. Su reacci�n fue alejarse e intento zafarse, pero yo me le acerque aun m�s colocando mi cara frente a la suya, y mir�ndolo con deseo. Con mi otra mano comenc� a frotarle su pene por encima del pantal�n, aquel bulto estaba bien dotado. Su reacci�n fue inmediata y m�s ganas me dieron de acosarle. Me excitaba demasiado ver como mi hermano se resist�a. Lo solt� y me saque la blusa dejando al descubierto mis grandes tetas ya que no llevaba el sost�n. �l, un poco t�mido aun, comenz� a tocarme mis tetas y mis pezones. Yo ya le hab�a abierto el pantal�n y le comenzaba a sobar su pene excitado, que para entonces estaba completamente erecto. Me sorprendi� mucho ya que su pene era mas grande que el de mi esposo, media aproximadamente 18 cm de largo por 5 de grosor.
Sin pensarlo, me incline y comenc� a chupar su pene. �l solo hacia gestos de gozo mientras meneaba mi cabeza con sus manos a un ritmo acelerado. No pare hasta sentir su leche caliente en mi boca. Le pregunte si lo hab�a disfrutado y con una sonrisa me contesto que le hab�a encantado. Le dije si quer�a continuar y sin pens�rselo me dijo que si. Me saque el pants y la panty y quede desnuda para mi inexperto hermano. Lo desnude por completo y lo lleve hasta mi cama. All�, me tend� y le deje mis piernas abiertas para lo que gustase hacerme. Se abalanz� con su boca hac�a mi peluda vagina, que para ese momento ya estaba muy h�meda, y comenz� a chuparla desesperadamente. Lo tranquilice y le fui diciendo c�mo hacerlo. Su torpe, pero deseosa, lengua me recorr�a desde mi cl�toris hasta mi ano, excit�ndome cada vez m�s y rob�ndome un sinf�n de gemidos.
Le dije que parara porque ya quer�a sentirlo dentro de m�. Le explique como deb�a hacerlo y comenz� a meter y sacar. Me puse en distintas posiciones y el lo disfrutaba mucho, tanto como yo, que segu�a gimiendo y ahogando gritos de gozo. Despu�s de casi veinte minutos me dijo que sent�a que se corr�a, le ped� que se vaciara en mi cara y deje mi boca abierta para recibir otra dotaci�n de leche caliente. Su leche roci� toda mi cara y mi boca, jam�s pens� que tuviera tanta leche guardada mi hermanito. Una vez saciado nuestro deseo, nos quedamos acostados en la cama planeando otro encuentro fraterno entre hermanos. Cuando reaccione, el reloj marcaba las 12 del d�a, por lo que me apresur� a arreglarme para salir a recoger a mi hijo al colegio. Mi hermano me acompa�o y regresamos a casa como si nada hubiera pasado. Durante todo el d�a nuestras miradas se cruzaron constantemente y tuvimos que hacer un gran esfuerzo para disimularlo esa noche al llegar mi esposo a casa. Cenamos y platicamos un rato para despu�s irnos a dormir de manera normal. La verdad no pude dormir pensando en lo que hab�a hecho con mi hermano y m�s aun porque lo hab�a disfrutado. Este solo fue el comienzo de una larga y secreta historia.
Cristina M. Febrero de 2011
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Relato: De esposa fiel a puta
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