Yo le cont� en el relato anterior a mi medio hermano y a ustedes como me hab�an despertado mis vicios aquellas preceptoras del convento�� ahora estaba disfrutando con el cosas diferentes, pues si bien me gustan las chicas mi mejor placer esta con los hombres.

Pero quede intrigada con lo que el me hab�a contado de su t�a y decid� indagar mas y en un descanso despu�s de habernos dado una ducha le pregunte�. Che Victor, cu�ntame� que paso despu�s con tu t�a.



�..Pues fue algo inolvidable, la t�a Leticia fue una maestra que descubri� todos mis sentidos sexuales, y la pas�bamos muy pero muy bien. Tan bien que al parecer descuidamos ciertos detalles y mi madre se entero del buen jaleo que ten�a su hermana y su hijo.

Una ma�ana sent� como discut�an en la cocina..

- Pero como podes hacerme eso?, Leticia, con tu sobrino.

- Mira hermana, yo no lo busque, fue una cosa que naci�, surgi�, se dio�. Y yo que hacia tiempo no tenia sexo, bueno�. No pude aguantarme hacerme el fest�n con el potro de tu hijo.

- Pero vos sos casada, Leticia, y es menor que vos!

- Si Maria Jos�, pero hace cuanto que estoy ac�. eh, lejos de el, adem�s si vos supieras lo bien armado que esta tu hijo, y lo supe-rmacho que es, entender�as que mi debilidad tiene justificativo.

- Bueno, lo que quiero es que se termine esto, si.

Era s�bado, mi madre salia a hacer compras y mi t�a fue a cont�rmelo, yo le dije que las hab�a escuchado, y no perdimos tiempo y nos dimos como en la guerra. Yo no me resignar�a a perder aquellas tetas, aquella cola, aquella almeja que me volv�a loco.

Pero las cosas a veces no son como uno quiere, ese mismo domingo mi t�a estaba viajando a su ciudad.

Mi desolaci�n era enorme, y pronto la tristeza comenz� a ganar terreno y me sent�a bajoneado a m�s no poder�.

Mama se dio cuenta y quiso aconsejarme�. Pero que pod�a decir ella que fue la causante de que Leticia se fuera? Por m�s que me hablo de situaciones indebidas e incesto, yo no estaba para entender pavadas.

El calvario segu�a� y cuando sent�a el ruido de la ducha, la recordaba, cuando entraba al ba�o despu�s de mam�, sent�a ese perfume de jab�n y calorcito que taladraban mis sentidos.

Hab�a pasado una semana y ya me encontraba destruido�. Por eso esa noche espi� a mama en el ba�o�. Y record� a la t�a�. Me escond� para manosear mi mu�eco�. Mama salio de la ducha, su cuerpo tan parecido al de Leticia, me hacia da�o�. Era mas rellenita, mas tetoncita, mas culoncita, en realidad, estaba mucho mas buena, mas hembra, que se yo�.

Cuando paso para el dormitorio, sal� de mi escondite, totalmente al palo. La segu� como para seguir espiando y darme una pajeada monumental.

Mam� entro al dormitorio cerro la puerta pero no con llave. Silenciosamente la abr�. Ella estaba sentada en la cama, con un pote de crema en la mano en la tarea de encremar su encantador cuerpo.

La poca luz del velador de noche, me daba aun una imagen deliciosa poni�ndome al tope de mi calentura. Mi entusiasmo, me hizo una mala jugada y sacudiendo mi mano, golpe� la puerta�.

Ella me miro, y sin sobresaltarse solo pregunt� Que haces ah�,

Victor?

-Nada, te vi y me puse as�.. Mostr�ndole mi polla a full�.. ves mam�, esto me pasa todo el d�a porque no est� la t�a.

Dejo el pote sobre la mesita de luz, enfrento su cuerpo mir�ndome, pero sin taparse siquiera, como si el estar desnuda ante m� fuera normal�. Y me dijo�..- Mira hijo, yo te comprendo, pero tu debes entender que las cosas deben ser hechas de acuerdo a normas sociales�. Y no como una las sienta�. Entiendes.

- De que normas me hablas mam�, cuando la naturaleza te dota de sentidos que te llevan a ser sensible, a tener placer, a ver, como te estoy viendo, a darme cuenta que estas mejor que la t�a, que estoy ahora recaliente contigo�. Que ya no sos ni ser�s mi mamita, sino que te veo como Maria Jos�, una hembra de primera�..

Mi discurso, no fue lo �nico que no dejo hablar a Maria Jos�, fueron las acciones, porque avance hacia ella, y mientras con una mano la empuje sobre la cama con la otra apague el velador�� y all�, ella tendido su cuerpo, con las piernas hacia abajo, recibi� el peso de mi cuerpo, que extend�, abraz�ndola totalmente�.

Su reacci�n fue sacarme, as� creo, pero pronto estaba besando yo sus tetas, con la intenci�n de hacerla entender que me pasaba�. Y ella de pronto estaba tomando mi polla�.. Te voy a calmar chiquito, te voy a calmar� y comenz� a pajearme de tal modo que me deje llevar�.

Sub� mi cuerpo arriba de la cama, para que ella tuviera mejor ofrecida mi polla�.. Pero me mov� de tal modo que mi cara fue sobre su sexo�. La resistencia apareci�, pero sus manos estaban ocupadas en m�, frotando mi dura herramienta, por lo que abr� sus piernas y comenc� a comerla de la manera m�s estremecedora que se me pudiera ocurrir�. Quer�a a toda costa, calentar a Maria Jos�, mi perversi�n estaba en pleno desarrollo.

Concentrado en mi tarea, no necesite cuidar mis tiempos de llegar, al comienzo, porque en cuanto ella comenz� a devolverme con movimientos p�lvicos las embestidas de mi lengua contra su concha depilada, tuve que retacearle mi cosa porque estuve a punto de acabar.

Ella comenz� a gozar, sus manos por lo poco que se alcanzaba a ver, estaban ahora auto frot�ndose las gl�ndulas mamarias, sus tetas estaban muy ricas, y aquel co�ito depilado abierto y jugosos, era como para m�s�.

Cuando ella volvi� a insistir para que la dejara pajearme, volv� a estirarme, pero ahora no solo me pajeaba la muy zorrita de Maria Jos�, ahora estaba ense��ndome como ella tambi�n sab�a chupar muy bien mi pija.

Mi mamita Maria Jos�, se acabo ruidosamente�.y eso me gusto mucho�

Ya d�cil ella, la sub� a la cama, la frote un poquito, abr� sus piernas, las separe, las sub� al aire y fui a poner mi polla contra su conchita aun palpitante�..

- No, cari�o, eso no, eso no.

- Pues seguro que no, seguro que no lo vas a poder resistir.

Apret� sus dos piernas debajo de mis axilas, y mi cuerpo contra el suyo, de modo que pronto se la estaba metiendo�.. Tuve intenciones de enterr�rsela a fondo, pero sus suspiros, sus no, no, no�.. Cada vez mas tenues, me indicaban que pronto estar�a reclamando por mas, mas.

Yo percib� que estaba haciendo lo correcto. Que aquella maravillosa mujer estaba necesitando de sexo tanto como yo. Que en el momento final, ella es hembra, yo macho, que los vericuetos sociales est�n bien escritos pero no especifican cuando debe haber una excepci�n.

Cuando sent� que ellas abrazaron mi cuerpo, solt� sus piernas, las que ella sigui� levantando enrosc�ndolas en mi cuerpo.

Fue ella la que en la desesperaci�n sexual, busco besarme, darme su lengua con gusto a mi poya, y saboreo en la m�a sus propios jugos.

Creo que ella busco acabarme as�. Y yo intente resistir con �xito, alargando aquello m�s de diez minutos�.

Decid� intentar mostrar mis habilidades, y desde esa posici�n, fui girando su cuerpo, hasta ponerla con una pierna estirada en la cama, ella bien de costado y la otra pierna hacia arriba, as�, le entre bien adentro, sintiendo su placer en mi piel.

Cuando segu� volte�ndola, ella debi� naturalmente apoyarse en las rodillas, y as� ya en cuatro, se la di con mucha pasi�n.

La abrace tom�ndola por detr�s de sus encantadoras tetas, fue un disparate como se sacud�a para tener placer, y cuando ella lleg� en un ruidoso orgasmo yo ya no pude contenerme mas y explote sac�ndole la pija para acabar sobre la curva de las nalgas de su trasero.

Encend� el velador, la mire, la acaricie, lleve su mano a mi pija aun humeante, dici�ndole�. Es tuya mam�, es tuya Maria Jos�.

- Es una locura esto, dijo, mientras sus manos frotaban mi leche que pudo recuperar de su espalda�. Es una locura, pero quiero hacerlo de nuevo�.

- Sos un amor, fue lo �nico que respond�.

Pero vaya que lo pens�, esta es una tigra, me sorprendi� ella ahora�pero sabia yo que pod�a darle mas, y comenc� a jugar con su bello cuerpo, gozando con la mirada, d�ndole placeres con mis frotaciones fuertes a veces, muy suaves otras�.. As� ella se fue poniendo caliente a tal punto que se vino a poner mi falo al palo.

No se cuanto tiempo estuvimos haciendo el amor esa noche, pero seguro que fueron varias horas�.. Amanecimos abrazados como dos amantes bien satisfechos.



Aquella confecci�n de mi hermanastro, me calent� de tal manera, que le exig� al menos una horita para m�.

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