Hola. Mi nombre es Lio (falso) y soy de Barcelona aunque ya
hace algunos a�os que vivo en una urbanizaci�n a unos 25 kil�metros de Barna. En
la actualidad tengo 32 a�os y prefiero no utilizar mi nombre real, pues la
historia que voy a contaros s� que lo es de ver�s y no me gustar�a que fuera
desvelada.
Durante toda la vida he tenido fantas�as er�ticas con mujeres
maduras y m�s que maduras. Tanto daba que se tratara de amigas de mi madre o
madres de mis amigos. Incluso nuestra mujer de la limpieza que tiene m�s de 60
a�os era objeto de mis fantas�as (aunque ciertamente las merec�a). Para calmar
estos calores siempre he tenido que masturbarme mucho. Incluso en una ocasi�n
intent� cepillarme a la chacha, pero me dijo que era demasiado joven y que a
ella s�lo le iban los mayores. Por miedo a que se lo contara a mi madre no
persist� en el intento.
En fin, al grano. Sucedi� cuando yo ten�a 25 a�os. Soy
moreno, un latino guapo, 180 cm y tengo un cuerpo atl�tico. Entonces ten�a una
novia que estaba de miedo, una morena guap�sima de ojos verdes que ten�a unos
melones de impresi�n. Como no ten�a bastante, y a pesar de que follaba de
maravilla, le hac�a el salto con un par m�s de chicas, aunque no estaban tan
buenas.
Pero lo que a mi de verdad me daba morbo era la compa�era
sentimental de un amigo m�o. Mi amigo era un t�o guapo, alto y fuerte de unos 35
a�os. Ella, Antonia, era una mujer cincuentona, morena y muy guapa, con muchas
curvas y con unas tetas acojonantes. Hac�a unos 2 a�os que hab�an venido a vivir
al pueblo donde yo resido.
La verdad es que no me extra�aba que mi colega estuviera con
ella a pesar de ser mucho m�s joven, pues era una mujer muy deseable
No obstante, resulta que mi amigo se cans� de ella, pues un
buen d�a se l�o con una veintea�era y la dej� para casarse con joven.
Y aqu� llegamos a la parte interesante. Eran las fiestas del
pueblo (a finales de septiembre) y estaba con mi novia y mis amigos bebiendo y
charlando animadamente cuando v� a Antonia.
Era de las mujeres que se hac�a ver. Con mucho disimulo la
espi� durante toda la noche. A eso de las 2 de la ma�ana decidi� irse, y yo,
quiz�s envalentonado por el alcohol, la segu� disimuladamente hasta que nadie
nos vi�. Entonces me present� con una voz entrecortada por la verg�enza y le
pregunt� si querr�a salir conmigo el s�bado pr�ximo a tomar algo por la noche.
Me pregunt� por qu� y le dije la verdad: "porque me gustas".
Supongo que le gust� la sinceridad de mi respuesta, porque a
la semana siguiente, yo la recog�a en mi coche en el punto que hab�amos quedado.
Cuando entr� en el coche, lo que v� me dej� pasmado. Yo, un universitario con
tejanos, jersey y zapatitos. Antonia llevaba un vestido rojo de una sola pieza,
muy corto que dejaba a la vista unos muslos preciosos. Llevaba unos zapatos de
tac�n y (no os lo perd�is), un abrigo de vis�n, y eso que estabamos a finales de
septiembre.
Decidimos ir a Barcelona. Como s�lo eran las 12 de la noche,
acordamos de camino tomar una copa para luego ir a una discoteca a bailar. Pero
cuando llegamos a Barcelona, me propuso ir al rompeolas ya que era un lugar muy
tranquilo. La verdad es que yo sab�a que al rompeolas las parejas no iban a
charlar o a jugar al parch�s as� que me pus� muy caliente.
Cuando llegamos y aparqu� el coche, empezamos a charlar de
cosas intrascendentes hasta que no s� bien por qu�, empez� a preguntarme si
cre�a que estaba de buen ver. Naturalmente yo dije que s�, y ella se arremang�
la falda para que yo le tocara los muslos. Eran perfectos y me dieron ganas
de...
Luego cog�� y se acerc� y me ense�� los pechos diciendo que
para la edad que ten�a estaban muy bien.
Por supuesto que estaban bien puestos y ten�a unos pezones
grande y duros que me pusieron como una moto. Estuvimos un rato bes�ndonos y
toc�ndonos a base de bien aunque cuando estaba a punto de lanzar el ataque
directo me propuso ir a bailar. Eso me dej� m�s quemado que la moto de un
hippie.
Fuimos a una conocida discoteca de Barcelona a bailar donde
creyeron que ella deb�a ser una puta y yo su chulo o su gigol�, porque no
peg�bamos ni con cola.
En el viaje de vuelta volvi� sobre el tema. Me pregunt� por
que le hab�a pedido para salir y le confes� que me gustaban las mujeres mayores
que yo y que, concretamente ella, me hab�a seducido completamente. Adem�s le
confes� que muchas veces, cuando hac�a el amor con mi novia me imaginaba que lo
hac�a con ella.
Aquello debi� excitar mucho a Antonia porque me propuso ir a
un sitio apartado. Aunque viv�a sola, prefer�a el coche a la cama aquella noche.
Yo acced� encantado. Entonces recost� su cabeza en mi hombro y empez� a tocarme
la verga que hac�a horas que estaba dura como un poste. Al llegar al descampado
ya la ten�a completamente fuera y me estaba haciendo una mamada de campeonato.
El ver a una hembra como aquella moviendo y succionando mi falo tan
formidablemente hizo que me corriera bestialmente en 2 o 3 minutos. No dej� ni
gota, se lo trag� todo y no era poco.
Me pregunt� si me hab�a gustado. La respuesta fue obvia.
Entonces empec� a reclinar los asientos y le dije que as�
estar�amos m�s c�modos. Entonces empec� a acariciar aquella hembra tan
impresionante: muslos, pechos, labios, ... No me cansaba de acariciar y besar.
No se quit� el vestido, pero me dej� a la vista un precioso co�ito, peque�o y
poco poblado y los magn�ficos pechos, grandes y ligeramente ca�dos, como a mi me
gusta.
No me dej� que le lamiera el co�o, quiz�s por verg�enza, pero
la masturb� con mis dedos hasta que se corri� por primera vez. Al ver a Antonia
con sus grandes pechos, sus piernas abiertas y los zapatos de tac�n apoyados en
el salpicadero reponi�ndose del orgasmo no pude aguantar y me puse sobre ella.
Su co�ito era muy estrecho y a pesar de estar mojada me cost� un poco
penetrarla. Una vez dentro, empec� a moverme mientras ella apretaba mi culo con
sus manos para marcarme el comp�s y los dos gem�amos fuertemente sin miedo a se
escuchados. Estuve mont�ndola todo lo que pude hasta que tuvimos un orgasmo
bestial. De los mejores de mi vida.
Luego nos quedamos abrazados bes�ndonos.
Por aquel d�a tuvimos bastante, y la llev� a su casa. Fue una
noche inolvidable.
Nos convertimos en unos amantes muy discretos, m�s que nada
por las habladur�as de la gente. Ella me dijo que no le importaba que tuviera
novia y m�s joven, pues era normal para mi edad. Adem�s, para mi sorpresa, me
dijo que ya la conoc�a de vista y era muy guapa. Seg�n Antonia, con tener un
hombre de verdad que le dedicara un par de visitas a la semana ya se quedaba
contenta. Aquello me halag� enormemente. Y as� pasaron unos meses hasta que...
Por cierto, si hay alguna mujer de verdad en Barcelona o
provincia que quiera conocer a alguien apasionado y fogoso que me escriba a:
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Cualquier otro mensaje, correo o lo que sea y de qui�n sea
ser� bien recibido.
Un abrazo,
Lio