Esto ocurrió hace un par de. Mi
mujer hacia ya casi tres años que
había muerto, y la verdad es que aquello afecto mucho mi vida. La quería
mucho, y teníamos una vida realmente feliz, en todos los aspectos,
principalmente en el sexual. Desde siempre habíamos tenido una vida sexual
realmente activa e imaginativa, los dos éramos bastante apasionados,
yo
diría que más que eso.
Durante esos tres años, no había
estado con ninguna mujer, únicamente me
había ocupado de sacar adelante la casa y a mi hija. Cuando murió
su madre
tendría unos catorce años, y no fue nada fácil.
La cuestión es que en aquel entonces
mi hija se había convertido en una
mujer terriblemente atractiva, rondaba los dieciocho, y aunque se parecía
bastante a su madre, tenia cosas que ha esta le faltaban, como una tremenda
delantera, lo cual la convertía en una mujer increíblemente sensual.
No sé muy bien como empezó todo,
llevaba casi tres años sin estar con
ninguna mujer, y eso para mi era algo terrible, y en aquellos días mi
hija
estaba especialmente, como digamos provocativa. Siempre salía de la ducha
con solo la toalla, nunca dejaba cerrada la puerta de su cuarto, en fin,
parecía como si estuviera constantemente provocándome. Un día
no pude evitar
al pasar por su cuarto mirar dentro, ella se estaba secando, mirándose
en el
espejo, completamente desnuda, no puedo negar que aquella imagen de mi hija
en el espejo me excito tremendamente, no sé si ella me vio, pero desde
luego
se estaba recreando delante del espejo.
A los pocos días me descubrí
en el baño, masturbándome, y la verdad, es que
me imagine haciendo el amor con mi hija, aquello me horrorizo, pero tuve un
increíble orgasmo. La verdad es que tengo un mas que buen aparato, mi
mujer
estaba como loca por él.
Todo ocurrió una noche de verano. Yo
estaba viendo la tele, cuando hoy la
puerta, era mi hija que volvía. Como siempre que salía por la
noche, iba en
minifalda y un increíble top que la hacia marcar sus preciosos pechos.
Llego al salón, me beso y se sentó
a mi lado, me pidió si podía hablar
conmigo, no puse problema, apague la televisión y ella empezó
a hablarme de
un chico con el que salía. Aquello no parecía mas que una conversación
padre
hija de lo más habitual. Pero poco a poco ella empezó a entrar
en temas que
a mí me parecían cada vez más escabrosos. Pude enterarme
que mi hija ya no
solo no era virgen, sino que según parece le gustaba todo tipo de sexo,
oral, anal, en fin, aquello me puso los pelos de punta, al final termino
diciendo que aunque sentía algo por ese chico, sexualmente no era feliz
con
él, que no había llegado a tener un autentico orgasmo. Para entonces,
no
puedo negar que estaba bastante excitado, mi miembro empezaba a destacarse
debajo del pantalón del pijama, y no sabia como ocultarlo, ya que mi
hija no
paraba de mirarlo.
Al final me dijo que me había visto
algún día en la ducha, y que le encantaba
mi miembro, aquello me dejo helado, pero ella se acerco a mi, acerco su boca
a la mía y comenzó a besarme, a la vez que sentía su mano
en mi entrepierna
tocando mi excitadísimo pene. Al principio no respondía a su beso,
pero el
sentir su lengua dentro de mi boca, y sus manos manejando mi pene, me hizo
perder la cabeza. Le respondí a su beso, igual de apasionado, lo que
ocurrió
después fue la noche mas caliente de mi vida.
Allí en el sofá, mi hija entre
mis piernas empezó a hacerme una mamada que me
recordó las que hacia su madre, no tenia nada que desmerecer, y me puso
la
polla al borde del orgasmo, le dije que parase, así que la tumbe en la
alfombra, para desnudarla, pude de nuevo verla completamente desnuda, pero
ahora seria mis, sus pechos eran preciosos, estuve un buen rato chupandolos,
lamiéndolos y estrujándolos, era lo que siempre había echado
de menos en mi
mujer, una buenas tetas, y por fin, tenia unas para mi solito.
Mi hija empezó a jadear como una perra
en celo, me gritaba que la follase
con mi pollaza, pero yo la hice esperar, era igual que su madre. así
que me
metí entre sus piernas y empecé a comerla su chochito, para entonces
bastante húmedo. Ella se volvió como loca al sentir mi lengua
dentro de su
sexo, buscando como un perro de caza, tocando y alejándose de su clítoris
una y otra vez, allí no pudo reprimirse y al pobrecita se corrió
en mi boca
entre alaridos.
Aquel era el momento, así que la abrí
de pierna y empecé a follarla. Hacia
mas de tres años que no lo hacia, así que la empuje con todas
mis fuerzas,
estábamos como locos, follando como dos animales, padre e hija, ella
se
retorcía entre mis manos, yo no dejaba de tocar y besar todo su cuerpo
mientras la perforaba demencialmente. No pude aguantar mas y me corrí
como
un loco inundando todo su chochito. Me dijo que no había problema, ya
que
tomaba la pastilla.
Al sacar mi polla de su conejito, la muy puta
empezó a chuparmela para
succionar todo el semen que me quedaba, y no pude resistir el volver a
empalmarme, la zorra se dio cuenta y comenzó una mamada como no recuerdo.
Al
poco estaba otra vez completamente excitado. Me dijo que quería recibir
esa
polla en su culito, así que la puse a cuatro patas. Lo cierto es que
tenia
un trasero precioso, con un pequeño orificio como culito, mi polla abarcaba
aquel agujero y mucho mas, empecé a perforar su culito después
de excitarlo
y lubrificarlo un poco, ella gritaba como loca, quería que se la metiera
hasta el fondo, la verdad es que me costo horrores el poder enchufársela
toda. Ella se masturbaba como una loca mientras que iba de un orgasmo a otro
hasta que por fin pude meterle toda mi pollaza en su culito. Estaba con
enajenada, y eso me enloqueció a mi también, así que empecé
a cabalgarla y a
tratarla como una vulgar perra, lo cual pareció excitarla todavía
mas. La
cabalgue por toda la casa, sodomizando su culito por todas las habitaciones,
al final acabe llenándolo otra vez de semen mientras que ella no paraba
de
correrse.
Aquella noche, ella dejo a su novio, y desde
entonces, no sale con mas
chicos, como su madre, solo quiere de mi polla, y estos dos últimos años
han sido increíblemente lujuriosos
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