Maria tiene los cabellos largos y rubios y una figura muy
esbelta. Aunque sea muy macabro esta noche he tenido mi primera erecci�n con una
mujer. Maria llevaba un camis�n negro semitrasparente, que mostraba su cuerpo
apenas tapado por una bragita del mismo color. Era la primera vez que
contemplaba a una mujer tan ligera de ropa. Esto me produjo una erecci�n, pero
lo bueno estaba por llegar.

No pod�amos dormir as� que estuvimos recordando los buenos
momentos que hab�amos pasado los cuatro juntos, adem�s Maria me cont� cosas que
ocurrieron antes de mi llegada, tambi�n me cont� como se conocieron. Estuvimos
hablando mas de cinco horas, hasta que no pudo mas y se quedo dormida. Maria me
abrazo y me atrajo fuertemente hacia sus pechos, uno de los cuales hab�a quedado
al descubierto, y ubico mi cabeza entre sus dos espl�ndidos pechos, dejando el
pecho descubierto a la altura de mi boca. En ese momento sent� como mi pene
empezaba a crecer y a crecer, parec�a que no iba a parar, e iba a explotar. Yo
sabia que aquello no estaba bien pero era una cosa que no pod�a evitar, as� que
intente zafarme y separarme de ella, pues as� me bajar�a aquello. Parec�a que
funcionaba pero mi sorpresa fue que me volvi� a abrazar, esta vez de espalda, y
me estrecho con tal fuerza que notaba sus pezones en mi espalda, y de inmediato
eso que me estaba bajando empez� a subir de forma desbocada.

No es por vacilar pero tenia un miembro fuera de lo com�n
para mi edad. Ya de peque�o, tanto mi padre como Paul, cuando la ni�era me
lavaba, dec�an medio en broma, medio en serio "que pedazo verga tiene mi ni�o".

Cuando me despert�, ella todav�a dorm�a, esta vez era yo
quien la abrazaba y mi mayor sorpresa fue ver que tenia el miembro er�ctil en el
canalillo de sus nalgas. Y en eso que dijo -�te gusta?. Yo asombrado por lo
extra�o de la pregunta le respondi -�y a ti?. Despu�s de estas palabras se
sumergi� en la sabana y apoder�ndose del pene empez� a lamerlo como una poseida.
Se lo metia todo en la boca, lo mordisqueaba, me comia los huevos, �dios que
placer!, me moria de placer, nunca me habian hecho una mamada tan buena. La
aparte bruscamente y asustado la pregunte que si eso no estaba mal pues era mi
madrastra. Sin decir nada volvi� a lo que estaba haciendo. Estaba mal pero me
gustaba mucho como lo lam�a. La cog� de la cabeza y la hice subir para darle un
beso al tiempo que recorr�a su cuerpo con las manos.

La hice que se tumbase para comerle el co�o que era lo
que seg�n un libro que me regalo mama hace 2 meses, mas me gustaba a las mujeres
en la cama. Cuando llevaba un buen tiempo jugando con su cl�toris la cog� por
los tobillos, para separarle bien las piernas. Introduje mi pene, al tiempo que
Maria soltaba un enorme grito de placer y despu�s de un buen tiempo metiendo y
sacando mi pene de su humeda vagina, le dije que estaba a punto de correrme, y
bruscamente me separo y dijo aun no. me dijo que me tumbase y no me preocupara,
que ella se ocupar�a de todo. Una vez tumbado se puso encima de mi, a la altura
del pene, y sin pens�rselo dos veces se lo introdujo.

Al momento dibujo con las caderas c�rculos, y empez� a
moverse arriba y abajo. No paraba de gemir, que gemidos Dios m�o, cada vez se
mov�a mas deprisa, cuando estuvo, aproximadamente, diez minutos as� se la saco.
Entonces se puso a cuatro patas y me dijo que se la metiera, y que me moviese,
sin sacarla, para dentro, para fuera as� continuamente. La hice caso, cada
cierto tiempo me dec�a que lo hiciese mas deprisa, cuanto mas deprisa lo hacia
mas gem�a. Transcurrido un tiempo me ordeno que se la sacase y me tumbase, la
hice caso, despu�s se introdujo el pene otra vez en la boca hasta que eyacule,
se lo trago todo.