Ten�a unos 11 a�os cuando empec� a tener alg�n inter�s por el
sexo. Era hijo �nico y viv�a con mis padres, los dos trabajaban, �l en una
f�brica y ella en una oficina. Mi escuela estaba cerca del trabajo de mi padre y
algunos d�as �l pasaba a recogerme a la salida.
En casa, no recuerdo haber visto desnudo a mi padre, algunas
ocasiones hab�a salido de su habitaci�n en calzoncillos y en el ba�o siempre
cerraba la puerta. Yo tambi�n era bastante pudoroso y no me gustaba que me
vieran desnudo. En la escuela, en clase de gimnasia nos desnud�bamos para tomar
una ducha, pero casi siempre pon�amos la toalla en la cintura antes de bajarnos
el calzoncillo. En la ducha pod�a ver a los dem�s ni�os desnudos, pero casi
siempre nos d�bamos la espalda.
En ese periodo pas� algo muy simple, pero que marc� bastante
mi futuro. Esperaba a mi padre, hab�a ya pasado media hora y no llegaba, yo
empec� a inquietarme, estaba en la puerta de la escuela y el conserje me vio
inquieto, me pregunt� qu� pasaba y se ofreci� a acompa�arme hasta le f�brica
para ver si mi padre se hab�a olvidado. Llegamos ah� y preguntamos en una
oficina de recepci�n, enseguida me tranquilizaron, dijeron que hab�an tenido un
problema y que aquel d�a todos los obreros saldr�an un poco tarde. El conserje
de la escuela conoc�a a la mujer que nos atendi� y ella dijo que si quer�a pod�a
esperar en el vestuario, as� mi padre me ver�a nada m�s acabar el trabajo y se
ahorrar�a el nerviosismo de llegar tarde. Entr� en el vestuario con mi
acompa�ante, pero �l se fue enseguida con la seguridad de que quedaba en buen
recaudo. La habitaci�n era bastante grande, llena de taquillas, unas banquetas
de madera y un par de puertas al fondo que permanec�an abiertas, en una pod�a
ver unos urinarios y en la otra unas duchas.
La mujer me hab�a dicho cu�l era la taquilla de mi padre, de
modo que lo pod�a esperar ah� sentado. Calculo que pod�a haber unas 300
taquillas, deb�an cambiarse all� todos los empleados. Cuando ingres�, hab�a un
par de hombres hablando, con el pantal�n puesto, sin camisa, me miraron, pero no
dijeron nada, acabaron de vestirse y se fueron. Me qued� solo, aunque en un par
de minutos entraron tres hombres, de muy diferentes edades, calcul� que el joven
tendr�a unos 20, otro pasar�a de los 40, m�s o menos la edad de mi padre, y el
tercero andar�a por los 60. El mayor me pregunt� a qui�n esperaba, al decirle el
nombre de mi padre, el de unos 40 me sonri� y me pregunt� si era su hijo, parece
que eran bastante amigos e incluso hab�a estado en mi casa, pero yo no lo
recordaba.
Entonces empez� todo, hablando y con algunas bromas entre
ellos, se fueron desnudando hasta quedar completamente desnudos. El viejo, ten�a
una verga peque�a, rodeada de pelos blancos, los otros dos la ten�an bastante
grande, al menos larga porque no dejaba de bailar entre sus piernas. Cuando el
primero se baj� el calzoncillo, me sonroj� y no sab�a d�nde mirar, pero ellos
segu�an a lo suyo. Estando sentado, llegu� a tener sus vergas a escasos
cent�metros de mi cara, pod�a ver todo, la raja por donde sale el pis, algunas
peque�as venas,�. Mi erecci�n fue inmediata, la disimul� con la cartera que
llevaba del colegio encima de mis muslos. Y se fueron juntos a la ducha,
mientras yo segu�a sentado y sofocado. Llegaron otros trabajadores, pero se
quedaron un poco m�s alejados y yo los miraba por el rabillo del ojo mientras se
desnudaban. Alguno me miraba con curiosidad, pero nadie dec�a nada. Meses m�s
tarde supe que no era raro que algunos ni�os esperaran ah� a sus padres.
Mi padre no sal�a, pero yo estaba bastante entretenido. El
joven fue el primero en acabar la ducha y se acerco de nuevo a m�. Mientras con
la toalla se iba secando, me preguntaba el nombre, edad,� con una mano se
agarraba la verga y con la otra la toalla para secarla, creo que hab�a crecido
un poco; se agachaba al secarse las piernas y quedaba delante de mis ojos el
ojete de su culo,�. Regresaron los otros dos y lo mismo, con el agua caliente,
parece que les creci� el palo, sobre todo el mayor no lo ten�a tan encogido. Se
fueron secando, vistiendo, con calma y sin esconder en ning�n momento nada de su
cuerpo. Estaban ya por salir, cuando entr� mi padre, que se llev� una sorpresa
al verme. Le cont� que me hab�a acompa�ado el conserje y se disculp� por el
retraso, pero dijo que hab�an tenido unos problemas con unas m�quinas y no hab�a
podido salir. Tambi�n me dijo "ahora que ya sabes el camino, cualquier d�a que
salgas antes, puedes acercarte hasta aqu� y me esperas". Vaya si lo hice��
Pap� no se duch�, dijo que iba con mucho retraso, mam� nos
estar�a esperando y era mejor ir enseguida. Salimos todos juntos, los cinco
hasta el aparcamiento y all� se despidieron los compa�eros de pap�.
Tal vez mi padre no lo not�, pero si mam�, yo estaba muy
nervioso, lo que hab�a visto me parec�a incre�ble, que los hombres se quedaran
en cueros delante de otros no entraba en mi cabeza. Yo nunca hab�a visto rabos
adultos, excepto una vez que se lo v� a un profesor que estaba orinando cuando
entr� yo en el servicio, pero fue poco y no me enter� demasiado de c�mo era.
Adem�s, lo que m�s me excitaba era el desparpajo con el que se mostraban,
aquellos trozos de carne bailaban ante mis ojos y ante los de otros hombres que
un poco m�s alejados tambi�n se cambiaban. Y todo en un primer plano, nunca
hab�a pensado que pudiera ver un agujero del culo tan de cerca. Mam� me pregunt�
qu� me pasaba, yo dije que estaba cansado, el d�a hab�a sido agotador y en el
patio hab�a estado corriendo mucho; no se si tambi�n not� que mi verga estaba
bien firme durante todo el tiempo. Y as� me levant� el d�a siguiente, aunque con
el calzoncillo un poco h�medo, yo pens� que me hab�a orinado.
Hasta ese d�a, mi sexualidad estaba completamente dormida.
Alguna ocasi�n hab�a escuchado a los mayores de la escuela o del barrio que
hablaban de hacerse pajas, o machacarsela, o hacer una manola,� pero yo no ten�a
ni idea de qu� era eso. Pensaba que ser�a alguna gamberrada y no ten�a inter�s
en saber m�s. Pero desde ese d�a, mi pensamiento cambi�, cuando iba al vestuario
despu�s de la gimnasia, intentaba mirar lo que pod�a entre mis compa�eros y
alguno que no era tan pudoroso no le importaba mostrar la pollita, claro que su
tama�o era tan reducido que mi pensar segu�a en otro vestuario y no dejaba de
estudiar c�mo podr�a entrar ah� de nuevo.
Otro de mis pensamientos era mi padre, si antes no ten�a
inter�s en verlo desnudo, ahora sent�a tremendas ansias de verle la verga. Un
d�a lo intent�, era un s�bado y �l fue a dormir un poco despu�s de comer,
mientras mi madre limpiaba en la cocina y yo miraba el televisor. Me acord� de
preguntarle a mi madre si me hab�a comprado unos cuadernos que necesitaba para
la escuela y ella me dijo "si, pero est�n en mi habitaci�n, ya te los dar�
luego, que tu padre est� durmiendo". Yo acept�, pero luego pens� que tal vez
podr�a ver algo si entraba en la habitaci�n y le dije a mi madre que podr�a ir a
buscarlos sin hacer ruido, ella me dijo "bueno, pero que no se despierte tu
padre que est� muy cansado". La puerta estaba entornada y hab�a una tenue luz
que dejaba ver la figura de mi padre estirado en la cama, casi desnudo, solo con
unos calzoncillos blancos que dejaban escapar algunos pelillos por los costados.
Yo me quit� los zapatos, mi coraz�n estaba acelerado, enseguida vi los
cuadernos, pero me acerqu� a mi padre con la esperanza de que algo se escapara�
Lo blanco no lo era tanto, ten�a algunas manchas amarillas, pens� que eran
manchas de meados, acerqu� la mano, no sab�a d�nde tocar, pod�a despertar con el
contacto, as� que me limit� a mirar, parec�a que el bulto crec�a en algunos
momentos. Ya no pod�a m�s con los nervios y en un momento se movi�, creo que
pegu� un salto y volv� a la realidad, tom� los cuadernos y sal�. No sab�a cu�nto
tiempo hab�a estado ah� y mi madre al verme me pregunt� si es que no los
encontraba, no supe que contestar, luego me pregunt� de nuevo, �no habr�s
despertado a pap�?.
Tuvo que pasar algo m�s de un mes para volver a entrar en
aquellos vestuarios que no pod�a quitarme de la cabeza. Recuerdo que era un
lunes y un profesor no se present� a las clases, como no avis�, no hab�a nadie
que lo pudiera sustituir y nos dijeron que pod�amos estar en el patio hasta la
hora de salir. Yo habl� con el conserje y le pregunt� si pod�a dejarme salir,
ir�a a la f�brica de mi padre y as� �l no tendr�a que esperarme. Le pareci� bien
y pregunt� si quer�a que me acompa�ar, yo dije que no era necesario, estaba
bastante cerca y pod�a ir solo. En la puerta hab�a un hombre y me indic� que lo
esperara ah� sentado, yo sent� una gran decepci�n. Pero pas� aquel hombre mayor
que conoc� el primer d�a, me vi� y me llam�, le dijo al de la puerta qui�n era
mi padre (yo se lo hab�a dicho pero no deb�a fiarse) y entonces lo acompa��
hasta el vestuario. Mi padre tardar�a media hora larga en salir, pod�a sentarme
y relajarme. Se repiti� lo del primer d�a, aunque en esta ocasi�n me fij� m�s en
otros hombres que se cambiaban, llegu� a contar 16 rabos�. El hombre dijo
llamarse Gilberto y cuando regres� de la ducha intentaba hablar conmigo,
mientras se iba secando, su verga qued� completamente dura, muy cerca de mi
cara, no pensaba que fuera con ninguna intenci�n, pero �l deb�a darse cuenta de
que yo no paraba de mirarla y me pareci� que de la peque�a rajita sal�a un poco
de l�quido.
Disimuladamente se estuvo masturbando un poco, yo no sab�a lo
que hac�a, pero recuerdo que se la iba tocando y tapando un poco con la toalla
para no llamar la atenci�n de otros que andaban por ah�. Cuando Gilberto ya
empezaba a ponerse los calzoncillos, entraron los otros dos conocidos, yo
pregunt� si pod�a ir al servicio pues ten�a ganas de orinar y Gerardo, el de la
edad de mi padre, me tom� de la mano y me llev� por aquella puerta del fondo,
donde estaban los urinarios. Pensaba que se ir�a, pero en lugar de ello abri� su
bragueta y sac� su verga, yo estaba mirando, no sab�a c�mo hacerlo porque seguro
que delante de �l no saldr�a nada, entonces me dijo: "�no quer�as mear?, pues
venga vente a mi lado que lo haremos juntos", parec�a que no ten�a alternativa.
Pod�a ver el chorro de l�quido amarillo que sal�a, mientras intentaba sacar mi
verga, pero estaba dura y no resultaba f�cil; cuando la ten�a en la mano, de
all� no sal�a nada, y �l miraba sonriendo. Yo me sonrojaba y sent�a mucha
verg�enza, estaba mostrando mi diminuta verga y no dejaba de comparar, me sent�a
inquieto y cuando su chorro iba decreciendo me tom� de la cabeza y me dijo: "no
te preocupes, ya saldr�, dale tiempo". Empez� a sacudir y descapullar la cabeza
de su verga, al tiempo que iba ganando en tama�o, cuando ya no quedaban gotas,
no la guard�, alarg� su mano tom� la m�a, la acarici� un poco y dijo: "es
peque�a, pero graciosa y parece que tiene ganas de juerga". Yo no sab�a d�nde
ponerme, de nuevo mi coraz�n iba a una velocidad de v�rtigo, adem�s, me di
cuenta de que al ponerse de lado, su verga rozaba con mi mano. Sin intenci�n,
pero fue la primera vez que toqu� algo que no era m�o. Y entonces, entro un
hombre tambi�n con la intenci�n de mear. Iba completamente desnudo, salud� a
Gerardo y este le dijo que yo era el hijo de Enrique, puede ver una sonrisa en
sus labios, estoy seguro que vi� perfectamente c�mo me agarraba la pollita y
tambi�n como la ten�a totalmente tiesa. Se puso al lado de Gerardo, est� se
entr� la verga y se fue, dej�ndome con la m�a fuera, dura y sin poder orinar. El
otro no se cort�, su aparato estaba circuncidado, cosa que me llam� la atenci�n
y lanz� un buen chorro de orina, mientras me miraba y sonre�a. Yo no pod�a m�s,
met� lo m�o en los pantalones y me fui sin haber descargado nada. Al regresar al
lugar, Gerardo se quitaba la ropa, Gilberto ya se hab�a ido y el otro estaba en
la ducha.
Cuando me qued� solo sent� un poco de miedo, pens� que
Gerardo pod�a decirle a mi padre lo que hab�a visto, que me hab�a tocado, que
miraba su verga,�. Estaba en estos pensamientos cuando escuch� que alguien
llamaba a Enrique, entonces vi que mi padre acababa de entrar. Me salud� y me
pregunt� qu� hac�a ah�, en un primer momento pens� que estaba enfadado, pero
luego me di cuenta de que no era as� y me dijo "hoy si que voy a ducharme, no
tenemos prisa". Y as� fue c�mo vi por primera vez la verga de mi padre, bueno,
la verga , los huevos, el culo,�. Mientras se desnudaba yo me sent�a inquieto,
cuando solo conservaba los calzoncillos, pens� que no se los iba a quitar
delante de m�, pero no acert� y con total naturalidad se los fue bajando,� no se
si pudo descubrir algo mi cara,c�mo me sent�a en aquel momento. Vi una verga muy
grande, la m�s grande que hab�a visto hasta el momento y completamente
descapullada, como la que hab�a visto momentos antes por vez primera. Sus nalgas
estaba cubiertas de pelos y yo sent�a una imperiosa necesidad de tocarlas,�.
Mientras se alejaba camino a la ducha, David, el chico m�s joven aparec�a y se
sentaba a mi lado, de nuevo el ritual de secarse, la polla un poco morcillona,
bajando el tronco delante de mis narices y pudiendo contemplar el agujero de su
culo. Al regreso, mi padre se sec� rapidamente, se visti� y salimos.
A la tercera fue la vencida, la tercera vez que entr� en
aquel lugar, fue cuando tuve mi primer contacto verdaderamente sexual. Era el
mes de mayo, muy cerca de mi aniversario; hab�a pasado algo m�s de un mes desde
lo anterior. Yo segu�a buscando motivos para ir a esperar a mi padre, pero no
era f�cil encontrarlos. Creo que fue tambi�n la falta de un profesor que me
facilit� la labor.
Entr� sin problemas, los porteros parece que ya me conoc�an.
En el vestuario habr�an unos cinco hombres, y alguno en la ducha. Yo no reconoc�
a ninguno y me fui al urinario para mear, afortunadamente ya estaba en ello
cuando entr� un hombre, estaba desnudo y se coloc� a mi lado. No me atrev� a
mirarle la cara, pero no dejaba de mirar su rabo, empez� a salir el flujo
amarillento y entonces el me habl�: "que descanso, �verdad?", lo mir�
timidamente y solo dije "si". En eso, �l miraba mi pollita y dijo algo que no
llegu� a comprender, por ello dirig� la mirada a su cara como interrogando sobre
sus palabras y descubr� que era el hombre de la verga circuncidada, aquel que
pudo ver el otro d�a como Gerardo me tocaba. Hab�a acabado mi flujo, pero no me
hab�a dado ni cuenta, mi verguita segu�a a la vista y bastante endurecida, el
acerc� su brazo y me atrajo hacia su cuerpo, tom� mi mano y la acerc� a su verga
y me dijo: "sac�dela que salten las �ltimas gotitas", obedec� y segu� tocando
hasta que lleg� a quedar completamente parada. Entonces me pregunt�: "�te
gustar�a chuparla un poquito?". Yo sent�a curiosidad, pero no entend�a muy bien
qu� quer�a decir.
Me indic� que esperar y sali� del lugar, pensaba que todo
hab�a finalizado y pasado un momento me dispon�a tambi�n a salir, pero entonces
entr� de nuevo, no iba solo, le acompa�aba un chico bastante joven, tal vez
menor que David. Iba desnudo y su verga estaba un poco parada. Me dijo el hombre
"este es un amigo, estar� en la puerta y nos avisar� si viene alguien, mientras
tu puedes chuparmela un poquito". Yo lo intent�, pero deb�a ser muy torpe porque
pronto le indic� al jovencito que se la chupara un poco y me ense�ara c�mo
hacerlo; esta ense�anza tambi�n incluy� unos lametones a mi verga. Aprend�
r�pido, porque cuando me la met� de nuevo en la boca, solt� sin avisar una gran
cantidad de leche. Solo ten�a una ligera intuici�n de qu� era aquello y sent� un
poco de asco al principio, pero el chico joven peg� su boca a la m�a, me orden�
abrirla y compartir aquello. Claro que este, Rafael se llamaba, no estaba del
todo satisfecho y me pregunt� si quer�a chuparsela tambi�n, en principio dije
que no porque ten�a miedo de que alguien nos encontrara, asom� la cabeza y no vi
a nadie en el vestuario, unicamente sent�a que hab�a alguien en la ducha. La
tentaci�n era grande y sin m�s me la met� en la boca, era el mayor el que
vigilaba en la puerta, pero mientras yo chupaba, not� que alguien palpaba mis
nalgas, metiendo la mano por dentro del pantal�n, luego un dedo se introdujo en
mi agujero, no hac�a m�s que excitarme y cuando Rafael explot� su leche me
pareci� sabrosa.
Creo que estaba sediento de verga, en ese momento hubiera
chupado cualquier polla que estuviera a mi alcance. Rafael se limpi� un poco con
los dedos y se dirigi� al urinario donde empez� a mear, yo acerqu� mi boca y con
la lengua le recorr� la verga hasta llegar al l�quido que soltaba y lo prob� un
poquito. Recuerdo que el otro hombre coment�: "vaya puta hemos encontrado, otro
d�a le mear� en la boca".
Aquel d�a ya no pas� nada m�s destacado. Esper� a mi padre
que ya no tard�, vi unas cuantas vergas, incluida la paterna, pero ya no las
cont�. A los otros amigos no los v�. Yo entr� en un camino sin retorno, llegu� a
probar muchas de los trozos de carne que vi en aquel lugar y que en principio
pensaba que solo eran para mear.
Si quereis que siga con la historia, espero vuestra opini�n.