Relato: VIRTUDES , LA ESPOSA FIEL -Cuatro-
Lean antes Virtudes, la esposa fiel -uno, dos y tres-
CONTINUACION
Me encontraba en el paseo mar�timo de Marbella. Hab�a mucha animaci�n, gente de todas las edades y nacionalidades. Andaba distra�da contemplando el mar, recordando la situaci�n que se hab�a creado en la habitaci�n del hotel entre mis dos amigas y los jovenzuelos. Me parec�a imposible que ellas parecieran dispuestas a organizar una org�a con los tres ni�atos. Vamos que me pareci� entender, por lo que vi, que estaban dispuestas a que foll�semos los seis en la misma habitaci�n y que nos cambi�semos de chico, alternativamente, hasta que cada una de nosotras disfrutase de la polla de los tres. Vamos que hubiese mamadas, penetraciones vaginales, anales y hasta dobles o triples penetraciones, por la boca, el chocho y el culo, de los tres ni�os con cada una de nosotras. "Ser�n guarras" -pens�. En mis treinta y nueve a�os que tengo, nunca hab�a participado en esas org�as. Nunca hab�a estado con un hombre, mas que con Luis, mi marido. Lo m�s que hab�a hecho fue, una ma�ana mientras Luis trabajaba, ver una pel�cula porno, en la que se ve�a c�mo una mujer desnuda, en la cama, se masturbaba el cl�toris con una mano, a la vez que, con la otra, se introduc�a en la vagina el pino de la nariz de "Pinocho", logrando un tremendo orgasmo y sacando despu�s la nariz del mu�eco ensangrentada. Aquello me hab�a puesto cachonda y no hac�a m�s que pensar en la llegada de Luis del trabajo. Mientras ven�a; me puse un vestido negro de tubo ajustado, que me llegaba un poco m�s abajo del culo. No llevaba m�s; ni sost�n, ni braga. Cuando lleg� Luis, se puso a comer; yo le miraba insinu�ndome y dirig�a de forma furtiva mi vista hac�a el plato de fruta, que conten�a pl�tanos de buen tama�o. Luis pareci� darse cuenta y los dos nos re�mos picaronamente. Velozmente, fu�mos al dormitorio y Luis me ech� sobre la cama, subi�ndoseme el vestido hasta la cintura y dejando ver todo mi co�o palpitante y mojado. "No traes el pl�tano" -le dije. Luis volvi� de la cocina y sin pens�rselo dos veces, me introdujo el pl�tano en la vagina, lo que hizo que me pusiese loca de excitaci�n y de placer. Comenc� a mover mi co�o fren�ticamente con el pl�tano dentro y vi como Luis de excitaci�n se corr�a mojando los calzoncillos. Yo lograba un orgasmo fant�stico...... . En otras ocasiones, que hicimos el amor, mientras yo le chupaba salvajemente la polla, �l me introduc�a un consolador en la vagina y yo le dec�a: "�Qu� guarra soy, con dos pollas a la vez". Otra vez, teni�ndome a cuatro patas en la cama, met�a su enorme polla en mi peque�o agujerito del culo y al mismo tiempo, con su mano, me introduc�a el consolador en mi vagina. Me volv�a loca sentir los dos objetos rozando la piel que separaba mis dos cavidades. Despu�s que �l eyaculaba dentro de mi ano; yo me masturbaba con la mano y lograba un salvaje orgasmo. Luis dec�a: "Ser�a maravilloso que probases con dos hombres", a lo que yo respond�a: "De momento conf�rmate con esto".
..... "Si estoy abierta a nuevas experiencias, pero siempre que participe mi marido" -llevaba metido en mi cabeza.
Estos pensamientos y la tira �nica de mi tanga, por mis nalgas entre los gl�teos, rozando mi ano y mi vulva, hab�an hecho que sintiese un picor en mi cl�toris muy agradabe. As� estaba abstra�da, cuando vi que me asaltaba un viejo, pidi�ndome unas monedas para comer. Le di unos euros y el viejo agradecido, me solt�, gui��ndome un ojo:
-�Vaya par de tetas, se�orita!
-Se�ora -le respond�.
-�Ah!, pues perdone....�Vaya culazo, se�orita! -y sigui� su camino.
Al final del paseo atisb� un pintor, que efectuaba firmes trazos con un pincel sobre la tela de un caballete. Me acerqu�, y pude ver, que pintaba el mar; plasmando el color de la aurora con el ocaso del sol. Era un bonito cuadro. Me fij� en el hombre: Deb�a tener unos sesenta a�os, varonil, m�s alto que yo; una melena larga alborotada de rojizo color y vest�a una ropa vaquera desenfadada. Al notar mi presencia dijo:
-�Le gusta, se�ora?
No s� como adivin� que era casada, pero agradecida por su cortes�a, respond�:
-Es muy bonito. Tiene colores muy vivos. Parece real.
-Ya he acabado por hoy; vivo cerca. Si quiere puedo ense�arle mi estudio.
Le mir� f�jamente; inspiraba confianza. Dudaba, pero al final decidida, asent� con la cabeza. Recogi� sus b�rtulos y nos dirigimos a su casa.
Me qued� sola en el estudio; mientras David, que dijo llamarse el pintor, fue a buscar unas bebidas. El estudio estaba repleto de cuadros; la mayor�a eran mujeres pintadas: unas el rostro, otras de la cabeza hasta la cintura y abundaban muchas desnudas totalmente.
-�Le gustan, Virtudes?
-Pinta muy bien, David.
Me llev� al div�n y me invit� a sentarme. Al posarme en �l y estar tan mullido, hizo que mi culo se introdujese profundamente, con suavidad, sobre el almohadillado y que se elevasen ligeramente mis piernas, haciendo que el vestido subiera hasta mi cintura, ense�ando todos mis muslos y el principio del tanga negro. Me qued� cortada y cruc� mis piernas, para al menos no ense�ar la braga y que David no pensase que era una fresca. Apoy� mis brazos sobre el div�n. El pintor pareci� no fijarse en mi desnudez y me ofreci� un combinado que dijo: "Es muy estimulante. Refresca y al mismo tiempo anima". No dijo que conten�a. Mientras beb�amos, que por cierto me pareci� delicioso el combinado, David me fue ense�ando l�minas de dibujos de mujeres desnudas. Yo las miraba con inter�s. De golpe David me pregunt�:
-�Por qu� va sola y como preocupada?
Este hombre parec�a que adivinaba mis pensamientos. Le cont� que hab�a venido con dos amigas, que me hab�a enfadado con ellas por causa de las intenciones sexuales de los chicos. Que estaba casada, tenia dos hijos, y hab�a prometido fidelidad a mi marido.
-Lo importante de una persona en la vida es intentar hacer lo que desea, porque si no, vivir� el resto de su vida amargada. Todo lo dem�s no importa. Todo lo dem�s son tabues; prejuicios creados por la sociedad -y me solt� de sopet�n-: �Ud. deseaba follar con esos j�venes?
Me puse colorada como un tomate y respond�:
-Quiz� si fueran algo m�s maduros y en presencia de mi marido.
-Ve. Su marido es el prejuicio, es el tab�. Es lo que la impide disfrutar de sus deseos y descubrir despu�s si la gusta o no la gusta.
No supe qu� responder. El vestido no hac�a m�s que sub�rseme y ense�aba todo el tanga. David vino con dos combinados m�s y me ofreci�:
-Beba, la relajar� -y a�adi�-. Sabe Virtudes, me gustar�a dibujarla.
Puse cara de interesante y pregunte:
-�Me har�a un retrato?
-�No! Me gustar�a dibujarla desnuda.
Me qued� de piedra. David quer�a que me desnudase delante de �l. No sab�a qu� decir. No me hab�a desnudado ante ning�n hombre, que no fuese mi marido; estaba indecisa, pens� en marcharme y olvidarlo todo. Pero, por otro lado, me agradaba la idea de que me hiciesen una pintura. Adem�s David parec�a un se�or serio y me trataba con mucho respeto. S�lo se trataba de hacer un dibujo. Nada m�s. Me beb� de un trago el combinado y me levant� resuelta a posar para �l. David cogi� de una mesa l�piz y papel, coloc�ndolo en la tela del caballete y parec�a como abstra�do. No me miraba. Esto me anim�, pues pens� que no era m�s que el trabajo de un profesional y decidida dej� bajar mi vestido hasta el suelo, quedando semidesnuda delante de �l. S�lo llevaba puesto mi diminuta tanga negra brasile�a. Tap� ruborizada mis dos tetas con mis manos y no sab�a qu� hacer.
-�Qu�tate la braga, tambi�n!
Segu�a sin mirarme. "�C�mo pod�a saber que no me hab�a quitado el tanga?" -me pregunt�. Despacio fui bajando las manos de mis tetas y dubitativamente despoj� la tanga de mi sexo, dejando que cayese al suelo. David me mir�, me contemplaba f�jamente. "Me observa, como mira un m�dico, como una artista profesional; es pintor" -pens�. Se puso delante de m�, muy cerca y dijo:
-�Tienes dos tetas colosales! y....�Un culo terso y duro, tambi�n! -despu�s de, r�pido y fugazmente, darme un azotazo no muy fuerte en mi trasero, que yo poni�ndome como la grana supuse lo hac�a para que me relajase y tranquilicase mis m�sculos. Me Llev� de la mano al asiento de posar, y, all�, sent�ndome, coloc� mi cara mirando al caballete y cogi� mis manos poni�ndolas debajo de mis tetas, de forma que sobresaliesen m�s y mis dedos rozando los pezones, que se pusieron duros y tiesos. David fue al caballete y comenz� a dar r�pidos trazos para realizar un boceto de mi cuerpo. Llev�bamos veinte minutos as�, yo completamente desnuda; cuando apareci� en el estudio, delante de m�, un joven, como de unos treinta a�os, bell�simo.Era alto, rubio, atl�tico, de finas facciones. Yo sorprendida y avergonzada corr� hacia David, que me dej� una bata para taparme.
-No te preocupes, Virtudes. Es Favio mi modelo.
Nos present� y prepar� otros combinados para distender la situaci�n provocada. Yo nerviosa me sent� en el div�n y vi como Favio, donde yo antes hab�a posado, se desnudaba completamente, quedando a mi vista su esplendoroso cuerpo. Parecia un apolo. El David de Miguel Angel. En �l todo era perfecto. Su cabeza, su tronco, sus brazos, sus piernas. Todo guardaba armon�a. Era pura fibra. Y no pude apartar mi vista de su enorme pene; ten�a una polla de deb�a medir veintiocho cm. y ocho cm. de grosor. Era apabullante su poder�o.
-Virtudes, cumple tus deseos -me dijo el viejo pintor.
Como hipnotizada ante la visi�n de aquel efebo, de aquel dios terrenal y propiciado por la bebida, me despoj� de la bata y desnuda, segura, me acerqu� a Favio y poni�ndome de rodillas coloqu� mis labios en el glande de mi apolo y abr� mi boca intentando introducirme su polla. A duras penas consegu� meterme la mitad de ella, que llen� toda mi boca y bloqueaba mi garganta impidi�ndome respirar. Not� como los flujos de mi vagina comenzaban a caer al suelo. Casi ahog�ndome, saqu� la polla de Favio que palpitaba y daba peque�os movimientos. Me cogi� en brazos y me llev� a una mesa que hab�a, y, all�, me deposit� con suavidad. Sent� mi culo en la mesa, haciendo que inclinase mi espalda y mi cuerpo, apoy�ndome sobre ella, y dejando mis piernas colgando en el aire. Favio, de p�e, me abri� desmesuradamente las piernas y acerc�ndose, sin compasi�n, introdujo todo su miembro en mi vagina. Yo con mis piernas rode� el culo de Favio, al tiempo que con los pies empujaba sus nalgas, para que se moviese y metiese su polla m�s dentro de m�. Yo como una posesa mov�a la cabeza, de un lado para otro; mis tetas hab�an crecido exageradamente, parec�an dos globos a punto de explotar. Con mis manos apretaba los pezones de Favio, que abr�a la boca, sacando la lengua de excitaci�n y agotamiento. En una de esas embestidas logr� un orgasmo brutal: -�Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!
Favio me volvi� a coger en brazos, y me llev� esta vez al divan, y all� fue �l quien se tumb�, boca arriba. Me puse encima de �l y con mi mano agarr� su poll�n y me lo introduje otra vez en mi co�o, que no paraba de despedir flujo. El puso sus rodillas dando en mis nalgas, de modo que, a cada cabalgada m�a, notaba como mi culo daba con los muslos de sus piernas; al tiempo que me mov�a como loca y golpeaba con mis manos salvajemente en el pecho de Favio. Me ech� totalmente encima de �l, y de pronto, not� que algo duro buscaba el agujero de mi culo. Era el viejo pintor, que me introduc�a otra polla enorme. Nunca me hab�an follado as�. Era maravilloso sentir las dos pollas dentro de m�. Durante quince minutos no dejamos de movernos los tres, hasta que logramos al un�sono un brutal orgamo. Ellos: �Ohhhhhhhhhhhhh! Favio, �Ohhhhhhhhhhhhhhhh! David y yo: �Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh! ,quedando los tres sobre el div�n exhaustos y jadeando.
Me levant� apresuradamente; me vest� y, sin decirles adi�s, sal� precipitadamente a la calle.
continuar�