Relato: El Museo (5)



Relato: El Museo (5)

El Museo V


Tras provocar su orgasmo, Miguel mir� satisfecho a Moli a�n
estirada en el potro de tortura y brillando por la intensa transpiraci�n. La
muchacha respiraba muy agitada, moviendo la cabeza con los ojos entreabiertos.
Algunas l�grimas secas recorr�an su rostro enrojecido y por fin Miguel se
compadeci� de sus sufrimientos. De este modo pens� que la sesi�n de sado con
Moli pod�a darse por terminada, al menos por el momento. As� Miguel quit� el
freno del cilindro del potro y fue aflojando �ste. Lo hizo poco a poco, pero a
pesar de ello a�n arranc� varios gemidos a Moli. Tras unos segundos �sta pudo
por fin descansar sobre el madero del potro y su respiraci�n se relaj� y se hizo
m�s profunda. Es curioso, pens� Miguel, se dir�a que ha disfrutado, sin embargo,
no la liber� a�n.


A cambio de esto se dirigi� hacia Silvia que segu�a colgada
de sus mu�ecas. La rubia ten�a el gesto crispado de dolor, sin embargo levant�
sus ojos h�medos por las l�grimas y gimi� algo a trav�s de su mordaza.
Probablemente Silvia ya estaba harta de permanecer en esa postura, pero Miguel
no le hizo ni caso y fue a lo suyo. Cogi� la polla tiesa con su mano y se la
empez� a restregar a por la cara. Silvia empez� a gemir con los ojos cerrados y
apart� el rostro hacia los lados mientras Miguel le pringaba la cara de semen
l�quido. Por fin, harto de jugar con ella, le agarr� del pelo y le oblig� a
levantar bien la cabeza. Esc�chame, esclava, le dijo, ahora lo que quiero es una
buena mamada, �lo has entendido?. Ella abri� los ojos mir�ndole. �Si te quit� la
mordaza lo har�s?, y Silvia afirm� con la cabeza. Miguel no tard� en quitarle la
mordaza. Cuando estuvo libre de esa molesta bola de goma, Silvia escupi� al
suelo y a duras penas pudo decirle angustiada.


Qu�tame los consoladores y las pinzas, me est�n matando. �La
chupar�s bien si lo hago?. S�, lo que quieras, por favor, no puedo m�s, su�ltame
y qu�tame esto. Diciendo esto, Silvia se agitaba para que se le desprendieran
las pinzas que mord�an aqu� y all� su piel, pero la mayor parte de ellas
permanec�a obstinadamente en su sitio. Vamos, estate quieta, le dijo Miguel, y
se puso a liberarle poco a poco de las dichosas pinzas. Si la mordedura de �stas
era dolorosa, no lo era menos retirarlas. La circulaci�n volv�a a cada uno de
los pellizcos de su piel y la pobre Silvia gritaba como una fiera agit�ndose y
cerrando los ojos de dolor y rabia cada vez que Miguel le quitaba una. Ay,
�joder qu� da�o!, gritaba ella. Miguel re�a ante las desesperadas sacudidas de
la muchacha.


Cada pinza hab�a dejado unas marcas en la blanca piel de
Silvia, y �stas se iban poniendo rojas por momentos. Miguel dej� los pezones
para el final a posta. De este modo le liber� los dos a la vez arrancando un
alarido de dolor a la joven y acto seguido se puso a juguetear en ellos con los
dedos para activar la circulaci�n. Silvia ten�a los pezones enormemente
sensibilizados as� que el masaje de Miguel se le hac�a ahora insoportable.
D�jame, por favor, deja de hacer eso cabr�n, gritaba como una posesa, pero
Miguel no par� hasta que el dolor empez� a aminorar. Hecho esto, no se pudo
reprimir y la bes� en la boca. Silvia al principio se resisti� cerrando los
labios y los ojos con rabia, pero en unos segundos respondi� al beso de su
torturador con una pasi�n igualmente intensa. Satisfecho por esa demostraci�n,
Miguel fue hasta el trasero de Silvia y desconect� los vibradores sac�ndolos
fuera de sus agujeros. Efectivamente, Silvia ten�a sus dos agujeros bastante
enrojecidos e irritados y la extracci�n de esos dos aparatos debi� dolerle a
juzgar por sus protestas. Al ver esto Miguel volvi� a palmear el trasero de la
chica y agach�ndose se dispuso a aliviar sus sufrimientos con la lengua. Esta
vez los gemidos de Silvia tuvieron mucho de placer y poco de dolor, pues la
lengua y los labios de Miguel aliviaron el escozor y la quemaz�n que ella sent�a
en su co�o. Miguel meti� su boca y su nariz bien adentro dej�ndose pringar de
los jugos vaginales que inundaban la c�lida caverna de la muchacha. Hasta Moli
levant� la cabeza al o�r c�mo bramaba Silvia de puro placer a pesar de que ya no
sent�a los hombros y la espalda le dol�a mucho.


En un momento dado Silvia par� s�lo para volver a gemir m�s
intensamente a�n. El caso es que Miguel le hab�a separado las nalgas con las
manos para tener un mejor acceso al ano de la muchacha. Primero le lami� la
aureola del esf�nter delicadamente y despu�s puso su lengua dura para
introducirla por el agujero del ano. Silvia lo ten�a tan relajado y abierto que
�l pod�a literalmente sodomizarla con su lengua. �Mi culo!, suspir� ella con los
ojos cerrados. As�, as�, sigue as�, Dios, voy a correrme. La posibilidad
augurada por su prisionera anim� a Miguel que empez� a acariciar con sus dedos
los labios de la vagina y el cl�toris mientras continuaba sodomiz�ndola ahora
con el dedo de la otra mano. Silvia tuvo el orgasmo en cuesti�n de dos minutos
como pudo comprobar el mismo Miguel al apreciar los espasmos de la chica.
Inevitablemente volvi� a darle una nalgada satisfecho por el "trabajo" y fue a
recibir su premio a la boca de la joven.


Silvia a�n se estaba recuperando de su orgasmo con los ojos
cerrados cuando percibi� un inconfundible olor a polla. Al abrir los ojos vio la
punta del cipote de Miguel, como un enorme gusano de carne de cuya boca h�meda
amenazaba con salir aquel l�quido salado. Por lo general, a Silvia le gustaba
probar todas las pollas que le iban a penetrar, as� que se ri� y la acarici� con
la lengua atrapando un poco de semen con �sta. Hecho esto mir� a Miguel y le
dijo. De verdad que quiero com�rtela antes de que me folles, pero su�ltame, as�
lo har� mejor. Est� bien, contest� Miguel. Y dirigi�ndose a la manivela fue
bajando la cadena que manten�a a Silvia casi en vilo. Esta pudo por fin posar
las plantas de los pies en el suelo y aliviar la presi�n sobre sus hombros. Sin
embargo estaba agotada as� que cay� de rodillas.


Miguel le solt� entonces la cadena aunque no le quit� las
esposas y la mantuvo con los brazos atados a la espalda. Oblig� a Silvia a
torcer su torso y entonces se puso a desentumecer sus hombros y masajear las
cervicales de la muchacha. Este experto tratamiento la alivi� algo de sus
dolores, de manera que en unos minutos ella estaba preparada para dar placer a
Miguel. Cuando termin� con el masaje se par� delante de ella, y entonces Silvia
volvi� a incorporarse para la felaci�n. La joven empez� poco a poco, lamiendo
con su lengua la punta del pene y bes�ndolo de cuando en cuando pero sin
met�rselo a�n en la boca. Gracias amo, dijo ella entre beso y lamet�n, no te
arrepentir�s. As�, as�, empez� a gemir Miguel con los ojos cerrados y la polla a
punto de explotar, y cogi�ndola del cabello le oblig� a ir meti�ndose la polla
en la boca. Vamos, preciosa, chupa. Silvia apenas se hizo de rogar entre forzada
y dispuesta y se puso a chuparle la polla lenta y cadenciosamente, adentro y
afuera, adentro y afuera, una y otra vez.


La joven disfrutaba casi tanto como Miguel de la mamada, pues
el pene de su verdugo era s�lido y grueso aunque tambi�n suave y c�lido. Su
sensible lengua rozaba ahora las molduras formadas por las venas palpitantes del
pene, y el inconfundible sabor a semen y orina llevaba a la muchacha a recordar
las decenas de felaciones que hab�a practicado desde que era muy joven. Silvia
estaba muy cachonda y ya se le hab�a olvidado el dolor, as� que dej� de chupar
por unos segundos y levantando sus bellos ojos dijo. �Por qu� no me follas?.
Miguel respondi� de inmediato. �Tambi�n por el culo?. S�, respondi� Silvia, como
t� quieras. Miguel le hizo levantarse tir�ndole del pelo y le dio un cachete.
Muy bien zorra, te sodomizar� como te mereces y despu�s tendr� que volver a
castigarte, �est�s de acuerdo?. Haz conmigo lo que quieras, mi amo, le contest�
ella mostr�ndole las mu�ecas esposadas tras la espalda, ya ves que no me puedo
defender. La sumisi�n de la chica no hizo sino aumentar el deseo de su verdugo,
as� que Miguel arrastr� a la joven brutalmente hasta el potro de tortura donde
a�n descansaba su compa�era. All� la oblig� a torcer el tronco directamente
sobre ella, piel contra piel dejando el trasero de Silvia expuesto.


Lentamente, Miguel se dispuso a penetrar a Silvia. Lo hizo
poco a poco y con cuidado, disfrutando intensamente de la sensaci�n sedosa y
c�lida de la vagina de la joven. El pene penetr� f�cilmente a la h�meda esclava
que gimi� de placer con los ojos cerrados. Poco a poco Miguel se foll� a la
muchacha cadenciosamente cada vez un poco m�s r�pido. Silvia gritaba de placer a
cada empuj�n rozando sus pechos desnudos contra los de Moli, que miraba muy
excitada la escena. Verdugo y esclava estaban muy cerca de correrse, pero en un
momento dado Miguel sac� su miembro de ella. Silvia mir� hacia atr�s
desconcertada s�lo para encontrarse el dedo �ndice de �l.


Ch�palo, le orden�, y ella se apresur� a hacerlo con cara de
viciosa y meti�ndose el dedo hasta la campanilla. Efectivamente, Miguel le
introdujo el dedo mojado por el agujero del culo provocando un nuevo gemido en
la joven. Esta relaj� el ano todo lo que pudo dejando que el dedo la penetrara
sin oposici�n pues sab�a por experiencia que esa era la mejor manera de
disfrutar de la sodom�a. Con manos expertas Miguel introdujo un segundo dedo
para abrir bien el esf�nter de ella y cuando lo juzg� oportuno empez� a
penetrarla analmente. Moli pudo ver entonces que el gesto de placer de Silvia se
trocaba en una mueca de dolor a medida que era empalada por el miembro de
Miguel. Lo tiene demasiado grueso, pens�, la va a reventar. Silvia aguant� sin
gritar apretando los dientes a medida que su ano se tensaba. Por fin, la joven
grit�. Dios, me vas a matar, para, por favor. Por toda respuesta Miguel le
abofete� el trasero.


Calla, puta. Silvia mov�a las manos como si quisiera
liberarse de las esposas pero estaba claro que no podr�a hacerlo as� que Miguel
sigui� apretando. Por fin la cabeza de su pene penetr� completamente y Silvia
lanz� un gran gemido de dolor y alivio. Miguel la tir� del cabello. Vamos
esclava, le grit�, p�deme que te folle, p�demelo. Silvia mir� hacia atr�s, y con
los ojos cubiertos de l�grimas grit�. F�llame, amo. Miguel no se hizo de rogar y
lentamente desliz� su polla adentro y afuera, haciendo gemir a la esclava. As�
lo hizo durante un rato hasta que ya no pudo m�s, sac� la polla del trasero de
la joven y enfoc�ndola hacia Moli la reg� literalmente de semen en los pechos.
El esperma caliente moj� el torso de Moli. Entonces Miguel cogi� a Silvia del
cabello y tras besarla otra vez le dijo. Limpia a tu amiga. Silvia sigui� la
orden a rajatabla y se puso a lamer el torso de Moli, limpiando y tragando el
semen de Miguel. Moli ve�a la cara de viciosa de su amiga mientras le chupaba
los pechos y entornaba los ojos de puro placer.


Y repentinamente ocurri� algo, algo tir� hacia atr�s de los
cabellos de Silvia mientras una mano le colocaba un trapo en la boca. Silvia
gimi� y en pocos segundos los ojos se le pusieron en blanco y se desmay� encima
de Moli. Miguel le hab�a dormido con cloroformo. Hecho esto, Moli vio c�mo
Miguel sacaba un tel�fono m�vil. �Eres t�?, dijo. Avisa a los dem�s. S�, dijo
mirando a Moli, tengo a dos prisioneras. �Qu�?. De primera calidad, dos t�as
buenas, as� que traed pel�cula suficiente. Moli segu�a la conversaci�n muy
intrigada, �con qui�n estaba hablando ese t�o?. De pronto Miguel se ri�. S�,
claro que hemos follado, bueno eso y otras cosas. No, no seas bestia, todav�a no
les he hecho ese tipo de cosas, para eso os espero a que llegu�is vosotros, y
dijo esto gui�ando un ojo a Moli que ante sus palabras le miraba aterrorizada.
Bueno, te dejo, no tard�is. Hecho esto, Miguel colg� el tel�fono y fue a por la
botella de cloroformo. Mientras empapaba un trapo con ella se acerc� a Moli y le
dijo. Bueno preciosa, ahora vas a dormir un rato hasta que lleguen mis amigos y
cuando despiertes empezar� la fiesta. T� y tu amiga vais a protagonizar una
pel�cula sado. Y desoyendo los gritos hist�ricos de Moli ahogados por la mordaza
le puso en la boca el trapo hasta que perdi� el conocimiento.


Varias horas despu�s Moli volvi� a despertar. Estaba de pie,
ten�a fr�o y le dol�an los brazos. Pronto se dio cuenta de su situaci�n. Ella y
su amiga Silvia continuaban en la c�mara de tortura de Miguel. Estaban
completamente desnudas y con los brazos atados y estirados por encima de su
cabeza de manera que ambas se ve�an obligadas a permanecer de puntillas. Sin
embargo, cuando pudo ver con claridad lo que ten�a delante la sangre se le hel�
en las venas, no se lo pod�a creer.


Por favor vota el relato. Su autor estara encantado de recibir tu voto .


Número de votos: 0
Media de votos: 0





Relato: El Museo (5)
Leida: 796veces
Tiempo de lectura: 8minuto/s





Participa en la web








Contacto
Categorias
- Amor filial
- Autosatisfacci�n
- Bisexuales
- Confesiones
- Control Mental
- Dominaci�n
- Entrevistas / Info
- Erotismo y Amor
- Fantas�as Er�ticas
- Fetichismo
- Gays
- Grandes Relatos
- Grandes Series
- Hetero: General
- Hetero: Infidelidad
- Hetero: Primera vez
- Intercambios
- Interracial
- L�sbicos
- MicroRelatos
- No Consentido
- Org�as
- Parodias
- Poes�a Er�tica
- Sadomaso
- Sexo Anal
- Sexo con maduras
- Sexo con maduros
- Sexo Oral
- Sexo Virtual
- Textos de risa
- Transexuales
- Trios
- Voyerismo
- Zoofilia


Afiliados























relatos-eroticos sobrinitarelato porno papi me rompesRelato Pornos De Dominacion A Chicos TodoRelatodime que te calienta ser cornudo relato pornover relatos eroticos que rico coge mi amiga cheladesvirga a su hermanita relato eroticoRelatos porno de esposas gorditas infielerRelatos lesbi la abogadaIncesto con la abuela relatadosporno relato violada por mis padres/relato45071_Cathy-Y-Rosita-4..htmlrelatos historias sexo gay entraba a mi cuarto de noche y me violavarelatos caliente con enanos mi comadre es bien puta relatosrelatos sexuales de exhibicionismo femeninoIncesto con la abuela relatadosrelatos eroticos gays gratismi hijita de 9 añitos relatorelato erotico me cogi a mana en su empresarelato peluquera putarelatos mi hermana se desnuda para miRelatos gays el putito personalJoven hetero penetrado por maduros relatos me folle a mi cuñada en el boliche relato relato mi papa y mi mama follandoIncesto con la abuela relatadosmi prima y yo de 13 relatoPerversos relatos porno gayporno español primera vezrelatos eróticos mi hijo me violóRelato Pornos De Dominacion A Chicos TodoRelatomi prima me hace una paja relatos eroticos gratisrelatos pornos venezolanos xxx de esposos tironespor necesidad relatos xxxrelatos mi hermano me desvirgoIncesto con la abuela relatadosrelato xxx mis tres hermanasrelatos porno de cojiendo ami hijarelato poringa mi hija barbarareLaTos mi madre DOrmidARelato Pille a mi tio desvirgan a mi hermanita relatos eroticos mi esposa fantasea verme follar con su hermanahistorias porno gratisrelato con una vela en el culorelato como cojia a la primamisrelatosporno.com padre adoptivorelatos porno de pasivasmis relatos pornos.com.follando en el corralRelatos pornos incestosRelatos eroticos gratis incesto sobrina de 13 añitos primera vezporno relatos el semen de mi tioRelato Pornos De Dominacion A Chicos TodoRelatopornogratisespañolincestoPorno relatos eroticos mama hermana hija sobrina tia prima cuñada etchistorias me folle a mi cuñada dormidaRelatos porno vestido de beberelatos de sexp con el due#o de la casarelatos eroticos anal fotos suegratodo relato pornos mis alumnas de 9Relatos incestos deseo cumplido por marquezerelatos vi a mi padre follar a mi hermanarelatos heroticos violada por mi padrastrorelatos eroticos mi vecina madurapoorno gay gratisRelatos eroticos me coji a mis hijasrelatos eróticos Cuando llegamos mama lo organizo todo, junto con mi hermano, mas o menos por esas fechasmi tia la del campo relato/relato5796_Mi-mayor-fantasia...-leche-de-teta.htmlvecino de mi suegra relatos eróticosporno trios bisexrelatos pornos madre sometidacogiendo chiquitas relatosrelato porno alumna de 9