Relato: Al cumplir los 16 (I)



Relato: Al cumplir los 16 (I)

Poco antes de cumplir los 16 a�os, pap� y mam� dieron �rdenes
al internado donde me encontraba desde los 11 para que volviese a casa. Aquello
me alegr� enormemente, ya que aquel internado era muy estricto. Nos obligaban a
llevar una ropa muy austera, sin permitirnos prendas interiores. Ten�amos que
ducharnos con agua casi fr�a tanto en invierno como verano, dorm�amos en
jergones y, a la menor desobediencia �ramos azotadas en las nalgas desnudas. Si
la infracci�n era muy grave, te encerraban en una celda diminuta con las
extremidades atadas en una postura, siempre diferente pero siempre inc�moda.
Ten�amos que realizar mucho ejercicio f�sico, a veces agotador. Nunca hab�a
vacaciones ni visitas de los padres.



A�os despu�s supe que la cultura impartida fue de �nfima
calidad y deformada hacia la inculcaci�n del concepto de que unos privilegiados
tienen el papel de dominar y el resto el de someterse. Pero eso lo aprend� a�os
m�s tarde y ya me es indiferente el haberlo descubierto, es m�s, ser�a m�s feliz
de lo que soy de no haberlo sabido nunca, ya que esa idea a veces me reconcome.
Mi ignorancia era tal que, ahora que mi actual amo me hace escribir este relato,
recuerdo que palabras que debo emplear no las hab�a escuchado nunca a mis 16
a�os. Palabras como follar, sodomizar, puta, tetas, culo, mear, coprofag�a,
zoofilia, semen, etc... que ahora se emplean en el entorno de mi vida de forma
continua.



Todo aquello, dec�an, era para imprimirnos sentido de la
disciplina y dotar a nuestros cuerpos de fortaleza para afrontar los duros
avatares que pudieran surgir en nuestras vidas.



El caso es que aquel internado constitu�a un lugar triste y
amenazador lleno de muchachas, desde los 8 a los 18 a�os, totalmente faltas de
personalidad y de sentido cr�tico. Como no se admit�a a ninguna con edad
superior a los 10 a�os, poca rebeld�a entraba en el lugar. Si alguna de esa edad
entraba con algo de ella era r�pidamente suprimida.



En la estaci�n me esperaban mis padres Ana de F., de 42 a�os,
Luis F., de 53 y mi hermano Roberto F., de 24. Mi alegr�a por verlos se esfum�
cuando not� en ellos una actitud un tanto distante y poco afectuosa. Apenas un
par de besos en las mejillas como dos leves roces. Tampoco hubo una conversaci�n
muy interesada por mis asuntos durante el viaje del aeropuerto a casa.



Cuando llegamos a casa me enter� que mi antigua habitaci�n
hab�a sido ocupada por mi padre para poner una especie de estudio y que yo
ocupar�a otra en el s�tano. Cuando la vi no pod�a dar cr�dito a mis ojos. El
s�tano se hab�a remodelado y la distribuci�n era diferente a como yo la
recordaba. El caso es que la habitaci�n que se me asignaba era un cub�culo de
apenas 1,5 m por 2m con una puerta de reja met�lica, con una delgada y dura
colchoneta de gimnasio por todo mobiliario.



Ante mi estupor mis padre dijeron que era para continuar la
espartana educaci�n del colegio y que no adquiriese h�bitos de relajo. La
maldita educaci�n del internado fue la que se impuso para que yo no expusiese la
m�s m�nima reclamaci�n, aunque estaba convencida de que era una broma y de que
al d�a siguiente, el de mi 16� cumplea�os, se aclarar�a todo.



Con el cansancio del viaje y mis costumbres del internado no
me cost� mucho dormir esa noche. Me despertaron mis padres y mi hermano
felicit�ndome por mi cumplea�os en un tono bastante poco festivo a mi parecer y
me condujeron hacia otra sala del s�tano donde supuse me esperar�an los regalos.
Entrados en la sala nuevamente qued� estupefacta porque all� no hab�a un solo
regalo, sino una serie de armarios vitrina conteniendo cosas que yo, debido al
estricto control de conocimientos del internado, no pude identificar, pero que
me parecieron un tanto siniestros, al igual que la cantidad de cadenas que
colgaban del techo y las argollas en la pared y otros sitios.



Del resto de mobiliario identifique obviamente una recia mesa
de madera del mismo tama�o que el suelo de mi habitaci�n, otras m�s bajitas y
peque�as, un potro de gimnasio de patas m�s bajas de lo corriente, un largo
travesa�o de secci�n triangular tendido horizontalmente entre dos soportes y un
recinto alicatado, como de ducha pero m�s grande, con una letrina de tipo taza
turca en el medio y un lavabo y un bidet a un costado. Tambi�n distingu� una
cruz en forma de aspa cuya utilidad se me escapaba al igual que todo el resto de
aparatos que hab�a por all�. Vi que las mesas estaba todas dotadas de
inquietantes argollas en sus bordes y hab�a varios grandes espejos de cuerpo
entero distribuidos por las paredes.



Como mi familia permanec�a callada d�ndome tiempo a ver
aquello, el silencio se me hizo tenso y, para romperlo expres� mi necesidad de
ir al ba�o y de desayunar.



-No te preocupes me dijo mam�, aqu� podr�s atender todo.
Primero vas a hacer tus necesidades ah� en esta taza turca.



-Bueno, pero dejadme sola.



-No, queremos verlo.



-Ah! No, ni hablar.



Nada m�s decirlo me arre� una sonora bofetada que me dej�
atontada y confusa por aquella conducta.



-Mira nena, te voy a dejar clara una cosa, me dijo mi padre.
A partir de hoy ser�s nuestra esclava sexual. Para eso te han preparado en el
internado y aqu� te perfeccionaremos. Obedecer�s todo lo que te digamos sin
chistar o ser�s castigada de forma que te parecer� insoportable. Aunque ser�s
castigada de todas formas cuando nos plazca. Ahora mea y caga donde se te ha
dicho.



Mam� me despoj� del pijama dej�ndome totalmente desnuda a la
vista de mi padre y de mi hermano y tremendamente humillada y sofocada de
verg�enza me agach� sobre el oscuro agujero para hacer mis necesidades delante
de ellos. En aquella situaci�n de exhibici�n mis esf�nteres se negaron a
funcionar y no consegu�a evacuar por ninguno de mis dos agujeros.



En vista de ello mi padre se acerc� a la pared, tom� una
fusta y descarg� dos tremendos golpes en mi espalda. Aquello fue
contraproducente para mis ganas de colaborar, que desaparecieron totalmente,
ante mi impotencia y terror de volver a sufrir nuevamente la caricia de la
fusta.



Esta vez intervino mam�, quien levantando su falda orin�
sobre mi diciendo: Tal vez el sonido y la tibieza de mis aguas la animen. Pero
ni as�.



-Bien, dijo mi padre, tomaremos medidas m�s dr�sticas. Me
aterr� pensando en la fusta.



Al ver mi cara de pavor cuando la volvi� a levantar me dijo:
No te preocupes, no te voy a golpear otra vez, pero tan hostil como la ves ser�
el instrumento que m�s adores con el tiempo cuando lo compares con otros
artefactos. Un escalofr�o me recorri� toda la columna vertebral y romp� a
llorar.



-Ana, t�pale la boca a la llorona e inmovil�zala. Comenc� a
gritar asegurando que iba a mear y cagar, que lo har�a enseguida si se iban
porque no estaba acostumbrada a hacerlo en p�blico y me encontraba inhibida.



Mam� no me hizo ning�n caso. Me coloc� un ancho collar
met�lico forrad interiormente, y me trab� a �l las mu�ecas mediante unas esposas
y unos mosquetones. Despu�s me introdujo en la boca una enorme bola de goma que
casi me desencaja la mand�bula y me la sujet� en la nuca mediante unas correas.



A continuaci�n me condujo ante una de las mesas bajas
apoy�ndome en ellas sobre mis pechos y dejando a la vista mi trasero. Mi hermano
Roberto me sujet� sent�ndose sobre mi espalda y al poco rato not� las manos de
mam� separando mis nalgas y c�mo se introduc�a algo delgado y fr�o por mi
estrecho ano. Poco despu�s experiment�, por primera vez en mi vida de entre la
gran abundancia en que volver�a a repetirse, la difusi�n de un fluido en mis
intestinos. Inmediatamente me dieron la vuelta acost�ndome sobre la mesa y
Roberto volvi� a sujetarme firmemente mientras mam� me aflojaba la mordaza un
poco y me introduc�a un embudo por la comisura por el que empez� a verter agua
que yo no pod�a sino tragar ya que de lo contrario me ahogaba. Mientras me
somet�an a la ingesta de agua not� unos espasmos dolorosos en mi barriga que
iban a m�s. Terminada mi bebida me condujeron a la cruz con forma de aspa donde
me ataron �comprend� ya para qu� serv�a- , mam� me insert� una cosa en el ano
que me doli� mucho y que despu�s no consegu�a empujar afuera y ellos se sentaron
delante de mi en sendas butacas haciendo comentarios sobre mi cuerpo y su
modelaci�n. Cuando mis dolores ventrales se hicieron insoportables y comenc� a
sudar a raudales, a expeler mocos por mi nariz y baba por la comisura de los
labios ellos no hicieron caso y siguieron hablando de mis atributos, comentando
mis tetas, mis piernas, mi culo, etc... Sin duda para no aburrirse del
espect�culo mam� desabroch� la bragueta de los dos y comenz� a friccionar sus
penes.



Debi� llegar un momento en que mi expresi�n denotaba que
estaba a punto de morir, porque me soltaron y me llevaron a la letrina turca,
donde mam� me saco la cosa del culo e inmediatamente solt� violentamente todo lo
que albergaba mi cuerpo, cre� que hasta los pulmones se me iban. Me salpiqu�
todos los muslos y los pies e inmediatamente empec� a orinar como una descosida.
Ellos sonre�an mientras me observaban muy interesados. A continuaci�n, con la
disculpa de mi suciedad por las salpicaduras, me ducharon con agua fr�a de una
manguera, despu�s sub� con ellos a la cocina a desayunar. Ellos desayunaron en
la mesa y yo tuve que hacerlo en el suelo, me dieron un plato de lentejas y una
cuchara de madera dici�ndome que mi dieta ser�a muy estricta para conservar mi
cuerpo en las debidas condiciones de uso, expresi�n que me dio mucho que pensar.
Tampoco me explicaron por qu� ten�a que beber el agua de un botijo a distancia
dej�ndola caer en mi boca y trag�ndola seg�n entraba en ella sin cerrar los
labios, cuando yo jam�s hab�a utilizado ese recipiente en mi vida y me
atragantaba, tos�a, se me iba por la nariz o se me derramaba por los pechos.
Mam� me advirti� que ten�a que aprender a beber de ese cacharro en una semana
porque su agujero ser�a progresivamente limado y ensanchado para que saliese m�s
caudal, as� que si no sab�a hacerlo ahora, que el orificio era estrecho, menos
cuando fuese m�s grande. Si no aprend�a ser�a castigada severamente, as� que
puse la mayor aplicaci�n sin saber qu� objeto ten�a el desarrollo de aquella
habilidad.



Una vez terminado el desayuno volvimos a bajar los cuatro al
s�tano. Mientras pap� dispon�a algunas cosas, mam� y Roberto me tumbaron sobre
la mesa grande sujetando mis mu�ecas y cuello a las argollas de su borde. Me
ataron los tobillos a los muslos y me pusieron una barra met�lica unida a �stos
por encima de las rodillas. La barra se estiraba desliz�ndose una parte en el
interior de la otra. La estiraron al m�ximo posible, tanto que tem� que los
tendones de mis ingles se desgarrasen. A final colocaron bajo mis ri�ones, que
ellos llamaron "grupa", una especie de grueso y duro coj�n que elev� mi pubis
exponi�ndolo a los tres de manera muy descarada y obscena. Me volv�a a morir de
verg�enza de que mi hermano y mi padre viesen tan claramente mis partes �ntimas.



Peor fue cuando se dedicaron a examinar mi cuerpo comentando
mam� que hab�an fabricado uno perfecto y que poco trabajo de remodelaci�n habr�a
que hacer. Insertaron un aparato en mi vagina que separ� mis labios y estuvieron
metiendo dentro de mi intimidad otra serie de aparatos que ofrec�an unos datos
de los que mi hermano tomaba nota. Solamente me enter� de que hab�an medido
temperatura y profundidad de algo, pero midieron m�s cosas, desde luego.



Hicieron lo mismo con mi ano despu�s de voltearme sin
soltarme m�s que las mu�ecas y el cuello. Al final pap� anunci�:



-Despu�s del tratamiento, que no ser� muy largo, os puedo
asegurar que conseguiremos una dilataci�n del co�o sin peligro de rasgadura
cuatro veces superior a la que tiene sin perder un �pice de su presi�n y
elasticidad. Si queremos m�s ya no lo puedo asegurar. En cuanto al ano, se puede
lograr tres veces m�s, igualmente sin p�rdida de elasticidad. No entend� bien el
asunto, pero Roberto y mam� se pusieron muy contentos.



Pese a que no ten�a mordaza, mi educaci�n y el temor a la
fusta me aconsejaron abstenerme de formular pregunta alguna.



Despu�s de la toma de medidas antropom�tricas, se dedic� mam�
a rasurarme el poquito vello que ten�a en el monte de Venus y en el entorno del
ano. Tras terminar me aplic� una crema que, seg�n inform� a pap� y a Roberto,
despu�s de dos meses de aplicaci�n semanal har�a que la depilaci�n del pubis
fuera permanente. Ante mi asombro tambi�n me rasur� el resto del cuerpo,
incluyendo mi cabeza y mis cejas. La total ausencia de cualquier vello que me
daba mayor sensaci�n de desnudez e impudicia, y la forzada postura de exhibici�n
que ten�a acentuaron mi humillaci�n y mi verg�enza a extremos infinitos.
Extremos tales que en ninguna pesadilla habr�a podido imaginar. Jam�s hubiera
concebido que mi propia familia a quien recordaba sumamente amorosa, acogedora y
protectora pudiera hacerme aquello, tanto que estaba segura de tener una
pesadilla y me despertar�a de nuevo en el internado.



A continuaci�n me liberaron de las mu�ecas y el cuello, pero
solamente para desplazar mi cuerpo hacia un extremo de la mesa en cuyo borde
quedaron mis nalgas casi a punto de colgar. Pap� y Roberto se pusieron una funda
de pl�stico en sus penes y mam� me susurr� al o�do que iba a experimentar, como
regalo de cumplea�os, el acontecimiento m�s importante de la vida de una mujer:
la p�rdida de la virginidad. Mam� me aplic� una crema a lo largo de mis labios
vaginales y me acarici� el botoncito �despu�s he que se llamaba cl�toris- de la
parte superior. Cuando estaba relaj�ndome con las caricias de mam�, pap� me
introdujo su falo, primero despacio y despu�s, cuando yo notaba un poco de
dolor, repentinamente. A continuaci�n comenz� mover su pelvis adelante y atr�s
de forma que a mi me dol�a, pero poco a poco se fue pasando y, junto con el
manejo de mam�, que segu�a acariciando mi botoncito con sus grandes, bonitas y
suaves manos, comenc� a sentir un gran placer que culmin� en un formidable
estallido dentro de mi que no hab�a sentido jam�s y que pens� era ir al cielo.
Antes de poder tomar conciencia, el que hac�a las mismas maniobras en mi vagina
era mi hermano. Su actividad hizo que el estallido de placer surgiera dos veces
y mas largas.



Comprend� el asunto: Aquello era una especie de ceremonia,
como la primera comuni�n, en que cuando te confiesas todo es tenebroso y cuando
comulgas todo es maravilloso. Deb�a ser que la p�rdida de la virginidad era algo
as� y despu�s todo ser�a fiesta y jolgorio y me dar�an mis regalos de
cumplea�os. Ante esa idea no me fue dif�cil lamer y chupar con toda aplicaci�n
la vagina de mam� cuando se encaram� a la mesa y me la puso sobre la boca
orden�ndome hacerlo.



Despu�s de lo que he contado me soltaron de la mesa, me
sentaron atada a una silla �lo cual no me pareci� indicio de mi presunta
felicidad futura- y ellos se sentaron frente a mi.



De asombro en asombro vi como mam� se sentaba sobre el regazo
de Roberto introduci�ndose en su ano el pene de �l, cosa que jam�s se me hubiera
ocurrido sobre la utilidad de aquel agujero. As� acomodada, y mientras se mov�a
leve pero cadenciosamente, mam� me instruyeron sobre lo siguiente:



-A partir de ahora te dirigir�s a nosotros solamente cuando
se te autoriza y nos tratar�s como Amo-padre, Amo-hermano y Ama-madre. A las
personas a las que se te ceda en uso las tratar�s de se�or o se�ora.



-Tendr�s varias fases de educaci�n y en todas ellas se
incluir�n tres horas de ejercicio f�sico seg�n la tabla que se te facilitar�. La
primera fase ser� sobre la adopci�n de posturas, actitudes y empleo del cuerpo
para el sexo. Durante esta fase se proceder� tambi�n a la modelaci�n de tu
cuerpo, su decoraci�n, marcado y adiestramiento al dolor. Deber�s cuidar tu
depilaci�n con la debida dedicaci�n y tomar las pastillas que se te facilitar�n.
Unas pastillas son para evitar tu prematuro pre�ado, otras ser�n para que tus
jugos vaginales tengan sabor a pomelo y otras ser�n complemento para facilitar o
consolidar las modificaciones de tu cuerpo. Todas las cosas necesarias las
encontrar�s en una caja al lado del lavabo. La pastillas te las tomar�s delante
de uno de nosotros. Tambi�n debes dejarte largas las u�as de las manos y
lac�rtelas, al igual que las de los pies con este color rojo. El cuidado de tus
manos es esencial para no producir desdoro a tu cuerpo.



-El Ama-madre te utilizar� en las tareas de la casa como
complemento educativo para conseguir la debida sumisi�n y los tres emplearemos
tu cuerpo a voluntad, bien para satisfacer nuestra libido o por obtener placer
mediante el dolor. Tambi�n ser� usado tu cuerpo por las personas que nosotros
autoricemos y a quienes no te podr�s negar en absoluto, entreg�ndoles la misma
dedicaci�n, respeto y sumisi�n que a nosotros.



-En cuanto a la estimaci�n sobre ti misma deber�s tener en
cuenta y asumir lo antes posible que has dejado de ser persona, ser�s una bestia
o un objeto o, mejor para tu mente, debieras asumir que no eres nada.



-Por hoy puedes descansar.



El Ama-madre me condujo desnuda a mi celda y antes de dejarme
me coloc� una braga de cuero a la que estaban fijados dos falos artificiales de
distinto tama�o y grosor: El m�s grueso qued� alojado en el interior de mi
vagina y el delgado en mis intestinos, la braga quedaba asegurada mediante un
fuerte cintur�n trabado con un candado. As� tuve que ponerme a dormir sintiendo
una gran incomodidad. Desconozco qu� hora ser�a cuando mi hermano me despert�
del duermevela en que me encontraba, por un lado analizando como era posible que
mi familia hubiese llegado a ese estado de aberraci�n, y por otro molesta con
los objetos introducidos en mis, hasta hac�a unas horas, v�rgenes agujeritos.
Roberto me hizo salir de la celda y me retir� la braga de cuero procur�ndome
gran alivio, me condujo a la taza turca para que hiciese mis necesidades,
actividad que esta vez no se me rebel�, y me coloc� otra braga similar pero con
los falos m�s gruesos y largos.



A la ma�ana siguiente me despert� un timbrazo muy continuado
y la puerta de la celda se abri� sin tocarla nadie, sin duda mediante un
mecanismo telecomandado. Sal� de ella y me dispuse a lavarme en el ba�o,
examinando mi depilaci�n. Estim� que no hac�a falta repasarla y me extend� la
crema por el Monte de Venus, tambi�n me lim� las u�as para igualarlas y dejarlas
crecer conforme a las instrucciones. Despu�s esper�.



Al poco rato baj� Ama-madre, semidesnuda, vistiendo solamente
un sujetador de cuero negro de media copa que dejaba al aire sus grandes tetas,
un liguero negro y medias tambi�n negras, quien me examin� sin decir ni buenos
d�as. Me orden� tomar las p�ldoras y poni�ndome un collar de acero con una
cadena me condujo tirando de ella hasta la cocina. All� me dio a comer en el
suelo un abundante plato de pasta cocida sin ninguna salsa ni condimento. Por
descuido me dirig� a ella pidiendo un tenedor y recib� un fustazo en los
ri�ones. Com� con las manos y beb� del botijo como se me hab�a dicho el d�a
anterior. Entretanto pude apreciar que ten�a anillados en oro los pezones y los
labios mayores vaginales.



Una vez terminado el desayuno me condujo a la sala de
ejercicios f�sicos, que era mi antigua habitaci�n. Estaba llena de espalderas y
aparatos. Me dio la tabla de ejercicios que deb�a hacer sin salirme de ella lo
m�s m�nimo. Mientras me colocaba, tan fuertemente apretado que apenas me dejaba
respirar, un cors� de cuero me dijo:



El objeto de este ejercicio es moldear tu cuerpo de forma que
resulte muy atractivo, m�rbido, el�stico y resistente, en ninguna manera
musculoso. Este cors� ayudar� a que se vayan ensanchando tus nalgas, caderas y
pechos, todos los ejercicios debes hacerlos con �l puesto. No descanses m�s que
los tiempos especificados en la tabla, aunque no haya nadie aqu�, te ver� a
trav�s de unas c�maras.



Hice las tres horas de ejercicios que me resultaron
desagradables por el impedimento del cors�, pero no fatigosos por el h�bito
adquirido en el internado. Cuando termin� se present� al Ama-madre que me orden�
las tareas de la casa y, mientras vigilaba mi trabajo me iba indicando las
posturas que deb�a adoptar. Despu�s de hacer la comida, mientras esperaba a los
otros amos me ense�� posturas de exhibici�n, de sumisi�n y de ofrecimiento
sexual. Tambi�n me comenz� a adiestrar en meterme una zanahoria en la boca sin
tocarla con los dientes hasta pasar la garganta. Despu�s de la zanahoria tuve
que hacerlo con un pepino.



Cuando llegaron los amos del trabajo comieron en la mesa y
yo, por supuesto en el suelo, inger� un plato de lentejas sin ning�n condimento
tampoco. Esta vez las manos no me sirvieron y tuve casi beberlas. Adquir� algo
m�s de destreza con el botijo. Los tres me miraron con cara aprobadora y Amo
�padre coment� lo bien gastado que hab�a sido el dinero de mi internado.



Despu�s de la comida me trasladaron al sal�n y Ama-madre me
orden� adoptar postura de ofrecimiento anal ante los amos varones. Ellos se
desnudaron y , primero uno y despu�s el otro me hicieron lo que llamaron
sodomizar, comentando lo efectiva que hab�a sido la braga nocturna. Aquello de
sodomizar o follarme el culo me gust�, ya que me procur� cuatro de las
sensaciones del d�a anterior cuando me desvirgaron. Adem�s esta vez no se
pusieron la funda de goma y me inyectaron en los intestinos su l�quido, que
despu�s supe se llamaba semen. Ama-madre les limpi� h�bilmente sus penes con la
boca y entend� el asunto de la zanahoria y el pepino.



A continuaci�n bajamos al s�tano, donde me volvieron a tender
en la mesa como la tarde anterior. Amo-padre me dijo que se le hab�a olvidado
decirme que en caso de �rdenes contradictorias entre mis tres amos, ten�an
prioridad las suyas, despu�s las de Amo-hermano y en �ltimo t�rmino las de
Ama-madre, explicando que ese rango de jerarqu�a se deb�a a que, aunque madre
era mi Ama, sin embargo era esclava de ellos dos. La hab�an esclavizado como
castigo a haberse acostado con Amo-hermano sin las debidas precauciones y
haberse quedado pre�ada de �l sin consentimiento de Amo-padre.



Estando ya atada a la mesa Ama-madre me comenz� a descubrir
el botoncito de arriba de la raja de la vagina, que despu�s supe era el
cl�toris, y me lo at� fuertemente con una goma en la base. Seguidamente, con una
jeringuilla me inyect� algo en �l que me hizo tanto da�o que empec� a gritar,
as� que me pusieron la bola en la boca. Despu�s me inyectaron lo mismo en los
pezones despu�s de haberlos aprisionado tambi�n con gomas. A continuaci�n me
extendieron sobre las ar�olas de los pechos una crema que primero me pareci� muy
fr�a y despu�s me escoc�a enormemente. Los labios m�s exteriores de mi vagina
recibieron la misma crema m�s las inyecciones All� me dejaron, sufriendo lo
indecible, durante tres horas.



Volvieron, me ducharon con agua fr�a de una manguera porque
hab�a sudado mucho y ol�a mal y, aterrorizada me ataron a la cruz en aspa. Me
colocaron en los pezones y en el cl�toris unas jeringuillas que hac�an el vac�o
u succionaban el bot�n y los pezones alarg�ndolos considerablemente. No produc�a
dolor pero s� una extra�a molestia. Me abandonaron as� por otras tres horas.



Al volver, Amo-padre y Amo-hermano me follaron
simult�neamente, uno por la vagina y otro por el ano y me proporcionaron gran
placer. Tuve cinco orgasmos. Si aquello segu�a as� no me iba a desagradar
demasiado ser esclava. Pero inmediatamente vino el reverso de aquellos placeres.
Me ataron al potro y me zurraron a gusto las nalgas con la fusta.



Antes de regresar a la celda Ama-madre me introdujo a medias
en la vagina y en el culo unos globos de grueso caucho que infl� con una botella
de aire comprimido vigilando la presi�n en un man�metro. Cuando cre� que los
inflados globos me iban a desgarrar los agujeros, par� de inflar y me coloc�
otra braga de cuero con candado para que no me sacase los invasores. Esa noche
dorm� a�n m�s inc�moda que la anterior pero me consol� pensando en los orgasmos
que esperaba me proporcionasen al d�a siguiente.



As� se repitieron los d�as, con escasas variaciones, durante
dos semanas, al cabo de las cuales yo era una experta bebedora con el botijo,
cuyo orificio hab�an ensanchado progresivamente hasta aportar un buen caudal a
mi boca. Otra innovaci�n fue la de portar durante mi trabajo dom�stico unas
pinzas met�licas que aprisionaban fuertemente mis pezones y tambi�n el habito de
mamar la polla a mis amos varones hasta que depositaban su semen en mi boca y me
lo tragaba antes de enviarme a la celda. El entrenamiento de las zanahorias y
los pepinos a que mi Ama-madre me hab�a sometido sirvi� para que los varones
alabaran el arte con que llevaba hasta mi es�fago la punta de su pene llegando
albergar en mi boca sus test�culos, cosa muy agradable ya que los dos ten�an
depilado tanto el pubis como la bolsa del escroto.



Al final de esas dos semanas se hizo recapitulaci�n sobre el
estado de mi cuerpo. Al parecer de todos, mis pezones y mi cl�toris hab�an
engrosado lo suficiente para parecer m�s atractiva sin llegar a lo grotesco o
deforme. Mis ar�olas, ya de por si abultaditas eran mucho m�s jugosas, oscuras y
brillantes de forma natural. Qu� decir de mis labios externos, arrebatados
permanentemente de manera que ocultaban en su totalidad los labios internos, y
brillantes, blancos y delicados sin un solo vello. Se comprob� que mi y mi ano
hab�an alcanzado la holgura pretendida sin perder elasticidad. Para ello me
sometieron a una prueba sent�ndome en un cono graduado cuyo v�rtice metieron
primero por mi co�o y despu�s por mi ano, comprobando con gran satisfacci�n el
enorme di�metro que alcanzaban cuando descend�a debido al peso de mi cuerpo.
Hasta yo misma me qued� sorprendida de la eficacia del tratamiento.



Absorta contempl� en lo que pod�a y advert� como Ama-madre
met�a toda su mano dentro de mi culo y Amo-padre en mi vagina casi hasta el codo
propin�ndome as� una follada de antolog�a, tanto que cre� que me iba al otro
mundo cuando encaden� los orgasmos y no pod�a parar. Me encontr� tremendamente
agradecida a mis amos por facilitar mi placer con aquellos grandes instrumentos
que eran mis otrora peque�itos agujeros.



-Debes estar orgullosa esclava, seguro que ninguna ni�a de tu
edad tiene tan hermosos y accesibles agujeros de placer. Nosotros tambi�n
estamos orgullosos de nuestro logro y a partir de ahora vamos a filmar en v�deo
casi toda tu actividad de inter�s para mostrarla a nuestras amistades.



Me encontraba euf�rica y tuve la osad�a de dirigirme a mis
amos preguntando humildemente si se me permitir�a ver los v�deos. Aunque ya
esperaba el consabido fustazo nada m�s darme cuenta de la transgresi�n, esta vez
no lleg� m�s que un magn�nimo permiso para ello ya que, seg�n dijeron, me
servir�a para corregir mis errores.



Pronto acab� mi euforia, ya que habiendo terminado esta
subfase de modelado y, a punto de entrar en la de decoraci�n y marcaje y, a
continuaci�n, la de adiestramiento en follado, se acababan ciertas
permisividades que hasta entonces se hab�an mantenido. Se me prohibi�
tajantemente tener orgasmos, no solamente con ellos, sino con cualquier persona
o animal que me utilizase en lo sucesivo, salvo permiso expreso, y se me anunci�
que mis castigos y usos dolorosos se ir�an incrementando en n�mero e intensidad.



Esa noche percib�, desde mi celda, extra�os ruidos y sobre
todo gemidos de mujer. Record� que mi Ama-madre tambi�n era esclava y que quiz�
estuviera en uso como tal. A la ma�ana siguiente no luc�a tan soberbiamente
apetecible con su ropa habitual. Ten�a la espalda y las nalgas cruzadas de
verdugones, y el monte de Venus amoratado. Sus bonitos y grandes pezones que
tanto me gustaban luc�an como una pasa.



Dos semanas m�s tarde, durante las cuales comprob� la
veracidad sobre los castigos, ya que me hice francamente acreedora a varios por
orgasmar sin permiso, y el incremento de aquellos impuestos por placer y
capricho fue notorio, lleg� el d�a de mi decoraci�n y marcaje.



En la ceremonia, como advertencia previa se me dej� bien
expl�cito que una esclava no hace el amor, simplemente es follada sodomizada,
torturada, en fin utilizada; Que si es usada por una sola persona en privado
debe buscar exclusivamente el placer de ella, no el propio, y que si es usada en
p�blico, que me aseguraron lo m�s corriente, debe buscar tambi�n el placer y la
excitaci�n de los observadores, por lo que deber� en todo momento, sin menoscabo
del gozo de la pareja que la est� usando que el p�blico pueda ver detalladamente
la penetraci�n de sus orificios, el reflejo de sus jugos, su cara y gestos, sus
atributos sexuales m�s destacados y, sobremanera, los distintivos del
propietario de su cuerpo.



-Para mejor lograrlo deber�s conseguir que en p�blico no seas
usada por una sola persona, sino, al menos, por tres, para que uno de ellos
separe o aleje los obst�culos que impidan la perfecta visi�n de la forma en que
se te usa. Si un macho, sea hombre, perro o asno deja su semen en tu interior,
deber�s tomar una postura que facilite que el mismo resbale de tus agujeros y
todos lo vean antes de ser usada nuevamente o de retirarte del uso.



-Recuerda algo en que te juegas tu integridad: El rechazo
ante tus amos, leg�timos o por cesi�n, al cohito u otra clase de uso por
cualquier ser humano o animal est� penalizado con la ablaci�n de los labios
menores la primera vez, la del cl�toris la segunda y la amputaci�n de las orejas
a la tercera. A la cuarta se desaparece en alg�n lugar de �frica subsahariana.



-No creas que tu vida ser� f�cil, aunque relativamente lo es
la de quien no tiene nunca que decidir porque pr�cticamente no existe, porque
tendr�s que competir por ser mejor que otras esclavas en los concursos bianuales
que convoca nuestra sociedad esclavista. Si no quedas entre las cinco mejores en
cada concurso hasta alcanzar los 40 a�os ser�s vendida a un burdel como
prostituta.



Me dej� preocupada la constante referencia a "ser usada por
animales" pero pens� que se refer�an a personas brutales, aunque por otro lado
tambi�n hab�an sido expl�citos hablando de "perro y asno". En fin, dej� de lado
esa incertidumbre para concentrarme en la idea de ser usada en p�blico que, no
s� por qu� raz�n, me resultaba muy atractiva y hac�a que mi vagina segregase
espont�neamente fluidos.



INCISO: MI ACTUAL PROPIETARIO ME HA CASTIGADO VARIAS VECES
POR LA LENTITUD CON QUE ESCRIBO ESTE RELATO. POR ELLO, A COSTA DE OTRO CASTIGO
M�S, LE SOLICIT� PERMISO PARA MENCIONAR A MIS AMOS DE ENTONCES COMO YO LO HAC�A
MENTALMENTE: AP ERA MI AMO-PADRE, AM ERA MI AMA-MADRE Y AHE ERA MI AMO-HERMANO.



Rogando disculpas, sigo e


Me colocaron sobre la mesa grande, bien sujeta y con el
consabido separador de muslos y el duro coj�n para elevar mi pelvis y la
emprendieron con mis cositas que tanto les gustaban:



Yo no me ve�a muy bien, as� que cuento la escena deduci�ndola
de los comentarios de ellos. Primeramente se dedicaron a mis oscuros y gruesos
pezones. Con un especie de tijera con un pincho me taladraron el pez�n derecho
que me produjo un dolor casi insoportable y por ese agujero pasaron un arete de
titanio de 3 mm de espesor y 25 de di�metro que no ten�a bola de uni�n, sino que
se cerraba para siempre desliz�ndose dentro de si mismo y quedando el extremo
introducido atrapado dentro mediante un mecanismo. Siguieron con el otro pez�n y
por �ltimo, no sin antes colocarme la mordaza, lo cual me presagi� m�s dolor que
antes, hicieron lo mismo con mi cl�toris. Casi me desmayo. Por �ltimo, ya menos
doloroso, colocaron los mismos anillos en mis labios exteriores a la altura del
centro mismo de mi agujero.



Despu�s estuvo Aher bastante tiempo aplicado a mi monte de
Venus trat�ndome con unos peque�os y superficiales pero numerosos, inc�modos y
dolorosos pinchazos.



A continuaci�n me colocaron en el cuello un ancho collar,
tambi�n de titanio y forrado por dentro con una suave gamuza, que ten�a tres
argollas. En las mu�ecas me pusieron pulseras similares al collar con una
argolla cada una. Evidentemente esos utensilios ser�an para inmovilizarme y los
llevar�a siempre. Despu�s me enter� que se pod�an abrir con una diminuta llave
codificada para reponer los forros interiores peri�dicamente.



Cuando cre� que todo hab�a terminado, me taladraron la lengua
para poner un piercing de dos bolitas y el tabique nasal para ponerme otro
anillo m�s grande y grueso que los de las tetas y los genitales, �ste era de 5
mm de espesor y 30 de di�metro.



Cuando me soltaron me llevaron ante uno de los espejos para
que me examinase y me sent� emocionada de lo bien que me sentaba todo y como
acentuaba la virtud de la sumisi�n. En el monte de Venus ten�a grabada una
art�stica inscripci�n de hermosas letras que dec�a "ESCLAVA DE LA FAMILIA F.". A
su lado estaba el emblema de la familia.



Despu�s me apoyaron boca abajo sobre el potro y me sujetaron
a �l firmemente, pensando yo que me iban a sodomizar, y muy orgullosa de que mi
decoraci�n produjese unos efectos tan eficaces en los amos. Pero no fue as�,
estuve un rato oyendo un siseo como de gas y, repentinamente, sent� en lo alto
de mi nalga izquierda un violento e inaguantable dolor que me llev� casi a
desencajarme la mand�bula mordiendo la bola y, por �ltimo, me sumi� en la
inconsciencia.



Cundo volv� en mi, terminaban de curarme las heridas con
hemost�tico y antis�ptico, ten�a un ap�sito en la nalga, y me devolvieron a la
celda. Me tuvieron varios d�as sin usar pero continu� haciendo mis ejercicios
f�sicos, las tareas dom�sticas, el ensayo de posturas, la chupada de pepino y el
beber del botijo, que ya hac�a con gran destreza.



Un d�a por fin me dijeron: Ya te consideramos plenamente
disponible, no est�s f�sicamente perfecta pero el uso y el paso del tiempo lo
conseguir�n. No nos gustan las tetas duras, sino blandas y acogedoras, como eres
tan joven las tienes demasiado duras, as� que las vamos a ablandar un poco con
una m�quina a la que te someter�s todos los d�as antes de dormir. A partir de
hoy cambiar�s el pepino por las pollas y el semen, los cuales mamar�s y beber�s
habitualmente. Jam�s consentir�s que, en tu presencia, una polla, haya sido
usada en ti o en otra persona, esclava o bestia quede sucia, en cuanto percibas
que lo est� deber�s limpiarla esmeradamente con tu boca trag�ndote la suciedad,
sea cual sea. Lo mismo suceder� con los co�os o cualquier sitio donde haya
semen. No consentir�s jam�s el desperdicio del semen, sea humano o animal,
deber�s lamerlo y comerlo donde quiera que lo encuentres vertido, ya sea entre
el polvo del suelo o saliendo de un ano.



-Tambi�n sustituir�s el agua del botijo por los orines.
Cualquiera que no sea esclavo o esclava te podr� usar como letrina cuando desee
vaciar su vejiga. Si desea vaciar en tu boca sus heces fecales deber� antes
obtener permiso del amo que se encuentre presente o de aquella persona a quien
se te haya cedido.



-Tus agujeros deben estar continuamente disponibles, por lo
que, en lo que se refiere a los inconvenientes del ano, deber�s ponerte
lavativas antes de ser usada si es que hay tiempo. Como cuidamos tu dieta, en
caso de no tener los intestinos limpios, por lo menos no ser� desagradable tu
mierda de bestia.



-Los castigos a los que te hagas acreedora te ser�n
aplicados, para obtener mayor rendimiento de tu cuerpo, durante los d�as de la
regla, sin perjuicio de que se te torture por placer otros d�as.



Procedieron a quitarme el ap�sito de la nalga y me mostraron
con un espejo la bien delineada maraca al fuego con el anagrama familiar que me
hab�an implantado.



-Gracias amos, procurar� no desmerecer nunca del honor que me
hac�is como portadora de s�mbolo familiar, que mostrar� siempre orgullosamente y
al que aportar� prestigio siendo la mejor esclava que exista.



-Eso esperamos, cada dos a�os hay un concurso de esclavos
promovido por la sociedad esclavista a la que pertenecemos. Este a�o toca, pero
es dentro de pocos meses y no dar� tiempo a tenerte entrenada en todo. Tu Aher
quiere que te hagamos pre�ar ya y te inscribamos en el concurso restringido de
esclavas pre�adas, con lo cual, el impacto de mostrar una esclava pre�ada con
solo 16 a�os compensar�a la poca puntuaci�n que obtendr�as en otros aspectos.



-Con todo respeto, mi Ap, yo creo que ser�a capaz de
entrenarme r�pidamente en todo. �Tendr�a mi Ap la generosidad de decirme cuales
son esos aspectos? .



-Pues en primer lugar debes tener una gran experiencia en ser
follada por los humanos, individualmente, en grupos, tanto por hombres como por
mujeres. El adiestramiento te�rico, por muy buena que se sea, no basta para
camuflar la falta de experiencia, que se nota en la desinhibici�n y dedicaci�n
con que follan las veteranas.



-Despu�s est�n las pruebas de aguante de torturas. Tu no has
experimentado pr�cticamente nada de momento. Pese a que creas que has sufrido
mucho, no sabes lo que te espera antes de poder presentarte al concurso con
garant�as de no desmoronarte en las pruebas.



-Est� adem�s el adiestramiento como pony, tanto de tiro como
de monta que ni te imaginabas que existe. Es complicado y lleva tiempo.



El adiestramiento como perra y el apareamiento con los machos
requiere tiempo para que la esclava sepa conducirse con el perro e introducir su
pene en sus agujeros sin ninguna ayuda. Los perros en el concurso no son
conocidos, tocan a sorteo, y si no tienes experiencia en el apareado con perros
puedes fracasar estrepitosamente.



Despu�s hay que tener en cuenta las pruebas optativas en que
cada esclava muestra una habilidad excepcional y propia, como puede ser
aparearse con burros, chimpanc�s, cerdos, carneros, etc... o bien saberse
autoaplicar torturas especialmente dolorosas, o introducirse objetos extra�os o
enormes en los agujeros, cosas muy bien valorada por los jurados que otorgan los
premios.



-Con perd�n Ap, si me presentas a la secci�n de pre�adas, por
qu� piensa Aher que tendr�a posibilidades. �No hay que hacer todas esas
pruebas?.



-Son las mismas pruebas, excepto que se eliminan las torturas
que puedan afectar al embarazo, pero por lo dem�s hay que follar con humanos y
con perros y hacer la dura exhibici�n de pony de igual forma. La sugerencia de
Aher es aprovechar el impacto en el jurado de una esclava pre�ada tan hermosa y
bien domada con solamente 16 a�os, que provoca mucho morbo y dar�a gran
prestigio a los amos, m�xime si son sus padres, pero es una apuesta muy
aventurada.



-Sigo pidiendo perd�n Ap. �Entonces no tendr� la satisfacci�n
de ser exhibida como esclava en breve plazo y mostrar orgullosamente la obra de
mis amos?. �No podr� satisfacer a mis amos ofreciendoles mi co�o bajo una gran
tripa y aplicando cosas dolorosas en mis tetas infladas por las hormonas?



-Esto �ltimo no a�n, pero ser�s exhibida a partir de ma�ana,
claro que no en concurso, si no ante nuestras amistades, quienes te follar�n y
torturar�n a placer. Tambi�n habr� reuniones donde participen gran n�mero de
esclavos y esclavas y deber�s hacer buen papel, pues aunque no constituyan
concursos oficiales, siempre se vigila el comportamiento de los esclavos y de �l
depende el prestigio de sus amos.



-Ap, despu�s de la desilusi�n por no competir aunque sea como
pre�ada, me consuela saber que podr� demostrar p�blicamente la destreza de mis
amos en la doma de esclavos. Tus magn�nimas explicaciones me han ilustrado y he
descubierto por qu� los amos son personas y los esclavos no lo somos, porque son
inteligentes y nosotros no. De no ilustrarme tu no se me hubiera ocurrido jam�s
que para tomar conciencia plena de mi condici�n de animal infrahumano es
conveniente utilizarme como tal y aparearme con bestias de mi similar condici�n.
Estoy deseando completar mi doma ahora que me has explicado como debo llegar a
ser una perfecta esclava. Ap, no te defraudar� nunca y me atrever� por �nica vez
a hacerte una sugerencia que puede ayudar a mi comportamiento: C�rtame la lengua
para que no sea tan impertinente y te moleste tanto, tambi�n podr�as extirparme
el cl�toris para que no te ofenda y te desprestigie teniendo alg�n orgasmo
cuando me aparees.



-Tienes raz�n, hablas demasiado y no descarto el cortarte la
lengua. Pero deseo conservarte el cl�toris bien sensible para que sufras m�s
cuando se te folle sin poderte correr. Ahora comprobemos como mamas pollas y
como haces de letrina. Es esencial para tu presentaci�n en sociedad.



Fui enormemente feliz cuando Ap introdujo su considerable
miembro en mi boca y pude demostrarle como lo albergaba hasta mi es�fago e
incluso pod�a introducir en mi boca sus adorables y depilados test�culos. Quiz�
de la perfecci�n vienen los inconvenientes, porque al hacerlo tan bien no pudo
controlarse y solt� su estimado semen directamente m�s all� de mi garganta, lo
que me impidi� saborearlo. Por lo menos Aher decidi� eyacular por mi cara y eso
me dio la oportunidad de mostrar mis hermosas manos recolectando su precioso
fluido y llev�ndolo a mi boca para saborearlo. Mientras, vi la cara de
satisfacci�n de Am por el feliz desenlace del entrenamiento a que me someti�.
Estaba ya excitada deseando demostrar mi habilidad como letrina pero eran mis
amos quienes deb�an decidir el momento.



Por fin lleg� el d�a de mi presentaci�n, y los amos me
comunicaron que ser�a en una sesi�n privada previa con mis abuelos por parte
materna, los otros hab�an fallecido. Me alegr� ser presentada ante aquellas
personas que tanto quer�a desde que ten�a recuerdos. La dulce amabilidad de mi
abuela y los juegos con mi abuelo. Har�a que se sintiesen orgullosos.



Antes de la visita yo ya estaba preparada en una posici�n de
exhibici�n delante de Ap, Am y Aher. Am estaba vestida con sus prendas de
esclava de Ap y Aher. Seg�n llegaron mis abuelos, que saludaron con toda
cordialidad a Ap y Aher, pero no a Am, se sentaron en el sof� ante el que yo
estaba para examinarme. Ap y Aher se sentaron en unas butacas a sus lados y Am
qued� apartada y arrodillada en el suelo en posici�n de sumisi�n. Mientras
tomaban un refrigerio los abuelos me indicaron que me exhibiese en todas las
posturas. Por fin emitieron una opini�n satisfactoria sobre mi cuerpo, matizando
la abuela que mis muslos debieran ser m�s trabajados para obtener un mayor
resalte de su forma de ahusada: estrechos en el entronque con las nalgas, mayor
anchura hacia el centro y vuelta a estrechar en la conjunci�n con las rodillas.
Ap le dijo que eso llegar�a, que ahora era muy joven a�n. La abuela sigui� un
rato dando consejos para mejorar mi cuerpo o para que no se excediesen los amos
y lo estropeasen.



Terminado el aperitivo pasaron los dos a examinarme
palpablemente. Tocaron todo mi cuerpo, exploraron mis agujeros �la abuela lleg�
a introducir la mano entera en ellos para comprobar que su holgura era la
afirmada sin merma de su elasticidad- y por fin dieron su visto bueno y se
dispusieron a servirse de mi cuerpo con sumo gozo m�o por poder demostrar mis
cualidades a aquellos dos seres tan amados. Mientras, mi Amo-padre y mi
Amo-hermano se dispusieron a filar todas las escenas.



Mientras el abuelo me colocaba en la boca un artilugio que la
forzaba a una apertura que cre� me dislocar�a la mand�bula, la abuela me colgaba
de los anillos de los pezones, cl�toris y vulva unas pesadas plomadas que los
estiraban dolorosamente. As� preparada, los abuelos se desnudaron y se pusieron
unas prendas de cuero de las cuales me llam� la atenci�n las de la abuela, pues
se coloc� un sujetador que expulsaba hacia delante de forma descarada sus
enormes y colgantes pechos y un arn�s alrededor de su amplia cintura y
voluminosas nalgas portando un gran pene negro.



Puesta yo en posici�n de sumisi�n, el abuelo introdujo su
miembro en mi forzada boca hasta comprobar que llegaba a meterla entera e
incluso sus test�culos. Todo ello bajo la atenta inspecci�n de la abuela que
palpaba mi garganta para evaluar la t�cnica empleada.



-Lo hace bien esta bestia, dijo el abuelo.





  • Si. Mucha destreza para su edad. Pero hay que comprobar
    muchas otras habilidades, respondi� la abuela.




Me sent� muy dichosa con aquellos halagos y con mucho �nimo
para afrontar todas las dem�s pruebas, fueren cuales fueren. A continuaci�n la
abuela se tendi� en el suelo boca arriba y me forz� a insertar en la vagina el
gran pene negro que soportaba en el arn�s, seguidamente el abuelito me meti� el
suyo en el ano y no par� de meter y sacar hasta que me derram� dentro su semen.
Como es natural en un hombre, ah� el abuelo par� un rato y la abuela se dedic� a
mis tres agujeros alternativamente durante cerca de media hora. Yo hac�a todo lo
posible porque mis padres, hermano y abuelo, como espectadores, tuviesen buena
visi�n de mis penetraciones como me hab�an adiestrado, pero mi enorme abuela,
desdiciendo la presumible fatiga que sus abundantes carnes debieran ocasionarle,
era un torbellino usando mi cuerpo. Tan pronto me follaba el culo como la boca,
y al poco rato estaba en mi vagina, alternando los agujeros sin ning�n orden y
empleando violentamente las cadenas de las plomadas que hab�a colgado de mis
anillos. Concluy� de momento orden�ndome meter mi mano en su culo y manejarla
dentro hasta que obtuvo un prolongado orgasmo cuyo flujo verti� en mi forzada
boca orinando posteriormente.



La abuelita me at� los antebrazos a las pantorrillas con una
cuerda a todo lo largo y coloc� un coj�n con forma de silla de montar bajo mis
ri�ones, lo cual me obligaba a quedar exponiendo imp�dicamente mis genitales
mientras ellos se dedicaron todos a comer, salvo Ama-madre que serv�a. Mientras
com�an escuch� alabanzas sobre mi preparaci�n que me hicieron sentir muy
orgullosa y excitada, por lo que mi vagina comenz� a soltar mucho flujo y mi
abuelo orden� a Ama-madre que me lo limpiase con la lengua, lo que solo logr�
que expulsase m�s y m�s y me ganase un castigo por guarra.



Despu�s de comer siguieron sirvi�ndose de mi pero tambi�n con
mi madre. Mi abuela dispuso a mi madre insertando su pene artificial sobre su
vagina boca abajo, mi abuelo me introdujo en la m�a un pene de doble cabeza que
despu�s meti� en el ano de mam�, y por �ltimo empez� a follarme el culo. Mam�,
perd�n Ama-madre o Am, se corri� y la abuela la conden� a un castigo. Estuvieron
cambiando de postura y combinando agujeros con nosotras durante dos horas, a
veces con la ayuda de Amo-hermano, Aher , mientras Ap filmaba todo. En honor de
Am hay que decir que se comport� muy bien y procuraba que mis aptitudes se
mostrasen bien ante la c�mara, abriendo mis labios vaginales, ayudando en las
penetraciones, desplazando mis hermosas manos al sitio m�s visible, procurando
visibilidad a mi cara, en fin, se comport� como una muy buena esclava. En
compensaci�n yo hice lo mismo en su favor.



Al final la abuela se dedic� a comerme el co�o con gran
dulzura y habilidad durante cerca de media hora mientras la follaban por el culo
Ap, Aher y el abuelo. Al llegar el turno de �ste y para excitarlo, Am le met�a
dos dedos por su ano. Las maniobras de la abuela y la visi�n continuada de lo
que Ama-madre hac�a al abuelo me excit� tanto que, avergonzada acab� teniendo un
orgasmo, lo que me hizo acreedora al castigo. Para remate al abuelo se le
ocurri� meterme un gran globo en el co�o y, comprimido �ste sobre la rodilla de
la abuela, me meti� por el ano un gran consolador con resaltes que empez� a
meter y sacar r�pidamente hasta que lo compresi�n sobre el globo me hizo tener
otro orgasmo. Otro castigo merecido.




Mi actual Amo, que me ha encargado escribir mi historia, me
comunica que el fichero de este cap�tulo ocupa casi 78 Kb y que como me dijo que
deb�a escribir de 20 en 20, me he excedido en cuatro veces m�s y merezco cuatro
castigos. Me ordena finalizar contando mi actual situaci�n y el contenido de los
pr�ximos cap�tulos. Resumo:



Actualmente tengo 55 a�os, mi propietario es mi hermano, pero
no el referido anteriormente, es el hijo que tuvo mi madre con �l de forma
incestuosa y que provoc� su esclavizaci�n, por lo cual tambi�n es mi sobrino.
Mis abuelos y mis padres han fallecido, mi Amo-hermano se cas� y su esposa le
oblig� a venderme a su hijo-hermano.



En los pr�ximos cap�tulos os contar� la primera tortura seria
que me aplicaron mis abuelos al d�a siguiente de lo que os he dicho, el
desarrollo de mis habilidades en las fiestas que organizaban mis amos y las
prestaciones de prostituci�n o cesiones a otros amos, el adiestramiento para
aparearme con otros animales y como pony en la granja de mis abuelos junto con
otras chicas, la presentaci�n y ensayo con el esclavo semental negro
seleccionado para dejarme pre�ada, mis victorias en los dos concursos generales
de esclavas, mi victoria en los concursos restringidos de esclavas pre�adas y
lactantes y mi destino final a adiestrar esclavas novicias por no haber tenido
el descuido de tener un orgasmo no consentido en diez a�os.






CONTINUAR�




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Relato: Al cumplir los 16 (I)
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