Ella era hermosa, sensual, una mujer completa a sus 35 a�os,
yo apenas con 14 s�lo me conformaba con admirarla y provocar mi excitaci�n
acariciando con la mirada cada parte de su figura, de su rostro, oliendo su
perfume cuando la ten�a cerca, sintiendo su voz en mis o�dos, y por supuesto,
haciendo de todo ese conjunto mi primera inspiraci�n para cada noche y a veces
por las ma�anas masturbarme fren�ticamente hasta alcanzar orgasmos que me
dejaban exhausto.

Su nombre era Eva, la madre de mi mejor amigo en la
secundaria. Media casi 1.70 metros, delgada pero con una figura llena de curvas,
sensual hasta la locura, sus piernas que gustaba lucir con faldas se miraban
firmes, fuertes, suaves y delicadas, su trasero era un poema que quedaba s�per
paradito con los altos tacones que acostumbraba usar, amplias caderas sin llegar
a desencajar en su delgadez, la cintura part�a su cuerpo en dos, haciendo m�s
evidentes sus formas generosas de arriba y abajo, sus pechos eran grandes y
sol�a lucirlos abriendo un par de botones de sus blusas mostrando el canalillo
en el que los hombres morimos de deseo y algunas mujeres de envidia. Su rostro,
Dios, en ese entonces no habr�a podido definirlo, ahora s� que era puro morbo,
ojos de gata en celo siempre maquillados para darles mayor profundidad, una
nariz peque�a y afilada, labios carnosos siempre rojos y h�medos, los p�mulos
resaltados por el rubor aplicado sabiamente, y una cabellera negra, larga y
abultada como se usaba en los a�os 80, en fin, que toda ella expiraba
sensualidad y deseo.

Sin embargo su actitud era la de la mujer absolutamente
decente y formal, que provocaba que todas las miradas lujuriosas que la
admiraban y deseaban quedaran reprimidas y se tornaran en respetuosas al menos
mientras ella pudiera notarlo.

Mi amigo era Mauricio, hijo �nico y un buen amigo como
siempre es el mejor de la escuela, de vez en cuando iba yo a su casa a jugar y
rara vez a estudiar. El padre de Mauricio era un agente de ventas que sol�a
pasar largas temporadas fuera de su casa, as� que por lo regular cuando iba de
visita me encontraba con mi amigo y su madre.

Desde los 12 a�os deseaba a su madre, pero era un deseo
infantil, ignorante y casi torpe, pues sin saber que era realmente lo que se
hacia con una mujer en la intimidad no pod�a m�s que desearla pr�cticamente sin
saber para que la deseaba.

Eva siempre me saludaba de beso, y siempre fue de lo mas
morboso ese acercamiento, pero un d�a las cosas comenzaran a cambiar, a�n no s�
que fue lo que provoco ese cambio, s� que no fue merito m�o, pues no hice nada
para provocarlo. Lo que sucedi� es que un d�a los besos de saludo de Eva
comenzaron a durar m�s tiempo sobre mi mejilla, a ser mas calidos, mas h�medos,
mas cercanos, y poco a poco mientras sus manos tocaban mis hombros, a veces la
nuca, a veces la espalda y el cuello, sus labios rojos de fuego se acercaban
cada d�a m�s a mi boca que solo exhalaba excitaci�n por ella.

Una tarde por fin, estudi�bamos Mauricio y yo, cuando ella se
asomo a la habitaci�n de su hijo, luciendo uno de sus atractivos atuendos, una
falda roja apenas sobre la rodilla embarrada sobre sus piernas, una blusa blanca
y elegante con los botones abiertos, tacones elegantes rojos, medias blancas,
maquillaje perfecto. Le pidi� a mi amigo que fuera a la farmacia a comprarle un
medicamento, dijo sentirse mal por un dolor, me ofrec� a acompa�ar a mi amigo
pero ella me pidi� me quedara a hacerle compa��a, cosa que gustoso acepte. Una
vez a solas se sent� en la cama junto a mi, cruzo las piernas de una forma
casual pero con una elegancia y sensualidad que me provoco una erecci�n
inmediata, comenz� a charlar conmigo de forma natural, y llev� la charla hasta
el tema de mi vida sexual. Contrario a lo que dicen algunos relatos, ella en
ning�n momento se dijo vieja o falta de atractivo, muy por el contrario no dejo
de ser seductora en ning�n momento, me pregunto como me gustaban las mujeres, y
al permanecer callado me dijo directamente si la encontraba atractiva mientras
pasaba las manos por su cuerpo, acarici�ndose a si misma, provocando si esto era
posible una mayor erecci�n en mi, se pasaba la lengua por los labios, me miraba
fijamente, divertida sin duda de tener en su control absoluto la situaci�n. Me
pregunto si me gustaba sus piernas subiendo un poco su falda y mostr�ndome el
inicio de unos muslos que se ve�an hermosos y excitantes, lo mismo hizo con sus
senos deline�ndolos con sus dedos por enzima de su blusa y abriendo un bot�n
m�s. Me miraba a los ojos y se humedec�a con la lengua esos labios que me
estaban volviendo loco, entonces puso su mano directamente sobre mi pene
toc�ndome a trav�s del pantal�n, yo sent�a que me moria y llegaba al cielo en
ese instante, me lo apret� fuerte, firme, y comenz� a masajearme as�, se acerco
a mis labios y me dio un beso h�medo apenas metiendo su lengua levemente en mi
boca, cosa que casi me provoca un orgasmo. En ese momento escuchamos la puerta
anunciando que Mauricio hab�a regresado, ella me dijo que fuera al ba�o a
calmarme y me dijo que si me hab�a gustado regresara al otro d�a por la tarde a
las 3:00, y qu� estar�a sola.

Al otro d�a obviamente solo pensaba en que diera la hora en
que Eva me hab�a citado, llegue puntual, de hecho estuve en la esquina de su
casa esperando que diera la hora 30 minutos antes, era S�bado y Mauricio se
hab�a ido de fin de semana a casa de unos t�os que viv�an en Cuernavaca, y su
marido regresaba hasta el Martes.

Toque la puerta de su casa, se abri� sin que pudiera verla a
ella y entr�. Eva estaba tras la puerta, al cerrar me di cuenta, voltee y vi
entonces la imagen m�s er�tica y llena de morbo que hubiera podido imaginar.
Tenia puesta una minifalda que apenas le cubr�a un poco mas debajo de esas
nalgas redondas y paradas, negra de licra, m�s pegada a su cuerpo no pod�a
estar, unas medias negras brillosas sensuales a m�s no poder, y sosteni�ndose
sobre un par de tacones de aguja que creo eran de 10 cm. de alto, llevaba una
blusa gris de botones que se le pegaba como una segunda piel, la tenia abierta
de tal forma que se pod�a ver parte del sost�n negro de encajes que sosten�an
esas tetas maravillosas, enormes y redondas, maquillada de forma elegante pero
definitivamente m�s cargada y provocativa que el maquillaje que usaba diario, se
hab�a puesto un perfume dulce que por si solo excitar�a a un muerto, el cabello
lo llevaba suelto y entre revuelto y esponjado, era la imagen misma del morbo,
del deseo, era una puta fina en persona frente a mi.

Me dijo �te gusto? Se acerco a mi y agach�ndose pues me
llevaba mas de 12 cm de altura, me dio un beso metiendo toda su lengua en mi
boca, llen�ndome de su saliva dulce y ardiente, haciendo que sintiera fuego en
los labios y que todo mi cuerpo sintiera el suyo. Sent�a sus pezones en mi
pecho, y estoy seguro que ella sent�a mi verga dura contra su muslo baje mis
manos a sus nalgas y ella solt� un gemido, eran duras y firmes, pero de una
suavidad exquisita, sus tetas no desmerec�an a esa descripci�n, todo su cuerpo
era un poema delicado y fuerte, me tomo de la mano y como siempre fue ella la de
la iniciativa al llevarme hasta su recamara.

Ah� ella me desnudo a mi primero, besando cada parte de mi
cuerpo que iba quedando expuesta, tom�ndose su tiempo, tortur�ndome, a ratos no
dejando que usara mis manos para acariciarla. Cuando quede totalmente desnudo me
acost� en su cama matrimonial, el morbo era inmenso, nunca hab�a estado ah�, y
me daba cuenta que en ese lecho era donde su marido dispon�a de ella, donde ese
hombre hab�a tenido la suerte de gozar de esa hembra satisfaci�ndose con su
cuerpo y su fuego. Ella como si hubiera le�do mi mente, me dijo que me iba a
hacer cosas que a su esposo nunca le hab�a hecho, y que se lo har�a en la cama
donde dorm�an juntos, me lo dijo mir�ndome a los ojos, con la lujuria sali�ndose
por los poros, y mientras me masturbaba, entonces sin dejar de mirarme, se
sonri� y bajo su cabeza hasta mi pene y lo meti� en su boca completamente, la
sensaci�n fue brutal, su boca era de terciopelo h�medo y caliente, su lengua se
enroscaba por toda mi verga, por la cabeza y por el tronco, sus labios sub�an y
bajaban y sus manos no dejaban de acariciar mi vientre, mis muslos, mis
test�culos.

Despu�s de unos minutos en que me estuvo mamando la verga, se
puso de pie y comenz� a desnudarse para mi, me dijo que no me tocara, y me hizo
un strep tease que me volvi� loco, tra�a medias con ligero, el encaje era de
banda ancha y muy arriba del muslo usaba una tanga de encaje, y un brasier
tambi�n negro de encaje se quito la tanga mostr�ndome el culo, y el brasier
acarici�ndose las tetas, se quedo solo con las medias sobre los tacones, su
imagen era lujuria pura.

Entonces se subi� en mi, agarro mi verga y la dirigi� a su
vag�na, pod�a sentir el calor que emanaba de ella, se comenz� a rozar por fuera
con mi verga, yo sentia como su humedad me llenaba el glande y de pronto se
meti� toda la verga de un solo golpe soltando un gemido de placer que me provoco
mas deseo, y lentamente comenz� a cabalgarme, despacio al principio, pero
aumentando poco a poco la velocidad, se tocaba las tetas y gem�a, en momentos me
miraba a los ojos y otros los cerraba echando la cabeza hacia atr�s y dici�ndome
cosas caliente, me ped�a me la cojiera, que la hiciera sentir hembra, que le
diera lo que el pendejo de su marido no le daba, era fant�stico ver como hab�a
perdido el control totalmente, su ritmo era cada vez mayor, y en cierto momento
sent� que me llegaba el orgasmo y por primera vez eyacule dentro de una mujer,
grite y le apret� las tetas, y ella se dejo caer sobre mi, me dijo entonces que
hab�a tenido tres orgasmos mientras me cabalgaba, pero que no pensaba que eso
terminara ah�.

Descansamos durante unos minutos y entonces comenz� a mamarme
la verga una vez m�s, casi de inmediato tenia yo otra erecci�n total, y ella se
puso como perrita y me pidi� se la metiera en el culo, se la met� primero en la
vagina como me lo indico, y ya que estuvo bien lubricada mi verga me dijo que la
ensartara por atr�s, el resultado fue b�rbaro, ella gritaba y gem�a como loca,
insultaba a su marido, le llamaba pendejo y le dec�a que viera como un ni�o era
m�s hombre que �l, eso por supuesto me encendi� a�n m�s y provoco que le diera
m�s fuerte por atr�s cada vez, lo que hacia que ella sintiera m�s y m�s placer
puesto que no era su primera vez por el culo seg�n me cont� despu�s. Le di
durante varios minutos hasta que no pude m�s y me vine por segunda vez en medio
de esas nalgas que eran deseadas por todos los hombres que alguna vez las
hubieran visto.

Esa noche me quede a dormir con ella, llamo a mi casa para
pedir permiso de que me quedara con su hijo Mauricio, y por supuesto me dejaron.
Cojimos durante toda la noche y ella fue quien me ense�o a ser un amante
complaciente, fue mi primera maestra, mi primera musa del sexo.

Mi relaci�n con ella duro poco mas de a�o y medio, cojiendo
una vez a la semana por lo menos, cuando termine en la secundaria a�n tuve la
oportunidad de tener sexo con Eva durante el verano, pero a finales de Agosto
toda la familia se fue a Guadalajara, nunca m�s la volv� a ver. A�n hoy me
pregunto porqu� tuve esa suerte de poseer a esa mujer, porque estoy seguro que
no tenia m�s amantes, y yo era un chico normal sin m�s atributos f�sicos que la
mayor�a. Sin embargo siempre le agradecer� a Eva haber sido mi Diosa del sexo,
mi puta, la primera, mil gracias Eva.