Mi marido siempre me dec�a antes de casarme que era una
hermosa hembra, una mujer hecha y derecha, una mujer como las hay muy pocas,
alta, de una cintura de avispa, con una cola maravillosa, unas piernas muy
torneadas, muy lindas, especialmente cuando uso zapatos de tac�n alto, unos
senos prominentes, talla m�xima 108, que llaman especialmente la atenci�n de
todos los hombres, lo notaba porque muchas veces me dijeron en la calle tetona
rica y otras cosas que poco a poco me iban llegando muy adentro.

Mi cara es muy dulce, blanca de pelo negro, lo que hace
destacar aun m�s mi sexy figura. Un lugar muy especial de mi cuerpo era mi sexo,
el cual tiene los labios separados, muy carnosos, como invitando a refregarse y
a recibir lo que sean necesario. Yo no sab�a que este atributo pod�a
enloquecerme de placer.

No tuvimos relaciones sexuales con mi marido antes de
casarnos, ya que el era muy enchapado a la antigua y deb�a llegar sin haber sido
usada por otro hombre antes, lo que cumpl� a entera satisfacci�n de �l, porque
lo amo y ahora lo amo m�s que nunca.

Al comienzo, nuestro matrimonio fue muy bueno, dur� la luna
de miel, pero luego se torn� sumamente aburrido, empec� a darme cuenta que no le
interesaba mucho, ya que no quer�a hacerme gozar y solo ten�a excusas para no
cumplir como un verdadero hombre. Mi marido trabajaba entre las 17,00 y 01,00 de
la ma�ana, haciendo informes sociales para una empresa especializada. Todos los
d�as llegaba despu�s de las dos de la ma�ana. Incluso trabajaba s�bados y a
veces los domingos. Mi desesperaci�n iba cada d�a en aumento y realmente estaba
desesperada. Mi marido ten�a desde antes de casarnos, una enorme cantidad de
pel�culas y revistas pornogr�ficas y siempre me dijo que el iba a tener de las
mejores y en toda la casa. A mi no me gustaban, no me interesaban y consideraba
que todas las mujeres que hac�an eso eran putas.

Un d�a, en mi desesperaci�n comenc� a mirar una revista y vi
a una mujer como se masturbaba, y sin querer comenc� a hacerlo, logrando un
climax muy especial, pero nada fabuloso, pero me gust�. Vi hermosa ropa interior
y le insinu� a mi marido. Me dijo que me comprara, me dio dinero y al d�a
siguiente me atrev� a entrar a una tienda especializada y porno. Me sent�a
avergonzada de entrar a una cosa as�, el dependiente muy atento me atendi� y me
dijo al verme nerviosa que no me preocupara que esa era una tienda muy seria y
respetable y que all� nunca pasaba nada. Me recomend� que por ning�n motivo
fuera a las tiendas de la calle que da al puerto, porque todas eran prost�bulos
de muy mala reputaci�n y que a una dama tan hermosa se la violar�an. Yo le
agradec� la delicadeza, pero el continu� y comenz� a mostrarme fotos
pornogr�ficas que el hab�a tomado en un negocio donde hab�a trabajado hasta
cuatro d�as atr�s cerca del puerto.

Mi curiosidad y mi calentura pudo m�s, y mir� las fotos que
realmente nunca pens� que pudieran ser tan degeneradas. Hab�a un colch�n en el
suelo y una mujer rubia, bonita, estaba sosteniendo relaciones sexuales con un
tipo muy bien dotado, ten�a un miembro enorme, y la ten�a ensartada por el culo.
Otro individuo, horrible de feo, le ten�a su miembro en la boca, y dos m�s la
manoseaban groseramente por los lados. Era un espect�culo que por primera vez,
vi�ndolo con un desconocido me puso a cien por hora, sent� que me mojaba toda y
sin quererlo apret� las piernas. Pero en ese momento, distrajo mi atenci�n un
hombre que estaba en la foto mirando muy concentrado. Era mi marido, se me
ocurri� preguntarle quien era ese hombre y el dependiente me contest� que era
uno que le dec�an el mir�n, que iba todos los d�as y que normalmente se paseaba
por todos los negocios y se iba despu�s de la medianoche. Dijo que era lo que se
consideraba un putero y proxeneta, eligiendo mujeres para llevarlas a hoteles, a
otras casas de putas o para que se acostaran con gente con dinero. El se
acostaba con las prostitutas, seg�n el para probarlas, desde la m�s linda a la
m�s fea, era generoso monetariamente y las putas se lo peleaban para recibir sus
favores. Me dijo algo que me llam� m�s aun la atenci�n, que hab�a hablado varias
veces con �l y que le hab�a dicho que no se le paraba y no le daban ganas si no
ve�a antes a otra mujer teniendo sexo.

Haber descubierto esto me produjo una gran indignaci�n, no
hall� que hacer, compre la ropa que hab�a elegido, cambi� otra que no me di
cuenta era para mujeres que se prostitu�an y sal� r�pidamente de all�.

Llor� amargamente en mi cama, al descubrir el vicio de mi
marido, eran las once de la noche, entonces se me ocurri� la idea de ir a dar
una vuelta en el auto al sector del puerto. Me vest� con la ropa interior que
hab�a comprado, sostenes para mis senos que luego desech�, porque los tengo tan
grandes, duros, firmes y parados, que no necesitaba usar brasier, una polera
escotada con la espalda descubierta, una falda no muy larga, que me llegaba a la
rodilla, medias a media pierna con stokking o portaligas. Me mir� al espejo y
encontr� que me ve�a muy bien. La falda ten�a una rajadura adelante, por lo que
al sentarme y manera, se me ve�a todo donde terminaban las medias.

Comenc� a recorrer las calles y lo que vi me dej� espantada,
como se ofrec�an las mujeres a los hombres que transitaban en auto, negocios que
eran para mi una tentaci�n, por primera vez sent� un cosquill�o en mi interior y
en mi sexo femenino, estaba exitada, caliente y avergonzada. Me acord� de mi
marido que deb�a estar por all�, pero donde. Vino a mi mente una foto
pornogr�fica que hab�a visto de una mujer que se sacaba sus bombachas en el auto
para ofrec�rselos a otros hombres que iban en otro auto, asi que estaba tan
ardiente que decid� sac�rmelos, pero nadie se dio cuenta. Recorr� varias calles,
pasando lentamente y pude presenciar cosas que yo consideraba asquerosas,
especialmente en una plaza, donde las mujeres ofrec�an por un poco de dinero,
chupar las pijas de los hombres o bien sentarse en ellas sac�ndoles hasta la
�ltima gota de semen. No se cuantas horas estuve recorriendo, pero estaba muy
caliente.

Volv� a mi casa, m�s caliente, Rub�n que as� se llama mi
marido, ya hab�a llegado. Me recibi� enojado y meti� sus manos entre medio de
mis piernas llegando a mi chucha, descubriendo que estaba toda desnuda y mojada,
meti� sus dedos con gran dureza mientras me insultaba y me dec�a que era una
puta, que donde andaba puteando, si me hab�a ido bien con los clientes, que
donde estaba el dinero, etc. Mientras m�s me insultaba y me manoseaba, desde el
ano adelante, m�s me exitaba y sin querer empec� a contarle del barrio del
puerto, gimiendo como una perra en celo. La exitaci�n de mi marido era cada vez
m�s grande, nunca lo hab�a visto as�. Me dijo chup�melo y se lo sac� y me lo
puso en la boca. Yo nunca antes hab�a chupado un miembro ya que me hab�an
educado que las mujeres que hac�an eso eran las m�s bajas y vulgares de la
sociedad. T�midamente me lo met� en la boca, pas�ndole la lengua desde la punta
hasta los test�culos, lo que lo volvi� loco de placer, luego tambi�n el me
desnudo dej�ndome solo en medias, chupo mis tetas como nunca lo hab�a hecho
antes, estaba hecho una fiera, me lo meti� en mi chucha y comenz� un r�pido
entra y saque que me llevaron a la desesperaci�n. Todo esto con insultos y
bajezas, pero que me gustaron y por primera vez comenc� gozar del sexo. Me dijo
que si esa noche me hab�an follado por el ano, yo le dije que no, que jam�s, no
me crey� y me dio vueltas y comenz� a empujar, su miembro, que no es muy grande
y poco a poco lo meti� completamente, volvi�ndose loco y yo tambi�n, me hizo
acabar y le sent� como una explosi�n dentro de mi.

Descansamos sin decir nada, su miembro se achicaba adentro de
mi ano y yo acababa, pero se me ocurri� decirle para exitarlo que faltaba algo
m�s, se lo chupe nuevamente meti�ndole un dedo en el hoyo hasta que nuevamente
estuvo duro, me sent� y me lo introduje totalmente, comenzando con mis manos a
masturbarlo, correrle el forro hacia atr�s y sentir todo el pene metido, pelado
adentro de mi. Se corri� completamente, le dije, vamonos a lavar al ba�o, pero
para mi sorpresa me dijo: las putas se lavan solas, al hombre se le debe lavar
con la lengua, asi que comienza, y me tom� del pelo y me obligo a limpiarle todo
el pene, los test�culos y su ano, no me caus� asco ni nada, al contrario
descubr� que me produjo un gran placer y luego, nos acostamos a descansar.

Al d�a siguiente, estuvo haciendo unas llamadas telef�nicas y
no me habl� hasta cerca de las 9 de la noche, me dijo que como puta no val�a
nada, como mujer menos, que no ten�a experiencia en hacer gozar a los hombres,
que no serv�a para nada, que como hembra era un fiasco y que jam�s ser�a una
buena perra. Le dije, ens��ame y ser� la mejor puta que pueda existir, hazlo y
no te arrepentir�s, quiero aprender, no creo que sea tan dif�cil, o tienes
miedo. Me dijo miedo yo, jam�s, t� vas a tener miedo, no creo que seas capaz. Si
dame la oportunidad. Est� bien, pero sin arrepentirte, ya que cuando est�s all�
no podr�s salir. Cuando se entra al ambiente no se puede salir. Est�s segura, si
le respond� y lo bes� dulcemente, pero me dijo: as� no besan las perras, se besa
con ansias, calentonamente, con lengua. Me revis� toda la ropa sexy que hab�a
comprado, eligi� y me dijo v�stete.

Estaba asustada, pero no pod�a decirle nada. Totalmente
desnuda me vest� delante de �l, que me miraba lascivamente. Me vest� igual que
la noche anterior, pero me dijo, est�s loca, as� no vas a calentar a nadie. No
tengo m�s ropa le dije. Entonces el tom� unas tijeras, corto mi falda en el
mismo lugar donde terminaban las medias, agrando el tajo hasta cerca de la
cintura. Cort� la blusa para que se vieran mis senos por los lados, quedando
esta m�s suelta. Agrando el escote hasta la punta de los pezones.

Me hab�a puesto una tanga, pero el me la hizo sacar y me dijo
las putas que son realmente perras, jam�s las usan, andan siempre listas para
ser penetradas. Yo me asust� y me dijo, bueno no eres capaz. Hasta aqu�
llegamos, entonces yo le dije tu pretendes que tenga sexo con otro hombre, el me
dijo, por supuesto, las perras no se fijan con quien, lo que interesa es gozar.
Veo que te echastes para atr�s. Yo le respond�, no, aun quiero y estoy m�s
decidida que nunca, vamos pero pasemos a comprar condones. El se indign� y me
dijo: sab�a que no eras capaz. Las putas buenas follan sin condones,
insult�ndome. Entonces le dije, ser� sin condones.

Entramos en un bar disco, quieres que te culeen caliente me
dijo, respond�, estoy ansiosa. Sigui� insistiendo en la idea y me dijo si
quieres podemos invitar a los hombres de la mesa del frente parece que le has
gustado mucho pues no han hecho otra cosa mas que mirarte desde que llegaron
sobre todo el hombre negro es el que mas te mira, de pronto mi esposo me dijo ya
vengo voy a la barra y no me tardo.

El hombre aprovecho esto para invitarme a bailar me saludo:
hola como estas yo le dije muy ansiosa por verte, �l me respondio eres linda mis
amigos quieren conocerte yo sonrei y le dije mas tarde y me apreto contra su
pecho y as� seguimos bailando, me apret� fuerte de la cintura y una pierna me la
metio entre medio de las m�as. Su mano se desliz� suavemente en mi espalda
siguiendo hacia el costado, hasta introducirla y como no llevaba ropa interior
abajo empezo a cariciar mis nalgas esto me fue poniendo a millon y me aprete mas
a su pecho seguia acariciando mis nalgas y yo sent�a como su verga iba creciendo
por debajo del pantal�n yo lo mire y despu�s busque su boca y lo bese suavemente
pero me acord� de las instrucciones de mi marido, que en ese momento hab�a
vuelto y lo bese con ardor, nuestras lenguas se fundieron fuertemente, pude
sentir su aliento a alcohol, me dijo que poto tan rico tienes, unas nalgas
duras, sus manos me comenzaron a recorrer todo mi poto bordeando luego las
medias y llegando a mi ano y luego a mi chucha. Estaba a mil, m�s aun cuando veo
a mi esposo mir�ndome. El hombre me dijo: t� chucha est� ardiendo, mojada, que
rica eres, le respond�, pero eres un ego�sta, has tocado solo la mitad. Note que
el se enardeci� con mis palabras y sac� una mano y me atrac� contra una muralla,
recorri� mi costado y la mano lleg� a mi teta derecha, comenzando a jugar con mi
pez�n. La otra mano, estaba con dos dedos en mi chucha, jugueteando groseramente
y una dedo en mi ano. La m�sica termino y no nos dimos cuenta, luego, regrese a
la mesa junto con mi nuevo hombre. Estaba muy exitada, nerviosa creo que mi
esposo se dio cuenta, ya que me dijo, aun no pasa nada y ya est�s reculando. Le
dije no, quiero que me culeen sin ninguna contemplaci�n.

Vamos a un reservado me dijo y junto con ello sigui� el negro
y dos amigos. Mi esposo y los tres me abrieron camino y el les dec�a a lo largo
del pasillo groser�as. En el pasillo hab�an cuadros pornogr�ficos muy er�ticos.
Entramos en un cuarto, hab�a un TV pasando una pel�cula pornogr�fica. Comenzamos
a tomar un trago, Rub�n me dijo que me sentara, me puse nerviosa, ya que no
pod�a ocultar mi desnudez interior, todo se me ve�a. Los tres tipos me miraban
lascivamente. Yo ya sab�a que me iban a culear, pero no quer�a yo tomar la
iniciativa. Entonces Rub�n se acerc� y me dijo al o�do, te salieron t�midos
estos hombres, demuestra que eres una puta en celo. Me levant� y me acerque al
primero, lo tome del cuello, lo bes� con pasi�n y le dije bailemos. Me apret�
contra el, comenz� a correrme mano, tocar mis nalgas, a meterme el dedo entre
mis nalgas yo con disimulo tocaba su verga por encima del pantal�n. Estaba
caliente y a cien, me dijo oye me tienes caliente, estoy loco por sentarte
piernas abiertas y culearte por el chocho y por el culo, yo le respond� que
esperas, soy toda tuya y tambi�n de tus amigos. El me dijo, mis amigos est�n
mareados y ya medios borrachos, pueden ser muy peligrosos y ardientes, lo que me
exit� enormemente.

Uno de sus amigos, el que estaba m�s mareado, se acerco, me
tom� por detr�s y junto que restregarme el poto con su verga, me agarr�
fuertemente las dos tetas, luego meti� las manos por los costados y comenz� a
apretar mis pezones. Me inclin� un poco abri mis nalgas y senti algo mojado
rozando mi ano cuando mire era el pene del amigo, que me dec�a, quiero culearte,
ven perra , su verga larga, tiesa, muy gruesa , empezo a golpear mis nalgas con
su verga mientras tanto el tercero se acerc� y con mis manos acariciaba su verga
y me la lleve a la boca casi me la trague de un bocado, de pronto mire a mi
esposo y vi como estaba mirando como me ten�an, pero vi en sus ojos una
expresi�n como diciendo, esta no es capaz de ser perra. Ese pensamiento de mi
esposo me exit� y me despert�, comenc� a decirles groser�as a los hombres para
enardecerlos pudiendo ver en ese momento la cara de satisfacci�n de Ruben. Dije
quiero me abran y me culeen por el culo, uno de ellos termin� de sacarme la
ropa, quedando solo en medias e introdujo su enorme verga en mi culo,
manteni�ndome agarrada de las tetas.

El otro estaba tan ebrio que se cay� de espaldas en el
sill�n, y el que me ten�a la verga metida en mi culo me empujaba hacia el.
Llegu� y ca� encima de �l, y lo aplast� con mi cuerpo, pero una mano se qued�
abajo y se meti� en mi chocha, meti� tres dedos y dos de ellos mordisqueaban mi
cl�toris, comenc� a acabar y logr� con su ayuda, sacarle los pantalones y
mordisquearle sobre los slips el pene. Sent�a que era enorme, entonces, el en su
desesperaci�n se lo saco, mostr�ndomelo, nunca hab�a imaginado una cosa tan
grande, el se ech� hacia arriba poniendo las dos piernas en los hombros del
hombre que estaba cule�ndome por el poto. Toda su entrepierna qued� a mi
disposici�n. Me lanc� como una gacela a chupar, le bes� la punta y luego comenc�
con la lengua a recorrer toda esa enorme estaca, mientras lo echaba hacia su
ombligo, pude recorrer sus test�culos, poro en esos momentos, el me tomo del
pelo y me llev� m�s abajo, hacia su cola, oblig�ndome a pasarle la lengua en el
hoyo del poto. Estaba desesperada, la verga en mi culo me estaba haciendo acabar
y entre gemidos sent� como me inundaba de semen, mi marido estaba masturb�ndose.

El otro hombre que estaba mirando, medio ebrio tom� su lugar
y me culeaba alternadamente entre la chucha y el poto, de repente, se qued� solo
en mi culo, me levant� en el aire y se tir� a sentarse en el sof�. El otro,
cuyas piernas abiertas hab�an refalado a mis hombros, me sigui� y me abr� m�s de
piernas, adivinando que me lo iban a meter tambi�n por adelante. Los labios
carnosos de mi sexo, ped�an ese pedazo de carne, Puso la punta y poni�ndose de
acuerdo con el de atr�s, logr� meter con esfuerzo la mitad adentro. Estaba con
la respiraci�n entrecortada, Les dec�a h�ganme gozar, metelo con ganas, no sabes
culear a una hembra como yo, piensa que eres un perro y yo soy tu perra, eres un
maric�n, no sabes culear como un verdadero hombre. Esto �ltimo fue un verdadero
insulto, el hombre se transform� en una bestia, apretando mis tetas dio una
enorme enbestida coordinadamente con el que estaba en mi culo ensart�ndolo hasta
los test�culos, haci�ndome llegar al m�ximo placer, sintiendo como los dos
hombres se tocaban en mi interior por medio de la punta de sus penes. Los dos,
dando alaridos de placer, se fueron dentro de mi, sus vergas comenzaron a
achicarse, el semen sal�a de mi poto y de mi chucho. Hab�a sido bien follada,
pero veo a mi esposo que hace una se�a con la mano como dici�ndome m�s o menos.
Limpie a ambos hombres con mi lengua, inluso los restos de semen que hab�an
ca�do en el sof� tambi�n. Uno de ellos, el que estaba m�s ebrio, me agarro y me
comenz� a chupar el cl�toris y luego mi culo. Estaba a punto de acabar, cuando
me levant� y le dije a mi marido, quiero m�s, esto ha sido muy poco.

Me puse mi ropa, mi marido me tomo de la cintura y me dijo
vamos. Creo que est�s bien para ir a un prost�bulo del puerto y poder iniciarte,
creo que te sacar� mucho dinero, pero aun debes aprender m�s.

Caminamos por la calle, en un lugar solitario estaba un ebrio
meando un grifo de incendios, mi marido me dijo: es tuyo, anda, chupaselo y
comete toda su leche. Me acerque para que me viera, el hombre sigui� meando como
si nada, lo tom� por detr�s, le agarr� su enorme verga, comenc� a masturbarlo,
termin� de mear, y comenc� a mamarlo, sent� un sabor salado, rico, el hombre
ten�a una protuberancia en la punta del pene. Deseaba que me lo metiera, pero
sent� en ese momento como toda su leche inundaba mi garganta y me la tragu�
toda, pens� ya irme, pero me tom� del pelo y me bes�, me empuj� contra la
muralla, me levant� en el aire, manteniendo mis piernas abiertas, me lo enchuf�
en mi chocho, haci�ndome resbalar hacia abajo, metiendolo completo, comenz� un
meta y saca con gran frenes�, mordiendo mis tetas protegidas por mi blusa, hasta
que sent� como mis interiores eran llenados de semen.

Mi marido me dijo, est�s mejor, seguimos caminando, golpe�
una puerta y por una mirilla le preguntaron quien era. Saludo y abrieron la
puerta, entramos. Un hombre gordo y corpulento nos recibi� en su oficina. Mi
marido habl� y me ofreci� hasta el amanecer por solo US 100. El hombre dijo,
veamos si los vale. Desn�date, me dijo, tengo que probar la mercader�a primero,
antes de que yo hiciera nada, sus manos grotescas me recorrieron y manosearon
mis tetas,, mi cintura, mi entrepiernas y mi trasero.

Me saque la parte de arriba, dejando mis tetas al aire, me
sent� a horcajadas sobre �l, con las piernas abiertas. Parece que le gust�
porque comenz� a chuparme y mordisquearme los pezones mientras sus dos manos
recorr�an mis nalgas desnudas debajo de mi falda. Sus dedos comenzaron a meterse
dentro de mi y a jugar con mi cl�toris, haci�ndome acabar por primera vez, me
hizo incorporar y tir� sus pantalones hacia abajo, quedando desnudo de la
cintura hacia abajo. En esos momentos, mi exitaci�n no ten�a l�mites, su pene
era enorme, lo tom� con una mano y lo dirig� hacia mi sexo, sent�ndome encima de
la verga. Era grande pero me la tragu� toda, me ech� un poco hacia atr�s y con
una mano lo masturbaba adentro de mi, tir�ndole sus test�culos hacia abajo.
Estaba tan desesperada que no dej� que el me culeara, yo me lo culie y le saqu�
hasta la �ltima gota de semen, sin que dejara de chupar mis tetas.

Luego, lo limpie con mi lengua y labios, y disfrute de los
restos de semen y jugo vaginal.

Me dio las gracias y me dijo. Eres una gran perra, est�s
contratada, hoy te quedas aqu�.

Lo que sucedi� en el prost�bulo se los contar� m�s tarde.

Si les gust� mi relato a las mujeres, ellas pueden escribirme
al email: POR CUESTIONES DE PRIVACIDAD ESTE EMAIL FUE REMOVIDO