___El descubrimiento del ser (6: confesiones desde el div�n)
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Despu�s de esa experiencia Maria, vi�ndose un poco perdida
quiso llevar de nuevo una vida mas tranquila y sosegada. Pero su piel quer�a m�s
y m�s, as� se lo ped�a a cada segundo, cada poro de su piel. Mientras, ella
luchaba con los demonios que dentro de su alma, la estaban atosigando. Por lo
que decidi�, visitar un psic�logo que la ayudara a encontrarse de nuevo en el
ser.
Confesiones desde el div�n
Despu�s de la ultima experiencia, Maria se hallaba perdida,
en un sin fin de sentimientos, que la embargaba. Tenia un sentimiento de
culpabilidad, que la hacia entristecer, pensar en como y cuando, aquello que
sent�a la dejar�a tranquila. Los sentidos estaban encontrados dentro de ella,
una lucha incesante, la estaba hundiendo en un pozo, oscuro y fri� pozo del que
no pod�a salir.
Dejo de ir al gimnasio, se fue abandonando, apenas sal�a de
su casa, quer�a huir de las tentaciones, que fuera de ese refugio, para ella
seguro, era su hogar. All� sent�a las obligaciones que la oprim�an d�a a d�a,
sin darse cuenta esta lucha, junto con el deseo que le ard�a en el interior, la
estaban mortificando, hasta tal punto que no se levantaba de la cama, ni se
arreglaba, ni com�a. Solo quer�a morir, dejarse ir poco a poco, o r�pidamente si
pudiera ser. Cay� en picado en ese oscuro mundo de la depresi�n.
Su marido la llevo al medico, le hicieron todas las pruebas,
habidas y por haber. Llegando a la conclusi�n, que Maria no tenia nada f�sico,
su enfermedad era del alma, por lo que le recomendaron un buen terapeuta, para
que estudiara el porque de su mal.
La consulta de Daniel, que as� se llamaba el psiquiatra que
visit�, era grande y amplia, estaba iluminada con una luz tenue, y de fondo se
o�a una m�sica, que invitaba al recogimiento. Agradablemente decorada, dentro de
la sencillez y el buen gusto.
Daniel, era un hombre experto y maduro, sus veinte a�os de
experiencia dentro de la psiquiatr�a, le hab�an dado ese punto de
reconocimiento. Con solo mirar a un paciente, y cruzar unas palabras con el,
divisaba mas o menos, el mal que este arrastraba y d�ndole, la confianza y la
fuerza para que este se sintiera c�modo, y desparramara sobre el los problemas,
que sus almas sent�an, ayudando a dar soluci�n, a esos no tan extra�os problemas
que llevaban a el, y que a sus pacientes se les hac�an una gran carga.
Maria se adentro en aquella consulta, perdida en sus miedos y
absorta en miles de deseos, que su mente viv�a con una intensidad desmesurada.
En su rostro ojeroso, Daniel adivin� la tristeza que ella sent�a, y la carga
emocional que llevaba.
Se saludaron, haciendo las pertinentes presentaciones, y
rompiendo la frialdad del primer d�a. Daniel se dispuso a empezar a escudri�ar
en el alma de Maria.
D-�Bueno Maria que es lo que te trae por aqu�?
M-A lo que Maria, qued�ndole callada y con la voz
entrecortada le dijo:
No� se� que me� esta pasando. No duermo, no tengo apetito, mi
cuerpo no obedece a mis deseos.
D-�Cuales son tus deseos Maria?
(En ese momento Maria no supo contestar, no pudo, ni quiso
explicar, las contradicciones que en su mente exist�an. Pens� que nadie
comprender�a, las vivencias que ella hab�a tenido, avergonz�ndose de todo ello
agacho la cabeza contestando):
M-No se, me siento sin ilusiones, nada de lo que me rodea me
llena, y solo tengo ganas de estar en casa sola, a oscuras sin hablar, sin ver a
nadie. Solo quiero cerrar los ojos y dormir.
D-�De que huyes Maria?
Maria a cada contestaci�n, se ve�a m�s y m�s descubierta por
aquella persona, a la cual ella notaba que no pod�a enga�ar, por lo que decidi�,
contarle toda la historia, que desde hace tiempo la estaba mortificando.
Empez� a relatarle su historia desde aquella noche en que
record� aquel sue�o. Lo sucedido al d�a siguiente, cuando se descubri� infiel, y
todas las experiencias, que se fueron sucediendo y en las que ella disfrutaba.
Dej�ndose llevar por todas esas sensaciones que embargaban su alma, llegando
hasta el punto, de depender de lo que su cuerpo le ped�a a cada momento, y el
sentimiento de culpabilidad que ten�a por tantas mentiras y tantas invenciones,
para llevar a cabo sus deseos, �que era lo primordial!, lo �nico que ella quer�a
de veras y la hac�a feliz.
Por sus ojos ca�an lagrimas de dolor, la angustia le oprim�a
el pecho, entrecortando su voz, mientras, las palabras iban saliendo por su
boca. Descubri�ndole a Daniel, los motivos que la estaban llevando a esa
situaci�n, y a la vez descubri�ndose a s� misma, toda la intriga que tenia en su
alma.
Terminando as� la primera sesi�n, Daniel pas� a recetarle a
Maria, unos antidepresivos que la ayudar�an a conciliar el sue�o, y hacer que la
ansiedad que sent�a en su alma, se atenuara. Cit�ndola as�, para la pr�xima
semana, para seguir con la terapia.
Maria sali� de la consulta llorosa, pero m�s tranquila
despu�s de haber descargado la tensi�n emocional que tenia dentro de ella.
Transcurrieron algunos meses, en los cuales ella se hab�a
abierto totalmente a Daniel, y entre el prozac y los somn�feros se hab�a
estabilizado un poco, recuperando as� un poco m�s su vida.
Hab�a terminado su relaci�n con Miguel y con Ana, los cuales
segu�an juntos, siguiendo nuevas aventuras y disfrutando del sexo en todas sus
vertientes.
Pero a Maria le hab�an vuelto las pesadillas, y el infierno
nocturno hab�a vuelto a su vida, despert�ndola en medio de la noche de nuevo la
agitaci�n, la culpa, el desespero.
Coment�ndoselo a Daniel, este decidi� optar por el
hipnotismo, ya que ella se negaba a recordar, esas pesadillas nocturnas, y as�
se lo hizo saber:
D-Maria ya que no puedes recordar tus pesadillas, la �nica
opci�n, que me queda para ayudarte, es el hipnotismo, as� que depende de ti, si
quieres salir de esta situaci�n o no.
M-Esta bien si es la �nica soluci�n acepto, quiero salir de
una vez de este pozo, que cada vez me esta hundiendo m�s, as� que �estoy
dispuesta!
Daniel la invito a echarse en el div�n, baj� la luz a�n m�s,
y con voz firme y suave, empez� a decirle a Maria que se relajara, y siguiera
cada paso que el le dictara.
Bien Maria quiero que mires y escuches atentamente, el reloj
de pared, observa el p�ndulo como va y viene, oye el tic-tac y piensa que es tu
coraz�n, que late al mismo ritmo que ese reloj, y como te vas relajando, escucha
mi voz, d�jate ir, estas cansada, �muy cansada! Ahora siente tus parpados, como
se van cerrando te pesan tanto, que ya no puedes tener los ojos abiertos, solo
siente el sue�o y mi voz, que te ir�n guiando, por ese mundo que no conoces,
pero que esta en ti, �duerme, duerme!. Solo mi voz es due�a ahora de tu alma, de
tu voluntad, y solo a ella obedecer�s.
Maria cay� en un profundo letargo, donde su voluntad dejo de
existir, entreg�ndola a Daniel, en la confianza de que �l, la ayudar�a. Dejo de
existir el tic-tac del reloj, la m�sica de fondo, la tristeza, en ese momento
solo la paz exist�a en su ser.
La voz de Daniel resonaba en su mente dici�ndole. Ahora
Maria, quiero que te introduzcas, en tu primera vez. En tu primera experiencia
sexual, antes de que empezaran tus pesadillas y quiero que contestes a mis
preguntas.
Maria se empez� a moverse, contorsion�ndose en el div�n, bien
Maria no quiero que sientas dolor, (le dijo Daniel al ver que sufr�a en ese
momento) solo cu�ntame que sucede:
Estoy en mi casa, mi madre sale a las compras, y mi padre se
queda conmigo y jugamos.
D-�Qu� edad tienes Maria?
M-Tengo seis a�os y ma�ana es mi cumplea�os, mi papi me dice
que me tiene un regalito para que juegue con �l.
D-Bien Maria sigue contando lo que sucede.
M-Yo le digo que me lo de, y que as� jugamos los dos, mi papi
es muy bueno me quiere mucho, juega conmigo siempre que mam�, sale de compras o
a trabajar, y me da muchos besitos, ahora me dice que tiene que ba�arme, que
despu�s me dar� el regalito si soy buena y le hago caso.
D-�Te gusta jugar con tu papi Maria?
M-Si aunque hay veces que mi papi, al ba�arme me hace un poco
de da�o pero dice que es para que este mas limpia.
D-Bien Maria sigue cont�ndome lo que haces con tu papi.
M-Mi papi me lleva a mi cuarto, me quita el vestido, y me
hace cosquillas con la lengua. Me da muchos besitos, me quita las braguitas, y
se la mete en la boca. Dice que huele igual que el perfume de los �ngeles,
cuando me ha desnudado entera me lleva al ba�o, se desnuda y se mete conmigo en
la ba�era, �l se sienta y a mi me coloca encima de sus piernas, y su cosita se
pone grande y dura.
Cuando estoy enjabonada, �l me roza con su cosita, porque
dice, que as� me limpia por dentro, pero a mi me duele un poco. La primera vez
que me ba�o mi papi, me sali� sangre de mi cosita, pero mi papi, que me quiere
mucho me curo, me limpi� y despu�s me dio con su leng�ita y me puso cremita, y
ya no me doli� mas, porque mi papi ahora, cuando me lava por dentro, me pone
aceite de ba�o y ahora, me gusta mucho que mi papi me ba�e, porque me hace
cosquillas y me da besitos de lengua.
Mi papi me ha dicho que no se lo diga a mama, que si no va a
querer que se lo haga tambi�n, y que el solo quiere hacerme cosquillas a m�,
�que me quiere m�s!, y es verdad porque a mi madre no le compra regalitos y a mi
si, �dice que es nuestro secreto!
Por eso yo quiero que mi papi me ba�e siempre. Despu�s me
dice que chupe su cosita, que tiene que limpiarme los dientes con su l�quido,
para que sean m�s blancos y fuertes, que son vitaminas. As� que �l, se pone de
rodillas, para que yo lo meta en mi boquita, y lo refriegue por mis dientes.
Dice que no los apriete, porque si no le hago da�o, y que ya
no podr� limpiarlos mas, as� que yo solo lo chupo con mis labios, y cuando sale
la vitamina. �l la saca y se le pone chica, �dice que es magia! y yo me r�o
mucho con mi papi, porque cuando sale la vitamina, se queja y me dice, que es
porque lo he mordido, yo me pongo seria y digo que no, y el se sonr�e dici�ndome
�es broma! y me coge en brazos y me dice, que soy muy buena.
El me peina y me viste y cuando llega mam�, me dice que papa
es muy bueno, porque me ha puesto muy guapa. Yo le ense�o mis dientes, y le digo
que est�n fuertes porque papa le ha dado la vitamina. Mam�, le pregunta a papa
si he sido buena, y papa le dice que soy la mas buena, de todas las ni�as. Y me
gui�a el ojo y me da un beso.
Daniel le dijo esta bien Maria, ahora quiero que olvides todo
eso que me has contado, jam�s a sucedido, y de ahora en adelante, dormir�s
tranquila, har�s tu vida normalmente, con tu marido y tus hijos. Yo te llamar�
por tel�fono, te dar� una cita a la que acudir�s siempre, obedeciendo
continuamente mi voz. Cuando yo te diga, soy tu papi, en ese momento, t� ser�s
mi ni�ita de siete a�os, y te querr� mucho.
Ahora vas a ir despertando, mirando el p�ndulo del reloj, y
sintiendo el tic-tac del reloj, que te devolver� a la realidad que te he
marcado.
Maria fue despertando, miro el reloj, o�a el tic-tac, y
despert� como si hubiese dormido tres d�as seguidos. Preguntando que hab�a
pasado, a lo que Daniel le dijo: no hay nada anormal, esas pesadillas,
desaparecer�n en cuanto est�s m�s tranquila. Le cambio la medicaci�n, y le dijo
que la llamar�a, d�ndole una nueva cita.
Maria mejoro bastante dec�a, que era la nueva medicaci�n, no
tubo mas pesadillas, y su vida transcurr�a normalmente, con lo cual su marido y
sus hijos estaban felices de haber recuperado el ser de Maria.
�O al menos eso pensaron todos!
Otro d�a os relatare la historia de Daniel, que desde ese
momento se uni� a la vida de Maria, sirvi�ndose de ella para satisfacer sus m�s
�ntimos deseos, esas fantas�as, deseadas que desde siempre, quiso hacer
realidad. �Pero esa es otra historia!
Evelyn45