Les recomiendo leer los relatos anteriores de esta misma
serie.
Las experiencias ocurridas en el relato se siguieron
repitiendo cada semana que pasaba. En ocasiones era dif�cil poder ocultar estas
aventuras con mi esposa, y en otras ocasiones mas llegaba a casa sin leche en
mis huevos para corresponder maritalmente bien. Esto empezo a causar molestias
en la casa, que se fueron incrementando tanto en frecuencia como en intensidad.
En un plazo de 4 meses, los problemas eran grandes, y mas frecuentes mis visitas
con Perla. Mi ano ya estaba completamente acostumbrado a su miembro y cada vez
que me vest�a al terminar, a�oraba un nuevo encuentro.
Pasaron unas semanas y en mi trabajo me dieron la noticia que
deber�a ir a Brasil para ver unas cuentas que ten�amos por all�. El viaje deb�a
durar al menos 2 semanas y por la situaci�n en la casa, esto causo mas
problemas. Al final y tantito antes de salir al aeropuerto todo estallo en una
gran pelea, amenazando el divorcio.
Los primeros dos d�as del viaje, las cosas de trabajo se
fueron desarrollando bastante bien, al grado que para el tercer d�a nos
invitaron a una cena para celebrar los nuevos contratos. La cena era en el
departamento de uno de los clientes en un lujosiismo penthouse en la zona mas
moderna de la ciudad. El departamento era gigantesco y para cuando llegamos
estaba abarrotado de personas. Sin duda el tipo este, sabia llevar una gran
vida. La mayor�a de los hombres iban solos, es decir sin esposas, y esto era
debido a que hab�an invitado a muchas damas de compa��a al lugar. Esto era claro
y obvio, los vestidos que tra�an las chicas demostraban perfectamente su
profesi�n. Muchas de las mujeres suger�an grandes escotes y grandes pechos con
tops realmente peque�os. Las minifaldas se ve�an por todos lados. Esto si era
una gran fiesta. Los meseros pasaban con charolas con copas por todo el lugar, y
las lindas chicas se nos acercaban a entablar conversaciones ligeras. Pasaron un
par de horas y el anfitri�n se nos acerco y nos pidi� que no nos reprimi�ramos
en nuestra diversi�n, que el hab�a contratado ya a todas estas chicas y que
estaban para nuestra completa disposici�n.
Esto era incre�ble, tantas chicas bellas por todos lados y a
nuestras ordenes. Sin embargo como ya les he venido diciendo �ltimamente tenia
una predilecci�n especial por las travest�s por lo que hasta ese momento me
dedique a ver a las chicas y a imaginarme lo que ocultaban dif�cilmente sus
vestidos. Yo me estuve paseando por todo el lugar, y decid� y a los ba�os, por
lo que me dirig� a uno de los pasillos y a lo largo de este se escuchaban tras
las puertas muchos gemidos y grititos. A pesar de mi gusto reciente por las
travest�s, esos ruidos no dejaban de calentarme. Finalmente llegue a los ba�os y
sin mas abr� la puerta. El ba�o por dentro era completamente blanco, y bastante
espacioso, era toda una recamara. Justo en el centro me encontr� a una chica de
cabellera s�per abundante y rizada de todo un poco quemado. La chica estaba de
espaldas a mi y tra�a un vestidito de licra color amarillo brillante totalmente
pegado a su cuerpo y que acababa en una faldita arriba de la rodilla.
Lo que se pod�a ver de la pierna eran dos troncos que no por
ser robustos dejaban de ser sensuales. Hasta el final se pod�an ver unas
zapatillas llenas de hilitos. Al parecer la chica se estaba arreglando algo del
vestido a la altura del cintur�n. Se ve�a muy concentrada en lo que estaba
haciendo, por lo que no advirti� el que haya abierto la puerta. De pronto se
levanto y los dos hicimos gesto de sorpresa. Le dije que me disculpara que no
sabia que estaba ocupado el ba�o y menos por una chica tan hermosa. Cuando vi su
rostro ya con mas calma, me di cuenta de sus rasgos finos y del escote que
mostraba un par de tetas espectaculares que casi casi se mostraban los pezones.
Ella dejo la sorpresa y se mostr� mas c�moda. Cuando baje la vista pude ver que
se estaba acomodando una tanga negra por debajo de la falda y pude ver
claramente que estaba muy abultada la tanga. Como un rel�mpago me llego la idea
que deb�a ser una travest�. Ya hab�a escuchado comentarios que en Brasil
exist�an muchas travest�s y muy guapas. Sin embargo hasta ese momento no hab�a
tenido la suerte de toparme con alguna. Esto me motivo a empezar una platica con
la chica.
Me comento que se llamaba Roberta. No tardo muchos minutos
para que ya me estuviera acariciando la verga por encima del pantal�n. Al tiempo
que yo le acariciaba la espalda con una mano y las fabulosas tetas con la otra.
Ella sin decir mas, se levanto me jalo y me llevo hasta uno de los cuartos que
se encontraban en el pasillo. Pasamos y cerro la puerta detr�s de nosotros. La
recamara era enorme con una cama king size en el centro, espejos completos en
las paredes y en el techo, y un jacuzi de tama�o mediano en una de las esquinas.
No se quien hab�a construido estos departamentos, pero sin duda estaban pensados
para inducir las fantas�as de muchos. Nos empezamos a besar y a quitar las
ropas. Estas cayeron en desorden por toda la alfombra.
Una vez que tuve los senos completamente desnudos a mi
disposici�n, me abalanc� sobre de ellos, como si no hubiera otra cosa que hacer.
Ella gem�a y me mostraba que lo estaba disfrutando. Poco a poco fui bajando mis
manos hasta llegar a la tanga y sin dudarlo la recorr� hacia un lado. Como
resorte sali� una tranca hermosa y obscura, un poco doblada hacia la derecha
pero gorda y s�lida. Eso me hipnotizo, y sin que alguien me obligara me agache y
saboree ese sabor saladito en mi boca. Me deshice por completo de su tanga y con
mis manos la tome de sus nalgas para empujar esa barra de oro hacia mi boca. La
punta de esa verga estaba s�per sensible y grande, ella segu�a disfrutando de la
acci�n. Pero me detuvo por que no quer�a venirse tan pronto. As� que me levanto
para terminar de denudarme. Una vez as� los dos, juntamos nuestras vergas y las
frotamos vigorosamente entre ellas, los l�quidos se mezclaban y lograban
ponerlas aun mas duras. En mi caso estaba ya tan dura, que hasta empezaba
ligeramente a doler, pero era un dolor placentero. Ella me llevo a la cama y me
puso en cuatro patas, con una de sus manos empezo a acariciarme el culo y de
pronto sent� su lengua caliente como lo acariciaba. Al mismo tiempo me
masturbaba deliciosamente. Cada vez su lengua se introduc�a mas y mas a mi culo.
Entonces me dijo que le gustar�a ver este culito completamente rasurado, que lo
prefer�a as� a lleno de pelos. Por lo que se levanto y se dirigi� al lavabo a un
lado del jacuzzi y encontr� un rastrillo. A falta de crema para rasurar, utilizo
agua caliente con jab�n, para esos pelos que no quer�a. Tan pronto mi ano estuvo
libre, paso una toalla y me dijo que as� estaba mejor. Yo disfrute todo esto y
estaba al palo aun mas por que me imaginaba todo lo que aun faltaba.
Unos segundos despu�s recargo su glande sobre mi ano, y me
pregunto que si eso era lo que quer�a hacer primero, yo le conteste que si que
llevaba tiempo esperando estar exactamente as�, y que no demorara mas ese
placer. Por lo que suavemente lo fue introduciendo mas y mas. Llego el momento
que sent� sus grandes bolas depiladas recargadas en mi cuerpo e hizo una pausa.
El calor que sent�a era como el de un horno a 1000 grados. Era delicioso, la
verga que tenia adentro y que era de un tama�o colosal me estaba quemando
deliciosamente. Mientras tanto ella me acariciaba las nalgas y mi espalda muy
delicadamente. Pasados unos segundos empezo el vaiv�n glorioso, al principio
lento y poco a poco empezo a tomar ritmo y velocidad. Algunos minutos despu�s y
sin dar mas aviso que un gritito, me inundo de leche el ano. Y vaya cantidad que
recib�, de las orillas del ano hasta escurr�a. Esto era fabuloso, lo �nico malo
es que me hubiera gustado mas que lo probara con mi boca. Ella me dijo, que no
me apurara, que lo noche aun era joven y que tendr�a esa oportunidad tambi�n. Yo
me gire y ella me pidi� mi leche en sus tetas, como una erupci�n salieron los
mecos y restregu� mi verga sobre la piel, y enseguida lo bese, probando mi
propio sabor.
El sudor de nuestros cuerpos era copioso, no se si el aire
acondicionado de la habitaci�n no funcionaba o era el resultado de nuestra
cogida. Nos abrazamos como un par de amantes, y platicamos un poco de nosotros
dos.
Los ruidos en el pasillo cada vez eran mas fuertes, risitas y
unos pasos r�pidos como correteando a alguien se pod�an escuchar. En eso, ella
tomo el tel�fono y en portugu�s no se con quien hablo, pero una parte pude
entender, y fue que pidi� una botella de vino y supongo unas copas, el resto fue
tan r�pida su pronunciaci�n que no alcance a entender nada pr�cticamente.
Unos minutos despu�s tocaron a la puerta y sin esperar la
respuesta se abri� la misma, dejando pasar a una chica negra alt�sima. deb�a
medir por lo menos 1.90 y era muy delgada, tra�a puesto un traje de licra pegado
a todo el cuerpo desde los tobillos pasando por las piernas y el resto del
cuerpo. El traje era de una sola pieza, pero no tenia falda, era de color negro
y dibujaba una delgada pero deliciosa figura. En la mano derecha tra�a una
botella de champa�a y en la mano izquierda tres copas de cristal. El cabello era
cortito y ensortijado, los pechos sin ser enormes eran bastante sabrosos, y se
pod�an prever gracias al escote de la ropa.
Nos saludo, y se acerco a la mesita del centro de la
habitaci�n para dejar la botella y las copas. Sirvi� las tres copas y se acerco
a nosotros para d�rnoslas. Se dirigi� muy conocedora de la habitaci�n a encender
el jacuzzi, y dejar que empezara a caer el agua. Roberta me la presento y se
llamaba Fabiana. Ella se nos acerco y nos acaricio ligeramente nuestras piernas
entrelazadas. Roberta le pidi� que se deshiciera de su ropa y esto �xito a
Fabiana. Nos hizo un estupendo stritease de espaldas, en donde pude ver un
tatuaje muy sexy a la altura del hombro derecho. Segu� bajando su ropa y no
tra�a ropa interior. De pronto aparecieron sus nalgas que inmediatamente
provocaron las erecciones de Roberta y la m�a. Se giro enfrente de nosotros
tap�ndose con su mano debajo del ombligo. Fabiana me pidi� que cerrara los ojos,
para no echar a perder la sorpresa y as� lo hice. sent� como ella se subi� a la
cama y en unos segundos se subi� en mi pecho. Mis manos exploraron ese cuerpo,
ya que tenia los ojos cerrados, y pasaron sobre sus nalgas y sus pechos. Roberta
me tapo los ojos para controlar exactamente en momento que deb�a de abrirlos. Y
de pronto me dijo, que ya pod�a ver. Fabiana ya hab�a quitado su mano de su
sexo, y apareci� la verga mas impresionante que hab�a visto en mi vida, larga,
larga, gruesa, gruesa s�per cabezona y adornada de unos inmensos huevos por
debajo.
Todo lo anterior totalmente depilado. En ese momento ya se
encontraba a � de erecci�n, y con la cabeza asom�ndose empezando a babear
liquido preseminal. Era todo un manjar. Yo quise tomarla con mis manos, pero
Fabiana me dijo que solo con mi lengua, ni siquiera con la boca completa al
principio. Por lo que saque mi lengua e hice contacto con esa verga caliente y
deliciosa. Recorr�a desde la punta hasta la base de los huevos. Esos huevos
preciosos, suaves llenos de leche. Mientras lam�a los huevos sent�a como la
verga se recargaba en el resto de mi rostro y era una sensaci�n incre�ble.
Entonces Roberta empezo a ayudarme a mamar esa prodigiosa herramienta. Fabiana
pidio que alguien le lamiera el culo mientras el otro se dedicara a la reata.
Por lo que me safe de la posici�n en donde estaba y abr� ese par de cachetes
para llegar hasta el delicioso ojete. Las lenguas de Roberta y la m�a se
encontraban cuando est�bamos en los huevos y luego se separaban para
concentrarse en lo que cada uno est�bamos mamando. Esto duro por un espacio de
20 minutos. Entonces, Fabiana se separo de nosotros y me propuso hacer un
trenecito. La idea era enloquecedora, tener mi verga dentro de una de estas
bellezas y tener otra verga dentro de mi.
No lo dude, y de inmediato me puse de rodillas para ver como
se acomodaban ellas. Roberta se puso delante de mi para ser ella la penetrada
por mi y Fabiana con su poderosa barra para culearme. Nos untamos aceite en
todos nuestros cuerpos, por que la sensaci�n del contacto con ambos cuerpos con
l�quidos es incre�ble. Si no lo han intentado, deber�an de hacerlo. Yo primero
empec� a cocerme a Roberta y ya cuando estuve enanchado, fui levantando
ligeramente el culo para facilitar la penetraci�n por parte de Fabiana. Sent�a
el calor en todo mi cuerpo. Pero en el culo sent�a fuego literalmente. El mete y
saca se prolongo as� como el sabor delicioso de la misma acci�n, cuando se fue
incrementado la frecuencia de las metidas, en algunas ocasiones alguno se sali�,
pero correg�amos el camino y continu�bamos la acci�n. Ahora el sudor hab�a
reemplazado el aceite de nuestros cuerpos. Los gritos y exclamaciones de los
tres se mezclaban haciendo un concierto sin igual, de pronto me dijeron al mismo
tiempo que se iban a venir, y me preguntaron donde quer�a recibir esos chorros
de leche. A Fabiana le ped� que se quitara el cond�n y me la metiera nuevamente
en el culo y all� descargara, a Roberta le ped� que se levantara y me los echara
en la boca. Me los quer�a tragar y beber, no quer�a desperdiciar nada.
Las venidas fueron cuantiosas en ambos extremos de mi cuerpo,
yo tragu� los de Roberta y luego me met� la mano al culo para recuperar los de
Fabiana que tambi�n quer�a saborear.
Entonces yo me levante y les ped� que me mamaran hasta que
ahora yo les explotara en la cara y as� lo hice. Fue incre�ble. Ahora ya sabia
que estaba en un camino si retorno, me gustaba estas sesiones de sexo y para mi
eran lo m�ximo. Ya no regresar�a a mi vida aburrida de casado.
Nos quedamos dormidos y mas tarde me despert� solo, el
departamento ya lo estaban limpiando, por lo que me vest� y me regrese a mi
hotel. Despu�s de esa noche repet� con Roberta al d�a siguiente justo antes
cuando regresara a casa.
Llegue a casa y me encontr� la carota de mi mujer, esperando,
seguramente seria ya el final de esa vida de casado.
Espero que les haya gustado mi relato, espero sus
comentarios, fotograf�as, an�cdotas y dem�s.
Hasta la pr�xima, que espero sea muy pronto.