Capitulo 3�
Tal como hab�a supuesto, al bueno de Abelardo se lo hab�an
cargado con mi pistola y en ella solo estaban mis huellas dactilares. El
inspector Gonz�les estaba frot�ndose las manos, por que tenia un caso resuelto
contra un detective privado y eso le hacia canturrear una canci�n.
Huelebraguetas, lo tienes muy negro.
Servir�a de algo decir que yo no lo hice.
Si te sirve de consuelo, puedes hacerlo, pero de esta no
te salva absolutamente nadie, aunque deber�as estar contento en la c�rcel
podr�s ver a tu amigo Roberto Duermevela, creo que hace tiempo que te
espera.
Aquello me eriz� todo el vello del cuerpo, Roberto
Duermevela, estaba obsesionado conmigo, ya que lo met� en la c�rcel y toda su
amistad anterior se hab�a convertido en un odio compulsivo hacia m�. Ya hab�a
pagado a mas de un sicario para que me diese el pasaporte cuando el caso del
extraterrestre, que fue uno de mis casos posteriores al de la Duermevela S.A.
Me parece que est�s en otro lugar detective.
�Y no quiere llevarme precisamente a otro lugar
inspector?
Por supuesto.
Antes quiero hablar con mi abogado.
Tendr�s que escoger otro, Luis�n Garc�a se ha negado a
representarte.
No puede ser.
�Gazules! � llam� el inspector y casi al instante, como
si hubiera estado escuchando tras la puerta, apareci� el mas pelota de los
pelotas que en alg�n lugar existan.
A sus ordenes se�or inspector.
Ll�vate a Zumarras al calabozo, y cons�guele un abogado
de oficio, si es que alguno quiere venir � lo dijo sonriendo, con much�sima
mala leche. Estaba seguro de que Gazules no iba a encontrarme ning�n
abogado.
�Puedo protestar?
En la celda protesta cuanto quieras, y Gazules..
D�game inspector.
El sospechoso estar� incomunicado.
A sus �rdenes.
Me esposaron y me llevaron a la celda de incomunicados.
Ser� mejor que te portes bien Zumarras, el inspector est�
bastante cabreado.
Ya lo he visto.
A mi no me caes mal, pero yo solo soy...
Un mandado, ya lo se Gazules, qu�date tranquilo.
Se march� y me qued� solo. Aquella celda era de una
incomodidad total. Me sent� en el duro catre y me puse a reflexionar. No hab�a
duda de que estaba metido en un buen l�o, pero �Qui�n me hab�a tendido aquella
trampa? �Roberto Duermevela? Era una verdadera posibilidad, aunque no la
�nica. No acababa de empezar a sopesar los hechos cuando la puerta de la celda
se abri� y apareci� una morenaza de enormes tetas que se meti� dentro cerrando
tras ella.
Tranquilo Alberto, he venido a sacarte de aqu�.
No me digas, �eres abogada?
Mejor, soy una t�a buena.
La verdad es que lo era y por si tenia alguna duda se
despelot� en un momento, me meti� mano en el paquete y desabroch�ndome la
bragueta me sac� la polla y comenz� a hacerme una paja tremenda. Por un
momento pens� que era la paja m�s fant�stica que me hab�an hecho nunca.
�Te gusta que te toque los huevos ciel�n?
Me encanta, t�camelos bien.
�As�, mi nene?
�As�! � dije yo, que me estaba quedando bizco ante el
placer que me proporcionaba el sube y baja de su mano por mi polla tiesa y
su masajeo de huevos que me hacia con la otra mano.
Que huevotes m�s llenos de leche tiene mi nene.
Toda para ti cielo.
Si, la nena, quiere toda la lechita � dicho esto se meti�
mi polla en la boca y comenz� una mamada incre�ble.
Chupa mamona, que mamada, que bien la orde�as t�a
buena... y que tetas mas hermosas tienes�
Dame tu lechecita cabr�n, d�mela toda�
No pude aguantarme m�s y comenc� a correrme.
�Yaaa�... querias leche, pues toma leche...
As� mi amor, que calentita�
Despu�s de la corrida, ella que se trag� toda mi leche, se
visti� en un abrir y cerrar de ojos.
Venga s�bete los pantalones, tenemos que largarnos de
aqu�.
Estaba como atontado, no sabia muy bien donde estaba, pero
lo cierto es que la segu�, recordando que esa morenaza me acababa de orde�ar
la polla y no sabia ni como se llamaba.
Mi nombre es Claudia � me dijo como si me estuviera
leyendo el pensamiento.
Deb� mosquearme, pero no lo hice. La segu�, y salimos de
all�.
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