Esta no es una profesi�n f�cil, de c�mo llegue a ella quiz�
tenga que hablaros otro d�a, hoy mi historia pretende ser m�s optimista y
contaros como he cambiado desde que di un giro a mi negocio.
El vender tu cuerpo es algo complicado sab�is?, porque la
carne es un bien que tiene un precio, por lo menos en mi caso, es la que me da
de comer a mi y a mi familia, pero mi alma y voluntad no se vende. Y por m�s que
llevo a�os en esta profesi�n todav�a no he sido capaz de separarlos. As� que
cada vez que compran mi cuerpo se llevan un cachito de mi voluntad, rob�ndomela
a la fuerza y es ah� cuando sufro.
Pero ahora soy una "puta especial". Despu�s de a�os
trabajando en las calles de la gran ciudad y siendo testigo de hechos duros,
dif�ciles... habiendo vivido experiencias totalmente depravadas... empiezo a
entrar en una edad en la que debo cuidar mi salud.
Los proxenetas son nuestros grandes enemigos, bueno ellos y
las drogas, he luchado desde los 17 que me inici� por alejarme de ellos pero...
los proxenetas vinieron a mi... bueno ya os digo que otro dia quiz� cuente esa
dif�cil parte de mi vida, pero no ser� hoy.
Cuento con 34 a�os, soy una mujer con mucha vida corrida,
desgraciadamente para mi la verdad, pero lo cierto es que dentro del distinto
mundo en el que vivo tambi�n he tenido mis alegr�as.
No tengo padres, ni hermanos, por lo menos no conocidos...
crec� en casa de unos t�os m�os, parece ser que mis padres murieron, y ellos, de
familia humilde se encargaron de mi. Lo hicieron lo mejor que supieron, pero yo
he sido una mujer rebelde, con ansias desde chica de independencia, parec�a
enfadada con el mundo.
Dios no me facilit� medios econ�micos, ni una familia que
cuidar� porque recibiera una educaci�n que me permitiera salir adelante, pero
desde mis 14 a�os me fue regalando un cuerpo, que con los a�os ha sido mi mejor
tesoro. No soy ninguna top-model, pero creo ser una mujer muy atractiva... y as�
empez� todo...
Como os digo ahora mi vida ha dado un giro de 180 grados, he
salido de la calle, cuando dejo a mis dos ni�os en casa por las noches con la
canguro me voy mucho m�s feliz... ya no paso frio, ahora solo soy la "puta de
uno"
Dude al principio, desconfi� y a pesar de lo que me hace
pasar casi me he mentalizado... es como ser una actriz porno... a ellas no las
llaman putas... y por qu�?
La verdad que nunca lo entend�, ellas follan con t�os ante
una c�mara por dinero, lo hacen con t�os, con t�as, con varios... al fin y al
cabo lo mismo que he hecho yo durante toda mi pu�etera vida... fingir follando!
pero en cambio yo ante los o�dos de la gente soy eso... una mierda... una simple
puta de la calle... y ellas... son s�mbolos de las m�s excitantes fantas�as
er�ticas... ya sab�is estas cosas son as� de parad�jicas.
Ahora tengo un �nico cliente que me paga como si ,tiempo
atr�s cada noche, echara 20 polvos. Llevo 2 meses con �l y estuve a punto de
abandonar. Es complejo, el primer d�a que le conoc� me inspir� temor, moreno,
alto, con una mirada fr�a que casi rozaba la crueldad. Sus ojos eran profundos,
su boca parec�a pasional, labios carnosos sonrosados, una sombra vest�a su
barbilla, parec�a llevar un par de d�as sin afeitar. Su coche no era ostentoso,
yo no entiendo mucho del mundo del motor pero ten�a aspecto de bueno, de coche
con "clase" pero de aire juvenil. En ese momento no supe calcular su edad, baj�
la ventanilla como cualquier otro hubiera hecho en esta ocasi�n, pero su tono
son� diferente, algo oscuro, como con eco, grave y severo, me dio algo de miedo.
Pero a estas alturas de mi vida ya casi puedo montar en cualquier veh�culo, s�
defenderme y conf�o en lo que la suerte me depare, de hecho no me queda otra
opci�n...
Ahora el mi due�o y se�or, no me pregunt�is en que trabaja,
calculo que rondara los treinta largos o cuarenta muy bien conservados, cuida su
cuerpo y es extra�o, extra�o como ning�n hombre con los que he estado, dif�cil
como un jerogl�fico indescifrable, desconozco su vida, si tiene familia... nos
une un movil, un timbre de alarma, un sonido que es la primera orden para mi, a
la hora que sea, en cualquier momento... es extra�o...
Vive en una casa del centro, de estas de techos altos, no
tiene mucho mobiliario, es muy blanca, de lo clara que es y ese decorado
minimalista presidido de amplios espacios di�fanos consiguen un ambiente casi
tan g�lido como aparentemente lo es �l.
El periodo de adiestramiento fue duro para mi, no estoy
acostumbrada a vender mi voluntad, porque ahora el no me la roba, al principio
se la alquile y ahora directamente se la he regalado... mi cuerpo en cambio se
lo sigo vendiendo, el trato de momento es hasta el "fin de sus d�as", yo me lo
he tomado como un "hasta que me aburra de ti", de momento parece no hacerlo...
Rin..Rin.. suena el tel�fono mientras os escribo, es su
movil, le cuelgo... empieza mi jornada laboral. No hace falta que le descuelgue,
tengo 15 minutos para llegar a su casa, 15 exactos. Dejo a los ni�os en casa de
mi vecina, una se�ora encantadora que cuida de ellos con mucho mimo y ternura,
ellos est�n encantados alli. Subo a mi vivienda, me cambio de ropa y cojo mi
uniforme, el que �l me compro los primeros d�as, unas prendas tan extra�as como
�l. Sin ropa interior las pongo sobre mi cuerpo, son extra�as, grises como la
expresi�n de su cara, extremadamente recatadas, propias de una casi novicia, un
cuello que cubre el m�o, manga larga, una tela casi de lana. Es un vestido, que
jam�s en mi vida pens� que podr�a ponerme, cubre por debajo de mis rodillas...
he recogido mi pelirroja melena en una coleta baja... mil veces me dijo que ese
color de melena delata lo sucia que puedo llegar a ser... que tengo el color de
lo que realmente soy... la verdad que estoy acostumbrada a escuchar cosas mucho
peores sin que me afecten lo m�s m�nimo.
Compruebo frente al espejo que estoy perfecta y no se me
olvida ning�n detalle, ni un pelo, salvo los de mi cabeza puebla mi cuerpo, mi
piel esta suave como la seda, el vestido impecable, limpio, planchado, el pelo
perfecto... y el maquillaje en la l�nea de una mujer discreta.
Cojo mi humilde veh�culo comprado con grandes dificultades,
la calle esta llena de gente, son las 18.15 de la tarde de un martes y yo en 5
minutos empiezo a trabajar. Voy acelerada, nerviosa, tengo estado de ansiedad.
Me pasa cada d�a, son una mezcla de sentimientos que no sabr�a explicar.
Ya estoy alli, enfrente de la puerta, en el reflejo de la
ventana aprovecho para echar un �ltimo vistazo a mi presencia, creo que estoy
perfecta para �l, llam� a su timbre que suena muy fuerte. Tras la alta y gruesa
puerta aparece �l, serio como siempre, me dio las buenas tardes y me observo de
arriba abajo fijamente.
Consegu�a ponerme nerviosa, son dos meses viniendo cada d�a,
y aun consegu�a que desconfiara de su persona, nunca sab�a cual ser�a su
reacci�n. Se dio media vuelta y se dirigi� al sofa. Intu� que no ten�a buen d�a.
No le gustaba que le preguntara nada, solo quer�a que
estuviera all�, cerca, presente, esperaba alguna actuaci�n m�a para empezar su
juego, siempre era igual. Me dejaba perdida, sin saber que hacer, no quer�a
hablar, ni hacer nada distinto que implicar� salir de su mazmorra, solo esperaba
mis reacciones, perd�n, la reacci�n, porque a partir de esa el resto solo ser�an
suyas.
Ese dia me quede quieta, detr�s de la puerta esperando que
dijera que esperaba de mi...no pudo esperar m�s, estaba excitado, yo lo sab�a,
su mente ya estaba en acci�n, me ve�a ah� vestida tan rid�cula de pie,
indefensa, sabiendo que me ten�a suya, que me hab�a comprado en cuerpo y alma, y
que podr�a estar follandome como cada d�a lo hac�a y eso le pon�a muy bruto...
tanto que brotaba de nuevo su instinto dominador.
Ven ac�, venga rapidito- me dijo algo violento
Me dirg� complaciente
Tu no eres una puta eh?, para que crees que estas
aqu�? No contestas eh pelirroja...
Sab�a que lo mejor era que permaneciese callada, no ser�a la
primera vez que me llevaba un bofet�n, no muy doloroso pero si cargado de una
fuerte dosis que me inyectaba sumisi�n.
Desabrocho los botones de mi gris vestido, mientras me
hablaba...
Bien mi puta... vamos a quitarte el disfraz...
En el momento que quitaba mi vestido, mi cuerpo quedaba
totalmente desnudo, mis redondos pechos de pezones muy marcados en mi blanca
piel se dispararon al sentir el frio de la desnudez... su vista estaba fija en
mi, permanec�a de pie frente a �l...
Pero que buena que estas...vamos a ver que hacemos
hoy contigo, como tienes el culito eh?
Y procedi� a tumbarme bocabajo sobre sus rodillas, dej�ndome
en la misma posici�n que cuando me golpea con sus manos marcando mi trasero...
ahora en cambio las acercaba y abr�a cada una de mis nalgas para observar el
agujero de mi ano...
Parece que ya se te curo eh... putita...o te
duele?- mientras met�a un dedo dentro de �l y se re�a de forma s�tira
Sab�a que ten�a que seguir callada, muchos castigos me hab�a
llevado en las �ltimas semanas como para caer en la tonta tentaci�n de
contestar...."mmm.... buena chica" me dec�a.
Me dio dos cachetes e el trasero y agacho su lengua para
humedecer mi ano, debajo de mi pelvis notaba su polla hinchada. Cogi� mi coleta
con sus manos y tir� alzando mi cabeza...
venga levanta, vamos... venga rapidito levantate...
mirate aqu� desnuda, sobre mi, un hombre, que estoy totalmente
vestido, dej�ndome sin imponer tu voluntad que te meta el dedo en el
culo, que te lo coma... eres una sucia puta...- sus ojos desprend�an
esa llama de ira..
Fue a por el malet�n, eso era lo peor, all� guardaba unas
pinzas, hab�a d�as que le encantaba follarme con ellas enganchadas en mis
salientes pezones muy marcados y sonrosados, es un dolor intenso el que me
producen pero que sin el m�nimo reparo me dejo poner y a �l consiguen ponerle a
cien.
Me las coloc� y cuando hice un simple gesto de
estremecimiento por el dolor me solt� un bofet�n por desagradecida, generalmente
no paraba de repetirme que entraba en una edad que m�s vale que cuidara mis
tetas y estas pinzas conseguir�an en mi que mis pezones cada vez fueran m�s
prortuberantes... y siempre estuvieran a disposici�n de sus labios... Rodeo mi
cintura con la fria cadena, tambi�n guardada en el malet�n y me hizo poner en
pie para verme asi...
�l permanec�a en pie, sacaba uno de sus vibradores de la
bolsa, era un hombre raro, si, muy raro... al verle sab�a que es lo que hoy le
apetec�a hacer...
Segu�a vestido, muy serio, a la cadena de la cintura le
engancho otra nueva, me hizo tumbar en el suelo bocabajo y tiro de la cadena
hacia arriba haciendome da�o en mis ri�ones y dejando mi cuerpo casi a cuatro
patas... engancho esta otra cadena a la puerta...
Quede a cuatro patas, atada a la puerta como una perrita que
deja su due�o en la puerta de un supermercado bajo su estricta mirada, mientras
escuchaba el vibrar del aparato...
Lo pas� entre mis nalgas, dej�ndolo llegar hasta mi co�o...y
volviendo de nuevo hacia arriba hasta meter la punta en mi interior... solo la
punta...
Ya sabes- me dijo- si no quieres que lo meta hasta
el fondo de tus entra�as ya puedes sujetarlo bien y que no se caiga al
suelo... sabras hacerlo verdad? No querr�s que me enfade contigo
putita, a que no?
Separ� sus manos de la base de este, dej�ndome a mi
contrayendo los m�sculos del ano con fuerza para que no cayera al suelo, si
hac�a las cosas bien hab�a veces en las que hasta llegaba a disfrutarlo tambi�n,
por lo menos ahora que le conoc�a... pero si algo fallaba... durante dias lo
lamentar�a....
Se quedo mirando desde su dominante posici�n, como yo
sujetaba el vibrado en movimiento dentro de mi culo... se puso frente a mi y se
arrodillo para meterme la polla dentro de la boca... estaba h�meda de su propia
excitaci�n, de verme encadenada, pinzados los pezones...y totalmente sometida.
Era placentero el vibrador, se met�a por la punta que era la
parte mas estrecha y estimulaba todos los alrededores del ano, sino fuera por la
concentraci�n que experimentaba sujet�ndolo dentro de mi podr�a haber tenido un
orgasmo... mientras, el empujaba mi cabeza para meterme su miembro hasta el
fondo de mi garganta.
Llevaba a�os haciendo felaciones, con hombres muy bruscos, de
pollas largas, pero nunca jam�s creo haberme metido ninguna hasta tan adentro...
me llenaba la boca con un sabor agridulce.
Cre� que se iba a correr, con lo cual ese d�a el trabajo
habr�a sido sencillo, evidentemente, no fue asi... saco su miembro muy brillante
de mis labios, se puso en pie y se desnudo mientras atentamente yo le miraba.
Desde esa posici�n me sent�a totalmente indefensa, se le veia grande, y con una
polla que parec�a amenazarme de muerte.
Saco el vibrador, que estaba a punto de resbalar entre mis
dos nalgas, de mi culo y lo introdujo dentro de mi co�o, las cadenas tiraban un
poco de mi y me dejaban doloridos los lumbares, a parte de las rodillas que en
dicha posici�n quedaban muy perjudicadas. �l de un solo golpe introdujo su polla
dentro de mi ano, a la vez de nuevo era mi obligaci�n sostener el vibrador con
mis m�sculos vaginales, esto era m�s complicado, pero en las �ltimas semanas
hab�a mejorado mucho en esta tarea...
Una vez que estaba dentro de mi, consegu�a darme placer, se
mov�a de una manera especial, dentro de su brusquedad yo sent�a placer... de
hecho a raiz de que yo tuviera mi primer orgamo con �l en esta posici�n fue
cuando ato mi cuerpo con cadenas... para que si lo volv�a a dejar caer al
suelo... algo me lo impidiera y me causara dolor...
Me he llevado muchos d�as estas cadenas tatuadas en mi piel.
Cuanto m�s excitada estuviera m�s facil era sostener cada objeto en mi interior,
los m�sculos se contraen y agarran con facilidad, el problema es si me corr�a...
�l segu�a a mis espaldas follandome, sodomizandome cada vez
m�s fuerte, gritando la palabra "puta" como si en ello le fuera la vida... es un
hombre raro y apasionado... mi co�o palpitaba y notaba el vibrar en sus paredes,
se estaba humedeciendo y notaba como iba respabalando entre mis piernas el
fetiche... me pon�a tensa, estaba a punto de caerse... pero con suerte �l se
corr�a antes y entonces todo quedaba en un castigo menor... pero si se ca�a
antes de que �l se fuera... entonces...
Sent�a placer con estas sensaciones, y ese vibrar me quitaba
el sentido, tanto que tuve un orgasmo incontrolado, cay� de entre mis piernas el
falso pene y quis� tumbarme...pero las cadenas se clavaron en mis costillas y
una fuerte mano azot� mi trasero.
No se hab�a corrido, me hab�a portado fatal, �l me pagaba y
no se hab�a corrido, en cambio yo hab�a gritado, jadeado y desobedecido sus
deseos, estar�a muy enojado.
Note como se pon�a en pie, y se acercaba al malet�n, mi sexo
estaba empapado de mi propio placer y notaba que mi ano se hab�a quedado
abierto. Sac� del malet�n las cintas de cuero, eran seis o siete cintas
cortitas, anudadas en un extremo... no sabe�s que extra�o castigo...
Solt� la cadena, y ca� al suelo, de forma brusca gir� mi
cuerpo, quedando bocarriba. Estaba encendido de furia y excitaci�n se notaba en
sus brillantes ojos oscuros y su polla erecta...
Se agacho y pinzo ahora tambi�n mis labios mayores, dejo todo
mi sexo depilado abierto y con las cortas tiras de cuero lo azot�, golpeaba
sobre todav�a mi hinchado cl�toris, las pinzas me causaban m�s dolor que escozor
y los pezones deb�an estar amoratados... me estaba castigando... golpeaba con
fuerza dejando algunas marcas sonrosadas en mi rajita que aun tenia leves
palpitaciones.
Ya ver�s como no me vuelves a desobedecer puta...-
y azotaba de nuevo mi sexo tras sus palabras...- te voy a dejar...
Creo que verme abierta de piernas en esta situaci�n, con mi
co�o lleno de humedad del anterior orgasmo y ahora llena de dolor le puso
totalmente imparable, golpeaba con fuerza... hasta que par�, liber� mis pezones
y metio su polla por mi vagina a su total disposici�n ya que lo hizo sin quitar
las pinzas de mis labios... mientras, met�a mis pezones muy hinchados y oscuros
en su boca, los lamia los com�a y cuando los rozaba con los dientes estremec�a
mi ser...
Me embisti�, jur�ndome que me pasar�a as� el resto de mi
vida, como apoderado de una locura transitoria, estuvo metiendo y sacando sobre
mi cuerpo, medio magullado medio excitado... una mil�sima de segundo antes de
irse la saco y la meti� dentro de mi boca...
Tu leche de cada de dia- me dijo entre jadeos
Como una manguera que te inunda, asi se qued� mi boca,
evidentemente no me refiero a la cantidad, dada la actividad sexual de mi
cliente no le daba tiempo a acumular mucho semen, pero siempre salia con mucha
fuerza mientras yo lo tragaba obedientemente...
Su cuerpo se hab�a dejado caer sobre el mio. Se levant�, mir�
el reloj, desnudo con su polla h�meda todav�a, se acerco a la cartera, me ense�o
los billates sonriente y los introdujo en el bolsillo de mi recatado vestido. Se
acerco a mi co�o, lo lami� de una forma espl�ndida y quito las pinzas.
No hab�a un despu�s, el guardaba todo, yo me vest�a... y
ma�ana... ya sonar�a el tel�fono...