Mi madre, m�s caliente que nunca
Si bien todos mis relatos han sido de las vivencias de mi
madre, es porque siempre fue la figura obsesiva que domin� mi mente y mi ser; ya
les he dicho todo lo que hice con el fin de lograr mis prop�sitos y descubrir
cada relaci�n que mantuvo con diferentes hombres, pero sin duda la que mayor
huella me dej�, fue la que sostuvo con Juan Carlos, un genio en la cama.
�
Me encontraba en la sala de mi casa oyendo un disco compacto
del incomparable Franck Pourcel, cuando vi a mi madre tarareando al
comp�s del suave vaiv�n musical, mientras se preparaba para ducharse; mi
nerviosismo casi me delata, pero me mantuvo "tranquilo" hasta que se meti� a la
ducha, esper� un tiempo prudente hasta o�r el ruido del agua. Me acerqu�
sigilosamente con el coraz�n a mil por horas, y aunque no vi gran cosa a trav�s
de la cortina acr�lica que constitu�a el cancel del ba�o. Me la imagin� desnuda
enjabonando su soberbio cuerpo, deslizando el jab�n por cada contorno de sus
encantos; me recre� en esa excelsa imagen de pechos abultados, de amplia cadera
y estrecha cintura, de pezones erguidos y alargados. Y es que mi madre ostentaba
un cuerpazo de infarto, unas tetas altivas e imp�dicas que eran la delicia de
quienes la rode�bamos. Un trasero firme y parado, con unas nalgas redondas y
duras que sin duda eran su orgullo, una boca siempre h�meda y ansiosa de mamar
vergas.
Aunque la imagen era borrosa, pod�a adivinar sus movimientos,
hasta que cerr� el grifo y lentamente fui saliendo para no levantar sospechas,
sin embargo me qued� a un palmo de la puerta esperando que saliera ella, deseaba
verla desnuda pero sin que ella me viera. Me mantuve quieto escuchando mi propia
respiraci�n cuando un gemido me alert�. Cuidadosamente abr� un poco la puerta
del ba�o, no la del cancel, esperando que no me pillara espi�ndola. Ella segu�a
dentro de la ducha me imagino, masturb�ndose. No pod�a hacer gran cosa, pero me
mantuve ah�, sin escuchar nada m�s.
Cuando cre� que saldr�a, volv� a mi sitio y poco despu�s ella
sal�a envuelta en una toalla y otra amarrada en la cabeza, hice como que ni la
vi, mientras sosten�a un dossier que no terminaba de leer y me perd�a en
la magistral interpretaci�n de "Sebasti�n", pero atento a todo por el
rabillo del ojo.
Mi vida, �me puedes ir a comprar una crema suavizante?...
�
Por supuesto, ma� -, dije a�n acostado en el sof�.
Toma dinero de mi cartera y tr�eme de la que siempre uso.
Est� bien-, dije mientras ella se met�a a su habitaci�n.
Por supuesto que no pensaba perderme tan singular
espect�culo, as� que hice como que si sal�a a la calle, dando un evidente
portazo para que ella me oyera partir. Raudo me fui a la puerta de su cuarto,
esperando que no estuviera asegurada. Pegu� el o�do pero no escuchaba nada, fui
abriendo lentamente la puerta, cent�metro a cent�metro mientras mi respiraci�n
estaba a mil. Ella estaba desnuda, a�n con la toalla en la cabeza y de espaldas
a m�, de donde pod�a apreciar su redonda colota y la suave vibraci�n que �stas
hac�an con cada movimiento.
Se sent� en la cama y empez� a marcar por tel�fono (lo que
pongo en color es lo que me imagino que �l contest�:
Buenas tardes, con Juan Carlos, por favor� -, dijo ella.
Espero un breve momento mientras se recostaba en los
almohadones, de frente a m�, pero sin fijar la mirada en donde yo me encontraba.
Hola papito, �c�mo has estado?... Me tienes abandonada mi
rey� -
� -
Me acabo de ba�ar y estoy fresca y ansiosa de ti� -, dijo
ella, sacudi�ndose el cabello.
� -
Pues date una escapadita� -
No puedo� -
Haz un esfuerzo, tiene d�as que no nos vemos y ardo de
ganas-
�C�mo estas?� -
Desnuda, ya te dije, y muy acalorada-
�Y tu marido?... �
Trabajando, por eso estoy solita, bueno tambi�n est� mi
hijo pero si vienes, eso no es ning�n problema; le pido a mi esposo que lo
mande hacer algo� -
� -
Esta bien, te espero aqu� en mi camita� �Ah, y no vayas a
fallar!... �
� -
Te quedas a cenar, �te parece?... �
Adi�s mi rey, m�a-, la muy zorra estaba haciendo una cita
con su amante.
La vi recostarse y llevar su mano hac�a la hendidura que me
imagin� caliente y ansiosa por saborear una verga; la otra mano se pos� sobre
sus protuberantes pezones, retorci�ndolos como si fuera el macho que se lo
hac�a. Gir� hasta quedar de espaldas y empez� con ricos movimientos p�lvicos,
imaginando ya que estaba cogiendo. Su torneada grupa se elevaba y bajaba al
comp�s de la imaginar�a cogida, y aunque esto dur� muy poco, ya que volvi� a
marcar otro n�mero y cuando le contestaron, pidi� hablar con mi padre:
Te tengo una sorpresita� -
�Dime de que se trata?... �
Juan Carlos viene para ac� y se quedar� a cenar-
Fabuloso-
El problema es que est� tu hijo ac�, y quisiera
aprovechar todo el tiempo posible con �l, antes de que t� llegues� -, dijo
refiri�ndose a su amante.
� -
�Pero qu� le digo?... �
� -
Est� bien, ya se me ocurrir� algo� Pero, no te importa
que juguemos un poco, �verdad?... -
� -
�Ay papi, t� me conoces!... Despu�s, ver�s todo lo que se
le venga en ganas hacerme, o lo que t� mismo quieras que me haga, �ok?... �
� -
Si mi rey, tenlo por seguro-, dijo y colg�.
Yo estaba que parec�a un horno, la muy puta pensaba pasarse
la tarde cogiendo con su amante, mientras a m� me mandaba a fre�r esp�rragos. Mi
mente trabajaba a mil y no sab�a lo que ella ten�a en mente para alejarme del
campo de acci�n, pero era algo que no pensaba hacer, al menos no c�mo ella
quer�a�
Volv� a la puerta de entrada e hice como si fuera llegando�
Ma, ya regres�-, dije y me aproxim� a la puerta de su
cuarto; toqu� suavemente fingiendo naturalidad.
�Si?... -, me respondi� sin abrir.
No encontr� de la que t� usas, �quieres que vaya al
centro comercial a tra�rtela?... �
No mi vida� -, dijo. �D�jalo, la voy a encargar con
Andrea-
Me volv� al sof�, d�ndome cuenta que el disco de Pourcel
hab�a terminado. Al instante mi madre sali� ataviada en una bata, d�ndome
cuenta que se estaba pintando las u�as.
�Vas a salir?... -, pregunt�.
No� -, hizo una pausa mientras se segu�a limando las
u�as; - llam� tu padre y quiere que le lleves el coche a su oficina� -
�Ahorita?... �
Si, porque lo piensa pasar a dejar al taller-
Pero si el auto anda bien� -
No s� qu� cosa le van a revisar, pero me pidi� que se lo
lleves-
Est� bien, me cambio y se lo llevo-
Ella se volvi� a meter a su cuarto, mientras yo preparaba mi
escondite para ver las escenas de mi madre con su amante. No ten�a mucho para
escoger, as� que desde mi cuarto, improvis� mi observatorio y lo ir�a
modificando conforme fueran d�ndose los acontecimientos; pero tuve que quitar la
chapa para aumentar mi campo de observaci�n, sin tener que abrir la puerta;
obviamente que pensaba que si alguien se le ocurr�a ir a mi habitaci�n, me
descubrir�a. Hice lo m�s que pude para espiarla, confiando siempre en la fortuna
para presenciar lo m�s posible.
Saqu� el coche del garaje y cuando estuve listo para irme,
sub� a decirle que ya me iba, ella sin abrir me dijo que le dijera a mi padre
que le llamara para saber que yo hab�a llegado bien.
Conduje por varias calles hasta encontrar un lugar que me
pareci� el adecuado, parque� el auto y r�pidamente volv�a a casa. Ten�a
preparada mi cuartada por si me descubr�a mi madre al llegar nuevamente a la
casa, dir�a que hab�a tenido problemas con el auto e inventar�a una falla; pero
la suerte me favorec�a porque abr� con mi propia llave y pude adentrarme e irme
a mi cuarto ante un silencio que me pareci� excitante. Atranqu� mi puerta y
esper� la llegada de Juan Carlos.
Despu�s de una aterradora espera de cuarenta y tantos
minutos, en los que no vi a mi madre, pero si sab�a que estaba en su habitaci�n,
o� el timbre de la puerta; c�mo un resorte me impuls� y corr� el cart�n que
hab�a puesto en el hueco de la chapa, mientras o�a a mi mam� bajar presurosa. Un
hombre alto y de buen porte y vestido con un impecable traje azul se plant� en
medio de la sala, entreg�ndole una caja de algo y un ramo de flores; ella
recibi� el regalo y de inmediato le ech� los brazos al cuello, mientras �l la
atra�a por la cintura.
Ella luc�a un vestido de terciopelo negro que nunca le hab�a
visto, corto y escotado del frente y de atr�s, donde su nacarada piel se
antojaba excitante y atrayente� Zapatillas alt�simas, medias de red y dos
tremendas arracadas que oscilaban continuamente; de verdad que luc�a muy sexy.
Deduje que era �l a quien mi madre esperaba, pues de
inmediato se trenzaron en un cachondo beso, mientras �l la atra�a de las nalgas
y se las apretaba sin dejar de besarla. Desde arriba contemplaba la escena, y
cuando terminaron de besarse, �l la hizo girar sobre si misma y d�ndole la
vuelta para contemplarla toda; ella coqueta par� las nalgas para deleite de su
amante, y la muy puta se inclin� levemente apreci�ndose desde mi ubicaci�n, la
fin�sima tanga de encajes que se le incrustaba entre sus cachetes, caus�ndole a
su macho una enorme excitaci�n y la premi� d�ndole una suave nalgada.
Yo estaba muy agitado, mi respiraci�n era incontenible y
sent�a los labios resecos y la mirada fija en ambos a quienes observaba desde el
piso superior y a una distancia aproximada de veinticinco metros. Me encontraba
tumbado y casi cubierto por los barrotes del barandal de la escalera, la puerta
de mi cuarto entornada y completamente agazapado. Me sent�a �celoso?,
�traicionado?, �burlado?... Era un conjunto de sensaciones que iban desde la
ira, porque deseaba que �l la sometiera y le hiciese todo aquello que deseaba
hacerle yo; al masoquismo porque me sent�a que yo era el cornudo y no mi padre;
sent�a una mezcla de sentimientos encontrados y quer�a m�s acci�n, m�s y m�s�
Re�an excitados, hasta que ella lo tom� de la mano y se
sentaron en el sof�, conversando animadamente sin que yo pudiera escuchar lo que
dec�an. Ella se levant� y prepar� dos cubas libres, mientras �l se quitaba el
saco y la corbata y continuaba hablando. Mi madre volvi� a sentarse a su lado y
brindaron chocando los vasos, despu�s de refrescarse, siguieron platicando, lo
que me anim� a salir casi arrastr�ndome para no ser visto, me urg�a saber lo que
dec�an y sin correr demasiados riesgos, me ubiqu� lo m�s cerca que pude, pero no
escuchaba nada.
�l la invit� a bailar al suave ritmo de "Ojos espa�oles",
de Pourcel, repitiendo el mismo disco que hab�a dejado en el est�reo.
Ella le ech� los brazos al cuello y �l la as�a de las nalgas sin dejar de
besarse, hasta que de plano se detuvieron en el centro de la sala y continuaron
con el cachondeo. Pens� en deslizarme a la planta baja pero era mucho el riesgo,
as� que me mantuve expectante, mientras ellos segu�an el lo suyo.
Como si se tratara de una coreograf�a de patinaje sobre
hielo, ella se fue escurriendo y desliz�ndose hasta que su rostro qued� a la
altura de la bragueta de su amante, donde restreg� la cara mientras �l la
ayudaba tom�ndola del cabello. Mi madre abri� la boca y mordi� la verga por
encima del pantal�n, �l dio un suave quejido e intent� apartarla, pero ella se
prendi� jal�ndolo del cintur�n, con lo que Juan Carlos se vio obligado a
sentarse en el sill�n. Ella, hincada, manipul� el cierro extrayendo el suculento
garrote que saludo con un beso en la punta. Le pel� la verga por completo, y de
inmediato atrap� la cabezota entre sus labios, haciendo que �l se recostase
mientras mam� le brindaba una s�per chupada.
Lo que sigui�, es f�cil imaginarse. Mientras ella se la
mamaba, �l le sac� las tetas y la muy puta cobijo la tranca entre sus pechos y
le brindo una s�per cubana que ten�a a Juan Carlos al borde del orgasmo. Ve�a
claramente c�mo esa tremenda puta, le restregaba los enhiestos pezones en la
punta de la verga, mientras continuaba arrodillada y �l sentado pero con los
ojos cerrados y musitando qui�n sabe que cosas� Volvi� a meterse el glande y lo
sac� s�per lubricado con su babita, pues las ligas de saliva envolv�an toda la
verga y la jugosa boquita de mam� Cuando �l ya no pudo contenerse, la jal� de
las axilas para ponerla de pie y ella muy coqueta, se fue desnudando, hasta
quedar en una combinaci�n soberbia de lencer�a roja.
Ella le bail� mientras �l se la pu�eteaba viendo los obscenos
movimientos de la nalgona hembra, hasta que termin� desnud�ndose y baj�ndole el
pantal�n a �l hasta las rodillas, para luego encaramarse sobre de �l. Se sent�
en la verga y por la cara lujuriosa que ella puso, me imagin� que se la encaj�
hasta el tronco, pues ella se recost� en el hombre de su amante, mientras �l
empujaba la pelvis tratando de estimularla. Cuando ambos se cansaron, ella se
coloc� de perrita sobre el sill�n, quedando ambos de espaldas hac�a m�. �l
palme� su trasero, d�ndole un beso tronado en cada nalga, se hinc� detr�s de
ella, la atrajo de la cintura y se la volvi� a clavar; una serie de palabras
(supongo que obscenas) envolv�an los movimientos salvajes de ambos.
Yo de plano estaba hincado, contemplando la fenomenal cogida
que le daba a mi madre, sobresaliendo mi cabeza por encima del barandal, ya sin
el temor que me pillaran desprevenido pues ambos parec�an perros en celo y
gem�an y vociferaban opacando el "Concerto Triste", de Pourcel�
Cuando �l se cansaba, le sacaba la verga y suavemente la nalgueaba con su verga,
para volver a zambull�rsela hasta lo m�s hondo de la jugosa gruta. As�
estuvieron hasta que �l se subi� sobre el sof�, le puso la verga en la boca,
ella ansiosa vir� el rostro lo m�s que pudo y pr�cticamente engull� el fiero
garrote a�n impregnados de los jugos de su vagina; Juan Carlos hizo como si se
la cogiera, terminando por eyacular en la boca de mi madre que no solo se trag�
la nutritiva descarga de su amante, si no que la muy puta hasta se relami� los
labios�
Se dejaron caer uno sobre de otro, y aprovech� el momento
para volver a mi misma posici�n, haci�ndome un ovillo desapercibido� Ten�a la
verga m�s endurecida que nunca, mi boca resaca y unas ansias enormes de
eyacular, pero no pod�a hacerlo all�, adem�s que me apetec�a hacerlo a mi
manera, recre�ndome en las im�genes que acaba de ver y en los obscenos
movimientos de mi madre.
Ella se levant� y sin siquiera ver el lugar donde me
encontraba, camino hasta los dos vasos que hab�an quedado olvidados. Al verla
as� desnuda y caminando de frente y vi�ndola tambi�n por detr�s, no dej� de
reconocer que Octavio, un amigo de mi edad, ten�a raz�n. Dec�a que en las diez
minas m�s buenotas del barrio, deb�amos incluir a mi madre, pues con su buen par
de nalgas, estaba por encima de muchas jovencitas culuas.
Ella se recost� al lado de su amante que echado sobre la
alfombra fumaba y trataba de recupera el resuello. Brindaron, supongo que por el
momento, y continuaron conversando hasta que son� el tel�fono. Juan Carlos se
levant� y se ajusto el pantal�n, mientras se encaminaba al ba�o�
�C�mo que no ha llegado?... -, dijo mi madre. � Horas
tiene que se fue� -
�Te llam�?... �
Para nada�
�-, (ignoro la respuesta que dio mi padre)
Pues vente para ac� -
No deb�a esperar m�s, deb�a salir; pues sab�a que mi padre
llegar�a echando fuego y pobre de mi calavera�
Ella absorbi� un trago de su copa y se encamin� al ba�o, al
lado de su amante, quien me imagino que se lavaba u orinaba. Momento que
aprovech� y con todo el nervio del mundo y la respiraci�n elevada, me deslic� y
suavemente sal� a la calle, omitiendo todos los ruidos posibles; obviamente que
ayudado por Pourcel que interpretaba en ese momento "No es nada"�
Al salir a la avenida, corr� m�s que nunca, intentando
deshacerme de un peso inexistente, pero que sent�a me estorbaba� Llegu� muy
inquieto adonde estaba mi auto, y me sent�, deb�a de fingir una falla y para
ello desmont� una goma y la volv� a colocar, con el �nico objetivo de dejar
huella en mi ropa y en mis manos de lo que tuve que hacer. Esper� unos minutos,
arranqu�, di una vuelta por dos o tres calles hasta que llegu� a la casa� Me
abri� mi padre quien ya se encontraba degustando una cuba libre.
D�jenme decirles que me llam� de todo, estaba s�per enfadado.
Yo me defend� argumentando que una goma se hab�a desinflado y tuve que llevarla
a reparar, pero mis argucias no eran congruentes, qu� por qu� no hab�a llamado,
qu� por qu� no llam� a la agencia de auxilio vial al que est�bamos suscritos,
etc. En su enfado, mi padre me atraves� el rostro con una bofetada cuando dije
que era suficientemente hombre para cambiar la goma, me orden� subirme a mi
cuarto y permanecer en calidad de amonestado.
Despu�s deduje que �l requer�a un motivo para alejarme de la
convivencia que llevaban a cabo los tres, necesitaban estar sin m�, m�s claro ni
el agua� Me sub� a mi cuarto, a�n sin chapa, me lav� y me puse un short,
obviamente que sin ropa interior. Me acost� s�per excitado con la intenci�n de
recrearme en lo vivido. La m�sica continuaba y todo el ambiente se o�a m�s
animado, pero yo estaba en lo m�o. Deslic� mi mano atrapando mi endurecido falo
que oscilaba m�s bravo que nunca. Me apret� la verga expulsando m�s gotitas de
l�quido preeyaculatorio que se me embarr� en la punta de los dedos; me los chup�
saboreando mi propio jugo (no era la primera vez, pues me encantaba mi propia
leche)�
Me la imagin� a ella hincada y engullendo mi verga as� como
lo hizo con �l, me imagin� que como una perra me mamaba la reata y se tragaba mi
leche, y mientras eyaculaba, le daba de pijazos por toda su viciosa cara. Cerr�
los ojos cuando record� como se acomod� en el sof�, empin�ndose por completo y
echando el culo hac�a fuera, esperando la estocada� �Qu� culona!, me dije,
imaginando c�mo se saboreaba su amante ante la singular visi�n�
Segu� en mi juego mental, hasta que un suave toque en mi
puerta me hizo reaccionar, no tuve tiempo m�s que virarme boca abajo, ocultando
as� mi erecci�n� Pens� que era mi madre, pero no, el que encendi� la luz era
Juan Carlos. Dej� un platico con un s�ndwich sobre mi velador y se sent� en la
cama.
S� que viste todo porque te vi� -, dijo.
Me quede est�tico, fingi�ndome dormido, pero mi respiraci�n
era agitada.
Te vi agazapado en el piso de arriba. Te vi cuando tu
madre me mamaba la verga y t� te pajeabas vi�ndola a ella� -
Hizo una pausa mientras apartaba las s�banas.
Y es que no hay nadie como tu madre para mamar una verga,
se la traga toda, toda� -
Estaba por dem�s fingirme dormido, gir� y me encontr� con un
macho arrogante y seguro, el hombre que hac�a vibrar a mi madre y que me llenaba
de desosiego.
Ella es m�a desde hace mucho, y lo seguir� siendo, por lo
que te ofrezco mi amistad� -, dijo pasando su mano por mi cabello. Ella hace
todo lo que yo quiero, incluso se ha entregado a otros y se ha prostituido
por m�, no hay nada que me pueda negar, �comprendes?... Tengo todo el
consentimiento de tu padre, quien goza viendo c�mo la cabrona de tu mam�, me
mama la verga -
La m�sica continuaba y supongo que mi madre cocinaba o
calentaba la cena y �l hab�a aprovechado para subirme un bocadito.
T� eres un chico guapo y muy fr�gil, �Qu� edad tienes?...
�
Diecisiete� -
S� que te excita saber lo putona que es y lo golosa que
se comporta conmigo; te repito, tu padre est� de acuerdo, pero no quieren
que lo sepas. As� que te ofrezco un buen show y que veas c�mo me la cojo,
pues eso me enloquece, el saber que estas viendo como se comporta la puta
que te pari� -, me dijo.
Yo no sab�a ni que decir, pero mi excitaci�n era evidente,
algo en mi estallaba y me sumerg�a en un torbellino pasional. Volv� a tener las
boca reseca, las ansias de verla hincada mam�ndosela a �l� Mi mirada era m�s de
s�plica que de ira�
Podr�s ver c�mo se la traga toda-, dijo sob�ndose la
enorme macana que cabeceaba bajo su pantal�n.
�Todo eso se come?... -, dije sorprendido por mis propias
palabras al verle la verga por encima del pantal�n.
El ech� la pelvis hac�a adelante para destacar mejor su
virilidad que se deline� perfectamente.
Todo� Por boca, ano y vagina-, agreg�. � Te digo que es
bien puta� -
Yo me qued� contemplando la enorme protuberancia de Juan
Carlos�
Es enorme-, dije.
Y bastante dura, t�cala-
Instintivamente hice mis manos a un lado, tratando de ocultar
mis verdaderos deseos.
T�cala, si�ntela� -
�No, �c�mo crees?!... �
Vamos, no te quedes con las ganas-, dijo y volvi� a
acarici�rsela por encima del pantal�n.
Me qued� contempl�ndosela, hechizado por la longitud y el
grosor� Era mucha verga y se me hac�a que mi madre pasaba verdaderas penurias
tratando de mam�rsela�
Anda, t�cala� -, y me tom� la mano deposit�ndola en su
bragueta.
En cuanto hice contacto con ella, sent� que Juan Carlos
vibr�, asi�ndome con fuera y restreg�ndome la palmo por todo el tallo de su
macana.
Si�ntela, siente todo lo que la perra de tu madre se
traga� -, definitivamente, este hombre me encantaba.
Ya sin ninguna presi�n, recorr� la longitud de su arma,
sintiendo algo chistoso cada que se la apretaba, �l se dejaba hacer y yo
fascinado se la recorr�a y se la apretaba con deleite.
�As� es la tuya?... -, me pregunt�.
No es m�s chiquita� -
Me la voy a sacar para que la veas mejor-
No, �c�mo crees?... Mi mam� puede venir-, dije ansioso
que me la mostrara.
Mejor, as� ver�s como me la mama porque pienso cog�rmela
frente a ti, �eso es lo que quieres, no?-
Si-, dije muy quedito.
Se baj� el cierre y el enorme animal apareci� erguido e
insolente, se la pel� por completo y con la mirada me invit� a agarr�rsela. Yo
deseaba manipularla a mi antojo, incluso tenerla en mi boca para saber que se
sent�a, pero el taconeo de mi mam�, me hizo casi empujarlo, apart�ndolo de m�.
�Qu� hacen?... -, dijo ella introduci�ndose al cuarto.
Le platico a tu hijo lo guapa que eres-
Adulador� -
Ella se acerc� con un vaso de leche fr�a y una servilleta que
dej� en mi mesita.
Ya vente, la cena est� servida-, dijo mi madre.
Juan Carlos estaba sentado en mi cama, yo recostado y apoyado
en la cabecera y mi mam� de pie junto a su amante. �l la abraz� por la cintura,
ella me qued� viendo como para intentar que yo no viese nada.
Anda ap�rate, la cena se enfr�a-, volvi� a insistir la
majestuosa hembra que inundaba mi habitaci�n con su fragancia floral.
�l se levanto, ella se inclin� para darme un beso.
Cenas y te duermes, cari�o; y ya no bajes, tu padre a�n
se encuentra enfadado-, me dijo.
Juan Carlos se situ� atr�s de ella y le restreg� en la cola
su enfurecido paquete que me constaba era el m�s suculento. Ella no se lo
esperaba porque casi se fue de bruces cuando me daba el beso de las buenas
noches. Fingi� una risita y r�pidamente se levant� nerviosa. Con todo descaro el
la abraz� por la cintura e inmediatamente busco el redondo culo de mi madre que
cuando se lo apret�, ella intent� que no me diera cuenta mientras su amante m�s
adrede lo hac�a.
No te duermas porque vendr� a despedirme de ti-, dijo
gui�ando un ojo.
Salieron de mi cuarto al tiempo que le daba una sonora
nalgada a mi madre, que protestaba por "el abuso" y volteaba a verme. Obviamente
que lo mejor estaba por llegar, pero eso se los cuento en la pr�xima.
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