Los vi. por primera vez en el paseo de la playa. Yo caminaba
solo y la pareja de japoneses se me acerc� para pedirme que les recomendara un
buen restaurante.
Tendr�an en torno a los 25 a�os y la chica me sorprendi� por
su llamativa belleza, quiz�s no muy corriente en personas de esos pa�ses. Les
hice la recomendaci�n y se despidieron amablemente de m�. Me alej� pensando en
la chica. Realmente me hab�a impactado. Adem�s de ser muy guapa ten�a un cuerpo
menudo y muy atrayente. Casi que llegu� a excitarme pensando en ella.
Por la tarde volv� a coincidir con ellos. Al verme se pararon
para saludarme y me dieron las gracias por el sitio tan bueno que les hab�a
recomendado. Nos enrollamos hablando y entonces me anim� a invitarles a tomar
una copa. Accedieron a mi invitaci�n y nos fuimos a un pub que yo conoc�a.
Empezamos a charlar sobre muchos temas, principalmente
orientados a comentar lo diferente que es la vida en Espa�a y en Jap�n. Ellos
eran universitarios y estaban aqu� en viaje de turismo. Creo que yo les
resultaba bastante simp�tico, y ellos tambi�n me lo resultaban a m�. La chica,
que se llamaba Noriko, no paraba de mirarme fijamente y sonre�rme. Casi me daba
la impresi�n de que estaba intentando seducirme. Si no hubiera estado su pareja
delante me hubiera lanzado directamente al ataque.
Continuamos charlando y tras la segunda copa comenzamos a
hablar sobre nuestras aficiones. De repente Noriko va y me suelta que ellos eran
muy aficionados a los juegos de car�cter sexual. Me qued� blanco. Mis ojos se
pusieron como platos y comenc� a prestar una absoluta atenci�n a todo lo que me
contaban. Me dijeron que sol�an hacer intervenir a un tercero en sus juegecitos.
Hasta ahora s�lo lo hab�an hecho con chicas, pero les apetec�a probar con un
chico. Adem�s estaban interesados en hacerlo con un occidental, ya que el tama�o
de sus miembros es muy superior al de los orientales y ten�an mucha curiosidad
por experimentarlos. No pod�a dar cr�dito a lo que o�a. El resultado es que ni
nabo comenz� a crecer dentro de mi pantal�n hasta que ya no pod�a ocultar la
erecci�n. Por cierto, Noriko no cesaba en lanzar miradas cada vez m�s descaradas
hacia mi entrepierna.
El siguiente paso, naturalmente, fue que me propusieron
unirme a ellos para una relaci�n. Yo, que me mor�a de ganas de follarme a la
chica, ten�a cierta prevenci�n en eso de que su pareja participara en la fiesta.
Nunca hab�a tenido relaciones homosexuales, exceptuando durante la pubertad,
cuando me masturbaba con un amigo, y no me apetec�a especialmente el tenerlas.
Al final acab� accediendo. La verdad es que no pod�a desperdiciar esa
oportunidad de oro de mantener una relaci�n sexual tan ex�tica.
Me llevaron a su hotel y nada m�s cerrar la puerta de la
habitaci�n la chica me abraz� y nos fundimos en un sensual beso a tornillo. Mis
manos se pasearon sobre su trasero, primero por encima de la falda, luego por
debajo y finalmente penetraron en el interior de sus braguitas. Su culo ten�a un
tacto fr�o y extraordinariamente suave. Mis dedos se fueron deslizando por la
abertura de su culo alcanzando primeramente el bot�n saliente del ano e
inmediatamente su co�o. Lo ten�a completamente empapado y muy caliente, haciendo
contraste con la piel casi helada de sus gl�teos. La sensaci�n era muy parecida
a la de un caf� irland�s, donde las diversas capas que lo componen presentan
texturas y temperaturas en contraste. Ella, mientras tanto, aparte de abrir sus
piernas para facilitarme la maniobra, se restregaba viciosamente contra mi pene
erecto. Simult�neamente nuestros labios se fund�an, ya sin pudor, con visitas
alternativas de la lengua de uno en la boca del otro.
En un momento de receso para respirar volv� la cabeza y
descubr� que el chico se hab�a desnudado totalmente. Su cuerpo era muy blanco y
pr�cticamente carec�a de vello, a excepci�n de la zona p�bica. Ten�a el pito
tieso como una vela. Me llam� extraordinariamente la atenci�n el tama�o reducido
de su instrumento.
Comparado con el m�o, que entiendo que es de un tama�o
corriente, abultaba pr�cticamente la mitad, tanto en longitud como en grosor.
La chica se separ� de m� y se puso en frente de rodillas.
Comenz� a desabrocharme los pantalones y me los baj�. Seguidamente me baj� el
slip liberando mi polla. Me la cogi� con la mano y deposito un beso sobre la
punta del glande, d�ndole un toquecito con la lengua. Se levant� y el chico pas�
a ocupar su lugar. Yo me sent�a un poco violento al verme con la polla fuera y
un t�o de rodillas enfrente de m�, pero era el precio que ten�a que pagar si
quer�a disfrutar de Noriko.
Con su mano izquierda asi� mi nabo con firmeza y me lo
comenz� a mamar. Con los labios baj� la piel de mi capullo y su lengua empez� a
recorrer concienzudamente mi glande. Su mano derecha se pos� debajo de mis
huevos acarici�ndomelos con suavidad. Estaba disfrutando como un loco. Cerr� los
ojos y me dej� hacer. Era la mejor mamada que me hayan hecho nunca. A la vez que
me la chupaba fue deslizando su mano derecha hacia mi trasero, alcanzando mi ano
que comenz� a masajear con el dedo. Me penetr� con la primera falange y luego,
poco a poco, acab� clav�ndome el dedo completo en el culo.
Noriko, mientras tanto, se desnudaba en frente de m�,
obsequi�ndome con un sensual striptease. Su cuerpo era extraordinariamente
apetecible, muy blanco, con los pechos diminutos, poca forma en la cadera y el
culo resping�n. Parec�a el cuerpo de una adolescente. Tambi�n me llam� la
atenci�n su bello p�bico, que era poco abundante y pr�cticamente liso.
Ya no aguant� m�s y comenc� a correrme. Solt� toda mi carga
de semen en su boca mientras que �l segu�a mamando con avaricia. Cuando mi pene
comenz� a aflojarse se retir� y se fue hacia Noriko, que lo esperaba tumbada
boca arriba en la cama con las piernas abiertas, las rodillas elevadas
mostr�ndonos sus m�s secretos encantos e invit�ndole viciosamente a que la
penetrara.
El chico se subi� encima, se la clav� en el co�o y comenz� a
follarla con un movimiento r�tmico y profundo. Simult�neamente aproxim� sus
labios a los de Noriko y empez� a traspasarle lentamente mi semen, que segu�a
guardando en su boca. Mientras que ella se iba tragando el licor que yo acabada
de depositar en las fauces de su pareja me miraba de forma c�mplice, mostr�ndome
como disfrutaba saboreando mi l�quido seminal.
Ante la vista de esta escena mi polla fue volviendo a su
tama�o de guerra, prepar�ndose para la pr�xima batalla. En ese momento el chico
comenz� a gemir y disminuy� la frecuencia de sus envites, aument�ndolos en
intensidad, s�ntoma de que se estaba corriendo dentro de su amada. Finalmente se
derrumb� sobre ella agotado por la intensidad del coito.
Noriko a�n no se hab�a corrido, as� que se escabull� por
debajo de su macho y me reclam� en una viciosa insinuaci�n para que rematara la
faena. Me acerqu� a ella con la idea de montarla pero me retuvo. Me hizo
tumbarme boca arriba en la cama y ella se subi� encima presta para un 69
coloc�ndome el chocho en la boca, que rezumaba el semen de su pareja. Con lo
caliente que estaba no me lo pens� dos veces y comenc� a com�rselo, trag�ndome
sus jugos mezclados con los que su hombre acababa de depositar en su vientre. Mi
lengua recorr�a ansiosamente su cl�toris, su vagina, y su ano, el cual insist�a
en penetrar.
Mientras, ella se tragaba mi rabo como si de un sable se
tratase. Sus h�biles dedos me exploraban los test�culos y el ano. En ese momento
el chico le acerc� una especie de crema y ella se unt� las manos. Seguidamente
comenz� a meterme los dedos en el culo que entraban con absoluta facilidad a
causa del aceite lubricante que se hab�a untado.
Entonces se levant�, se tumb� en la cama, abri� sus piernas,
elev� las rodillas y me pidi� que la follara. Me sub� encima. Coloqu� mi polla
en la entrada de su co�o y la penetr�. Era fant�stico. Su vagina estrecha se
adaptaba perfectamente a mi rabo proporcion�ndome una sensaci�n de contacto
total. Yo ten�a miedo de hacerla da�o con lo cual procuraba ir despacio.
Entonces ella puso sus manos sobre mi culo empujando y marcando el ritmo y la
intensidad de la follada.
En un determinado momento, con sus manos sobre mis gl�teos
comenz� a abr�rmelos, dejando al descubierto mi entrada posterior. El chico, que
ya se hab�a repuesto de su anterior faena, coloc� su lubricado instrumento sobre
mi ano. Ante lo inevitable decid� relajar mi esf�nter para minimizar el posible
da�o que me pudiera causar. Su polla comenz� la penetraci�n y en segundos lo
not� todo dentro de m�. La sensaci�n era absolutamente bestial. Jam�s hab�a
sentido un placer tan intenso. Mi rabo desliz�ndose apretadamente en las
entra�as de Noriko y el rabo de su novio clavado en mi trasero.
Comenzamos a acompasar nuestros movimientos. Cuando yo
penetraba a Noriko el chico se sal�a de mi culo. Cuando yo me retiraba el
acentuaba la penetraci�n. Este juego dur� unos minutos, que yo recuerdo como los
m�s placenteros de mi vida.
Noriko, que ya llevaba su segunda polla dentro en esa noche,
se empez� correr entre escandalosos gemidos. Su vagina se contra�a aumentando mi
placer hasta que lleg� a provocarme el orgasmo, que nos alcanz� casi
simult�neamente.
Me relaj� sobre su cuerpo satisfecho y esper� pacientemente
que su novio terminara de sodomizarme. Al fin le lleg� el orgasmo y sent� con
total nitidez como la leche escupida por su rabo se esparc�a por las paredes de
mi intestino. Fue una sensaci�n agradable. Pena de que ya me hubiera corrido y
no me encontraba excitado, sino, seguro que lo habr�a disfrutado.
Lentamente me fue sacando el rabo del culo y yo saqu� el m�o
del co�o de Noriko. Nos quedamos un rato tumbados sobre la cama saboreando los
placeres que acab�bamos de disfrutar y reposando para recuperar fuerzas. Esa
noche me esperaban los m�s ingeniosos divertimentos sexuales que jam�s haya
probado.