Todo empez� hace veinte a�os atr�s, cuando ten�a nueve a�os. Viv�a junto a mis padres muy bien y con un pasar econ�mico bastante bueno, hasta que mi padre perdi� pr�cticamente todo a causa de una estafa y malos negocios. Tuvimos que mudarnos a una casa peque�a, de solo dos dormitorios, donde el m�s peque�o se habilit� con entrada independiente para poder ponerlo en arriendo, mi madre tuvo que salir a buscar trabajo y mi padre desempleado buscaba tambi�n como subsistir.

Los meses pasaban y lo �nico que mi padre consegu�a eran trabajos pasajeros, la habitaci�n nunca pudo arrendarse y mi madre (a�n no se c�mo) comenz� a trabajar de prostituta, con el tiempo comenz� a traer a sus clientes a la pieza que estaba vac�a, no hace falta decir que en una casa tan peque�a era f�cil escuchar todo lo que ocurr�a en ese lugar, aunque frecuentemente mi madre encend�a la radio para que no se escucharan sus gemidos de placer. Mi madre era una mujer muy bella, de piel blanca sin manchas ni pecas, ojos color miel, cabello rubio, caderas anchas, cintura peque�a y pechos peque�os pero redondeados, as� que empez� a tener mucho �xito en su nuevo �trabajo�, frecuentemente tra�a dos o tres hombres al d�a, o en la noche, he incluso, varios a la vez.

Al principio yo s�lo escuchaba, tan s�lo o�r sus gemidos y el movimiento r�tmico de la cama me hac�an sentir cosas extra�as, y cada vez, sent�a m�s curiosidad de saber que pasaba ah� dentro, entonces, un d�a, me di cuenta que las paredes eran de madera y que adem�s hab�an sectores huecos, en donde con empujar un poco los restos de madera se pod�a ver al otro lado. Nunca hab�a visto esas cosas, sab�a lo de las relaciones sexuales, pero nunca hab�a visto una. Desde que nos hab�amos mudado a esa casa mis padres no ten�an intimidad, ya que yo dorm�a con ellos en la misma habitaci�n, y jam�s los vi hacer nada. Debo decir que fue fuerte, mi madre se retiraba la ropa con elegancia, y luego totalmente desnuda se arrodill� frente a un hombre de unos sesenta a�os, gordo lleno de pelos, con un pene corto y gordo, mi madre puso su boca en su miembro y empez� a lamerlo, luego pr�cticamente se lo trag� y lo saco de nuevo, lo hizo as� muchas veces. Luego el hombre la tom� bruscamente del pelo y vaci� su leche en la cara de mi madre, ella parec�a disfrutarlo. Luego la agarr� por el brazo y la levant� violentamente, la lanz� a la cama, justo en ese momento, me descubri� mi padre.

Muy enojado me sac� de ah� y me pregunt� qu� estaba haciendo, yo, sin ning�n titubeo le dije: -�estoy viendo como mam� tiene sexo con ese asqueroso hombre, parece gustarle mucho, no s� como puede gustarle, tu eres mejor�- Si, la verdad es que mi padre era much�simo mejor, alto, de espalda ancha, m�sculos bien marcados en los brazos, piernas y pecho, ment�n firme, cuadrado, cabello negro, ojos verdes preciosos, y un trasero exquisito. Y adem�s agregu�: -��ese hombre tiene un pene peque�o!, el tuyo es como 3 veces mas grande, igual de gordo pero mucho mas grande, yo preferir�a el tuyo, lo he visto cuando estas en el ba�o y dejas la puerta abierta�. Entonces la cara de mi padre cambi� del enojo a la perplejidad, se qued� mir�ndome como si no pudiera creer lo que yo hab�a dicho, pero lo que yo dec�a era la pura verdad, y me enojaba mucho que mi mam� estuviera tan dispuesta a acostarse con un extra�o horrible por dinero y que a mi padre lo dejara abandonado siempre.

Estaba tan perplejo que no me habl� en todo el d�a, se acost� en la cama matrimonial mirando el techo, mientras se escuchaban los gemidos de mi madre al otro lado de la pared, yo me puse a mirar lo que pasaba, el viejo la tenia sobre �l cabalg�ndolo, mientras apretaba sus pechos sin piedad, y yo de alguna manera morbosa quer�a estar ah� en el lugar de mi madre, de pronto sent� como mis bragas se mojaban y un calor recorr�a mi cuerpo.

Desde ese entonces, yo siempre miraba los encuentros de mi madre en esa habitaci�n y mi padre se sentaba en la cama a observarme, nunca volvi� a decirme nada, y con frecuencia, despu�s que todo terminaba, me abrazaba y me besaba tras las orejas y el cuello, me tomaba en brazos y me sentaba en sus piernas para que vi�ramos televisi�n juntos o comi�ramos juntos, y entonces sent�a su pene duro como un palo bajo sus pantalones. Cuando cumpl� diez a�os esas caricias cambiaron un poco y adem�s de besarme comenz� a masajear mis piernas, espalda, y mis peque�os pechos que comenzaban a notarse, apretaba y frotaba mis pezones, mientras que yo naturalmente me excitaba y frotaba mi vagina en su pierna moj�ndome y moj�ndolo con mis jugos, tambi�n comenz� a alabarme, y a decir que era exquisito que me mojara as�, que poco a poco estaba creciendo mas bella y que me quer�a mucho, s�lo para �l.

Durante las noches, cuando est�bamos acostados juntos en la cama matrimonial y mi madre no se encontraba, me abrasaba tiernamente, mientras besaba mi cuello, mi cara y mis pechos, mordisqueaba mis pezones o los chupaba como si bebiera leche de ellos, me causaba tanto placer, hasta que me quedaba dormida. Incluso, varias veces mientras mi madre estaba presente, discretamente pasaba sus manos por mis pechos y me sonre�a con una hermosa mueca picarona.

Entonces yo empec� a ilusionarme, y a necesitar cada vez mas de las caricias de mi padre, lo �nico que deseaba era que me tomara y me hiciera suya tal como las cosas que ve�a que hacia mi madre, mor�a de celos cuando la muy puta se le acercaba y lo besaba o cuando imaginaba que cosas har�an cuando yo iba al cole. Pero mi padre no avanzaba mas all�, y los meses pasaban y yo le suplicaba que tocara mi vagina, que pusiera su miembro en mi y me penetrara, el s�lo sonre�a y me dec�a que alg�n d�a me dar�a un gran premio por esperar tanto.

A pesar de ser aun peque�a, era lo suficientemente astuta para saber que nada de esto deb�a decirlo ni en el cole, ni a mi madre, por lo tanto, para los dem�s siempre fui una ni�a modelo, de buenas notas y buen comportamiento, y a pesar de que mi cuerpo se desarroll� mucho antes que el de mis compa�eras y por eso muchos ni�os comenzaron a buscarme, nunca acept� a ninguno, porque ninguno era tan guapo y maduro como mi padre.

As� que llegaba derechito del cole a abrazar a mi papito, y el me respond�a con un delicioso beso franc�s, me retiraba la ropa y me masajeaba con mucho cari�o, hasta que el mismo d�a de mi cumplea�os n�mero doce, el t�pico masaje sigui� hasta mi vagina, mientras con una mano frotaba uno de mis pechos con la otra encontraba mi cl�toris y lo masajeaba excit�ndome cada vez m�s, cuando empec� a gritar y jadear de placer abri� mis piernas y comenz� a usar su lengua� �Oh, si s�lo me excito de recordarlo!. Succionaba con su boca, lam�a toda mi vagina e introduc�a su lengua suavemente, cuando mi excitaci�n comenz� a hacerse m�xima, introdujo suavemente un dedo dentro de mi anito, poco a poco y luego f�cilmente estaba dentro toc�ndome y d�ndome aun m�s placer.

Cuando llegu� al cl�max, sac� su enorme pene, que por primera vez lo ve�a erecto totalmente �y era m�s grande de lo que recordaba!, y comenz� a masturbarse mientras me miraba, yo me sent� tom� su mano y la apart� de su miembro y comenc� a frotarlo con mis dos manitos, como hab�a visto hacer a mi madre, luego me puse a lamerlo en toda su extensi�n, desde la base hasta que llegu� a su cabeza roja que bes� dulcemente, lo puse entre mis labios y succion�, lo met� en mi boca y sent� su sabor, saladito, rico, sent� sus contracciones, latidos, era tan duro, largo, grueso y con grandes venas marcadas, lo lam� y chup� con deseo, mientras con mi mano masajeaba sus test�culos. Mi padre gem�a y pronto comenz� a sacudirse con espasmos de placer, su pene emanaba mucho calor y lat�a fuertemente y de pronto un chorro llen� mi boca y mi cara de su leche, picosita, amarga y dulce a la vez.

Ese d�a no me preocup� de ver lo que hac�a mi madre, yo era feliz, estaba satisfecha, mas satisfecha que nunca, aunque las expectativas de que mi amado papito me convirtiera en una mujer eran aun m�s fuertes y so�aba con aquel d�a.

Pero eso, lo contar� en otro momento.

Ver�nika.

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